Lauren POV.
Me desperté y sonreí al ver que Camila seguía durmiendo plácidamente en mis brazos. La observé durante un rato y no podía negar que es preciosa. Me incliné y le acaricié la mejilla con mi nariz dándole pequeños besos a su paso, abrió los ojos un poco y se acurrucó más a mí cerrándolos de nuevo.
- No me quiero despertar. - Dijo aún con los ojos cerrados y la voz un poco ronca. Miré el reloj y eran las doce y media del mediodía. Le dí un beso en la frente y empecé a acariciar su brazo. - ¿No es un poco locura esto? - Preguntó abriendo los ojos para encontrarse con mi mirada.
- ¿Lo qué?
- Esto - Dijo señalándonos a las dos con el dedo indice - Tú y yo.
- ¿Por qué tiene que ser una locura?
- No sé, la chica mala y rebelde que pasa de todo con la chica responsable y aplicada, la niñita de papá y la prepotente. - Sonreí al acordarme de todo lo que nos decíamos cuando nos conocimos. - Es como imposible, la gente piensa que lo nuestro es imposible. Tengo un poco de miedo de que el ser tan diferentes acabe separándonos. - Tenía la mirada triste y se veía realmente preocupada por eso.
- Ser diferentes no es malo. De hecho, yo creo que es mejor, si fuéramos iguales y tuviéramos los mismos gustos seguro que acabaríamos aburriéndonos la una de la otra. Pero el ser tan diferente hace que nos complementemos. Cuando estoy alterada y apunto de perder el control, ahí estas tú para calmarme, el ser tan buena hace que yo quiera ser mejor persona para ti y me ayudas a conseguirlo. Cuando tú te pones toda loca e histérica por algo, me tienes a mí para relajarte. Porqué yo soy muy impulsiva y tú eres más de pensar las cosas antes de actuar, ahí me complementas. Porqué tú eres una histérica que se pone nerviosa por todo y yo soy más calmada y relajada, ahí te complemento. A ti te gusta el chocolate caliente y a mí el café, a ti te encanta cocinar y yo lo odio, te gusta el pescado y yo no lo puedo ni ver, te encanta dormir hasta tarde y yo soy más de levantarme temprano, me gustan los deportes y tú no eres capaz ni de aguantar diez minutos corriendo. Camz todo eso que nos hace diferente nos complementa y hace que no nos aburramos. Y sí, la gente, el mundo entero puede pensar que es imposible que dos personas como nosotras estén juntas, ¿pero sabes qué?, les estamos demostrando al mundo que los imposibles también existen, mi amor. - Camila saco su perfecta sonrisa de oreja a oreja y me abrazó pasando sus brazos por mi cuello, yo le acariciaba la espalda de arriba a bajo. Se separó un poco para poder besarme y correspondí al segundo de sentir sus labios presionando contra los míos. Me separé un poco regalándole una de mis mejores sonrisas al ver que en sus ojos ya no había rastro de tristeza ni preocupación, dejando paso a un brillo como el que nunca había visto antes. - Y si esta es una locura, es la mejor locura que cometí en mi vida. - Volvió a sonreír resaltando más el brillo de sus ojos. Seguramente yo me veía igual que ella porque no quitaba su mirada de la mía. Se inclinó para juntar nuestros labios en un beso lento y suave.
Camila POV.
Lauren se había ido a su casa después de comer para poder cambiarse de ropa y hacer un par de recados para la casa con Alexa. Yo me había quedado más tranquila después de lo que me dijo por la mañana. La verdad es que tenía miedo de sacar el tema, pero Aria ayer por la noche me dijo que lo nuestro era totalmente imposible al ser tan diferentes, que Lauren no era de las que se quedan con la chica buena e inocente y me puse un poco mal porque no era la primera persona que me lo decía, en la universidad, chicas que conocían a Lauren también me lo dijeron. Pero después de lo que me dijo Lauren esta mañana se me fueron todas las dudas, ella tiene razón, nos complementamos y le estamos demostrando al mundo que los imposibles también existen y ella es mi imposible.
Cogí mi portátil y me senté en mi cama abriéndolo para ver si mis padres estaban conectados al skype. Tenía ganas de verlos y sobre todo de hablar con mi hermana pequeña. Por suerte mi madre estaba en línea y la llamé para iniciar una videollamada. Me contestó después de unos cuantos tonos, saliendo en pantalla con mi hermana en sus piernas. Sonreí al instante, las echaba de menos.
- Hola hija. - Decía mi madre mientras saludaba con la mano, sonriente. Le devolví el saludo con la misma sonrisa.
