Same Old Shadows.

By WeAreStoryWriters

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Cuando tienes un pasado oscuro, lleno de dificultades e historias que no te apetece contar, es muy difícil qu... More

Introducción.
Prológo.
Capítulo uno
Capítulo tres.
Capitulo cuatro
Capítulo cinco
Capítulo seis
Capítulo siete
Capítulo ocho
Capítulo nueve
Capítulo diez.
Capítulo once
Capítulo doce
Capítulo trece
Capítulo catorce
Capítulo quince.
Capitulo dieciséis
Capitulo diecisiete
Capitulo dieciocho
Capitulo diecinueve.
Capitulo veinte.
Capitulo veintiuno.
Capitulo veintidos.
Capitulo veintitres.
Capitulo veinticuatro.
Capitulo veinticinco.
Capitulo veintiseis
Capitulo veintisiete.
Capitulo veintiocho.
Capitulo veintinueve
Capitulo treinta
Capitulo treinta y uno
Capítulo treinta y dos.
Capítulo treinta y tres.
Capítulo treinta y cuatro.
Capítulo treinta y cinco.
Capítulo treinta y seis.
Capítulo treinta y siete
Capítulo treinta y ocho.
Capítulo treinta y nueve
Capítulo cuarenta
Capítulo cuarenta y uno
Capítulo cuarenta y dos
Capítulo cuarenta y tres
Capítulo cuarenta y cuatro
Capítulo cuarenta y cinco
Capítulo cuarenta y seis
Capítulo final
Epílogo

Capítulo dos.

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By WeAreStoryWriters

Amellie

Bajo a la cocina y me encuentro con mamá hablando por teléfono y a Ashton desayunando.

—Am, ¿me prestas tu computadora?—dice Ashton con una inocente sonrisa, amo a mi hermano y casi nunca peleamos pero eso no quiere decir que no siga siendo el menor y que sea un completo desastre.

—¿Qué ha pasado con la tuya?—cuestiono, mamá se acerca y me murmura un buenos días antes de seguir hablando en francés.

Esboza una sonrisa de oreja a oreja y bufo, la ha dañado.

—Solo hasta que llegue del colegio, la contraseña está en la primera gaveta del escritorio, le llega a pasar algo y estas muerto, enano.—advierto y asiente, entonces termina de comer rápido y luego corre arriba.

Mamá llega de nuevo a la cocina cuando estoy terminando de desayunar.

—Linda, debo asistir a unas audiciones por el desfile de Gucci del que estoy encargada, le diré a tu papá que mande a alguien de la empresa a buscarte para llevarte a tu clase de piano y luego yo pasaré junto a tu tía.—dice ella, parece agitada.

—¿Dónde está papá?—pregunto confundida, siempre se va más tarde.

—Tiene que organizar unas cosas antes de que nos vayamos, sabes, no puede dejar todo al aire.

Asiento.

—Le diré a Chanelle que me deje en la clase, no te preocupes.—sonrío.

Ella también lo hace y luego se sienta para seguir tomando su café mientras mira al teléfono, mamá de modelo ha pasado a dirigir todos los desfiles de las marcas importantes, aunque aún su edad permita modelar, no lo hace, dice que aquello le quita tiempo de estar con nosotros.

—Mamá.—le llamo y ella levanta su cabeza poniéndome atención—¿Puedo preguntar algo?—hago una mueca.

—Cariño si es acerca de las pesadillas, te aseguro que no sé de qué se tratan y no te enviaré a un psicólogo, no quiero que alguien te haga sentir como si tuvieras un problema.—hace un puchero y niego.

—No es acerca de aquello.—suspiro, ella ladea su cabeza y espera a que continúe—¿A qué edad diste tu primer beso?—pregunto, le tengo total confianza a mamá, ella nunca logró compartir con la suya y creo que aquello ha hecho que nos quiera y nos proteja a veces más de lo debido.

Sonríe y suelta el teléfono debido a mi pregunta.

—Creo que catorce o trece, no lo sé.—hace una mueca—¿Por qué?

—¿Entonces es normal que no lo haya dado?

Ella ríe y asiente poniéndose a mi lado y abrazándome.

—Cariño ya llegará quien te de un beso, no te preocupes.—besa mi mejilla, cuanto la amo.

—¿Y besaste a muchos chicos antes de papá?—le miro y ella abre su boca con sorpresa.

—Amellie Segal, esos son secretos de mamá.—ríe y río junto a ella—En realidad como no tenía una mamá que me aconsejara si no solo a tu abuelo regañándome, si besé bastantes chicos.—encoge los hombros—Pero eso no implica que tu debas hacerlo, a los chicos les gustan las niñas buenas.

—¿Tú no lo eras?—río.

—Lo fui por un tiempo, pero me enamoré  de tu papá, cuando te enamoras todo cambia, linda.

Amo la historia de papá y mamá, ella estudiaba modelaje y el era un "chico malo" que trabajaba como barman a donde mamá solía ir, entonces ella le vio y quiso conocerlo pero él no quería, pues tenía a más chicas detrás. Pero al final después de todo, aunque decía que mamá no le importaba cada vez que peleaban el la buscaba, quedó embarazada de mí pero no se casaban aún hasta que quedó embarazada de Ashton y fue cuando papá le propuso matrimonio y se casaron.

