Forbidden Passion

By DrxmaQuexn

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Supongo que esto es amor. No puedo fingir. No puedo fingir algo que es real. Quiero pelear contra esto... Per... More

|PRÓLOGO|
|CAPÍTULO UNO|
|CAPÍTULO DOS|
|CAPÍTULO CUATRO|
|CAPÍTULO CINCO|
|CAPÍTULO SEIS|
|ADELANTOS|
|AVISO IMPORTANTE|
|CAPÍTULO SIETE|
|CAPÍTULO OCHO|BONUS JILL|
|CAPÍTULO NUEVE|BONUS BILLAN|
|CAPÍTULO DIEZ|BONUS PINECEST|
❤Aviso❤
❤AVISO x2❤
Buenas y malas noticias.
|CAPÍTULO ONCE|
|CAPÍTULO DOCE|
Se acabó.
|CAPÍTULO TRECE|
|SPAM|
|CAPÍTULO CATORCE|
CUMPLEAÑOS
|CAPÍTULO QUINCE|
|CAPÍTULO DIECISÉIS|
|CAPÍTULO DIECIOCHO: FINAL|

|CAPÍTULO TRES|

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By DrxmaQuexn

Dipper

Después del incidente en la cocina Mabel había estado muy distante conmigo. Caminaba algo alejada de mí cosa que no me hacía sentir cómodo.

—Ehh ¿Mabs? —ella dio un pequeño saltito de susto pero luego me miro—. Realmente lamento lo de la cocina... no quiero que te sientas incomoda conmigo.

—No estoy incomoda contigo.

Miente.

—Solo que... —tanteo con las manos—. No lo sé, estoy pensando.

—¿En qué?

Ella miro al bonito cielo que hacia el día de hoy y luego suspiro.

—En el hecho de que he estado sola estos últimos meses.

Ese fue el momento en donde un gran nudo se formo en mi garganta.

—Hey Mabs... —me acerqué a ella, con la intención de poner mi mano en su hombro, claro que la cobardía me lo impidió.

—Olvidalo, olvidalo, no es... no es necesario tocar ese tema —sonrió con tristeza, sus ojos se cristalizaron.

—Quiero hablar contigo de ese tema —tomé sus manos, ella se tensó y decidí separarlas —. Perdón, no era con intención.

—Está bien —hablo jugando con sus manos—. ¿Qué es lo que ibas a decir?

Suspire.

—Mabel, eres una de las mejores cosas que yo tengo en esta jodida vida y realmente verte triste me hace mal, quiero decir no es por mí es por ti. Nuestros padres ya no están... pero yo sí —me acerque dos pasos hacia ella—. Siempre estaré para ti, no importando cuando o donde me necesites... nada es más importante que tú, pequeña.

Mabel bajo la mirada pero yo se lo impedí poniendo mi mano en su mentón con delicadeza.

—Nunca te dejare... antes muerto.

Y ahí estaba, mi hermana con sus ojos cristalinos, con las lágrimas al borde y su labio inferior temblando por contener las lágrimas.

—¿Tienes idea de lo cuánto me duele el verte llorar? —mi voz se entrecortó.

Ella soltó una risa, para después soltar las lágrimas que estaban en sus bellos ojos cafés.

Me abrazó fuertemente, como aquella vez que tuvieron que dejar en un refugio de animales a Pato. Más que la muerte de nuestros padres.

—D-Dipper... —su voz... casi inaudible

—¿Si? —recargué mi rostro en su cabeza.

—¿Me prometes que jamás me abandonarás? —se separó de mí, sorbiendo su nariz para evitar que las lágrimas continúen.

—Siempre estaré contigo Lady Mabelton —ella rio—. No necesitas una prometa para que esté segura.

Ella rio, aunque sonó más como un jadeo.

—No estés triste. Pagare todo lo que pidas en el restaurante. Solo por verte sonreír —toque su nariz.

Mabel por fin rio como siempre lo hace y entramos a su restaurante de desayunos favorito.

