Eric se levanto y miro por la ventana. La noche anterior había sido una noche muy larga, la más larga de su vida. Se había vuelto loco. Los celos y la ira habían hecho volver a golpear a Elena, pero él la amaba o eso pensaba.
Todos esos pensamientos se unificaban en su mente sin un orden determinado, ella le ayudó a superar los baches.
La conoció un día en la calle. Ella iba de negro y él sucio de trabajar en la calle, con unos vaqueros rotos y una camiseta destrozada, sus ojos se cruzaron con los grandes ojos oscuros de Elena.
La bondad de Elena se apiadó de él, lo llevó a su casa, le compró ropa y le ayudó a encontrar un trabajo. Con el tiempo se enamoraron y empezaron lo que iba a ser una historiam de lujuria e ira. Debido a los celos de Eric les haría llegar a un punto sin retorno, donde Elena dejaría todo atrás para huir de él temiendo por su vida y su salud mental, para encontrarse camino a Finisterre en el que se encontraría con aventuras y personas que harían cambiar su forma de pensar sobre si misma y su cuerpo.
La avaricia de mi familia hizo que me quedara en la calle. Mi nombre es Eric Rodriguez tengo 34 años, huí de mi casa de acogida cuando tan sólo tenia 13 años, desde entonces ando perdido de un punto al otro de España. He terminado en Valencia, estoy paseando por la plaza de la Virgen, hay una fuente en medio de ésta con muchas palomas. Mientras estoy comiendo con toda la gula posible en un restaurante de la plaza, veo una chica de unos 24 años totalmente vestida de negro y desde ese momento ideo una forma para poder conocerla.