Brooke:
Abro los ojos mirando como la habitación da vueltas revolviéndome nuevamente el estómago, no sé cuánto tiempo he estado inconsciente, solo sé que ya no puedo aguantar más, no tengo fuerzas, he estado vomitando sangre y los míseros panes secos y el agua que me da el infeliz de Dylan.
No entiendo ¿por qué no me mata de una vez? ¿Qué es lo que espera?
Cuando me confesó que el provocó todo lo de Allison no pude más y comencé a convulsionar debido a un dolor infernal en el pecho, mi cuerpo comenzó a moverse con frenesí de manera involuntaria, trayendo oleadas de movimientos bruscos que terminaron por lastimarme aún más, mi cuerpo ya no podía con tanto. Después de la convulsión vino un vómito extenso, después de que mi estómago sacara todo algo paralizó mi cuerpo y mi corazón, pude sentir como algo explotó dentro provocando un dolor insoportable, ya no fui capaz de gritar, no podía controlar nada, sangre comenzó a salir de mi boca sin parar mientras Dylan sólo vociferaba maldiciones exclamando un aun no es tiempo, después todo se volvió negro.
Tengo vagos recuerdos de mi consiente, de mi comiendo lo que el asqueroso me da, de mi gritando hasta quedar de nuevo inconsciente, no sé si han pasado horas o días pero para mí han pasado semanas o meses, ya no distingo realidad con sueño, mi cuerpo está cansado y débil
Dylan me ha bajado de mi posición atándome al suelo junto a un tubo, pero en el proceso doy gritos infernales, uno para tratar de escapar y segundo por el dolor que implica la tarea, y así, colgada o atada al tubo, estoy perdida y poco a poco la esperanza de salir va muriendo junto conmigo.
Ahora miro a mi alrededor, pero el moverme es un suplicio, todo en mi me duele, eso sin contar el pecho que se siente como si fuera una llaga que constantemente torturan, el almacén o lo que supongo es, se encuentra vacío, la colchoneta donde duerme Dylan está vacía, no se escucha ningún ruido proveniente de ningún lado, entonces es cuando siento un escalofrío recorrerme mis piernas, bajo mi mirada hacia mis extremidades y ahogo un grito de horror al darme cuenta de que nada más llevo encima mi sostén y mis bragas, el llanto me aborda de manera brusca al imaginarme lo que sucedió, no recuerdo nada, después de las convulsiones todo es negro, esto no me puede estar pasando.
¡¿Por qué?!, grito en mi mente pues una cinta me cubre mi boca impidiéndome hablar.
Mi estado es un verdadero asco, mi piel está sucia y pegajosa debido al calor del lugar, tengo moretones por todos lados, siento como la espalda me arde como si estuviera abierta, quizás Dylan me torturó mientras estaba inconsciente, ruego a quien sea que tenga que rogar en estos momentos porque solo me haya torturado y no...
De únicamente pensarlo se intensifica mi llanto.
¿Dónde estás, Heyden? ¿Dónde está todo mundo?
No quiero que esto acabe así, por Dios no quiero que acabe.
Trato de controlar mi llanto tratando de mantener mi cabeza fría para poder salir, no hay rastro de Dylan, o de quien sea, miro a mi alrededor, varios rayos de sol atraviesan las sucias ventanas de aquel cuarto de máquinas, mis párpados parecen dos losas pesadas que me caen sobre mis ojos de vez en cuando, tengo que mantenerme despierta ¿pero, cómo?
En cada abrir y cerrar de ojos veo recuerdos de mi vida, veo como mi tía siempre llegaba a mi habitación pensando dormía y besaba mi coronilla susurrando un te amo mi niña. Me veo a mi con mis amigos en la cafetería disfrutando de una larga charla, viendo como la dramática de Ale nos hablaba de la farándula de Hollywood o algo de moda, mientras Allen sacaba alguna frase graciosa, veo como Valeria volcaba los ojos fingiendo desinterés cuando por dentro sonreía y analizaba todo. Veo como Oliver contaba algún dato curioso diciendo lo extraño que era haciéndome reír, mientras aprovechaba para decirnos cumplidos a las chicas, veo como Sofía me daba un pequeño abrazo hablándome de sus inmensas ganas de conocer la nieve, Key nos hablaba de alguna flor que descubrió riendo ante cualquier crítica mientras Mat sonreía callado como siempre dando los comentarios necesarios para estar ahí. Veo como Cameron se hace el galán contando sus conquistas mientras mi primo se las arruinaba diciendo que al final él se quedó con ellas. Veo a Elena comentando algo astuto y sarcástico mientras todos reíamos, me veo recargada en el pecho de Heyden mientras el acariciaba mis manos como era su costumbre para al final gracias a un comentario mío terminar alegando sobre el tema y así hasta terminar riendo.
