"¡Soy una chica, necesito privacidad!"
¿Te suena?
Sé que sí.
Odiaba que llegaras sin permiso.
Odiaba que desacomodaras mis cosas.
Odiaba que entraras por la ventana.
Odiaba que te metieras en mi cama.
Y lo demostraba.
Gritos, patadas, insultos.
De hecho, me estoy riendo ahora.
Natsu...
¿No te diste cuenta que ya no me molestaba?
Me gustaba que te quedaras a dormir.
Antes, cuando despertaba y te veía durmiendo en mi cama, los dos sabíamos como terminaban las cosas: yo enojada y tú con un golpe en la cara.
Pero no había sido capaz de ver...
No había sido capaz de verte.
(...)
Una noche, cuando mis emociones aún estaban confusas, llegué a casa y encontré la ventana abierta.
Sabía lo que eso significaba.
Cuando entré a la habitación, allí estabas. Happy dormía cómodamente a tus pies en la cama.
No grité, no pateé, no insulté.
Me acerqué lentamente y me acosté a tu lado...
Natsu...
¿Sabes que mientras duermes, tus pestañas se alargan?
Tus ojos cerrados se mueven inquietos, lo que significa que estas soñando. Sin embargo, tu respiración es tranquila, transmite paz.
Tu cabello se revuelve y cae sobre tu rostro, de manera graciosa.
Y los ronquidos...
Nunca llegaron a molestarme.
¿Sabes que mientras duermes, sonríes?
Esa pequeña sonrisa es tan inocente que... No puedo explicarlo.
Es como ver a un niño pequeño dormir.
Eres cálido.
No pude evitar soltar un suspiro.
Me quedé viéndote un buen rato y pude sentir el sueño aproximarse.
Mis párpados pesaron, y obedecí sus deseos de descansar.
Aún con ellos cerrados, podía oír tu respiración.
Y así, los días pasaron.
Al parecer, se convirtió en un hábito para ti.
Aunque no habíamos aclarado el tema.
Simplemente, cuando giraba en medio de la noche sobre la cama...
Un cálido abrazo me recibía.
(...)
Ahora volteo y observo mi cama vacía...
Tercer asunto pendiente: volver a verte dormir.
La mejor parte era que...
Cuando amanecía, y yo abría los ojos...
Te veía observándome.
PD: acabo de abrir la ventana.