—Y bien... —hablé sentándome en una mesa y ella al frente mío —. ¿Qué es lo que le gustaría desayunar Lady Pines?

—Creí que era Lady Mabelton —reímos—. Panqueques Lord Pines, ya que los que hizo se embarraron en mí —se señaló.

—Como desee jovencita —reí —. Si me disculpa, iré a pedirlos con el chef —ella asintió divertida y me levanté de mi asiento.

Me dirigí a la caja registradora para hacer el pedido de Mabel y el mío. Pero algo llamo mi atención, la campanilla de la puerta del local había sonado.

Una linda chica de cabello castaño claro ondulado y puntas rubias estaba entrando al local. Hablaba animadamente con otra chica con los mismos rasgos pero ella con cabello laceo.

Una sonrisa se formó en mis labios al ver que se había percatado de mi presencia.

Ambas chicas se acercaron, claramente la de rulos venía con una sonrisa amplia.

—¿Dipper Pines? —preguntó con una sonrisa.

Asentí.

—¿Dylan y Juliette?

Las chicas asintieron.

No hizo falta que Dylan se lanzara contra mí en un abrazo.

—¡Dopper! —Chilló con una sonrisa—. No me creo que seas tú.

—Casi ni las reconozco chicas, han cambiado —sonrieron—. ¿Qué hacen el California?

—Cierta persona quería ver un desfile en vivo de zapatos —habló Juliette señalando a Dylan.

—¡Es que es mejor en persona que en televisión!

Reí roncamente. Dylan... realmente hace tiempo que no la veía. La conocí en Gravity Falls, fue una gran amiga aquel tiempo. Recuerdo el día que la conocí, Mabel se había ido de fiesta con Candy y Grenda por lo que decidí salir y ahí fue en donde la vi, aquella chica linda cuyo carrito de golf se había malogrado en medio de la nada bajo la lluvia.

—¿El carrito de golf ya no tiene problemas? —dije enarcando una ceja.

—Desde que lo arreglaste sigue perfecto...

Sonreí. Note como Juliette codeaba a su hermana y está se sobresaltaba.

—Amm... tenemos que irnos, quedamos en reunirnos con unos amigos que al parecer ya llegaron —señalo a un grupo de chicos.

—Oh claro, no hay problema... —sonreí, ella hizo lo mismo para luego irse—. ¡Espera!

Salí de la fila y me acerque a ella.

—Oye... no me gustaría perder contacto así que... tú quisieras... tú... quisieras... —me sonroje y me rasque la cabeza.

Note como Juliette viraba los ojos y de cómo rebuscaba algo en su bolso.

—Aquí tienes —dijo dándome una tarjeta —. El segundo número es el de Dylan.

Me sonroje y asentí. Las dos se despidieron para irse a su respectiva mesa.

Jugaba con la tarjeta en mis dedos, releyendo el número una y otra vez, hasta llegar a mi mesa.

—¡Llegaste! —levanté la vista, era Mabel con una sonrisa—. ¡Ya habías tardado mucho bro-bro! ¿Pediste mis panqueques?

Mierda, lo había olvidado.

—Eh... yo... —ella frunció el ceño, mirando la tarjeta que tenía en la mano.

—¿Y eso que es? —señaló la tarjeta con el número de Juliette y Dylan.

Escondí la tarjeta detrás de mí.

—N-Nada Mabs —sonreí falsamente.

En un movimiento brusco, logró quitarme la tarjeta, leyendo los números.

—¿Dylan? ¿Juliette? —Preguntó y una sonrisa se formó en su rostro—. ¿¡Están aquí!? —su sonrisa aumentaba.

—S-Si, están aquí, las vi hace rato, han cambiado desde hace 4 años —sonreí estúpidamente —. Están ahí —señalé la mesa donde estaban las dos hermanas riendo.

Solté un suspiro.

—Oh... ya —giré donde Mabel y tenía una mirada fría—. Dipper ¿Nos podemos ir? Se me fue el apetito.

—¿Irnos? P-pero los panqueques...