Nos veo a todos en la playa jugando cualquier partido, zambulléndonos en el mar, me miro a mi corriendo de Heyden para después verme atrapada y al final besándome con él. Me veo paseando por las calles en mi skate me veo a mi en el futuro, graduándome del instituto arrojando el gorro, gritando y festejando, me veo con James caminando en la playa descalzos hablando de tantas cosas disfrutando de su compañía, me veo a mi estudiando leyes, lo que tanto deseo y la vez, corriendo en mi motocicleta, me imagino a mi creciendo, equivocándome, sufriendo, riendo, me veo a mi en tantas situaciones que quizás ya no podré vivir ¿Llegaré a ser madre? ¿Seré mejor que la mía? ¿Conoceré a los hijos de mis amigos? ¿Los veré realizados? ¿Podré saber que es envejecer? ¿Podré vivir...?
Cierro mis ojos conteniendo el líquido salado, ahora es lo único que sé hacer: llorar, patético. No entiendo como aun no me he secado si por dentro me siento un desierto muerto y sin vida.
****
Heyden:
Maldito sea, una y mil veces maldito sea.
Joder, juro que ya no puedo más, siento esta opresión en el pecho, y ese sentimiento de que algo no está bien, algo está mal. Pese a lo que vi, no puedo odiar a Brooke, no puedo manchar su imagen. La amo como jamás creí amar, no puedo odiarla y la verdad me da miedo así sea siempre. No poderla arrancar de mi sistema.
Si, estaba más que furioso y me cegué y reaccione mal, pero ahora simplemente no me cabe en la cabeza que esa chica que abrió su corazón para mi me haya engañado, que siempre me haya visto la cara. Algo no encaja, algo está mal, sigo sintiendo esa confianza tan abrazadora por ella; sin embargo, mi cerebro me grita y me repite una y otra vez el beso, los audios de Brooke con Dylan y los demás. Me siento perdido, confundido.
Algo me dice que no me traiciono, que algo paso. Pero es una lucha entre mi cerebro y mi corazón. Tengo el presentimiento de que no está bien, de que ella me necesita. Pero como ganarle a lo que vi, porque nadie me conto, yo lo vi. Sin embargo, mi sentimiento, mi amor por ella me hace dudar de lo que mis ojos presenciaron.
¡Ángeles!
Cuando desperté luego de desmayarme en la habitación de Oliver, estaba desconcertado, sin entender nada, rogando que todo haya sido una jodida pesadilla, pero claro que eso no sucedió, todo era real y dolía como mil demonios, mi mente no me daba tregua y repetía una y otra vez el suceso, aquel que acabo por destruirme. Me levante y sin hablar con nadie, salí de la habitación, subí las escaleras hasta dar con la azotea del hotel, donde grite y golpee todo a mi paso, necesitaba sacar todo lo que en mi bullía, drenar todo.
Grite porque sentí que mi corazón murió al verla, grite porque no sabía si me repondría esta vez, no de ella.
Pasaron los días y todos estuvimos incomunicados gracias a la prefecta, aunque la verdad, entre cada partido y concurso académico, nadie tenía tiempo de atender llamadas, me aleje de todos, no era el mejor sujeto en ese momento. No les hable a mis amigos y ellos tampoco lo hicieron, la verdad cada uno luchaba con su propia guerra interna, todos amaban a Brooke, y estaba seguro que tanto dudaban como desconfiaban.
Además, el hecho de que no sabíamos de ella, nos alteraba aún más. Todo era un jodido desastre. Luego estaba lo de Elena, todos confiamos en ella, Cameron se enamoró de ella, y nos traiciono, y no era más alentador el hecho de que Brooke la haya integrado al grupo. Los únicos más cuerdos y firmes sobre la inocencia de Brooke eran Oliver y Sofía, convencidos de que algo más ocurría, y desesperados por estar incomunicados. Una vez que las chicas partieron a otra ciudad por los concursos, perdimos contacto al igual con ellas.
Trate de evitar todo el tiempo a Oliver, sabía que solo me gritaría y reclamaría, pero no entendía que yo la vi, y que es demasiado complicado confiar cuando lo presenciaste todo. Sin embargo, al tercer día me enfrento y me escupió todo.
Flashback:
Oliver tomó mi camiseta para el juego antes de subir al camión, obligándome a enfrentarlo.