—¿Puedo preguntar algo más antes de irme?—hago un mohín.

—Mi virginidad la perdí a los diecisiete.—responde, siempre sabe que quiero decir, sonrío y asiento.

—¿Era tu novio?

—Sabes que te tengo absoluta confianza y si fuese otra clase de mamá te mentiría y diría que sí, pero no, fue con un amigo.—hace una pausa—Aunque quiero decirte que es mejor que lo hagas con alguien donde el sentimiento sea mutuo.

—¿No querías a tu amigo?

—El no sentía nada por mí.—se encoge de hombros—Lecciones que debes aprender supongo, pero no quiero dejar que tu cometas el error también, anda, bastante charla de sexo por hoy. Al colegio, linda.—besa mi sien.

—Vale.—digo tomando mi bolso, corro a cepillarme y luego bajo para que me lleve al colegio.

~~~

—¡Am, tierra!—exclama Channelle, he estado distraída y es que desde que vi la foto y más se acercan los días, más nerviosa me pongo, solo han sido dos años pero...esto viene desde que tenemos memoria.—¿Estás pensando en el italiano?

Me encojo de hombros y al bajar mi mirada me he dado cuenta que no he comido, lo único que he hecho es revolver la ensalada.

—Esta noche besarás a Court o a otro chico guapo del instituto, olvídate de el.—rueda los ojos.

—Court tiene novia.—reprocho.

—¿Y si el italiano tiene novia y te quiere besar no aceptarás?—eleva sus cejas y me quedo en silencio, tiene razón, no sé nada de él—No has besado a nadie, al menos hazlo para tener experiencia.—continúa.

—No, tal vez el...no se...me ha esperado.—murmuro.

Entonces mi amiga comienza a reír con fuerza.

—Mi linda inocente, es un chico, los chicos tienen necesidades y además es mayor que tú, vamos Am, pensé que eras más lista que esto.

—Como sea.—bufo y me levanto, sé que es estúpido pensar de esta forma pero la estúpida foto me ha hecho imaginarme mil y un cosas, y claro que después me he metido en su perfil para ver más.

Siento como me toman del brazo y me detienen, cuando volteo me encuentro con  los ojos azules de Court mirándome fijamente y sus labios curvados en una sonrisa.

—Hola.—digo.

—Te veo esta noche,¿eh?

—Por supuesto.—sonrío falsamente.

—Si no vas, puedo conseguir donde vives.

«Llegas a donde vivo, papá te ve y no sobrevives.», es lo que pienso.

Río tratando de lucir tierna, ¿podría besarme con ese grandulón?

—Allá me verás.—digo y luego solo me doy la vuelta.

~~~

Llevo un short de lentejuelas color azul eléctrico, junto a una franela blanca sin mangas y unas sandalias del mismo color, la fiesta es una pool party así que no debemos ir extravagantes.

Las compras con mamá y mi tía fueron demasiado divertidas, amo pasar tiempo con ellas.

Mi cabello está suelto, al contrario de cómo lo llevo la mayoría de las veces, amo llevarlo recogido. Y mi maquillaje es demasiado natural pero definitivamente hace que mi rostro cambie y me sorprendo, todos estos días aunque haya aplicado corrector de ojeras, mi rostro aún se veía cansado, pero mamá me ha maquillado y todo parece haber desaparecido.

Channelle lleva un simple vestido fucsia y su cabello castaño también suelto, mamá también se ha encargado de maquillarla.

—Gracias.—decimos las dos al unísono.

—Se ven hermosas, las espero abajo.—dice mamá y ambas asentimos.

—¡Fiesta de los del último año!—exclama Chanelle emocionada y sonrío—¿Qué mejor manera de terminar las vacaciones?

—Monique, Sienna y Lauren ya van.—digo mirando a mi teléfono, ella asiente y tomando nuestros bolsos salimos de la habitación.

Mis padres están tranquilamente sentados hablando, ¿de qué tanto hablarán?

Notan nuestra presencia y voltean para vernos, ambos sonríen y se levantan.

—Estas preciosa.—dice papá mirándome y me da un beso en la frente—Y tú también Channelle.—dice ahora serio, ella murmura un "gracias" con una gran sonrisa y sé que por dentro está chillando de la emoción como si papá le hubiese propuesto matrimonio.

—Nada de licor.—advierte y ruedo los ojos—Hablo en serio, Amellie.

—Papá tengo quince.—murmuro.

—Eres una niña, ¿acaso por tener quince crees que eres una adulta?—eleva sus cejas—Puedes quedarte hasta el final, aunque quiero que mañana te levantes y vayas a tu último día de clases, pero nada de licor.

—¿Por qué mi amiga si puede tomar?—reprocho, Channelle me golpea.

—No soy el papá de Channelle, ahora deja el berrinche que es por tu bien, diviértete sin licor.—se acerca y de nuevo me besa—Avísame cuando quieras que te busque.

Bufo y mamá me abraza.

—Vamos chicas.—dice y salimos de la casa

Mamá no me da ninguna conversación, pero me advierte que si quiero tomar no me pase de tres tragos y que nunca suelte el vaso.

Nos bajamos del auto despidiéndonos, la casa parece estar repleta de gente, nos miramos con Channelle y sonreímos, tal vez seamos las más pequeñas de la fiesta.

