Íbamos de camino al colegio con mis amigas. Platicando sobre que nos pondríamos el sábado para la fiesta
-¿Y tu Scar que te pondrás?-dijo Nora.
-No lo se creo que iré a comprarme un vestido.-dije con aburrimiento.
-¡Oh si nena! Iremos de compras después del colegio.-Susan, saltaba de alegría.
-Vale.- Asentí.
Al terminar de asentir, una sensación extraña empezó a correr por todo mi cuerpo, una sensación que hacia que se me erizara la piel.
Nora y Susan seguían platicando sobre la fiesta mientras que yo tenia un presentimiento de que algo malo iba pasar, regresé a ver hacia los lados para ver si alguien nos venia siguiendo y me percato que adelante de nosotras hay un carro negro.
Afuera del carro se encuentran 3 hombres con sus gafas oscuras y con un aspecto de pocos amigos.
Algo no andaba bien.
Le di un codazo a Nora en el brazo ella se volvió hacía mi y le hice de señas con la mirada para advertirle de los hombres.
Pude ver el pánico en su cara y Susan también lo notó.
-Y si mejor nos regresamos-dijo Susan en un susurro apagado, su tono divertido se había ido.
Nuestro instinto no pronosticaba algo bueno.
-Buena idea, pero actúen normal-Susurré a mis amigas, según yo discretamente.
Nos dimos la vuelta y empezamos a caminar.
Sentía como mis pies me temblaban, de pronto se oyeron unos pasos atrás de nosotras y vi como Nora se volvió hacia mi por segunda vez.
-Chicas,- Su voz se cortaba- Vienen detrás de nosotras...
Cuando cuente hasta tres, cada quien corre para un lugar distinto, sera mas dificil que nos atrapen separadas.- Sugerí, tenia miedo al igual que ellas pero quería protegerlas.- Si alguna sale libre, llama a la policía.
Asintieron con la cabeza.
-Las quiero mucho chicas.-Fue lo último que oí de Susan y vi como sus ojos se empezaron a cristalizar.
-1...2...3...-empezamos a correr.
Estaba corriendo con todas mis fuerzas. Perdí de vista a las chicas.
Mi mas grande deseo era que se encontrarán a salvo.
Había corrido como nunca en mí vida y tenia que hacer una pausa. Me faltaba la respiración.
Me detuve y regresé a ver atrás, no vi a nadie.
Sin darme cuenta, alguien me pone la mano en el cuello.
-Maldita perra. ¿Pensaste que te salvarias?-Su tono de vos de escuchaba furioso, agitado.
-Dejarme por favor.- Dije en un sollozo, tenia miedo.
El miedo me dominaba, el miedo a no volver a ver a mis amigas, él miedo a perder mi vida perfecta. ¿Por que yo?
-Andando.-Me ignoró jalandome hacia el carro que había visto.
Mis ojos empezaron a cristalizarse, era como si me hubieran apretado el corazon, en ese momento mis esperanzas estaban rotas.
Las habían atrapado, ahí estaban mis amigas con lágrimas en los ojos.
-Sueltame Estúpido de mierda.- Gritó Susan a uno de los hombres con traje negro que la sostenía, por consiguiente le dio una patada en sus partes íntimas lo cual hizo que el la soltará por el dolor y ella se pudiera echar a correr. Antes de que lo notará ella, el desgraciado sacó una pistola de su traje y apuntó a mi querida y extrovertida amiga.
-¡SUSAN! ¡NO!-grite para que se hiciera un lado pero no sirvió de nada. Solo oí el sonido del disparo y vi como su cuerpo calló al piso.
Empeze a llorar mucho, quería correr hacia donde estaba Susan pero el hombre que tenia atrás de mi me lo impedía.
Lo último que oí que dijo ella fue:
"Las quiero sean fuertes ustedes pueden salir de esto"
Y jamás volvería a salir de compras con ella, ir al escuela, tomar un helado. Nada volvería a ser igual.
-Metete al carro--Ordenó el hombre que me tenia agarrada.
Me metí adentro del carro, ya no habia oportunidad de escapar.
En la esquina estaba Nora que me veía con miedo y tristeza.
En medio de nosotras estaba uno de los hombres lo cual no me permitía moverme para abrazarla.
Escuché que encendieron el motor del auto y después empezó a avanzar.
La vida puede cambiar en un segundo.
Una de mis mejores amigas la mataron y ahora me encuentro secuestrada aquí con tres hombres.