Lauren POV.
Ya era de noche y seguía en casa de Camila. Estuvimos toda la tarde en su habitación. Estuvo toda la tarde mal por lo de Aria, lo entendía y la consolaba. Ahora ella estaba sentada en forma de indio en su cama, con su portátil y yo la observaba desde la silla de su escritorio. Me levanté y la abracé por detrás dándole un beso en el cuello y apoyando mi barbilla en su hombro.
- ¿Qué haces?
- Nada interesante. Iba a buscar el teléfono de una pizzería y que cenaras aquí conmigo. ¿Quieres?
- ¿Y Dinah?
- En casa de Sam. Me mandó un mensaje hace un rato, dice que va a pasar el fin de semana en su casa. - La agarré de la cintura haciendo que se diera la vuelta para mirarme y la besé.
- Me quedaré a cenar entonces. - Camila sonrío y me devolvió el beso.
- Llamaré entonces.
Estábamos en el sofá viendo un programa en la tele cuando llamaron a la puerta. Camila fue a abrir y yo me levanté para poner un mantel en la mesa y coger un par de vasos y la bebida. Camila apareció en el salón con la caja de pizza y nos pusimos a cenar.
- Camila, ¿te puedo preguntar algo? - Cogió otro trozo de pizza y me miró.
- Claro. - Dio un mordisco a la pizza.
- Mmm.. bueno.. tú.. tú y Aria.. ella..
- ¿Ella y yo qué?
- Ya sabes... ¿te acostaste con ella?
- No.
- ¿En serio? si lo hiciste me lo puedes decir, lo entendería. Es normal que lo hicieras. Sólo quiero saberlo. - Camila dejo el trozo de pizza en la caja y me agarró las manos.
- No te voy a negar que estuvimos apunto un par de veces pero cada vez que iba a pasar sentía como una opresión en el pecho que no me dejaba seguir. Se me venían a la mente imágenes nuestras de la noche que hicimos el amor en el coche y simplemente no podía. - Sentí como si me sacaran un peso de encima. Le agarré la cara y la besé, la besé mucho.
- Te quiero.
- Yo también.
Acabamos de cenar y mientras Camila fregaba los vasos yo recogía la mesa. Cuando acabé Camila seguía fregando.
- ¿Tanto tardas en fregar dos vasos?
- Ya que me puse, estoy fregando las cosas de la comida que no lo hice antes. - Me puse detrás de ella.
- Vaga. - Camila se giró y me estampó la mano en la cara dejándome todo el jabón en ella. - ¡Eh! ¿a que vino eso? - Le dije mientras me quitaba el jabón con la manga de mi sudadera.
- Por llamarme vaga. - Me acerqué al grifo y le salpiqué mojándola un poco. Camila me gritó molesta y yo me encogí de hombros.
- Venganza. - Cogió un vaso de los que acababa de fregar y lo lleno con un poco de agua. Al ver aquello intenté huir pero demasiado tarde, Camila me lanzó el agua riéndose y me empape. - Ya puedes correr le dije mientras me acercaba a ella.
- ¡¡Lauren, paraa!! - Corría por toda la casa y yo detrás de ella siguiéndola sin dejar de reír.
- Me empapaste la sudadera, ahora te toca a ti mojarte un poquito. - Corrí un poco más hasta llegar a alcanzarla.
- ¡Sueltaaaameee ! - La cogí en brazos y la llevé hacia la cocina. La dejé en el suelo y sin soltarla cogí un vaso, lo llene de agua y se lo eché por encima.
- Ya estamos en paz. - Dije dándole un besito.
- No me beses. Te odio. - Se cruzó de brazos poniendo mala cara.
- Empezaste tú. Debes saber que si juegas con Lauren Jauregui acabarás perdiendo. - Camila me dio un empujón.
- Idiota.
- Gracias. - Camila se río y le di otro besó más duradero que el de antes. La agarré de la cintura y sin dejar de besarnos la llevé a su habitación.
Estábamos en la habitación besándonos. Hacía rato que el beso se había vuelto más caliente. Nuestras lenguas jugaban en su mítica guerra. Me separé un poco juntando nuestras frentes.
- Creo que deberíamos quitarnos esta ropa. Está un poco mojada. - La voz me salió en un susurro y más ronca de lo normal.