—¿Dónde estarán las demás?—pregunta y me encojo de hombros, ya deberían haber llegado—Vamos adentro y veremos si las conseguimos.

No digo nada y Channelle se encarga de abrir la grande puerta roja, ahora viendo demasiada gente en la casa y todos con vasos o botellas en sus manos, la música está demasiado alta, va a ser imposible hablar.

Caminamos entre la gente y luego la castaña me toma de la muñeca y me hala afuera en donde nos encontramos con la gran piscina, gente dentro de esta y al DJ con un enorme equipo reproduciendo la música.

Observo a Court sin franela y vaqueros mostrando su perfecto abdomen junto a sus amigos y unas chicas en una tarima con varios sillones, hay una persona que impide a gente subir, su zona privada.

No me ve entre tanta gente y es normal, así que Chan, decide que vayamos por unos tragos, uno no me hará mal, odio que papá exagere tanto.

Le doy un sorbo a mí vodka y ella se encarga de enviarles un mensaje a las demás chicas, las cuales diez minutos después nos encuentran afuera.

Nos saludamos y luego decidimos que es hora de divertirnos así que junto a toda la gente que baila afuera, nos unimos nosotras en nuestro círculo.

Suena Sun Goes Down de David Guetta, excelente canción.

Estoy bailando tranquilamente cuando noto que me toma alguien de la cintura y al voltear veo a Court.

—¡Viniste!—grita ya que no se escucha nada, asiento—Ven, vamos arriba es más tranquilo.

Hago una mueca y cuando miro al rededor me doy cuenta que cada una de mis amigas está bailando con un chico, bufo y miro a Court, el sonríe. Me toma de la mano y subimos a la gran tarima en donde están todos los del último año, tienen mesas llenas de licor y sus sillones en blanco y negro, como también narguiles.

—¿Fumas?—pregunta y niego—¿Qué quieres tomar?

—Un vodka.—respondo, y será el último.

Me lo sirve y luego me lo pasa, posa su mano en mi cintura lo cual me toma por sorpresa y me indica que bailemos, le miro y me coloco de puntillas para alcanzar su oído.

—¿Tú novia no tendrá problema?—cuestiono y me mira divertido.

—Ella no está aquí, belle.

Suspiro y asiento, comenzando a moverme frente a él al ritmo de la música, pero le veo reír y me toma de la cintura pegándome a su cuerpo, estoy sorprendida tal vez.

La canción suena y yo me muevo ahora incomoda pegada a su cuerpo, doy la vuelta y ahora mi trasero choca con su regazo, y sus manos se posan en mis caderas lo cual me incomoda más.

Le doy un sorbo a mi trago y siento su respiración en mi cuello, dios...

Y luego de un largo tiempo de bailar y que mi trago se haya terminado Court besa mi cuello pero me aparto de inmediato, no pienso hacer nada.

—¿Me acompañas a buscar otra botella en mi auto?—susurra en mi oído, frunzo el ceño, que vaya sólo—No te quiero perder luego.

Le miro no muy segura si debo acompañarlo y él se acerca de nuevo con una sonrisa.

—¿Tienes miedo?

Odio que me desafíen, porque siempre termino aceptando, así que ruedo los ojos y él me toma de la mano para salir de la casa.

—¿Y tú novio?—dice mientras caminamos a su auto, río.

—Estoy segura que sabes que no tengo novio.

—Nunca se sabe.—me guiña un ojo—Eres hermosa,¿te lo ha dicho alguien?

Y me sonrojo.

—Gracias.

Ahora noto que nos hemos alejado de la fiesta.

—¿Dónde está tu auto?—pregunto.

—Allá.—señala y asiento, nos acercamos al auto color negro, todo está solo al rededor y entonces me cruzo de brazos esperando a que lo abra y busque su botella, abre el auto y comienza a buscar pero luego sale con las manos vacías.

—¿Podrías mirar? No veo absolutamente nada y con el licor creo que todo me da vueltas.—suspira y le miro seria—Por favor.

Asiento y me inclino al asiento trasero del auto para mirar pero no veo nada y entonces chillo al sentir que me toma de la cintura y me da la vuelta.

Termino recostada en el asiento y Court está sobre mí con una sonrisa, mi respiración está agitada.

—Siempre he querido besar estos labios inocentes.—murmura acercándose pero echo mi cabeza hacia atrás—Debes ser una ruda en la cama.—y entonces sus labios se pegan a los míos y cuando abre su boca yo aprieto mis labios y me aparto, no lo quiero besar.

—Quiero volver a la fiesta.—digo seria, el ríe y posa su mano en mi nuca tratando de besarme de nuevo—¡Déjame salir!—ahora grito.

—Relájate.—murmura besando mi cuello, y su mano comienza a subir por el interior de mi muslo.

Pataleo y lo empujo.

—Court, déjame irme.—digo por una vez más, pero el insiste, trata de tocar mis senos y yo le doy una cachetada y salgo del auto lo más rápido que puedo.

—¡Virgen al cabo!—le escucho gritar.

Le mando un mensaje a papá que me busque a medida que camino a la fiesta, no tarda en responder que ya viene en camino y yo espero en la entrada.