- Hola, ma. - Mi hermana estaba llamando mi atención saludando efusívamente con las dos manos mientras gritaba mi nombre. - Hola pequeña, ¿cómo estás?
- Holaa Milaaaa, te echo de menos. - Dijo finalmente haciendo un pequeño puchero que hizo que se me saltara el corazón.
- Yo también enana, pero mientras no estoy contigo podemos vernos y hablar por aquí siempre que quieras, ¿vale? - Mi hermana reemplazó el puchero por una sonrisa y asintió.
- Vale, quiero todos los días. - Me reí por la cara seria que puso al decirlo.
- Sabes que no puedo todos los días, pero te prometo que intentaré llamarte más seguido que antes para vernos.
- ¿Que tal en la universidad? - Interrumpió mi madre cambiando de tema.
- Bien, todo como siempre, estudiando mucho para los exámenes y pasando el rato con mis amigas. ¿Por ahí que tal?
- Todo como siempre, tu padre trabajando mucho, tu hermana es un bicho que no para quieta. - reí ante el comentario porque es totalmente verdad. - Y yo trabajando y cuidando a tu hermana. Todos por aquí te echamos de menos hija.
- Yo también os echo de menos, mamá, pronto iré a haceros una visita.
- Más te vale. - Dijo mi madre señalándome con el dedo haciéndome reír. - Bueno, te dejo hablando con tu hermana que van a llegar mis amigas en un rato y tengo que preparar el café. Cuídate, hija, te quiero mucho.
- Yo también, mamá. - Mi madre salió de la pantalla y mi hermana cogió un cojín para ponerlo en la silla y estar más alta al sentarse. - ¿Qué tal en el cole, pequeña?
- Bien, hay un chico que me gusta. - Se puso tímida al decirlo y empezó a jugar con sus manos.
- ¿Cómo que te gusta un chico, Sofí? tienes siete años eres una enana para fijarte en chicos. - Le reprendo y ella vuelve su mirada hacía a mí.
- Pues me gusta, Mila y yo creo que le gusto a él, se llama Jacob y le voy a pedir que sea mi novio. - Soltó segura y confiada. Mi hermana pequeña tiene más coraje que yo, increíble.
- ¿Cómo sabes tú que le gustas? - Me miró y puso una sonrisa en sus labios.
- Porqué siempre me presta sus colores y me defiende del tonto de Lucas y yo también lo defiendo a él cuando León intenta molestarlo. Hacemos un buen equipo. - Me río. Mi hermana es un caso, no tiene remedio. - ¿Y a ti te gusta alguien? - En ese momento pienso en Lauren, aún no les dije nada a mis padres porqué no se dio la oportunidad y porque después de verme mal en navidad no quiero que se piensen que Lauren me hará daño, pero planeo contarlo pronto.
- Puede ser. - Digo con una sonrisa de oreja a oreja y mi hermana dio un gritito de emoción.
- ¿Es guapo? ¿cómo es? ¿y le gustas?
- Es una chica, Sof.
- ¿Y es guapa? ¿le gustas? - Dijo con la misma emoción y volví a reír. Mi hermana sabe que me gustan tanto los chicos como las chicas y nunca tuvo problema con eso. Creció viéndolo cómo lo que es, algo completamente normal.
- Es muy guapa y sí, también le gusto. - Mi hermana vuelve a gritar de la emoción.
- ¿Es tu novia? - Preguntó sin quitar el tono de emoción en su voz. Decido contarle la verdad.
- Sí, enana, es mí novia. - Veo a mi hermana dando saltitos en la silla mientras sonríe. - Pero no le puedes decir a papá y a mamá aún ¿vale? yo se lo voy a decir, pero por ahora tiene que ser un secreto entre las dos, ¿está bien?
- Sí, no se lo diré a nadie. - Sonrío. La verdad es que mi hermana es adorable.
- Será nuestro pequeño secreto.
- Nuestro pequeño secreto. - Dice con emoción. - ¿Y cómo se llama?
- Se llama Lauren. - Mi hermana iba a decir algo pero nos interrumpió el telefonillo sonando en mi casa y me levanto a atender. Cómo si la hubiéramos invocado al hablar de ella, es Lauren la que timbró. Le abro y me apresuró a abrirle la puerta de la casa para luego volver a mi habitación y seguir hablando con Sofía.
- ¿Quién es? - Me dice tan pronto me vuelve a ver aparecer en la pantalla.
- Es Lauren. - Mi hermana abre los ojos un montón.
- ¿La voy a conocer?
- Eso parece. - Y escucho cerrar la puerta de mi casa, le grito que estoy en mi habitación y aparece al instante.
- Hola, bonita. - Me dice mientras se acerca a mí y se sienta en mi cama dándome un beso que interrumpe la voz de mi hermana.