—¿Qué es lo que te pasa? —le pregunto serio, extendiendo mi brazo para que me devolviera mi camiseta, número 15, la que seguía diciendo Brooke al frente y Summer al reverso. Nuestra camiseta y nuestro número.
—No, ¡¿qué demonios te pasa a ti?! ¡Has actuado como un maldito malcriado! ¿No te das cuenta de que Brooke, tu novia, puede estar en peligro? No, sólo te importó que ella supuestamente te engañara y rompiera tu orgullo, todo lo que ella hizo no te importó y lo botaste a la basura, ¿es que no aprendiste nada? Eres el más grande idiota del mundo, ¿acaso no te pareció raro que Victoria y Kaetlin no asistieran? ¿O Scott? Joder, Heyden, también tengo dudas, crees que no, pero tengo fe en ella y confío en ella, cosa que deberías hacer tú —me gritó Oliver fuera de sí. Sabía eso, ya no lo había pensado, pero todo era tan complicado.
—Mira, Heyden, sé que ya una vez te traicionaron y de la peor manera, y comprendo tu reacción, créeme que es humana, pero tan sólo quiero hacerte ver que estas equivocado, todos hemos visto y conocido a Brooke, tu más que nadie. Has visto su mirada, es pura y eso es algo que no se ve hoy en día, sonará malditamente cursi, pero por un momento calla a la razón y escucha a tu corazón, porque estoy seguro que no cree que Brooke nos haya traicionado.
Fin del Flashback.
Ese día Oliver se quedó a mi lado, y me permitió desahogarme, contar todo, mis dudas, miedos, mi amor por ella. El en ningún momento me vio con pesar o lastima al contrario me dijo las palabras correctas para recapacitar. Fue esa roca que tanto necesitaba.
Los siguientes días entre los dos tratamos de comunicarnos, pero cuando queríamos salir por un teléfono público, el entrenador nos encontraba y nos regresaba, solo dos ocasiones logramos llamar desde un hotel, pero ni Brooke, ni Alicia ni nadie nos contestaba. El director nos comunico hubo un fuerte apagón
Todo era inútil, la vida no estaba de nuestro lado.
Ya han pasado cinco días, sin saber nada de nadie en Opportunities, hoy es nuestro último día en San Francisco, y nadie parece haber disfrutado del viaje, pese a que estamos en buena posición en el campeonato.
Estoy cada día peor, no duermo y casi no como, no tengo fuerzas ni ánimo, conseguí miles de regaños del entrenador, pero realmente no quería hacer nada más que saber de ella. Ya no sentía rabia, ni desconfianza...solo dolor y preocupación. Algo definitivamente no iba bien. ¿Pero qué paso?
Ya estamos afuera del hotel luego del último partido, quedamos segundos, algo muy bueno, pero ni a mí ni a los chicos nos interesó. Es de noche y el clima esta helado, pero siento mi interior estarlo aún más. Comenzamos a bajar nuestro equipaje, y de uno a uno comenzamos a ingresar al hotel.
—¡Heyden! —Levanto la mirada al escuchar aquella voz, que antes odiaba y ahora me llena de alivio.
—Christofer, ¿qué haces aquí? —pregunto lleno de ansiedad, de expectación—. ¿Le sucedió algo a mi madre, a Hannah? ¿Por qué nadie allá contesta el puto teléfono? —pregunto alarmado, de todo se podría esperar, pero una visita de mi hermano jamás, eso significaría solo problemas y nada más.
—Necesito hablar contigo de un asunto muy importante, contigo y los chicos. —Christofer mira sobre mi hombro, haciendo que los chicos se nos acerquen en busca de respuestas.
Oliver, Austin, Mat y Cameron se acercan con nosotros.
Una vez que todos están, Chris toma asiento en uno de los sillones de la estancia y suspira mirando a todos que se encuentran de pie.
—Carajo, habla —dice Austin impaciente.
—Chicos, lo que estoy a punto de decirles es demasiado fuerte y necesito lo tomen con calma y la cabeza fría.
—¿Qué sucede? —pregunto serio con el cuerpo totalmente tenso.
—Hace unas semanas descubrimos que a la empresa de mi familia la extorsionaban y no nada más eso, al parecer también amenazaban a muerte a toda mi familia entre ellos a Heyden y como resultado a los conocidos de mi hermano. —Todos en la habitación abren mucho los ojos ante la noticia, saben de la empresa y el peso de la misma, pero no se imaginaban que estuviéramos pasando por todo eso y menos que ellos estuvieran en peligro.