Minutos después papá está esperándome afuera, por mi suerte no he visto a Court, corro al auto y entro saludándolo con una falsa sonrisa, sé que es temprano y hará preguntas.

—¿Ha pasado algo?—pregunta poniendo el auto en marcha.

—Me he aburrido.—hago una mueca.

—¿Cuánto tomaste?

—Papá...—suspiro.

—Entiende que hago las cosas por tu protección, ahora dime.

—Dos tragos,¿ha pasado algo que no se?

—Cuantas veces te debo decir que dirijo grandes empresas y que somos un...

—Un objetivo, si lo se, la misma historia.—ruedo los ojos.

Bufa y decide no hablar hasta llegar a la casa, nos despedimos y entro a la habitación tirándome a la cama.

Que estúpidos son los hombres adolescentes.

~~~

Todos los del último año tiran sus birretes luego de haber recibido su título y comienzan a gritar, Court solo me ha mirado con mala cara pero lo he ignorado.

Y cuando Channelle me ha preguntado que pasó, simplemente le conté la verdad, es mi mejor amiga, aunque a las demás les mentí.

Ella casi me mata al saber que no quise besarle, pero ella no entiende que no puedo sacar a...de mi mente, quiero que él sea el primero en todo, y yo también quiero ser la suya.

Tomamos todas nuestras cosas y por el día de hoy salimos más temprano, así que decidimos ir a almorzar porque después de tanto el colegio ha acabado.

Al rededor de las cinco llego a mi casa y saludo a todos, mamá está ocupada junto a Loretta haciendo maletas y papá está en la oficina, aún debe arreglar unas cosas.

Ashton juega con su Xbox en su habitación y yo entro a la mía y busco en mi armario por mi maleta para comenzar a hacerla.

¡Por fin vacaciones!

~~~

Alessandro

La alarma me despierta y suspiro con los ojos cerrados intentando apagarla, siendo en vano mi intento, por lo que debo levantarme para alcanzarla.

Me siento en la cama unos segundos antes de despejar mi rostro y respirar profundo. Tengo demasiado sueño, no he dormido absolutamente nada por adelantar el proyecto. Si he dormido dos horas, creo que es decir mucho.

Estiro mis extremidades y me levanto para ir al baño y entrar directo a la ducha. Necesito que terminen las clases, ya no soporto tanta presión. Mi proyecto ni siquiera está listo y es algo que me tiene realmente inquieto.

Sólo logré adelantar una gran parte ya que me distraje varios minutos revisando publicaciones en Facebook. Entre esas, las de una hermosa rubia que muero por volver a ver.

Amellie.

Ha cambiado demasiado y espero que su personalidad sea lo único que siga intacto. No he hablado con ella más que un par de veces y no ha sido por mucho tiempo. Simplemente no supe qué decirle o ella a mí y dejamos de responder.

Termino de ducharme y me seco el cabello antes de anudar la toalla a mis caderas. Me acerco al lavamanos y hago mi higiene bucal, para luego salir del baño y dirigirme a mi armario. Saco una camiseta color gris y una camisa a cuadros rojo, gris y negro. Unos jeans algo rotos junto con mis vans negras y me visto en menos de cinco minutos.

Me echo perfume y acomodo mi cabello como siempre antes de tomar mi bolso y salir de mi habitación.

Al bajar me encuentro con mi hermana y mi mamá desayunando en el mesón. Me acerco a cada una y les doy un beso en la sien.

—Buenos días.—digo sonriendo.

—Hola cariño, ¿has dormido bien?—dice mamá.

Estoy seguro de que lo pregunta por mis algo notables ojeras. Me acerco a una de las repizas y saco un plato hondo para luego servir cereal.

—¿Podemos omitir esa pregunta?—sonrío.

Ella se acerca y deja su plato en el lavavajillas para luego besar mi mejilla con dulzura.

—Sólo quedan dos días.—dice antes de acariciar levemente mi hombro.

Le sonrío y asiento.

Voy al refrigerador y saco leche para mi cereal. Luego de que está listo, me siento en el mesón frente a mi hermana. Mamá sale de la cocina y escucho cómo sus pasos se pierden en la escalera.

Comienzo a comer y noto que mi hermana me mira atentamente.

—¿Por qué te quedaste despierto hasta tan tarde?—pregunta haciendo una mueca.

—El proyecto.—me encojo de hombros.

—No es posible que te hayas quedado haciendo sólo eso, yo empecé el mío mucho después que tú y ya lo terminé.—frunce el ceño.

—Es muy fácil cuando sólo copias y pegas.—le guiño un ojo.

Me fulmina con la mirada y suelto una pequeña risa antes de volver a comer de mi cereal. Siento que me patea por debajo del mesón y suelto un pequeño gemido de dolor.

—¿Qué mierda te pasa?—cuestiono molesto.

—Dime qué estabas haciendo anoche hasta las cuatro y media de la madrugada.—dice molesta.

Ruedo los ojos.

—Tal vez me distraje en internet.—me encojo de hombros.

—¡Chicos se les hace tarde!—escucho que grita mamá desde arriba.

Termino de comer y me levanto para dejar el plato en el lavavajillas. Annette me sigue y ambos salimos de la cocina momentos después.

Mamá baja las escaleras y sonrío al verle. Es la mejor mamá del mundo, aunque cada quién piense lo mismo de su mamá, la mía sobrepasa los límites. Es una ventaja que sea tan joven, me entiende de la misma forma que tío Jaxon.