—Ya no quiero nada...

—Pero...

—¿Mabel? —una voz femenina me interrumpió.

Voltee mi cabeza y vi a las hermanas Fienes y a sus amigos viéndonos.

—Oh pero mírate que hermosa estas —hablo Dylan parándose inmediatamente para luego correr y abrazar a Mabel—. Vaya... hola... Dylan —habló Mabel.

—¡Estás tan linda! ¡Y has cambiado! ¿Sin frenos? —preguntó Dylan

—Si... bueno... ya no me eran útiles —notaba la incomodidad de Mabel.

—Hey... —giré a mi derecha—. ¿Tienes un minuto?

—Claro —asentí confundido—. ¿Qué es?

—¿Tienes idea de que tiene Mabel? ¿O es que ha cambiado con el tiempo? Yo la recordaba feliz —hizo una cara de preocupación Juliette.

Me encogí de hombros.

—No tengo la menor idea, hace un rato estaba bien.

Juliette alzo una ceja y se cruzó de brazos.

—¿Le incomoda la presencia de mi hermana o algo parecido? Que yo recuerde ella no la ha hecho nada.

Esas palabras me alteraron.

—Oh, pero por supuesto que no. Mabel y Dylan siempre se han llevado bien... seguro le duele la cabeza... últimamente ha tenido mucha migraña —dije tratando de excusarla.

—Oh... seguro es eso —se encogió de hombros, Juliette.

—Y... ¿Cuándo nos reunimos chicos? —intervino Dylan mirándome y luego a Mabel.

—¿Reunirnos? —preguntamos Mabel y yo al unísono.

—¡Claro! Para ya sabes, celebrar que estamos de nuevo juntos los cuatro amigos de Gravity Falls —habló Dylan con una sonrisa en sus labios, estrujando a Mabel contra ella.

—No sé si sea buena... —Dylan interrumpió.

—No sean aguafiestas chicos, vayamos a salir a comer o algo así —habló.

—Veremos si podemos, pero no te prometemos nada, Fienes —la expresión de sorpresa en el rostro de Dylan lo explicó todo, al igual que en el rostro de Mabel—. Vámonos de aquí Dipper. Mire a Dylan la cual había agachado la cabeza y se había puesto al lado de su hermana. Por otra parte Juliette estaba viendo a Mabel de una manera penetrante, como si le clavara cuchillos con tan solo mirarla.

—Yo... —me rasque la nuca—. Lamento eso... te llamare ¿De acuerdo? Quedaremos algún día y la pasaremos genial.

Le di una sonrisa sincera a Dylan pero esta no pareció muy convencida. Asintió cabizbajamente y se fue. Iba a voltearme para irme con Mabel pero un brazo me detuvo.

—Mira Dipper... no tengo nada en contra de ti. Pero más te vale que controle a tu hermana. No dejare que una niñita engreída humille a la mía. Te lo advierto Pines, yo por mi hermana hago lo que sea.

La mire a ambos ojos y asentí con un nudo en la garganta. Ella soltó mi brazo y fue tras su hermana.

Al salir del restaurante busqué con la mirada a mi hermana, quien iba caminando ya un poco más adelante.

—¡Mabel! —Grité su nombre y ella no se molestó en girarse —Hey ¿Que te sucede?

—¿Suceder de qué? —estaba en lo correcto, le sucede algo.

—Bueno, digamos que tú no eres así, nunca jamás tuviste problemas con Dylan.

—¿Y cómo puedes estar tan seguro Dipper? —Su tono frío de nuevo —No tienes la menor idea de nada.

—No, no la tengo, pero no importa lo que pasó, no debías ser tan grosera con ella —hablé serio con el ceño fruncido —¿Hay algo que te molesta para ser tan grosera con ella?

—Da igual, cuando salgas con ella, ni te molestes en decirme —caminó más rápido, alejándose de mí.

—¿Salir con ella? ¡Nos invitó a los dos! No hablo solo conmigo. ¡Se había alegrado al verte y tú la trataste mal! ¿Qué no eran amigas?