- Holaaaa, tú eres Lauren ¿verdad? porque si no lo eres ¿qué haces dándole un beso en la boca a mi hermana? - Lauren miró la pantalla del ordenador sorprendida al escuchar a mi hermana hablar y luego se giró para mirarme a mí.
- Es mi hermana, cariño, y sabe que estamos juntas se lo acabo de decir y está muy contenta ¿verdad, Sofí? - Mi hermana sonrió y asintió. Vuelvo a mirar a Lauren que sigue un poco sorprendida. - Lauren, ella es Sofía, la enana de mi hermana. - Ahora vuelvo la mirada a la pantalla del ordenador para ver a Sofía. - Sofí esta es Lauren, mi novia.
- Hola, Sofía. - Dice Lauren recomponiéndose de su sorpresa y saludando a mi hermana con una sonrisa. Mi hermana no dice nada pero está mirando a Lauren fijamente. Después de unos segundos un poco raros rompe su silencio.
- Wow. Eres muy guapa. Me gustan tus ojos, son hipnotizantes. - Sonrío al saber que los ojos de Lauren tienen el mismo efecto hipnotizador en las dos.
- Gracias. - Lauren se ríe. - Tú también eres muy guapa, Sofí.
- ¿Sabías que Sofí le va a pedir a un chico de su clase que sea su novio? - Le digo a Lauren a modo de entablar una conversación entre las tres.
- Ah ¿sí? ¿y es guapo?
- Sí, se llama Jacob y nos defendemos mutuamente, se que le gusto pero no se atreve a pedirme ser su novia, así que lo haré yo. - Lauren suelta una risa viendo la destreza que tiene mi hermana hablando y aunque no es de coger confianza tan rápido parece que Lauren tiene un efecto en las Cabello que hace que confiemos en ella enseguida.
- Así se hace pequeña, si te gusta ve a por ello. - Dice Lauren divertida.
- Sí, aunque Mila dice que aún soy muy pequeña para fijarme en chicos se lo voy a pedir igual.
- Tienes razón, tú no le hagas caso a tú hermana que no tiene ni idea. - Lauren se lleva un golpe en el brazo por su comentario y protesta divertida.
- ¡¡Eh!! No le pegues Mila, Lauren mola, no le puedes pegar. - Dice mi hermana riñiéndome por haberle pegado a mi novia.
- Eso Camz, no me pegues que molo. - Se ríe Lauren.
- ¿Ahora me abandonas por otra? vale, vale. - Le digo a mi hermana de broma haciendo un puchero.
- No te abandono Mila, te quiero mucho, tú siempre la primera. - Sonrío y mi hermana me devuelve la sonrisa. Escucho a mi madre gritándole a Sofi que tiene que apagar el ordenador para ir a cenar y ella gruñe.
- Sof, le tienes que hacer caso a mamá, hablamos pronto ¿vale? - Mi hermana hace un puchero exactamente igual al que le hice yo hace un minuto pero asiente.
- Vale, pero prométeme que me volverás a llamar pronto.
- Te lo prometo, enana.
- Vale, adiós. Te quiero mucho, Mila. Adiós, Lauren. Molas un montón. - Dice mientras agita su mano despidiéndose.
- Yo también te quiero pequeña.
- Adiós, Sofí. Tu también molas mucho. - Y mi hermana corta la llamada sonriendo.
Me levanto de la cama con el ordenador en la mano para dejarlo encima de mi escritorio y volver a sentarme en mi cama al lado de Lauren que no saca su mirada de mí.
- Tu hermana es un amor.
- Lo sé, es adorable.
- Es una mini tú. - Dice dejando un beso en mis labios. - ¿Ya les dijiste de nuestra relación a tus padres?
- No. Por el momento solo a Sofía, le dije que no le dijera nada a mis padres, quiero hacerlo yo y quiero hacerlo pronto. - Lauren sonríe y me vuelve a besar, está vez un beso más duradero que el de antes.
- Yo también tengo pensado decírselo pronto a mi familia. Quiero que conozcan a la preciosa chica que tengo por novia.
- ¿Ah sí? ¿tienes una novia preciosa? - Digo con un tono de broma en mi voz.
- Sí, deberías conocerla, te iba a encantar. - Sigue mi broma sonriente.
- ¿Y cómo es?
- Además de ser preciosa como te dije, tiene unos ojos muy bonitos y bueno está buenísima, tiene un culazo. Tendrías que verlo.
- Tonta. - Le digo mientras le doy un pequeño golpe en el brazo y río.
- Enana. - Dice Lauren besándome de nuevo.
Luego de unos minutos de besos en mi cama, nos levantamos para cenar.