Es irónico, pero papá siendo menor que él, no ha llegado a entenderme por completo. No tenemos una mala relación, pero tampoco es la mejor ya que no compartimos mucho.

—Hija, recuerda abrigarte, no sé por qué hoy hace tanto frío. No quiero que te enfermes para las vacaciones.—dice dirigiéndose al perchero que hay junto a la puerta.

Le tiende a mi hermana un abrigo gris y un gorro de lana color verde oscuro. Ella los toma y se viste con ellos por encima de su vestido negro antes de darle un beso en la mejilla a mamá.

Tomo las llaves de mi auto que están también junto a la puerta y abro la puerta de casa para salir. Ambas salen junto a mí y mientras nosotros nos montamos en mi McLaren mamá toma asiento dentro de su Lexus IS color blanco.

Nos despide con la mano antes de salir del garaje y ambos nos despedimos de la misma forma. Enciendo el auto y marcho en reversa para poder salir. Cierro las puertas eléctricas con el control y luego simplemente comienzo a conducir.

~~~

Al llegar al instituto, estaciono mi auto y ambos nos bajamos. Casi ninguno de los chicos lleva auto debido a que no les dejan adquirir licencia bajo permiso, por lo que hay muchos lugares y puedo estacionarme sin problema alguno.

La suerte de tener padres jóvenes.

Mi mejor amigo Angelo se acerca a nosotros y me saluda con un choque de manos y puños, a diferencia de mi hermana, a quien saluda con un sonoro beso en la mejilla.

—Hola.—la saluda.

Annette se sonroja y yo ruedo los ojos.

—Espero que hayas hecho tu parte del proyecto, imbécil.—le digo llamando su atención.

—Está todo cubierto.—me guiña un ojo.

La campana suena y los tres comenzamos a caminar para entrar.

—Hola, Alessandro.—escucho que una chica dice a mis espaldas.

Al voltearme me encuentro con una pelirroja pecosa que no conozco. Disimulo mi gesto de confusión y le saludo con la mano sin dejar de caminar para que no note que ni siquiera sé su nombre.

—Vaya, hombre, tener auto es algo que aumenta la popularidad en un cien por ciento.—dice Angelo entre risas.

Ruedo los ojos.

—No me apetecen las interesadas.

—¿Qué tal, Fabreschi?—dice una chica que pasa por mi lado con rapidez.

Le sonrío con los labios apretados y asiento con la cabeza. ¿Cómo es que se llama? No va en mi curso seguramente.

—Alessandro.—me llama una voz a mis espaldas.

Ruedo los ojos.

—¿Quién se supone que...?—guardo silencio al ver a Fiorella de pie justo frente a mi en cuanto volteo.

—¿Disculpa?—frunce el ceño.

Odio su maldito carácter, joder.

—Hola.—digo indiferente.

Alza sus cejas.

—¿No me darás ni un beso?

—Creo que ayer me mandaste a la mierda, ¿no es así?

—No fue mi intención...

—No, Fiorella. Debes medir tus palabras conmigo, creo que ya deberías saberlo.—digo en tono neutro.

Estoy conteniendo con mucha fuerza las ganas de reír. Es un gran alivio cuando las chicas deciden darme un alto.

—Cariño, yo...

—Por Dios, siento que me está hablando mi mamá.—ruedo los ojos.

Ella abre sus ojos como platos y cuando va a darme una bofetada, atajo su mano en el aire. Gracias parkour por los reflejos.

—No soy fan de los espectáculos y lo sabes Fiorella, y mira.—abro mis brazos para señalar a mi alrededor.—No hay ningun escenario. Así que hazte responsable de tus actos, de tus palabras, a mí nadie, absolutamente nadie me habla de la forma en que lo hiciste ayer.

—¡Fue tu culpa!

—No me grites, además, me irrita demasiado tu voz de por sí y gritando pareces una ambulancia. Déjame en paz, ¿quieres?—digo y me doy la vuelta para darme cuenta de que mi hermana y mi mejor amigo observan todo.

—¡Eres un patán, Alessandro Fabreschi!—escucho que grita a mis espaldas.

—Si sigues gritando vas a empezar un simulacro, Fiorella.—digo sin voltearme y comienzo a caminar.

Angelo y Annette sueltan una gran carcajada y caminan a mi lado. Una chica más, o en realidad una menos.

¿Qué más da?

—Has sido una mierda.—dice mi hermana.

—Era necesario.—me encojo de hombros.

—¿Por qué? No se veía como una mala chica.

—No la conoces.

—Si es así, ¿por qué no le habías terminado antes?

—Resulta que tu hermano es el único chico al que le agrada que le terminen.—dice Angelo.

Río.

—Es más algo de inteligencia, querido amigo.—le guiño el ojo.

—Explícate.—bufa.

—Al hacer que me terminen, no las tendré detrás, ya que cuando quieren volver simplemente les digo que fue su decisión y no pueden hacer nada más que aceptar.

Se queda viéndome y pestañea.

—Eres un maldito genio.—dice haciéndome reír.

~~~

Entramos al laboratorio de química y los tres buscamos un mesón vacío. Vamos al fondo del salón y nos sentamos.

