Brave [1T]

By Andrea_R

3.7M 136K 10.7K

¿Alguna vez has pensado como sería entrar en un internado? Esa idea no hubiese entrado nunca en los planes de... More

Capítulo 1.
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capitulo 4.
Capitulo 5.
Capitulo 6.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11.
Capítulo 12.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Capitulo 17.
Capítulo 18.
Capítulo 19.
Capítulo 20.
Capítulo 21.
Capítulo 22.
Capítulo 23.
Capítulo 24.
Capítulo 25.
Capítulo 26.
Capítulo 27.
Capítulo 28.
Capítulo 29.
Capítulo 30.
Capítulo 31.
Capítulo 32.
Capítulo 33.
Capítulo 34.
Capítulo 35.
Capítulo 36.
Capítulo 37.
Capítulo 38.
Capítulo 39.
Capítulo 40.
Capítulo 41.
Capítulo 42. [Final]
Epílogo.
Agradecimientos.
INFORMACIÓN 2T BRAVE

Capitulo 7.

87.4K 3.2K 198
By Andrea_R

Capitulo 7.

-Asqueroso…-susurro girando los ojos-

-¿Asqueroso por qué? No he mencionado nada sobre mis actos… -sonríe pícaramente-

-Lo que tú digas -asiento con la cabeza, girando los ojos- Ah, procura ordenar un poco la habitación. El ambiente de trabajo debería ser limpio y fresco, ¿lo sabías?

-¿Vienes tú a limpiármela? -dice arrogante, mientras sonríe. Suspiro pesadamente-

-Eres un jodido machista…-Mascullo, viendo como una sonrisa aparece en sus labios-

Doy media vuelta, caminando hacia las mesas de la biblioteca. Por suerte, esta vez no me sigue. Y veo como se dirige hacia la salida de la biblioteca con esa sonrisa en la cara.

Es que lo mato.

Bufo, abriendo el libro. Página uno. Empecemos.

[…]

Cierro el libro, mirando la hora en mi reloj de pulsera. Las siete en punto. Me levanto de la silla dónde segundos antes había estado sentada y coloco el libro en la estantería. No tengo ni ganas de alquilarlo, a si que supongo que mañana vendré a leer otra vez.

Salgo de la biblioteca, no sin antes echarle una mirada rápida a la bibliotecaria, que casi cae muerta del sueño encima de todos esos papeles y libros. Sonrío por dentro, es una imagen graciosa. Casi tan graciosa como para hacer una foto.

Camino por los pasillos, dirigiéndome hacía las habitaciones, pero una mano me impide avanzar.  Me giro.

-¡Ei! -dice Víctor- ¿Dónde ibas? -sonríe-

-Hola Víctor…-sonrío- iba a hacer el trabajo, ya sabes. -hago un mueca y continuo caminando, él me sigue-

-¿Con el imbécil ese? -pregunta. Yo asiento.- Oh, quería enseñarte algo.

-¿Algo? -pregunto elevando una ceja-

-Algo increíble.

-Mmm…me están entrando ganas de dejar plantado a Brave con tu propuesta…-río, el me imita-

-Hazlo -dice elevando los hombros-

Me apoyo contra la pared del inicio de las escaleras que llevan a las habitaciones. Él me mira con una mueca graciosa en la cara. Es guapo, muy guapo. Demasiado guapo diría yo. Ni siquiera me había fijado. Me pregunto por qué se llevará tan mal con Brave. Se acerca más a mí, con esa sonrisa tímida.

-¿Dejarle plantado? -asiente- suena tentador, la verdad. Pero quiero acabar el trabajo cuánto antes.

-Tenéis todo el curso para hacerlo…no te morirás por un día…¿no? -pregunta elevando una ceja. Yo dudo, pero al final me elevo de hombros-

-¿Puedo saber porque ese algo es tan increíble? -sonrío. Él me devuelve la sonrisa, esta vez dejando ver todos sus dientes-

-No te arrepentirás.

Se acerca a mí, y me coge de la mano. Pasamos por todo el pasillo, solo hay alumnos. Seguimos caminando hasta llegar a las escaleras que dan a las habitaciones de chicos. Subimos por éstas, y antes de llegar al final, Víctor se asoma. Echo un vistazo, y me quedo de piedra. Es el de seguridad. Es extraño…des de que he entrado en este internado apenas he topado con el de seguridad. He escuchado rumores sobre que el hombre ya está mayor y pronto va a jubilarse. Y la verdad, es que si que parece muy mayor. Creo que es por eso que no me han pillado durante toda esta semana saliendo y entrando de habitación en habitación y saliendo a las tantas de la noche por la puerta de seguridad.