Mabel frunció su nariz, sus labios y su ceño. Al parecer estaba realmente alterada.

—¡Y eso a ti que te importa! No quiero salir con ella y punto, no hay más discusión. Pero si tú quieres puedes ir detrás de ella... ¿No me lo habías dicho ya? Bonita y de Gravity Falls ¡Es obvio que era Dylan a la que me describiste ayer! —grito alterada justo al mismo tiempo en el que un trueno sonó y las gotas de lluvia empezaban a caer—. ¿Sabes qué? A mí me da igual. Anda tras ella como el perrito faldero que eres y cómetela de una vez. Porque ojos no te faltaban para ver cómo te la violabas con la mirada...

—¡Oh por Dios Mabel eso no es verdad!

—¡Claro que es verdad! ¿Me crees estúpida? —grito mientras movía su cabello empapado que tenía en la cara.

—¿¡Y tu como puedes estar tan segura sobre eso?! —acusé cruzado de brazos.

—¡Ah! ¿Ahora yo tengo la culpa? —Se señaló a sí misma—. ¡Vaya! ¡En verdad lo siento Dipper Pines! No pensé que usted tenía razón —apreté mis puños.

—Odio que seas sarcástica conmigo —musité.

—¡Si no quieres oírme siendo sarcástica, bien puedes taparte los oídos! —Dijo furiosa —Ahora, si me disculpas, debo llegar a casa. Y después de decir eso se giró para caminar bajo la lluvia, dando pesados pasos en el pavimento, los cuales hacían que el agua salte.

—Mabel... basta —dije corriendo tras ella—. No podemos estar así.

—Dipper olvídalo, ya déjalo así.

Corrí aún más rápido y me pare en frente de ella.

—No... —Dije agitado —.Tengo dos opciones para aclarar esto. O estas con la regla —ella viro los ojos —. O estás celosa.

Y es ahí donde palideció.

Puse mis manos en sus hombros.

—¿Acaso estás celosa Mabel? —Pregunté en un susurro poco audible—. ¿Estás celosa de Dylan?

Ella soltó una carcajada, obviamente falsa.

—¿Yo? ¿Celosa? ¡Claro que no! —su risa paró cuando la miré directo a los ojos.

—Mabel, deja el sarcasmo de lado y contesta mi pregunta.

Ella bajó la mirada al suelo jugueteando con sus manos.

—¿Esta mal estarlo?

Por supuesto que no.

—No, claro que no —me acerque a ella y pase un mechón salvaje detrás de su oreja—. Está perfecto.

Esta más que perfecto.

Me acerque lentamente a ella. Era tan hermosa bajo la lluvia. Pase mi lengua por mis labios de una manera sutil para luego mirar los de ellas. Se veía que estaba realmente nerviosa, yo la ponía nerviosa y eso me gustaba.

Espera... ¿Me gustaba?

Oh pero por supuesto que me gustaba, me encantaba.

—¿Dipper? —preguntó tímida mi hermana mirándome a los ojos, podía sentir su mirada en mí.

Aunque no estaba completamente seguro ya que yo estaba mirando sus labios, sus delgados labios finos y rosados.

—¿Si? —pregunté acortando la distancia entre nosotros.

—E-Estas frío... —susurró acercándose también a mí.

—¿Quieres entrar en calor hermanita?

—Si me ayudas, me encantaría —susurro con voz ronca.

Mi respiración de puso pesada. No pude evitarlo más, me acerque ferozmente a ella y la tome de la cintura apegándola a mí haciéndola soltar un jadeo.

Un jodido y exquisito jadeo.

La mire a los ojos, marrones, preciosos, hipnotizantes. Me acerque a ella lentamente, sus ojos se cerraron al igual que los míos.

Pero...

¿Qué estoy haciendo? ¡Es mi hermana!

Me separe de ella y la mire. Se veía tan relajada con los ojos cerrados. Esperándome, esperando lo que nunca podría pasar.