—Hey, Fabreschi.—me llama Gian, el capitán del equipo de fútbol.

Hago un movimiento con mi cabeza en forma de saludo y él se acerca hasta nuestro mesón.

—Ésta noche habrá una fiesta con todo el equipo en mi casa, están invitados.—nos sonríe a todos.

—Lo siento, debo terminar mi proyecto, y sabes que no me la llevo muy bien con los del equipo.—sonrío con hipocresía.

Rueda los ojos.

—Eso te lo buscaste tú.—se encoge de hombros.

—No es mi culpa que no me guste el fútbol y sea más popular que cualquiera de ustedes.—me encojo de hombros también.

Me fulmina con la mirada y luego simplemente se va. Vuelvo a ver hacia el frente y mi hermana junto con mi mejor amigo me fulminan con la mirada.

—¿Qué?

—¿Por qué coño hiciste eso?—reprocha Angelo.

—Si voy no será precisamente para disfrutar.—ruedo los ojos.

—¿A qué te refieres?—pregunta mi hermana.

—Ambos saben las intenciones que tienen esos idiotas de dejarme en ridículo frente a todo el instituto simplemente por envidia.—digo cansado.

—Eso te lo has buscado tú siendo tan altanero con ellos.—frunce el ceño.

—¡¿Crees que yo elegí ésto?!—exclamo molesto.

Nunca, pero nunca hubiese elegido ésta porquería de que todos estén al tanto de mis cosas, de mi vida. Saben más de mi vida que yo mismo al parecer, y es algo que sinceramente me pone de un humor de perros.

No tengo la culpa de tener comodidades.

Mi hermana guarda silencio al saber lo molesto que estoy y decido no comentar nada más. La profesora entra en el laboatorio y yo me doy la vuelta para mirarle.

~~~

Estaciono mi auto en mi lugar asignado fuera de la academia de parkour y entro para luego encontrarme en la oficina principal con mi entrenador. Cuando me ve, sonríe y me acerco para saludarle con un apretón de manos.

—¿Qué haré hoy?—pregunto serio.

Sigo molesto por el incidente en el instituto. Odio ser el centro de atención, lo odio.

—Pasa murallas, grimpeo, balanceo y equilibrio.—dice sabiendo que son las cuatro cosas que me cuestan un poco.

Suspiro y asiento, lo que necesito es un poco de adrenalina recorriendo mi cuerpo.

Salgo de la oficina para dirigirme al área de los baños y vestidores. Me pongo unos pantalones deportivos junto con una simple playera y zapatos de goma. Salgo de los vestidores y dejo mi bolso en mi casillero.

Cuando salgo al área de las prácticas me dedico a observar todo como si fuese la primera vez. Es un amplio espacio de césped muy bien cuidado lleno de obstáculos como muros, vallas, cauchos, barras y demás para la agilidad que se requiere en el parkour.

Mi entrenador llega a mi lado y lo sigo cuando comienza a caminar. Me conduce hasta el final del espacio de prácticas, donde se encuentran los tres grandes muros de concreto para practicar pasa murallas y grimpeo.

Antes de comenzar hago mi estiramiento rutinario y luego corro unos cinco minutos para calentar los músculos de mis piernas. Respiro hondo para recuperar mi pulso normal y luego me pongo unos metros alejado del muro de concreto.

Me concentro y corro rápidamente hacia el muro para tomar impulso y cuando estoy cerca, calculando la distancia, doy un salto para llegar hasta él, pegando uno de mis pies a la superficie para impulsarme hacia arriba pero no lo logro.

Por el contrario, caigo en el césped, maldiciendo.

—De nuevo.—dice mi entrenador con seriedad.

Asiento.

Me levanto del césped y vuelvo a mi posición inicial a unos cuantos metros alejado de muro. Hago varias respiraciones y vuelvo a correr hacia el muro, saltando e impulsándome con mis pies hacia arriba.

Estiro mis brazos y con las manos tomo la parte superior del muro para luego hacer fuerza e intentar subir, pero sigue siendo inútil. Me caigo y me golpeo jodidamente fuerte en el trasero.

Bufo.

—De nuevo.—repite mi entrenador.

Siento cómo comienzo a sudar y simplemente me levanto para hacerlo de nuevo.

~~~

Luego de que logro subir el muro y pasarlo, me dedico a hacer grimpeo. Grimpear en parkour es hacer una escalada rápida, ya sea de algún muro con alta inclinación, un poste o algo realmente alto.

Como el área de prácticas es completamente natural y al aire libre, me acerco a un árbol y observo si puedo escalarlo.

Cuando estoy listo, me alejo de él unos metros y luego comienzo a correr hacia él con fuerza para luego saltar cuando estoy cerca e impulsarme con mis manos y pies para subir y subir.

No es nada difícil ya que mis brazos se sienten más fuertes gracias al boxeo.

Mi entrenador me felicita y me dirijo hacia el área de las barras para hacer equilibrio. Unos chicos algo mayores que yo me saludan y les devuelvo el gesto. Mi molestia se ha ido y es pura adrenalina lo que corre por mis venas.

Me dedico unos minutos a respirar y tomar un poco de agua que me ha traido mi entrenador. Calmo mis respiraciones y mi pulso para comenzar a practicar equilibrio intentando pasar caminando por las barras con lentitud.