-¿Quédate aquí, vale? -susurra Víctor en mi oído. Yo asiento. Coge mi mano, y me entrega una llave con un pequeño llavero con el número ''132''-

-¿Qué quieres que haga? -susurro-

-Confía en mí.

Me aparto un poco de la escalera, pero lo justo como para ver como Víctor camina hacia el hombre. Es una escena un tanto cómica. Yo escondida detrás de unas escaleras, Víctor intentando disimular, y un señor regordete con un uniforme azul y amarillo vigilando todo el pasillo.

Veo como carraspea, y el hombre se gira a mirarle.

-¡Buenos días señor Alberto! -dice, más bien chillando. El hombre ni se inmuta, solo asiente con la cabeza, a modo de saludo. Víctor le pasa la mano sobre los hombros, y veo como le hace caminar, hacía el fondo del pasillo- ¿Qué tal están sus nietos?

Ahogo un carcajada, mientras veo como Víctor me hace señas con la mano para que camine hacía la otra parte del pasillo, dónde la placa ''132'' reluce sobre una puerta rojiza de madera vieja.  Salgo de mi escondite con cuidado, y camino de puntillas hasta llegar hasta la puerta. Introduzco la llave y la puerta se abre, pero claro, ¿Qué es un internado sin puertas chirriantes? se podría decir que un internado no es un internado sin puertas que chirrían y se escuchan des del espacio. Y como es de imaginar, el pobre hombre hace amago de girarse, pero veo como Víctor se planta delante suyo, ocultándole todas las vistas. El pobre hombre intenta apartarle, pero el cuerpo de Víctor es mucho más alto y fornido. Por lo que no lo consigue.

-¡Señor Alberto! ¡Aún no me ha contado como hace para tener ese pelo tan sedoso y joven!

Entro corriendo a la habitación, y Víctor echa una mirada rápida, dándose cuenta de que ya estoy dentro. El hombre parpadea, sin enterarse de nada.

-Bueno Alberto, nos vemos mañana, que pase usted una muy buena tarde. 

Se despide del pobre hombre, y entra a la habitación. Nada más cerrar la puerta, comenzamos a reírnos a carcajadas.

-Nunca me había pasado esto -dice Víctor, volviendo a reír-

-Ha estado bien -sonrío-

Me ofrece asiento, y me siento sobre su cama. Hay dos camas, por lo que supongo que él también tendrá un compañero, es de lógica. Se acerca hasta un armario, situado justo al lado de la ventana, y lo abre. Veo como rebusca algo, y seguidamente, saca una funda de guitarra.

¡¿Tiene una guitarra?!

Abro los ojos y el suelta una pequeña risa, mientras se acerca a mí. Abre la funda lentamente, y coge la guitarra con sus dos manos. La caja  es granate, mientras que los costados de ésta son de color madera oscura.

-Te gusta, ¿verdad? -pregunta sonriendo-

-¿En serio? ¡Me encanta! -sonrío, el ríe- pero…¿Cómo sabías que me gustaba? -frunzo el ceño-

-Esa agenda tuya decorada de notas de música, claves de sol, letras de canciones, compases…es muy interesante, ¿sabes? -abro la boca, formando una perfecta 'o' y le doy un leve empujón haciendo que ría-

-Eso es personal…¿sabes? -digo intentando ocultar mis carcajadas-

-Se me hacía imposible no echarle un vistazo a ese tesoro…escribes muy bien, por cierto.

-Gracias -mis mejillas empiezan a tomar color, por lo que desvío el tema- ¿sabes tocarla? -pregunto curiosa-

-Claro, llevo tocando la guitarra des de los cinco años…algo me dice que tu también estás interesada en el mundo de la música, ¿no?

-Bueno...antes tocaba el piano. Una historia larga… -contesto bajando la mirada, el coloca su mano en mi barbilla, y me obliga a mirarle. Sonríe-

-Tranquila, tengo tiempo, no hace falta que me lo cuentes ahora.

Sonrío de lado, y veo como baja sus manos hasta las cuerdas de la guitarra. Comienza a tocarlas  y una suave melodía me inunda. Cierro los ojos, toca muy bien. Cuando acaba, abro los ojos, y lo primero que veo es esa sonrisa con esos perfectos dientes blancos. Le sonrío de vuelta, y coge mi mano, colocándome la guitarra entre mis manos. Le miro sin entender nada.