Sus pestañas pesadas se empezaron a abrir dejando al descubierto sus pupilas.

—No puedo... lo siento... —susurre con la cabeza gacha.

Alce la cabeza y vi como sus ojos se habían cristalizado. Pero luego asintió levemente para luego voltearse.

—Mabel perdóname...

—No Dipper, tú tienes razón —dijo con la voz quebrada.

Baje la mirada al suelo, ella solo caminó.

—¿Por qué es tan difícil? —murmuré—. ¿Por qué el destino lo quiso así? ¿Por qué no podemos ser felices?

[...]

Habían pasado 4 horas desde que regresamos del restaurante, Mabel estaba enfadada conmigo, no tenía que ser un genio para saberlo.

Después de servir dos platos en la mesa, decidí subir a la habitación de mi hermana, quería disculparme con ella, por ilusionarla.

Golpee levemente la puerta, sin obtener respuesta.

—Hey Mabs ¿Tienes hambre? —aún no respondía—. He preparado de comer, es tu comida favo...

No tengo hambre, gracias —obtuve respuesta del otro lado.

Pegue mí frente a la puerta y suspire resignado.

—Perdóname por favor. Y-yo... no sé qué me paso te lo juro yo...

—Dipper estoy cansada, déjame en paz. He tenido un día agotador y no quiero frustrarme con tontos juegos de palabras que siempre usas.

Suspire pesadamente ¿Por qué tenía que ser tan testaruda?

—De acuerdo, pero si tienes hambre... la comida está en el horno.

No recibí respuesta así que me encamine a mi cuarto para encerrarme en él y descansar por fin.

Me quite la chaqueta y algo cayo de ella. Lo recogí, era la tarjeta. Mire mi celular y luego mire nuevamente la tarjeta.

"No, Dipper. No es buena idea".

No me hice caso y agarre mi celular para marcar el segundo número.

Uno

Dos

Tres timbradas.

Nadie contesta.

Justo cuando iba a colgar alguien hablo.

—¿Diga?

—¿Dylan?

—¿Dipper?

—Emm sí.

—¡Qué bueno oírte! ¿En qué puedo ayudarte?

Sonreí ante su amabilidad.

—Quería pedirte disculpas por el comportamiento de Mabel esta mañana. Ella normalmente no es así, es solo que... no se ha sentido muy bien últimamente.

—Oh... entiendo no hay problema. Es más, me encantaría salir con ella para poder ponernos al día en todo lo que hemos perdido —rio—. Dile de mi parte que el día que ella desee puede venir a mi casa para pasar el rato, después la llevaría a comer... yo invito.

—Se lo diré.

Un silencio incomodo se hizo entre las dos líneas.

—Bueno... ¿Eso es todo?

—Si... digo no. Yo pues...

"No es buena idea, Dopper"

—Me gustaría saber si tú...

"¡No lo hagas!"

—Quisieras... no lo sé, tal vez ¿Salir conmigo?

"Idiota"

—Por supuesto que sí —contesto animada—. Tú dime el día y yo estaré ahí.

—Fabuloso —sonreí —Un gusto hablar contigo Dyli—me sonroje.

—Igual, Dippy. Adiós.

—Adiós.

Y colgué.

Me acosté en la cama, mirando el techo y meditando lo que he hecho.

No puedo hacer esto, jugar con Dylan simplemente por los caprichos de mi hermana.

Sería bueno que saliera a pasear con Dylan para relajarme.

Mabel

Horas habían pasado desde que me separe de Dipper. El cielo ya estaba oscuro. Mire el reloj.

"9:30pm"

Abrí mis ojos asombrada, realmente las horas se pasan volando cuando te centras en una lectura.

Mi estómago rugió por lo que decidí bajar a comer lo que Dipper me había preparado. En el horno había unos deliciosos espaguetis a lo Alfredo.

Sonreí, amaba ese plato. Lo calenté y me lo comí en un dos por tres. Estaba realmente hambrienta, además que la comida de mi hermano siempre es deliciosa.