Luego de que lo lorgo, voy a donde se encuentran cinco troncos delgados acomodados el uno tras el otro en fila india, siendo cada uno más grande que el otro.

El objetivo es durar diez segundos de pie en cada uno y pasar al siguiente sin caerse hasta llegar al más alto para probar el equilibrio. Comienzo a hacerlo pero en el tercer tronco me caigo.

Suspiro y vuelvo a comenzar. Parkour requiere de concentración y estoy algo distraído y ansioso. De un momento a otro he comenzado a pensar en las vacaciones y en que veré a Amellie cuando menos me lo espero.

No he sentido nada así por ninguna chica y la verdad ni siquiera sé nada de ella, pero es realmente hermosa y con eso me basta.

Cuando termino de hacer los ejercicios de equilibrio me dirijo hacia la última etapa de la práctica de hoy que es balanceo. Del árbol que escalé hace unos minutos, busco una rama de la que pueda agarrarme.

Cuando la encuentro lo hago y de inmediato mis pensamientos se despejan.

~~~

Entro a casa y mamá se encuentra en la sala trabajando en su laptop. Me acerco a ella y le saludo con un beso en la mejilla.

—¿Qué tal la práctica?—pregunta sonriendo.

—Agotadora.—respondo sincero.

Mamá ríe un poco y vuelve su vista a la computadora. Me siento en el respaldo del sofá para ver qué está haciendo y me encuentro con fotos de nosotros en la pantalla.

—Pensé que estabas trabajando.—sonrío.

Me mira y me sonríe de igual forma.

—Así es, estoy editando algunas de las fotografías que les hicimos de pequeños para que no se vean tan oscuras y así poder imprimirlas.

—¿Por qué no has hecho eso hace dieciséis años, mamá?—pregunto entre risas.

Suelta una carcajada.

—No quería ver qué tanto han crecido tú y tu hermana, supongo.—se encoge de hombros y luego suspira.

Al pasar una de las fotografías, aparece una de ella y papá con nosotros en la cima de la Torre Eiffel. Es realmente linda.

—Ésta foto la tomamos en su cumpleaños número tres.

—¿Y por qué nunca la habíamos visto?

—Ya te lo he dicho, tenía éstas fotos guardadas. No quería ver qué tan vieja me estoy haciendo.

Río con fuerza y acaricio levemente el hombro de mamá.

—Estás idéntica, mamá.

Es la verdad. Con el pasar de los años sólo se notan pocas diferencias en mamá. Y es que aún es joven, muy joven.

—Por eso te amo, mi pequeño.—dice haciéndome reír de nuevo.

Beso su cabello y me dispongo a irme, aunque luego pasa una fotografía que me llama mucho la atención. Somos mi hermana y yo y otra niña, todos llenos de chocolate mientras mamá y otra mujer de espalda al parecer nos regañan.

Frunzo el ceño.

—¿Quienes son?—pregunto.

Mamá me mira y sonríe.

—Ustedes y Amellie, la hija de Grant y Beth. También fue ese día, todos jugaron con el chocolate del pastel y el carbón de la chimenea del departamento de tu papá.

Abro mis ojos como platos y río con fuerza.

—Beth y yo casi sufrimos un infarto al verlos así.—ríe levemente.

—¿De dónde ha salido esa fotografía?

—Tu padre la tomó mientras estábamos furiosas. No nos dimos cuenta, pero luego de ver la foto no pude evitar reír.

Me quedo viendo a Amellie y sus ojos azules se ven demasiado tiernos con todo su rostro negro debido al carbón. Sonrío y noto que mamá me está viendo con una de sus cejas levantada.

—¿Qué?—frunzo el ceño.

—Nada, ve a terminar tu proyecto.—me guiña un ojo.

Bufo y eso hago. Subo a mi habitación y entro en el baño para darme una ducha, y cuando salgo y enciendo mi laptop y me pongo a trabajar en el proyecto.

Cuando por fin he terminado de hacer mi parte y agrego lo que me ha enviado Angelo al e-mail unas dos horas después, no puedo evitar entrar en su perfil de Facebook.

Al ver su foto de niña y ver éstas fotos, me doy cuenta de que ha cambiado, pero sus ojos siguen siendo hermosamente azules. Muchas veces las personas cambiamos con el pasar del tiempo, como por ejemplo, mi hermana y yo.

De pequeños dábamos muchos rasgos a papá, y el único que los conservó fui yo, ya que Annette comenzó a parecerse más a mamá después de todo. Hasta el color de sus ojos fue cambiando hasta llegar a dar un tono casi verde.

Pero yo no, y Amellie tampoco, sigue siendo igual de hermosa.

Paso muchas fotos y encuentro una en la que sale con varias chicas más, al parecer en el instituto. Ella es la que más resalta debido a su cabello y su piel blanca, o la verdad no sé si es el simple hecho de que mi intención es verla a ella.

Hago click de nuevo y paso la foto para ver una de ella sola en traje de baño, en una piscina. Tiene su cabello recogido en un moño, está de espaldas y levanta sus brazos. Leo el pie de foto "happiness is a day at the pool".

