Juego de seducción (Diabolik...

By VampireWhite52

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Subaru nunca hubiera creído que en una sola noche su vida cambiaría. Pareja: Subaru x Shu x Ruki More

¿que paso anoche?
El tutor
Dejarse llevar

24 de diciembre

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By VampireWhite52


24 de diciembre, día previo a la navidad. Una festividad que a pesar de tener un origen religioso para los humanos los vampiros también la festejaban, "que cosa más absurda" pensó el menor de los Sakamakis mientras le daba el toque final a la gran decoración de la entrada de la gran mansión. Todos los años, como orden de su padre, los hermanos debían celebrar las fiestas como una "familia normal". Todos muy a su pesar, y para evitar que la ira de Karl Heinz se desate sobre ellos, obedecían la orden sin protestar. Cada hermano tenía una tarea que le era encargada por Reiji, el más responsable de los seis hermanos, y a él le había tocado colocar la decoración según las minuciosas instrucciones que le habían dejado. Eso como lo hacía enojar, tener que seguir las ordenes del de lentes y a su vez las de su padre. Pero también sabía que sería inútil el protestar, lo mejor era esperar a que todo pasara rápido para poder volver a la normalidad, si es que se podía llamar normal a su vida en la mansión con los cinco idiotas de sus hermanos. Y para empeorar las cosas, este año no solo estaría con ellos. Sus hermanos adoptivos, los Mukamis, también asistirían.

Termino de colocar las decoraciones a la escalera de la entrada y mirando el reloj noto que ya eran las 20:00. Los Mukamis llegarían justo para la cena que seria a las 22:00 para luego hacer el clásico brindis a media noche y luego cada uno se iría ya que todos tenían sus planes personales de que hacer para celebrar a su manera las fiestas. Todos los años era así, Ayato y Laito iban a alguna fiesta; Kanato salía con su teddy para ver los fuegos artificiales desde lo más alto de las torres de la ciudad comiendo dulces navideños; Reiji, por lo poco que sabía, hacia lo mismo que Ayato y Laito, aunque claro, las fiestas a las que asistía eran mucho más elegantes y refinadas; él aprovechaba para salir de cacería ya que entre tantos festejos y alcohol no era muy difícil conseguir una presa. Shu era el único que se quedaba en casa por la vagancia de salir y para aprovechar de dormir en paz sin que nadie lo molestara.

Fue a su cuarto para dormir aunque sea unos minutos en su ataúd antes de tener que enfrentar toda esa tediosa reunión familiar. Al entrar en ese preciado objeto se sintió más calmado. La tranquilidad y paz que sentía en ese pequeño y oscuro espacio lo reconfortaba. Cerró los ojos y se entrego al mundo de los sueños. Abrió los ojos muy vagamente y levanto la tapa del ataúd con pereza, estiro sus brazos hacia arriba y solo por curiosidad dirigió su vista al reloj de su cuarto para ver qué hora era. Para él solo habían pasado minutos, pero al ver que ya eran las 21:55 y que solo faltaban 5 minutos para la cena se levanto de un salto de su ataúd y comenzó a desvestirse lo más rápido que pudo para colocarse el traje que debía usar para la cena. Tiraba la ropa para todos lados sin importarle nada y se coloco los pantalones, camisa, saco y zapatos en cuestión de minutos. Tomo la corbata roja que finalizaba con su atuendo y cayó en la cuenta de que... no sabía anudarse una corbata.

-¡Maldita corbata!- hacia cualquier vuelta y nudo con la corbata para ver si por milagro lograba atarla. Estaba por romper la prenda en cuestión cuando una risa detrás de él lo sobresalto. Se giro en dirección a la puerta de su cuarto y ahí se encontraba el rubio de su hermano mayor apoyado en el marco de la puerta mirándolo con gracia.

-¡¿de qué te estás riendo Shu?!- pregunto más que enojado el albino.

-es muy gracioso ver como intentas atarte una corbata- el rubio ni siquiera intentaba esconder su sonrisa de gracia a pesar de que el menor lo quisiera matar con la mirada. –Haber, deja que te ayude- dio unos pasos hacia el dueño del cuarto.

-¡no necesito tu ayuda!- su hostil mirada roja podría asustar a cualquiera, menos a Shu.

-pues yo creo que si- aseguro quedando frente al albino. Tomo la corbata y comenzó a desarmar los nudos que había hecho el menor para poder empezar de nuevo.