—Gente muy peligrosa los espió a todos ustedes e intento culpar a Brooke de ser parte de todo aquello, por fortuna yo moví mis contactos y la descarté, pero no era ella la única en sospecha sino también Elena Hamilton.
—Carajo —exclama Cameron colérico.
—Al menos hasta ahora no lo han desmentido ni mis agentes, ni la policía. Hace unos días descubrimos que los extorsionadores eran nada más y nada menos que la mafia Brands.
Un silencio sepulcral se adueña de todo el lugar, pese a que yo ya sabía, aun se me eriza la piel.
—Ellos no sólo son la mafia más poderosa en toda América, Europa y Oceanía, sino también son viejos enemigos de nuestra familia, los Roft son quienes cambiaron su apellido para crear toda esa organización. El FBI tuvo que intervenir y por fortuna logramos dar con ellos antes de que hicieran más daño, como tal buscamos a todos los líderes y descubrieron que uno de ellos y de los más poderosos residía en Opportunities Beach, este es Daniell Roft quien tomó el apellido Sparks para ocultarse. El tío de Dylan Sparks es quien es realmente Marco Roft, su compañero.
Todos se mantienen en silencio, no es hasta que Austin grita una maldición que todos reaccionamos, ahora todo encajaba con tanto odio hacia mí. Esa familia nos odia desde mi abuelo, era lógico todo ese odio se lo transmitieran a Dylan. Sin embargo, eso es lo de menos, miro a Oliver el cual luce pálido. Si todo esto es cierto...Debemos encontrar a Brooke ya.
Con un carajo, siempre estuvo frente a mis narices y ahora a quien más amo está en riesgo.
—El mismo día que ustedes se fueron, por la mañana las autoridades y el FBI lo atraparon, pero su sobrino, quien tiene una larga lista de delitos menores logró escapar con un arma de fuego hiriendo a uno de los agentes en el proceso, al parecer Marco o Dylan tiene serios problemas mentales, entre ellos esquizofrenia, bipolaridad, cambios de personalidad y psicosis severa; el chico huyó y no han podido dar con él, pero lo peor es que ese mismo día reportaron a las autoridades la ausencia de varios jóvenes en el instituto.
—¿De...De quiénes? —En ese momento Oliver me mira lleno de pánico, Siento como todo me da vueltas. El dolor vuelve, pero ahora es distinto, es más intenso. Maldito sea.
—Scott Berries, Kaetlin Grey, Victoria Fox y Brooke... —Siento como las fuerzas escapan de mi cuerpo, mi garganta se cierra y mis pulmones expulsan todo el aire de un solo movimiento. Esto es una puta pesadilla, no, no puede estar ocurriendo esto, no ella. ¡No por favor!
Las lágrimas comienzan a agruparse en mis ojos, esto... no puedo asimilarlo. No, no quiero, no puedo.
Austin parece perder la cordura pues comienza a reír maniáticamente acercándose a Christofer y tomándolo por el traje.
—Eso es absurdo, Brooke asistió, Heyden la vio... ¡Diles, Heyden! Tú la viste... ¿no es así? ¡Maldita sea, habla!
—¿Es cierto? —pregunta Chris mirándome con pesar.
—Esto... ¡Esto no tiene sentido! —grito frustrado, si la vi y fue lo pero, si tan solo la hubiera confrontado...si solo...
¿Por qué le tiene que pasar esto?, ¿por qué no puedo estar tranquilo?, ¿por qué le tiene que pasar esto a la chica que amo? Yo debí ir en cuanto la vi, debí enfrentarla, pero como siempre soy un maldito cobarde. Dios ¿por qué no fui hacia ella?
—Chicos, esto no es todo.
—¡Ja! Hay más —exclama Allen cabreado llegando de la nada.
—Ese mismo día Dylan se comunicó con el FBI por un celular desechable, confesó tener a Brooke bajo secuestro. —Esto es demasiado todos parecen consternados, sin aliento alguno. Esto simplemente no puede ser mejor—. El gran hijo de puta ha pedido algo a cambio por liberar a Brooke sana y salva.
—Esto no es posible, lo mataré, juro que lo mataré —exclamo sintiendo como la sangre le hierve y la cordura se me escapa, voy a asesinar al gran hijo de puta. No descansare hasta lograrlo y hacerlo sentir miserable. Se metió con mi chica, dañó a la más hermosa chica de mirada pura y corazón limpio, esa chica que a pesar de la mierda que le tocó vivir sonríe, se metió con la mujer que amo y no descansare hasta hacerlo sufrir de la peor manera.