Lave todo y lo guarde en su sitio. Iba a subir las escaleras, pero al poner mi pie en el primer escalón el recuerdo de Dipper acercarse a mi bajo la lluvia se hizo presente.

Me recargue en la pared y cerré los ojos.

Esto no iba a ser posible, nunca. Él, yo... jamás podría pasar. Mordí mi labio de impotencia y subí las escaleras.

La respiración profunda de mi hermano de escuchaba por los silenciosos pasadizos. Pase un mechón por atrás de mi oreja y mire su cuarto. Su puerta se encontraba entreabierta.

Me acerque sigilosamente para entrar, pero me detuvo.

"Esto está mal, Mabel. Regresa a tu cuarto".

Le hice caso a mi conciencia por lo que retrocedí dos pasos.

Oh, a la mierda todo.

Gire nuevamente y entre sigilosamente a la habitación de mi hermano, cerrando la puerta que estaba detrás de mí.

—¿Hmm? —Escuche la voz adormilada de mi hermano—. ¿Mabel eres tú?

No respondí nada. Me acerque lentamente a su cama, puse una rodilla y luego la otra para subirme en ella y empezar a gatear hacia él.

—¿Mabel, qué estas...?

—Shhh... Ya basta —dije apegándome a él.

Mi rostro muy cerca del suyo. Gatee un poco más para quedar un poco encima de él. Cada uno de mis brazos estaban al lado de su cintura. Lo mire a los ojos en plena oscuridad, podía ver la confusión en ellos.

—M-Mabel tú... —titubeo.

—Shh, ya en serio basta, Dipper. —dije mientras jalaba el cuello de su camisa delicadamente para atraerlo a mí—. Dejémonos de niñerías... me hace daño...

—Mabel no podemos...

—Sí, si podemos. Es así de sencillo.

Y después de decir esto me impulse un poco para unir nuestros labios en un beso. Sentí como a comienzo se tensaba pero poco a poco fue tomando ritmo para seguir el beso. Tanteo con sus manos para luego tomarme de la cintura y hacer que me eche encima de él. Puse mis piernas a ambos lados de su cintura y con mis manos lo jale de su camiseta para atraerlo más a mí.

Él soltó un jadeo.

Yo sonreí.

El beso fue tomando más intensidad. Sus manos recorrían toda mi cintura y las mías viajaron hasta su cabello para jalárselo lentamente.

Otro jadeo.

Otra sonrisa por mi parte.

Sus manos viajaron hasta mi trasero. Y esta vez la que jadeo fui yo.

—¿Es que acaso la niña tierna quiere jugar sucio? —murmuró en mi oído de una manera candente.

—Puede ser que la niña tierna se volvió traviesa —susurré, uniendo mis labios de nuevo con los de él.

Me era fácil hacerme adicta a ellos, era una poderosa droga para mí, una poderosa droga prohibida.

—Si se hizo la manzana fue para ser mordida —dijo, apartando las manos de mi trasero y subiendo al comienzo de mi camisa.

Sonreí cuando él intentó deshacerse de ella.

—¿Acaso necesitas ayuda? —él sonrió de una manera provocadora, dando a entender que era un sí.

Sonreí y me aleje un poco de él para desabotonarme uno por uno los botones de mi camisón

—Oh Dios... ¿Quieres torturarme, cierto? ¿Eso es lo que quieres eh nena?

Me mordí el labio al oír aquel sexy apodo que me había puesto. Me quite la camisa dejando al aire mi bra color rosa pastel.

—Tan linda como siempre—susurro mi hermano acariciando el elástico de mi bracier para luego tocar delicadamente las copas de este.

—No tengas miedo Dip-Dip —hablé con una sonrisa en mis labios—. Sabes que no necesitas el permiso —una sonrisa se formó en sus labios.

Fue retirando el elástico que sostenía a mi sujetador en mis hombros, primero uno y luego otro, para desabrocharlo completamente.

—Eres perfecta Mabs —dijo sonriendo—. Más que perfecta.