-por cierto Shu... ¿Cuánto tiempo estuviste mirando desde la puerta de mi cuarto?- pregunto el albino mientras miraba hacia otra dirección intentando ocultar su sonrojo por la cercanía de ambos.

-llegue cuando saliste del ataúd y comenzaste a sacarte la ropa-

Subaru se sonrojo hasta las orejas, su hermano lo había visto desnudarse como si de un show privado se tratase. A pesar de su vergüenza no le recrimino nada al mayor por andar de mirón.

-listo- dijo terminando de atar perfectamente la corbata. A pesar de haberla anudado la seguía teniendo en sus manos mientras se quedo hipnotizado viendo el rostro sonrojado del albino que no lo miraba. Se veía realmente atractivo con ese traje, el negro del conjunto hacia resaltar lo blanco de su piel y esa corbata roja que hacia juego con sus ojos, realmente se veía... atractivo.

El menor se cuestiono el por qué tardaba tanto su hermano mayor y a pesar de su sonrojo se volteo para mirarlo. Una mirada azul como el más hermoso de los océanos lo estaba mirando con increíble intensidad, ¿Por qué lo miraba tanto? Su sonrojo se acentuó ante lo incomodo de la situación y como copiando al rubio se quedo mirándolo a los ojos algo perdido en esa profunda mirada azul.

-¿Shu?- pregunto rompiendo el extraño momento.

-debemos bajar ahora, ya se hizo tarde- con esa frase soltó a su hermano y salió de la habitación hacia el comedor seguido del albino.

Ambos llegaron y notaron como todos ya estaban sentados en sus lugares esperándolos. Reiji tenía una mirada desaprobatoria pero que luego relajo cuando ambos se sentaron en sus respectivos lugares. Los Mukamis ya habían llegado y estaban sentados en los lugares que se le habían asignado. Ya eran las 22:05 y Reiji indico que podían empezar con el banquete, ya que de otra forma no se podía llamar a esa mesa cubierta por un delicado mantel, cubiertos de la más costosa vajilla, adornos brillantes y delicados que decoraban la mesa y la más refinada y deliciosa comida que se puedan imaginar. Todos se miraron confundidos, ya que faltaba el principal invitado por el cual estaban montando todo ese circo.

-¿no vamos a esperar a Karl Heinz-sama?- pregunto el mayor de los Mukamis en nombre de todos.

-esta tarde recibe un mensaje de padre avisando que no podría venir pero que igual quería que siguiéramos con la cena-

Todos se sorprendieron y reaccionaron de distinta manera para demostrar su enojo. Como el viejo de su padre y tutor después de ordenarles que organizaran todo ese despliegue de cena se daba el lujo de avisar el día de la reunión familiar que no asistiría. Miradas de enfado de distintos colores se dirigieron al de anteojos, ¿Por qué no les había avisado antes? Si no iba a asistir Karl Heinz no tenía ningún sentido el haberse reunido.

-y si se preguntan el por qué no les avise antes es debido a que si se hubieran enterado no habrían asistido y habrían desobedecido una orden de padre- aclaro Reiji sin inmutarse por el aire amenazante que se formaba en la mesa.

Eso en parte era cierto, pero igual eso no ceso el enfado de todos. Se notaba que los 3 Mukamis menores estaban por levantarse e irse a su mansión pero su hermano mayor tomo la palabra en la mesa en un intento de salvar la noche.

-bueno, es cierto que todos teníamos mejores planes para pasar estas festividades. Pero ya que estamos aquí aprovechemos de disfrutar la comida-

Todos miraron con asombro a Ruki por sus intentos de que continuara la cena a pesar de que el con sus hermanos deberían haber sido los primeros en irse. ¿Por qué quería que continuaran todos juntos?

-bueno... si Ruki... lo dice- el menor de los Mukamis se volvió a acomodar y comenzó a comer la comida de su plato.

Kou y Yuma se miraron con la clara interrogante de si irse o quedarse. Pero si su hermano mayor quería que siguieran ahí así lo harían. Volvieron a sentarse y todos continuaron con la cena. Ningún vampiro hablaba, todos comían tranquilos sus alimentos esperando a que sea medianoche para salir. La cena se volvía aburrida pero como siempre Laito intento animarla.

-¿y qué planes tienen los Mukamis para después?-

-los tres vamos a asistir a una fiesta de navidad que ofrece mi disquera para sus artistas e invitados- el rubio se oía animado por tal evento.