—¿Que pidió el...? —Austin se guarda las palabras de odio hacia ese miserable, lo sé, lo conozco, seguro que su cabeza está a punto de estallar.
La culpa sé que nos está matando a todos, ella en peligro y nosotros resentidos y desconfiados de ella.
—Pidió la liberación de su padre, Logan Roft, el enemigo de toda la vida de nuestro padre, Heyden y no sólo eso, quiere que tú te entregues y vayas personalmente por Brooke sino... la matará.
Yo simplemente ya no puedo no puedo, mi corazón parece que se quiere escapar de mi pecho, me siento agonizante, mis rodillas flaquean y caigo al suelo, no puedo simplemente no puedo.
Chris:
Heyden ya no puede, eso es evidente, el comienza a desbordar en llanto mientas golpea una y otra vez el suelo. Sus amigos intentan calmarlo y yo los detengo, necesita sacar todo o será peor.
Gracias a Dios, el directo a alejado a todos, solo somos mi hermano, sus amigos y yo. Todo esto es una pesadilla, y provocarle más dolor a mi hermano me está matando. Estamos pagando cuentas de mi padre, cosas que no nos corresponde. No hemos hecho daño a nadie, no merecemos esto.
El primo de esa joven, Austin me parece, está en estado de shock, negando una y otra vez esto esté ocurriendo. Ojalá fuera verdad. Oliver y Cameron según se, lo tratan de regresar.
Heyden no para; sin embargo, dejo que siga, se lo que está sintiendo, ese dolor que te ahoga, que te amenaza con dejarte loco, que te provoca inclusive las ganas de ya no vivir con tal de que pare. Lo viví en carne propia con Allison y es mejor que lo saque todo.
Austin no puede más y sale del lugar corriendo, siendo seguido por Allen y Cameron. Mientras les pido a los demás me dejen con Heyden a solas. Todos asienten saliendo más que consternados.
¿Cómo es posible que esté ocurriendo todo esto? Simplemente es inverosímil.
—¡Ah! —grita Heyden roto golpeando una y otra vez la pared hasta que recarga su cabeza en ella sollozando, no puede más, ya no puede—. Mi niña, mi chiquilla estuvo en peligro todo este tiempo y yo no estuve para ella como tantas noches le prometí, no confié en ella, maldita sea jamás me lo perdonará. Le falle y eso es lo peor, le falle a mi chica. —Solloza—. Perdóname... ¡Perdóname! —grita en medio del llanto y el coraje volviendo a golpear la pared hasta que sus nudillos están lastimados, es cuando intervengo y lo alejo de ello para que no se cause tanto daño. Heyden grita una y otra vez de dolor, el llanto se desborda de él mientras lucha con frenesí por liberarse de mí, pero esta vez no lo soltare, estuve lejos del muchos años, ya no, ahora estaré para el como siempre debí estarlo. Ya nadie controlara mi vida, ya solo hare lo que yo quiera y ahora es estar para mi hermano. Heyden después de unos minutos deja de pelear para dejarse llevar junto a mí, ambos caemos al suelo, Heyden roto y sollozando mientras yo siento mis ojos rasados lo sostengo, ambos sufrimos en silencio, pues a ambos nos ha tocado sufrir por dolores similares, y aunque que la muerte me arrebatara a quien amaba, no permitiré que a mi hermano le suceda lo mismo.
(...)
Henry:
Henry recuesta a Alicia en su recamara, la pobre ya no pudo más con el dolor y la tuvieron que sedar para que se calmara, todo lo que está sucediendo es abominable, el pensar que esa chiquilla que conquistó a todo mundo esté bajo el secuestro de un joven perturbado es simplemente inverosímil, y lo peor es que se siente inútil de no poder hacer nada, ha estado al pendiente de su sobrino Christofer, pero de ahí en fuera... ¡Nada!
Y mil demonios, le parte el alma ver a su mujer en esa situación y aunque legalmente no lo es, así la considera desde que llegó a su vida hace diecisiete años, el en ese entonces tenía veintiuno y ella apenas alcanzaba los diecinueve, en ese instante en que sus caminos se cruzaron se dio cuenta de que no había marcha atrás, aquella joven le robó el corazón sin proponérselo, el conocer su historia y poder ayudarla no hizo más que aumentar su amor cada día más, claro está sin que ella se fijase, pero no fue hasta que llegó esa chiquilla que por fin se dio cuenta, jamás la vio tan feliz, tan alegre, a pesar de que siempre lo fue, con Brooke en su vida fue totalmente diferente, y le hacía feliz verla así, pero ahora su corazón agonizaba por que el de ella lo hacía.