Y atrapó mis labios de nuevo, comenzando a masajear mis pechos con su mano izquierda, sus labios comenzaron a descender hasta mi cuello.

Mordí mis labios, para evitar emitir cualquier sonido jadeante, algo que a mi hermano le dio mucha gracia.

—Es aquí donde necesito a la Mabel ruidosa.

Reí nerviosamente y tire mi cuello hacía atrás mientras sentía como sus besos bajaban hasta la cima de mis pechos, para luego bajar a mi pezón.

—Oh Dios... —gemí—. Di-Dipper...

El volvió a reír estaba empezando a sentir la humedad en mi cuando algo sonó.

El celular de Dipper.

—¿Quién es? —pregunte mirando si celular.

—No importa ahora —dijo besándome la parte de arriba de los pechos.

Agarra su celular y leí la pantalla: Dyli.

Fruncí el ceño.

—Es Dylan.

Los ojos de Dipper se abrieron e inmediatamente me quito el celular para contestar.

—¿Dylan? —dijo con voz entrecortada.

—¡Dipper! ¿Lo lamento te desperté?

—N-no... yo... yo...

—¿Por qué estás tan agitado? —Escuche como soltaba un gritito ahogado—. Ouuu... tú... o llame en mal momento ¡Oh lo siento! Yo no sabía que tú.

—No, no, no. Yo solo... yo estaba —me miro con tristeza, cerró los ojos y dijo —: Haciendo ejercicio. Nada importante.

Sentí algo romperse en mi pecho y me separe inmediatamente de él.

—Solo te llamaba para... bueno, saber cuándo va a ser la salida. Me di cuenta que cortamos la llamada y no habíamos quedado ni lugar ni día.

Ellos... ¿Iban a salir?

—¿Te parece el viernes?—me miro de reojo.

—El viernes está perfecto ¿En dónde?

—Hmm, será sorpresa.

—¡De acuerdo! ¿Pasas por mí?

—Seguro...

—¡Bien! ¿Nos vemos PineTree?

Cortó la llamada, yo simplemente deslicé mis piernas hacia mí, estrujándolas contra mí.

—Oye...

—Descansa Dipper, yo ya tengo sueño —agarre mi ropa y me levanté de la cama, con dirección hacia la puerta —Oh... y... suerte en tu cita con Dylan —dije con un nudo en la garganta.

Narrador Omnisciente

Al otro lado de la ciudad, una chica de cabello laceo colgaba la llamada que había hecho desde un celular.

—¿Juliette? —Apareció la menor de las hermanas—. ¿Qué haces con mi celular?

—Oh, es que Dipper llamo. —los ojos de la menor se iluminaron—. Me dijo que te dijera que su cita es el viernes.

—¿Cita?

La mayor de las hermanas asintió.

—Dice que está loco por verte.

—¿Eso dijo?

—¿Cuándo te he mentido yo, hermanita?—sonrió de una manera inocente —. Dice que tiene una sorpresa para ti. Así que más te vale aprovechar esta oportunidad, Dylan.

Dylan sonrió sonrojada y se retiró hacia su cuarto. Por otro lado la mayor de las hermanas, Juliette sacaba una foto del gemelo varón Pines de su bolsillo.

—Pronto, Pines... —miro a la nada—. Pronto.

____________

7uuuuuuuuuuu7 ¡Nuevos personajes!

Ódiennos.

Odien a Dylan.

Odien a Juliette.

Odien a las hermanas Fines, les damos permiso(?

Daal: ¡¿Leyeron el lemon que les pusimos?! ¿Les gusto? Yo sé que sí, porque son unas zuzias.

Jess: Yo sinceramente ame el cap, pero creo que es muy pronto para que haya lemon 7-7

Daal: Está vez yo no fui la que lo evito. Sorry not sorry(?

Jess: Pero les prometemos que en el otro capítulo habrá tanto lemon que harán lemonada 7u7

Daal: No Jess no.

Jess: </3

Nos vemos en el siguiente cap.

Las amamos.

Daal&Jess



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