-¿Quieres aprender a tocar?

-¿En serio lo harías? -pregunto asombrada, con los ojos abiertos como dos lunas-

-No hace falta que preguntes eso…haría lo que hiciese falta.

Trago saliva, y bajo la mirada hacia la guitarra sobre mis manos. Ni si quiera sé como tocarla, solo sé que me encanta escuchar como suena. Se coloca detrás de mí, y aparta mi pelo, colocando su barbilla en el hueco entre mi hombro y mi cuello. Aspiro fuertemente, está demasiado cerca, y yo ya no soy consciente de lo que hago. Cierro los ojos un segundo, intentando concentrarme.

-Coloca así las manos. -susurra sobre mi oído, su voz es ronca-

Abro los ojos rápidamente, dándome cuenta de que mis manos están totalmente mal puestas. Las coloco en su sitio, y él coloca las suyas justo al lado de las mías, tocando las cuerdas.

-Haz lo que hago yo.

Le imito, mientras noto su respiración en mi cuello. Ni siquiera sé que estamos haciendo. Deja de tocar notas, y su nariz roza mi mandíbula. Noto  como deja la guitarra a un lado, y por instinto giro mi cabeza, encontrándome con la suya, a milímetros de la mía. Mi corazón va a un ritmo extremadamente rápido, y puedo notar sus labios rozar con los míos. Bueno, no lo noto. Lo siento. Eleva su mirada a mis ojos, dándome permiso. Sus pupilas están dilatadas, y respira igual de rápido que yo. No hace falta que pida permiso.

¡Dios, me estás haciendo sufrir!

No aguanto más, y me tiro sobre él. Noto su misma necesidad que yo cuándo me coloca sus manos a cada lado de mi cara, y me corresponde al beso. Me quedo prácticamente sin respiración.  Me besa con necesidad, con urgencia. Y yo me dejo llevar. Pronuncia algo que no logro comprender, y gruño sobre sus labios.

-Dios…no sabes las ganas que tenía de hacer esto.

Creo que se me olvida hasta de respirar con esas palabras. Dirige su mirada de mis labios hasta mis ojos, y los vuelve a atrapar, dejando que saboree cada parte de su boca. Nuestras respiraciones están más que agitadas, y pongo mi mano sobre su nuca, acercándole más a mí.

Los minutos van pasando, y ni siquiera me doy cuenta de que estoy a horcajadas encima suyo. Escucho un ruido proveniente de la puerta, y abro los  ojos rápido, saliendo del agarre de Víctor, que está igual que yo. Sobre la cama apoyado, y con el pelo alborotado.

¡Dios!, ¿Qué ha hecho conmigo? ¡yo no soy así!

Trago con fuerza, y me acomodo el pelo y la ropa. Un chico rubio y alto entra por la puerta silbando, y se para en seco al ver la escena. Le echo un vistazo rápido a Víctor, que no deja de mirarme.

-Vaya, creo que interrumpo algo…-susurra el chico divertido. Yo niego con la cabeza-

-No…ya me iba. Adiós Víctor. -susurro esto último, y me dirijo rápidamente hasta la puerta, saliendo por esta-

Corro hacia las escaleras y las bajo de dos en dos. ¡Madre mía!. Corro hacia mi habitación, haciendo que varios de los alumnos se giren a mirarme. Me encierro rápidamente y me apoyo contra la puerta.

¿Lo que me encuentro?

Algo que nunca me habría imaginado.

Continue Reading

You'll Also Like

253K 12.3K 30
¿Y si te robo un beso? #2 Lia y Zachariah creyeron que todos los problemas estaban resueltos y que de ahora en adelante todo iría bien. Pero la vida...
1M 87.5K 41
¿Y si por accidente te ganas el odio del cantante más famoso del país? *♫* Kale es el cantante juvenil más amado de la década, pero está cansado de s...
977K 65.1K 114
La vida de Kendall cambió cuando un día le dieron la peor noticia de todas, la única noticia que consiguió ponerle los pies en la tierra. Su enfermed...
292K 4.6K 6
Al año del accidente, ya recordaba absolutamente toda mi vida. Ahora cinco años después, Emma, Abi, Sofi y yo somos cuatro exitosas modelos. Y estaba...