Ahora sólo les queda esperar a la llegada de Heyden y Austin, ahora sólo queda esperar el movimiento de las autoridades, sólo esperan que no sea demasiado tarde.
Henry sale de la habitación con el móvil en la mano tratando de comunicarse con su sobrino mayor en cuanto escucha como abren la puerta principal dejando ver a los ojos verdes de James.
—James, ¿alguna noticia? —pregunta Henry saludándolo.
—Nada, nada carajo. Los del FBI ya intervinieron gracias a los contactos de la familia de Heyden, pero aún no sucede nada, Dylan no se ha vuelto a comunicar, no hay señales de vida de parte de nadie, ni de Kaetlin, Scott o Victoria, la señora Grey está muy mal pues no sólo es Kaetlin la desaparecida sino también su hermana menor, Kareli. —James suelta el aire frustrado, sentándose en el sofá de la residencia. Su cuerpo le exige descanso, pero simplemente no lo puede hacer, el saber que su mejor amiga, su hermanita está ahí afuera en las garras de ese miserable hace que el dolor le pinche el alma como una aguja rasgando todo a su paso. No es posible que la vida se haya ensañado con esa chica de corazón tan puro. Henry imita su acción sentándose en el sillón de enfrente poniendo una mano en el hombro de ese joven con mirada de adulto.
—¿Por qué las personas buenas tienen que sufrir tanto? —pregunta el joven levantando la mirada llena de pesar y dolor, el hombre suelta un suspiro negando con la cabeza.
—No es así, también las personas malas sufren y mucho, para mí nadie es malo, ni bueno, lo que sucede es que la vida. Dios o el destino nos pone pruebas diferentes y nosotros somos los que elegimos como superarlas, porque de eso depende la medalla que te otorguen; es como una competencia, quien se esfuerza, jamás se rinde y lucha por llegar a la meta obtendrá todo lo que merece, toda la felicidad, pero antes tiene que demostrar que es merecedor de ella. Hay quienes hacen trampa y eligen el camino fácil, y todos los tramposos se sacan de la carrera, así pasa, y puede que no parezca justo, pero así es todo, así es la realidad. Todos tus problemas son por algo, nada es porque si, debes de demostrar puedes con ellos y entre más grandes y fuertes sean más grande será la recompensa y tu felicidad —dice sabiamente Henry regalándole una sincera sonrisa al joven que se le escapan una que otra lágrima en el transcurso, se abrazan fuertemente, todos en ese momento necesitan de un abrazo y apoyo pues lo que sucede es aberrante y todos necesitan de una compañía para poder llevar el peso.
—Solo quiero que Brooke regrese, es mi hermana menor, es mi hermanita —dice James en medio del llanto sintiendo como todo su ser grita de desesperación.
—La encontraremos, te lo prometo, la hallaremos y estaremos para ella para superar este problema, ya verás, sólo ten fe. —El joven asiente aun con un toque de duda, sólo ruega porque no sea demasiado tarde.
(...)
—¡Heyden, con un carajo! ¡Trata de tranquilizarte! —grita su hermano tratando de seguirle el paso.
Al día siguiente Heyden no dudó un segundo en hacer sus maletas, tenía que volver por ella y ni mil demonios lo detendrían, ya la dejó sola bastante tiempo y ya no más, la sacará de ese maldito infierno a la que la condenó, la salvará y no descansará hasta remediar el inmenso daño que le hizo y hacerla feliz el resto de sus días, al carajo con la edad, la ama y sabe que quiere pasar el resto de su vida con ella, no tiene ninguna duda, la ama y se dedicará en cuerpo y alma en hacerla feliz así le lleve la vida entera.
Austin y Heyden corren por los pasillos del aeropuerto de San Francisco hacia el vuelo previamente arreglado por Christofer quien los sigue atrás con paso apurado, sabe que no los detendrá, pero tienen que comportarse, lo que viene no es ningún juego y deben estar preparados.
Horas más tarde se encuentran los tres jóvenes en el aeropuerto del pueblo a unos minutos del lugar, ambos sin esperar ni un segundo suben al auto de Heyden, el cual arranca a toda velocidad, pero a nadie parece molestarle, el tiempo se ha marcado y el reloj corre, no pueden perder un segundo más, tienen que encontrarla ya.
—¿Se ha comunicado el imbécil de nuevo? —pregunta Austin mirando al frente con determinación, el infeliz pagará el daño que le causó a su familia, a Brooke y con su vida si es preciso, pero lo hará.
