Cuando en los libros describen un beso lo hacen de una forma que te hace desear ser tú la que lo recibe, bueno; en esta ocasión si soy yo.
Nunca en mi vida me besaron con tal fiereza, tampoco es que tenga mucho de donde comparar. Los besos de Rob no le llegan ni a los tobillos a los de mi celta.
En algún momento del beso él metió una de sus gigantescas manos por debajo de mi camiseta y ahora me hace retorcer con sus caricias.
Su tacto es tierno y para nada egoísta.
Mis manos juegan con los suaves mechones de su cabello, nunca me llamaron la atención los chicos con cabello tan largo pero Ewan me hizo cambiar de idea.
Las cosas suben de tono cuando se acomoda mejor entre mis piernas y siento algo duro... Grande...
¡Oh dios!.
Su mano baja hasta detenerse en el primer botón de mi jean que es desabrochado al instante y baja el cierre lentamente. Su mano se mete por debajo de mi ropa interior y me estremezco al sentirlo tocándome en la parte más sensible de mi cuerpo, rompe nuestro beso y me mira intensamente.
Jadeo al sentirlo como mueve sus dedos aliviando el palpitante dolor, echo la cabeza hacia atrás y cierro los ojos para dejarme inundar por el placer de sus caricias. Su boca ahora besa mi cuello mientras su mano no deja de acariciarme tiernamente, su otra mano levanta lentamente mi camiseta hasta dejar a la vista mi sostén. Siento que baja lentamente la tela y deja mi pecho izquierdo desnudo, siseo al sentir su boca caliente en mi pezón.
Tendría que ser ilegal las cosas que la boca de este hombre hace.
Sus dedos y su lengua se mueven al mismo ritmo y hacen que pierda la cabeza, introduce lentamente un dedo en mi interior y es seguido por otro más. Apenas soy consciente de que los gemidos que retumban en la sala son míos.
Su boca libera mi pecho y termina de quitarme el sostén, mi piel se eriza al sentir el frio aire sobre mi piel desnuda, pero es rápidamente calentada cuando él se apoya contra mí.
-Eres tan hermosa.- dice con voz ronca.
Gimo en respuesta y ahora soy yo la que inicia el beso, sus dedos no dejan de moverse acercándome cada vez más a la liberación.
Bajo mis manos hacia sus hombros y me deleito al tocar los duros músculos que hay allí, la tela áspera de la camiseta se frota contra mis pechos pero lo que en realidad quiero es sentir su piel.
Levanto su camiseta para poder quitársela separándonos apenas del beso.
Se siente mucho mejor así, los vellos de su pecho me hacen cosquillas pero es una sensación tan buena que no tengo palabras para describirla.
Comienzo a sentir los inconfundibles espasmos del orgasmo aproximándose, rastrillo su espalda con mis uñas y sonrió al sentir como se estremece.
Me quedo sin aire cuando el rayo de placer me atraviesa, sé que estoy clavando mis uñas en su espalda pero él no se queja, simplemente mueve suavemente sus dedos. Miro su cara y encuentro una mirada satisfecha y cargada de pasión. Me quejo cuando saca sus dedos de mi interior y me sorprendo al ver que se los lleva a la boca y los chupa.
Dios...
-Deliciosa.- murmura.
Suspiro saciada y sorprendida.
Salto del susto cuando siento que algo vibra debajo de mi haciendo que ambos perdamos el equilibrio y caigamos al suelo. Ewan gruñe cuando su cabeza golpea contra el suelo.
-Ay dios Ewan,- me quito rápidamente de encima suyo- ¿estás bien?.
-Si.- murmura.
Arreglo rápidamente mi ropa y saco el mi teléfono del bolsillo trasero de mi jean, es Liv.
-¿Qué pasa Liv?, llamas en muy mal momento.- miro como Ewan se sienta en el sofá frotando la parte de la cabeza donde se golpeó.
-Tengo que decirte algo muy importante Van.- su voz carece de esa euforia divertida que siempre tiene.
-No me asustes Olivia, ¿Qué pasa?.- me levanto del suelo.
-Estuve hablando con Merlín luego de que volvimos a casa, había unas partes del libro de donde sacamos el hechizo que estaban escritas en celta antiguo así que le pedí que me tradujera ese texto.- aclara su garganta haciendo que me ponga muy nerviosa.- Necesito hablar contigo en persona.
-Está bien, ven a casa.
-Estaré allí en un momento.- corta la llamada.
-¿Todo bien?.- Pregunta.
-Sí, era Liv.
-¿Ya no podemos seguir con lo que estábamos no?.- pregunta inocentemente.
-Me temo que tendrá que esperar.- me acerco a él para poder desenredar un poco los nudo que hice en su cabello.
Me agarra de la cintura y me hace sentarme a horcajadas sobre sus piernas.
-No quiero esperar.- dice clavando sus ojos amarillos en mí.
-Te lo recompensare.- digo bajando mis manos hasta su cuello y acariciarlo ahí.