- Yo también lo creo.
La volvía a besar y le empecé a subir su camiseta mojada lentamente. Se la quité y Camila hizo lo mismo con la mía. Entre besos le quite el sujetador dejándola sólo con los shorts. Puse mis manos en su culo y la atraje más a mí haciendo que Camila soltara un gemido. Mientras una mano seguía apretando su trasero con la otra me dispuse a masajearle un pecho mientras me llevaba el otro a la boca. Camila gemía y me acariciaba la espalda y la nuca pasando suavemente sus dedos por mi tatuaje. La acosté en la cama y antes de ponerme encima de ella me quité la camiseta y el sujetador. Me coloqué encima y le dí un beso en la boca bajando por su mandíbula hasta dejar besos húmedos en su cuello, mordiendo y luego pasando la lengua para calmar el dolor. Volví a jugar un rato con sus pechos, succionando sus pezones, lamiéndolos y mordiéndolos con cuidado de no hacerle daño. Camila empezó a masajearme una teta mientras yo con una mano le desabrochaba el pantalón sin dejar de besarla. Cuando lo conseguí me separe y le baje el pantalón junto con sus bragas. Volví a los labios de Camila y ella en un movimiento rápido se puso encima de mí. Me quitó la ropa que me sobraba y sin esperar mucho se llevo uno de mis pechos a la boca mientras masajeaba el otro. Yo gemía de placer pero esta noche quería que disfrutara ella, quería hacerle sentir que la quería y ya no tenía ningún miedo de estar con ella así que la agarré de la cintura y le dí la vuelta para quedar yo encima otra vez y volver a tomar el control. Camila sonrío y yo empecé a dejarle besos por todo su cuerpo, quería saborear cada parte de ella, lentamente dejando su sabor en mi boca. Después de besar cada parte de su cuerpo volví a sus piernas y fui subiendo hasta la parte interna de sus muslos donde deje un suave beso para luego pararme de frente en su entrepierna y sin pensarlo rodeé su clítoris con mi lengua y Camila soltó un fuerte gemido. Puso sus manos en mi cabeza acercándome más a su entrepierna haciéndome saber que no quería que parara. Empecé a succionar y lamer la zona, Camila gemía y movía sus caderas. Empezó a moverse más rápido y sabiendo que iba a llegar al orgasmo introduje dos dedos dentro de ella mientras me incorporaba para besarla. Todos sus gemidos iban a parar a mi boca mientras la envestía con mis dedos. Note como sus paredes se contraían al rededor de mis dedos y aumente la velocidad haciendo que llegara al orgasmo. Salí de dentro de ella y le dí un beso en la frente y otro en los labios. Me acosté a su lado y con mis brazos la atraje hacia a mí y ella se acurrucó en mi pecho. Nos tape con el edredón y Camila me dio un beso en el hombro.
- Te quiero.
- Yo también te quiero, loquita.
- Laureen...
- Camilaa....
- Idiota, sabes que no me gusta que me llames así.
- Echaba de menos llamarte así. Tú me llamas idiota todo el rato y no te digo nada.
- Bueno.
- Bueno. - Camila se río y levantó la cabeza para besarme.
- Eres tonta.
- Pero me quieres.
- Qué remedio. - Le dí un beso en la frente.
Nos acostamos mejor, acurrucándonos en plan cucharita. Yo me puse detrás de Camila abrazándola por la cintura y ella me agarró la mano entrelazando nuestros dedos. Paso un rato y yo quité mi mano de la de ella para acariciarla suavemente y mis dedos acabaron acariciando su trasero.
- Empezaré a creer que tu mano tiene un imán hacia mi culo. - Dijo Camila sin moverse.
- Yo también lo creo. Pero también tienes que entender a mi mano, tienes un culazo que no es normal.
- Eres idiota. - Sé apartó un poco y me dio un golpe en el brazo.
- Vale, no diré nada más. - La volví a agarrar de la cintura y ella volvió a entrelazar nuestros dedos. Después de un rato en silencio hablé.
- Camilaa.
- ¿Qué?
- ¿Estás despierta?
- Ahora sí.
- Vale. - Volví a quedarme en silencio y me pegué más a ella. - Camilaa.
- ¿Quéééé?
- Te quiero.
- Yo también te quiero.