—No, no ha vuelto a hacer otra llamada, pero el FBI se está encargando de todo —contesta Chris, pero la verdad es que teme no sea así. Heyden aprieta sus nudillos contra el volante lanzado al aire una vociferación.
—¿Qué tengo que hacer yo? —pregunta una vez que logra bajar la intensidad de su cólera.
—Tú nada, no te meteré en esto, Marco puede pedir lo que desea, pero no a ti, estas fuera y punto. —No perderá a su hermano, ya perdió al amor de su vida, no arriesgará a nadie de su familia, eso es seguro. Heyden siente como la sangre le vuelve a hervir al igual que el sentimiento de impotencia lo embarga.
—Con un carajo, Christofer, es a mí al que quiere y ni tú ni nadie me detendrá, sacaré a Brooke cueste lo que cueste y no me importa nada, la amo y haré lo que sea para que este a salvo.
—No eres ningún superhéroe Heyden, eso recuérdalo, además eso no lo decides tú, Heyden, aun estas bajo la tutela de nuestra madre por lo tanto...
—Soy mayor de edad sino lo recuerdas, por lo tanto, tengo el derecho sobre mí mismo legalmente y puedes meterte tus argumentos por donde te entren, haré hasta lo imposible por salvar a Brooke. Y si amaste a Allison como dices comprenderás que por la mujer que amas harías hasta lo más peligroso y eso pienso hacer, Brooke estará a salvo así sea lo último que haga y punto. —El hermano ya no puede alegar puesto que le ha dado en su punto débil... Allison.
Chris conoce perfectamente ese sentimiento tan feroz y desorbitante, ahora lo comprende, su hermanito ya no es ese chiquillo, no, ahora es todo un hombre, un hombre en una situación aberrante a la que tiene que enfrentarse y aunque le duela, tiene que hacerlo por su cuenta, pero jamás solo, estará para él y lo apoyará como debió hacerlo hace tantos años. Sin embargo, sabe debe controlarlo, puesto que no es inmune a las balas, es pese a que es mayor de edad, muy chico para enfrentar esto. Su amor lo ciega y no lo deja pensar con racionalidad.
Todos guardan silencio lo que resta del camino, cada uno sumido en su mundo, en su dolor. Llegan a los pocos minutos a casa de Alicia donde ya se encuentran todos los Wilde, más James y Henry, todos los reciben con los brazos abiertos, van pasando de uno por uno diciendo un lo siento a los tres jóvenes, hasta que James avanza con paso veloz hasta Heyden estampando su puño en la mandíbula del chico de ojos grises volteándole el rostro enseguida.
—¡¿Que te sucede, James?! —gritan todos en la sala atónitos ante la escena, todos menos Heyden que sonríe comprendiendo todo y aceptando el golpe que bien merecía, aunque a su parecer debió ser peor.
—Eso fue por desconfiar de mi castaña —admite James con algo de enojo y recelo.
—Lo merecía, pero esa castaña es mía y yo de ella, pero lo merecía —habla de vuelta Heyden levantándose, toda la sala comprende negando con la cabeza.
—Pues fuiste tan idiota que pareció que no, pero, aunque me duela reconocerlo, eres el único que la merece así que remedia tu error, idiota, y tráeme devuelta a mi hermanita.
—Eso lo puedes jurar. —Ambos hombres se estrechan en un abrazo dándose la bienvenida, todos comienzan a ponerlos al tanto mientras Chris hace una llamada al agente Elmerth notificando Heyden llegó, es momento de enfrentar todo de una buena vez.
***
La mañana siguiente el frío azota Opportunities Beach, ya ha pasado una semana desde el secuestro de Brooke y no hay noticias ni de ella ni de los otros secuestrados, los oficiales reportaron a todos los afectados en las últimas noticias. Daniell Roft, el tío de Marco, ha escapado de las autoridades y ahora es un prófugo de la justicia, todos los agentes se encargan de proteger a todos los involucrados, pero esto se está saliendo de control.
Inclusive los guardaespaldas de Heyden que lo acompañaron al viaje, ahora no lo dejan ni por un segundo, antes fueron discretos, ahora están más alertas que nunca.
Heyden siente como va muriendo lentamente sin saber nada de Brooke, cada día siente como el dolor incrementa al igual que el odio hacia los Roft, su estúpido odio irracional lastimó a miles de personas y ahora a la persona que más ama en este mundo. Siente un agudo dolor y que su respiración escasea, ya ha ido con los agentes para informarse de lo siguientes movimientos, pero nada, el estúpido de Dylan no se ha comunicado y aun si fuera el caso contrario no lo quieren hacer partícipe a pesar con las demandas de Dylan.