Sonrío y hago click en el espacio para comentar. "good pic :)" es lo que decido poner y justo luego de enviarlo, siento a alguien a mis espaldas.

Al voltear me encuentro con Annette sonriéndome y cierro con fuerza mi laptop.

—¿Qué mierda haces aquí?—pregunto molesto.

—¿Por qué tan molesto, hermanito? ¿No querías que viera tu papel de stalker?—ríe con fuerza.

—Fuera de mi habitación.—señalo la puerta.

—Estás irritable últimamente.—rueda los ojos.

—¡Ya te he dicho que odio que entres a mi habitación sin tocar!

—Ahora entiendo por qué te has atrasado tanto en tu proyecto.—sube y baja sus cejas con rapidez.

—¡Fuera!—casi grito.

Odio que se metan en mis malditas cosas y mi habitación seguro es una de mis putas cosas privadas.

—¡Chicos, bajen!—escucho que grita mamá.

Ruedo los ojos molesto y salgo de mi habitación con mi hermana siguiéndome los pasos. Bajo las escaleras y noto que papá está de pie en la sala.

—¡Papi!—exclama Annette y va corriendo a abrazarlo.

Él la recibe con una gran sonrisa y le corresponde el abrazo. Yo camino hasta él y le sonrío levemente.

—¿No hay abrazo de tu parte?—pregunta sonriendo.

Me acerco y le abrazo con rapidez.

—Hola papá.—digo simple.

—¿Cómo te ha ido? Te extrañamos.—dice Annette.

—Muy bien, han sido días de trabajo duro en la empresa, pero todo tiene su recompensa, ¿no es así?—dice con mucha felicidad.

Frunzo levemente el ceño.

—Les tengo una sorpresa.—dice mirándonos a nosotros y luego a mamá.

Ambas sonríen y yo simplemente siento curiosidad. Papá se acerca a uno de los sofás y saca de su portafolio lo que parecen cuatro boletos de avión.

—¡Nos iremos de vacaciones!—exclama.

Mamá y Annette chillan y yo sonrío. Ésto es lo que necesito, por fin una buena noticia.

—¡¿A dónde iremos?!—exclama mamá.

—Es un crucero por bora bora.—dice contento antes de darle un beso en la frente a mamá.

—¡Genial! ¿Cuándo nos vamos?—pregunto sintiendo como la molestia de momentos atrás comienza a desaparecer.

—En dos días, cuando terminen en el instituto.—dice papá.

Y mi sonrisa se borra por completo. Maldita sea.

Mi selección a la carrera de motocross.

—Lo que faltaba.—digo molesto.

Papá frunce el ceño.

—¿Qué sucede? Hace unos segundos estabas feliz.

—La próxima semana es mi selección a las regionales de motocross papá, ya lo sabías.—digo serio.

—Bueno, se me ha olvidado, lo siento.—dice sin dejar de fruncir el ceño.

Río irónicamente y niego con la cabeza.

—¡No se arregla con un "lo siento"!—hago comillas con mis dedos.—¡Lo sabes papá, sabes lo importante que es esa carrera para mí!

—Alessandro...—dice mamá en tono dulce.

—¡No, mamá! ¡¿Él se desaparece más tiempo del que debería y piensa que todo se resuelve con viajes o simples "lo siento"?!

—Hijo, escucha...—dice ahora papá.

—¡Basta! ¡Estoy harto, harto de que todos tengan una vida normal, un papá normal, y que el mío sólo se la pase trabajando y me dé lujos para compensar el cariño que nunca me ha dado!

—¡Cállate!—me grita papá.

—¡Me he callado ésta mierda por mucho tiempo, no pienso hacerlo más!

Papá se acerca queriendo golpearme pero no lo hace. Respira profundo y se aleja, por lo que puedo ver que mamá está llorando junto con Annette.

Suspiro y niego con la cabeza.

—No iré a esa porquería.—digo antes de comenzar a caminar hacia las escaleras.

—¡Irás! ¡Ya me he comprometido con Grant y Beth!

—¡No me interesa! ¡Ya no soy un niño, puedo tomar mis propias decisiones!

—¡Me importa una mierda si eres un niño o no o si tienes una maldita carrera, irás a éste viaje y se acabó!

—Abraham, ya basta.—solloza mamá.

Entiendo que haya impresión por su parte. Nunca había hablado así a ninguno de los dos, pero la verdad estoy harto de vivir así, de tener que ser el hombre de la casa simplemente porque papá trabaja más de lo necesario.

—Eres un malagradecido, Alessandro. ¡De mi trabajo es que comes!—exclama señalándome.

—¡Preferiría no comer y tener el cariño de un buen padre!—exclamo y corro escaleras arriba.

—¡Espero que para mañana estén listas tus malditas maletas!—es lo que escucho antes de cerrar la puerta de mi habitación.

Siento la ira recorrer mi cuerpo así que enciendo mis equipo de sonido a todo volúmen mientras suena AC/DC.

Tomo mi teléfono en busca del número de mi patrocinador en motocross para informarle que no podré asistir a la carrera de selección y no lo consigo. Maldigo y abro mi laptop para buscarlo en internet.

En cuanto carga la pantalla, aparece la foto de Amellie y no puedo evitar volver a fijar mi mirada en la foto. Respiro profundamente y pienso que lo único bueno será que podré verla.

Eso es lo único que me hace pensar en que por fin son vacaciones.

Por fin podré verla de nuevo.

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