Esta clase de intimidad tan básica es nueva para mí, Rob nunca fue un hombre cariñoso ni hubiese dejado que lo acariciara de esta forma.
Se inclina hacia adelante para tomar posesión de mi boca nuevamente, pero esta vez no es un beso hambriento y posesivo como los demás; este es uno tierno, con un tinte salvaje.
Siento como se endurece nuevamente debajo de mí.
Alguien golpea la puerta principal interrumpiendo el momento.
Ambos gruñimos.
-Debe ser Liv.- murmuro.
Los golpes en la puerta siguen, siempre fue típico de Liv hacer eso cuando tardo en abrirle.
Me levanto de su regazo y sonrió al ver el bulto que hay en sus pantalones, él también lo ve y sonríe sin ganas.
-Mejor me doy una ducha de agua fría.- dice levantándose del sofá.
-Me parece buena idea, las toallas están en el mueble del pasillo.
Asiente y sale de la sala sin mirar atrás. Muerdo mi labio al ver su musculosa espalda y ese redondo y precioso trasero. Sería una muy buena idea pellizcarlo.
Los golpes en la puerta me arrancan de la fantasía. Abro la puerta para encontrar encontrarme a una Liv con semblante preocupado.
Pasa sin decir una palabra y va directo a la cocina.
-Liv me estas asustando.
No responde, deja sobre la encimera dos libros junto con el libro rojo de donde sacamos el hechizo junto con varias hojas.
-Liv...
-Van esto que voy a decirte será un poco difícil de creer pero luego de investigar estoy muy convencida que es verdad.- suspira abriendo uno de los libros- Este libro me lo dio Lin-lin luego de que Ewan y tu salieran teatralmente de la biblioteca. Este habla sobre los hechiceros que había en la antigüedad, ellos creían que todo lo que ocurre está ligado al universo.
-Habla en cristiano Liv.- digo exasperada.
-Ósea que todo lo que ocurre debe ocurrir por una razón, algo así como el destino, karma o como quieras decirle.
-Sí, ¿Qué tiene que ver eso con nosotros?.
-Según dice uno de los libros de hechicería los conjuros deben ser consolidados,- me mira preocupada- de no ser así el hechizo simplemente fracasara.
Gruñe cuando ve mi cara de no entender nada.
-Luego de que Merlín me dijera que sabe hablar el idioma antiguo de los celtas le pedí que me tradujera un texto que esta junto con el hechizo que hicimos, me llamo hace unos minutos para decirme lo que era eso.
Busca en medio de los papeles.
-¿Es algo malo?.- me siento en un taburete frente a ella.
-Según de donde se lo mire.- saca una de las hojas y me mira fijamente- primero que nada quiero que conserves la calma y me dejes terminar de hablar.
-Bueno.
-¡Promételo!.- me señala con un dedo.
-Si, si lo prometo.- pongo los ojos en blanco por su dramatismo.
-Te voy a leer textualmente lo que dice el texto.- aclara su garganta y agarra la hoja.- Este conjuro tiene una sola condición, los dioses siempre piden un sacrificio o tributo a ellos cuando les es concedido un deseo. Para que el hechizo funcione correctamente se debe recompensar con la creación de una nueva alma para compensar al universo. Si antes de la nueva luna llena esto no sucede el hechizo no funcionara y no habrá otra manera de volver a intentarlo, esto provocará la mala fortuna hacia la perdona que haga en hechizo.- termina de leer.
-No entendí, ¿a qué se refiere con una nueva alma?.- frunzo el ceño.
-Te lo digo de una manera para que puedas entender.- dice Liv dejando a un lado el papel- Para que el hechizo funcione tiene que haber algún tipo de retribución hacia los dioses que cumplen con el pedido, hay dos tipos de formas de retribuir. Con un sacrificio de sangre, ósea matar y dar su sangre como regalo.- miro horrorizada y hago ademan de protestar pero ella tapa mi boca antes de que pueda pronunciar palabra- O una nueva vida. En este en concreto dice "la creación de una nueva alma", ósea que para que Ewan pueda seguir contigo deben crear una nueva vida.
La miro unos momentos mientras trato de entender lo que acaba de decir.
-No entiendo Liv.- digo desorientada.
-¡Serás tonta Vanellope!.- gruñe poniéndose de pie- Básicamente tienes que quedar embarazada de Ewan, si eso no pasa antes de la próxima luna llena Ewan morirá y tu tendrás mala suerte el resto de tu vida.
-¿Embarazada?.- nos sobresaltamos a escuchar a Ewan detrás de nosotras, solamente con una toalla alrededor de su estrecha cintura y su cabello esta mojado peinado hacia atrás, nos mira ceñudo.
-¿Estas bromeando verdad?.- le pregunto a Liv quien no aparta la mirada de Ewan.
-Eso es lo que dice el libro.- me mira a mí con culpabilidad en sus ojos- Juro que si hubiera sabido que esto acabaría así nunca lo hubiera hecho.