El ojo gris se dirige hacia los agentes en busca de nuevas noticias cuando en ese instante su celular comienza a sonar.
Todos los agentes mueven sus aparatos y guardando silencio le piden que conteste, Heyden traga un nudo de nervios contestando.
—¡Maxwell, amigo! Tanto tiempo ¿dónde estuviste metido todo este tiempo? Brooke ha preguntado mucho por ti.
—Maldito hijo de puta, ¡¿dónde demonios la tienes?! —grita sintiendo como la sangre comienza a hervir, siente unos deseos enormes de matarlo, de asesinarlo, ese hijo de puta se las pagará, y lo hará de la peor manera.
—Oye tranquilo, ese comportamiento no te llevará a ningún lado ¿acaso no te educó tu padre? ¡Oh cierto! Te abandonó —habla el miserable apaciguado su voz volviéndola seria.
—Claro, a mí me abandonó por trabajo, algo común, a ti porque eres un hijo de puta, aparte de que tuvo que huir como rata ya que mi padre lo hundió. —Heyden escucha como la respiración de Dylan comienza a agitarse, incluso puede sentir el odio que destila.
De pronto se escucha un fuerte latigazo y oye un grito femenino proveniente de la línea.
Brooke...
—¡Cabrón de mierda! ¡No te atrevas a tocarla, te matare Dylan, juro que lo haré! —grita Heyden por la línea.
—Muy tarde para tu petición, desconfiaste de ella, la abandonaste, no sabes cómo rogó por ti, como gritaba tu nombre, como decía que tú vendrías a partirme en dos, pero al paso de los días su esperanza cayó. Disfruté tocarla, disfruté torturarla y hacerla mía una y otra vez.
No...
Heyden siente como las piernas le fallan y el conocimiento se va, no, no pudo, no a ella ¡No!
—Eres un maldito hijo de puta, un miserable infeliz —brama por el móvil Heyden sintiendo aires de asesino.
—Sí, sí, escucha marica, si quieres tener de vuelta a la marimacha tendrás que ir a las bodegas de plástico que están a las afueras del pueblo, en el último cuarto me encontrarás a mí y a Brooke. Y para ustedes, agentes que escuchan esto, si llegan a acercarse a no más de 30 metros, la mato, tienes una hora Heyden o el juego termina. —Dylan cuelga dejando de los nervios a todo mundo.
El joven de ojos grises avienta el móvil con todas sus fuerzas estrellándolo contra el suelo de la oficina policial, esto ya no es imposible, esto es aberrante, comienza a destrozar a puños todo lo que está a su paso, oficiales y agentes tratan de detenerlo, pero simplemente es imposible, Heyden ya perdió la cordura, en ese instante llega Christofer quien en vez de detenerlo lo toma del cuello y asienta un golpe en la mandíbula sorprendiendo a todos.
—Quieres golpear, pues hazlo, pero no a esto, sino a mí. —Christofer ya no espera la respuesta de su hermano y se sale de las oficinas policiales, sabe cómo se siente él a la perfección y piensa darle todo el apoyo y compresión que tanta falta le hizo a él.
—Chris, yo... —Heyden sale mirándolo desconcertado, no tiene idea de porqué hace todo esto.
—¿Necesitas motivación? me acosté con tu novia. —En ese parpadeo de tiempo la mandíbula de Chris cae al suelo debido al golpe de Heyden.
—Cabrón, es tirar a golpear, no a matar —exclama Chris sobándose la zona afectada.
—No necesitaba inspiración, estúpido, tú te lo buscaste.
—Vale, vale lo merecía, vamos da lo que tengas, o sigues peleando como una niña. —Heyden sonríe ante la acusación que su hermano siempre dijo hacia él, sabía que nunca lo dijo enserio, pero en la época en que se lo decía lograba prenderlo enseguida, ambos hermanos comienzan a pelear. Heyden siente como va sacando todo el coraje, pero se da cuenta que no sólo saca el coraje por toda esa pesadilla, sino también el coraje guardado que tuvo hacia él, sabe que no lo está sacando todo, pero se siente muy bien.
Pero todo se acaba.
—Joven Maxwell —Un agente de FBI joven se acerca a los hermanos dirigiéndose al menor con cara de lástima, cosa hace enfadar a Heyden al instante—, siento interrumpirlo, pero ya es hora.
Ambos hermanos se miran por un instante diciéndose más con las miradas, quizás fue el único momento de hermanos que compartieron y aun ninguno ha dicho lo siento.