-¿los tres?- pregunto incrédulo el pelirrojo autoproclamado Ore-sama.

-si, Ruki no nos acompañara. Dijo que ya había hecho planes- comento casi en un reclamo el mukami castaño.

-porque así es- dijo sin inmutarse por el reproche de su hermano.

-¡pero Ruki-kun~! Yo quería que estuviéramos juntos los cuatro- reprocho el idol haciendo pucheros.

-no va a ser la primera navidad que no pasamos los cuatro juntos, además, podemos pasar el día de mañana y año nuevo juntos- no planeaba cancelar sus planes por ningún motivo, además, lo que había dicho era verdad ya que el resto de las festividades que quedaban en el año las pasarían juntos.

El incomodo silencio volvió a llenar el comedor mientras que cada vampiro empezó a comer rápidamente su comida para terminar con esa tortura. Todos a excepción, claro está, de Shu, Ruki y Reiji.

Al acabar cada uno con sus platos fueron retirados y en medio de la mesa se coloco dos botellas del mejor champagne con 10 copas de cristal. Se sirvió la bebida espumante en cada copa y en unos minutos sonaron las campanadas del reloj anunciando las doce de la noche, todos chocaron sus copas y en un abrir y cerrar de ojos todos se habían ido del salón. Azusa, Kou y Yuma salieron rápidamente a su limosina que los llevaría directo a la fiesta de la disquera de Kou; Laito y Ayato fueron a cambiarse sus elegantes trajes por ropa moderna y juvenil, y se fueron a la ciudad; Kanato también se cambio sus ropas y se dirigió a la cocina donde había preparado de ante mano una bolsa llena de dulces navideños y se fue a algún lugar donde tuviera buena vista y pudiera estar tranquilo con su teddy; Reiji no tuvo necesidad de cambiarse y se fue en la limosina de la familia a una fiesta de etiqueta a la que lo habían invitado; Subaru en cambio este año decidió solo salir un rato al jardín para entrar a la torre de su madre.

Ese lugar le traía muchos recuerdos, se sintió algo masoquista al ir a ese lugar que removía tantas cosas en él, su madre siempre diciéndole lo egoísta que era por no poder cumplirle su deseo de muerte, y él solo un niño deseaba más que nada el ver a su madre libre. Aunque claro, ese deseo jamás se cumplió. Luego de unos minutos en los que recorrió el jardín de rosas y entro en la torre de su madre decidió que lo mejor era volver para poder descansar en su ataúd tranquilo.

El albino regreso a la mansión y no habían pasado ni 30 minutos desde que se había ido. Al pasar por el salón noto la botella abierta de esa deliciosa bebida alcohólica que quedo del brindis y pensó que era un desperdicio el dejarla ahí abierta. Así que se sirvió en una copa una y otra vez hasta que vacio la botella. Al no tomar alcohol con mucha frecuencia quedo un poco ebrio y así camino cansado hasta su cuarto, pero en el pasillo pudo escuchar unos sonidos algo raros que provenían de un cuarto. Algo intrigado se dirigió hacia el cuarto de donde salían esos sonidos, llego hasta la puerta de la misma y se dio cuenta que era la del cuarto de su hermano mayor Shu. Una voz dentro de él le decía que no abriera esa puerta, que sea lo que sea que esté detrás de ella no sería nada bueno. Pero la curiosidad hizo su parte y le dio el último empujón que el albino necesitaba y tomo la manija de la puerta y la abrió lentamente procurándose de no hacer ruido. Lo que sus ojos vieron seria lago que jamás podría olvidar, su hermano mayor Shu estaba solo en bóxers y encima de Ruki quien estaba en igual condiciones que el rubio y tirado sobre la cama. Y como si el trauma no le fuera suficiente ambos se estaban besando de manera más que lasciva. Los ojos rojos del albino se abrieron de par en par, su rostro se sonrojo a más no poder y su cuerpo se quedo inmóvil observando aquella escena. Acaso era un efecto del alcohol, pensó; pero como todo podía empeorar, para mala suerte de Subaru, uno noto su presencia.

-¡¿Subaru?!- pregunto Ruki mirando hacia la puerta viendo como dos ojos rojos estaban mirándolo a él en semejante escena.

