Y no puedo dejar de pensar en qué pasaría si,
Que pasaría pasaría si te dijera que aún no quiero un final,
Que pasaría si te dijera la verdad de todas mis pequeñas mentiras,
Que pasaría si te dijera que te amo con locura desenfrenada,
Que pasaría si te dijera que te has llevado un pedazo de mi alma,
Que pasaría si te dijera que quiero ser el amor de tus momentos,
Que pasaría si te dijera que no puedo olvidarte aún cuando dije que lo haría,
Que pasaría si te dijera que no quiero que me dejes porque sin ti, nada es igual...
¡Llegarán los temibles kilómetros y nos separan aún más! Y allí, justo en esa larga distancia física: te llamaría y te diría que no me olvides, que no me dejes por otro, que no bailes con el demonio en una noche de goces y copas...
¿Cambiaría algo si te dijera que estoy asustada de perderte?
Podría hacerte cambiar de opinión si supieras cuan disgustada estaría de saber que tu cuerpo ha sido tocado por otro, ultrajado aleatoriamente. Y que no soy capaz de aguantar esa sensación de náuseas al imaginar los lascivos y torpes toques a la obra de arte que eres tú.
Pero claro, esto es solo suposición y pensamientos; más nunca serán más que eso, porque sé que solo denotaría melancolía en tus sentimientos.