Me bajo del taburete y camino por la cocina nerviosamente, si quiero que Ewan no muera tengo que quedarme embarazada de él. Hasta ahora nunca se me cruzo por la cabeza la idea de tener hijos, tengo un buen empleo, una casa bonita, buenos amigo y hermanos, padres que me aman pero nunca pensé en hijos. Rob nunca toco el tema y siempre que surgía un tema como ese (casi siempre viniendo de la abuela Yuyu) siempre lo evadía.
-Perdón.- dice Liv una y otra vez.
Me giro para mirar a Ewan quien también parece sorprendido.
>///< (Cada vez que ponga esto el punto de vista va a cambiar de personaje)
¿Un hijo?, siempre tuve en deseo de tener un hijo a quien poder contar las historias de las batallas que ganamos junto con mi padre; un pequeño al que poder enseñarle a usar una espada o simplemente jugar y darle el cariño que mi padre nunca demostró cuando era niño.
Miro a Vanellope pasearse de un lado al otro, es una mujer extraordinaria, muy inteligente y extremadamente bella. Tener un hijo con sus ojos y bella cara hace que mi corazón se caliente. Pero ella no parece muy contenta con la idea, Olivia dijo que si esto no pasa yo moriré... de nuevo.
-¿Cuánto tiempo?.- pregunto.
-Un mes,- ella menea la cabeza contrariada- en realidad menos de un mes.
-¿No hay otra manera de hacer ese...- Van frunce el ceño- tributo o lo que sea que signifique eso?.
-No Van, intente buscar otra salida pero no la hay.
-Mierda.- dice Van entre dientes.
Un dolor punzante se instala en mi pecho al ver la negativa de ella a la idea de cargar en su vientre a mi hijo.
Maldice entre dientes y se dirige a esa caja blanca de donde ella saco eso a lo que llama pastel la noche anterior y comienza a sacar cosas. Saca también recipientes y se pone un delantal sobre su ropa.
-¿Qué haces?.- pregunto al verla encender el fuego en lo que ella llama cocina.
-No le prestes atención.- dice Olivia mirándola- Ella cocina cada vez que está enojada o necesita pensar.
Me acerco a ella para tratar de tranquilizarla, desde que aparecí en esta época ella me cautivo; siento muy en el fondo que ella me pertenece, como que estamos destinados a estar juntos. Quizás eso es lo que tenga que pasar.
-Vanellope.- trato de agarrar su brazo pero ella se suelta inmediatamente como si mi tacto le repugnara.
-No Ewan, ahora no estoy de humor para esto.- ella sigue con lo que sea que esté preparando.
Miro a Olivia en busca de ayuda pero ella ya está recogiendo sus cosas.
-Mejor me voy, juro Van- dice con los puños apretados- que no era mi intención que esto sea así.
Vanellope no responde, Olivia me mira compasivamente y se va.
Froto mi cara para tratar de aclarar mis ideas, en mi época nunca se me fue presentada ninguna mujer con la cual debiera casarme ni formar una familia. Y ahora tengo que tener un hijo con una mujer que me cautiva hasta en lo más mínimo, el único inconveniente es que ella no quiere. La comprendo, apenas nos conocemos y no confía en mí. Pasamos muy buenos momentos juntos y la atracción entre ambos es innegable pero ella no quiere. Lo mejor será sacrificar mi vida para que ella no tenga que hacer algo por lo que se arrepentirá el resto de su vida.
-No tienes que hacerlo.- murmuro.
Ella se queda quieta, se gira y me mira con el ceño fruncido.
-¿Por qué dices eso?, si no lo hago morirás.- limpia sus manos sobre el delantal.
-No quiero que hagas algo de lo que te arrepentirás el resto de tu vida.
Su mirada marrón se suaviza y acerca a mí.
-Mira, nunca se me paso la idea de tener un hijo.- suspira mirando sus pies- Hace dos días quería matar a Rob por haberme engañado y hoy tengo que quedar embarazada, es mucho por lo que pensar.- frota su frente y finalmente me mira- Lo hare.
Tardo unos segundos en entender lo que dijo.
-¿Por qué?.
-Si no lo hago tu morirás y no quiero que eso pase y segundo- agarra una de mis manos y la apoya en su cálida mejilla- quiero esto, quiero tener un hijo y se es tuyo mejor aún.
La atraigo a mis brazos y la beso, amo la forma en la que sus suaves labios se sienten en los míos. Ella me devuelve el beso con la misma pasión y siento como mi corazón late desesperado por ello.
-Gracias.- digo contra sus labios.
-Aun no hicimos nada.- dice sonriendo.
-Entonces hay que empezar a trabajar.- apoyo una de mis manos en su plano vientre.
Juro que ya puedo verla con el vientre hinchado por cargar a mi hijo.
>///<
Miro como su mano se apoya en mi estómago y siento una cálida sensación de paz y... ¿amor?.
Espero no haber cometido un error.