Los tres se quedaron en shock de la vergüenza. El primero en reaccionar fue Subaru, que salió corriendo directo a su cuarto para meterse en su ataúd, luego Shu que salió corriendo en busca de su hermanito para explicarle lo que había visto, y al final Ruki quien siguió a Shu para que ambos hablaran con Subaru. El albino llego a su cuarto y de un fuerte portazo cerro su puerta y se escondió en su ataúd maldiciéndose por haber visto aquello.

-¡Subaru!- grito Shu entrando en el cuarto –Subaru sal, déjame explicarte lo que viste-

-¡yo se que vi y no quiero hablar de eso!- el albino deseaba que estuviera soñando, su suerte podía ser peor, ¡¿por qué justo él tuvo que encontrarlos?! Lo último que quería hacer era hablar o siquiera ver a alguno de los dos mayores.

-¡no seas infantil y sal!- dijo Ruki algo fuerte detrás de Shu.

-¡váyanse!- fue lo único que salió del ataúd.

Tanto Ruki como Shu se miraron entendiendo que hablar no serviría de nada para que el albino saliera de su ataúd. Pero al Mukami se le ocurrió una idea que seguro haría salir al vampiro.

-entonces si no quieres salir, no te importara que los dos nos quedemos acá- Tomo a Shu del brazo y le guiño un ojo en señal de que siguiera con su plan.

-no es mala idea- comento el Sakamaki tirando al morocho sobre la tapa del ataúd y posicionándose sobre él. Ambos vampiros comenzaron a besarse de manera salvaje y soltando gemidos fuertes para que el albino los escuche.

-¡malditos pervertidos váyanse!- grito con furia mientras golpeaba la tapa de su ataúd para que esos dos vampiros se salieran de encima de la tapa. Cosa que no tuvo mucho éxito ya que seguía escuchando los gemidos y jadeos que producían esos dos mientras se refregaban contra su amado ataúd. Tapo sus oídos con sus manos pero le era imposible no escuchar lo que sucedía. Y en un arrebato de furia pateo la tapa de su ataúd haciendo que los dos mayores cayeran al piso y este quedara expuesto.

-¡te tengo!- dijo Shu poniéndose encima del albino que estaba recostado en su ataúd y agarrando sus muñecas para que no escapara–ahora, vas a escucharnos-

Subaru se sonrojo, tanto su hermano como el Mukami seguían solo en bóxers y el rubio estaba sentado sobre su miembro -¡suéltame!- trato de forcejear para zafarse pero Ruki intervino y sostuvo sus manos con Shu haciendo que su fuerza sea inútil.

-solo queremos decirte que no le digas a nadie lo que viste- comento Ruki acercándose y mirando directamente a Subaru a los ojos, increíblemente este se tranquilizo al ver la calma que reflejaban esos ojos azules.

El albino no sabía por qué, pero al sentir a Shu sobre su miembro y a Ruki tan cerca de su rostro hizo que se sintiera extraño, pero... le gustaba.

Shu se quedo mirando como aquellos dos vampiros se miraban a los ojos algo hipnotizados, cosa que lo hizo sentir algo celoso. Pero cuando se movió un poco encima de su hermano este soltó un gemido que tomo por sorpresa a los tres. Entonces el rubio presto más atención y noto como el pene de Subaru se había puesto erecto. Sonrió con malicia y vio a Ruki quien también se había dado cuenta de la situación del albino. Ambas miradas azules se vieron de manera cómplice y volvieron a mirar al albino quien estaba muy sonrojado.

-¿q-qué?- pregunto el albino al notar como esas dos miradas se fijaban en él como si fuera una presa a la cual devorarían.

Ninguno respondió y al segundo los dos mayores tomaron al menor y lo tiraron a la cama que había en el cuarto.

-¡¿pero qué demonios hacen?!- volvió a gritar rojo como una rosa carmín.

-nada, solo...- susurro Shu en su oído derecho mientras acariciaba su bulto por sobre el pantalón haciendo que un gemido saliera de la boca del menor.

-te haremos sentir bien- termino la frase el Mukami mordiendo el oído izquierdo del albino.

De repente la noche se había vuelto mucho más interesante para los tres.

¿Y qué tal? Llevo un tiempo queriendo innovar en mis historias y decidí escribir un trió entre mis tres personajes favoritos. Espero les haya gustado e intentare subir el próximo capítulo cuanto antes. Y todavía estoy pensando si escribir o no un lemon en el siguiente, ¿ustedes que opinan?

Les deseo felices fiestas.

Vampire White



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