Liv Lauren ―leyó Madame Hooch―. Esta parte del libro está muy sucia, como si la hubiesen manchado con tinta.
― ¿Quién demonios apellida Lauren aquí? ―preguntó Ron.
―Hay que leer, Ronald ―le regañó Hermione.
Pasado. Deben estar dudando por mi nombre, pues ciertamente no conocen a nadie que apellide Lauren.
―Exacto chica ―dijo Ron, ganándose un buen golpe de Hermione.
―Te dije que te esperaras.
Y tampoco lo conocerán; Ross Lauren (mi papá) es un mago canadiense.
―Con razón ―soltó el gran comedor.
Y Tabatha Green (mi mamá) una muggle americana.
―Entonces, ¿cómo llegó esta chica a Hogwarts? ―Preguntó Moody.
¿O eran? No sé como catalogarlo.
― ¿Por qué no sabría? ―pregunto Parvati, sin entender nada.
Pues, ellos se convirtieron en padres adolescentes. A los quince años me tuvieron, y me dieron en adopción.
― ¿¡Cómo se les ocurre dar en adopción a un niño!? ―gritó Molly―. Animales.
A Luna Lovegood, mi verdadera mamá.
― ¡Felicitaciones, Luna! ―la felicitó la mayoría del comedor. Ésta sonrió.
―Al menos escogieron bien ―aceptó Molly.
Pero la cosa, es que ellos me quisieron poner su apellido y me visitaban semanalmente, pero cuando tenía cinco años murieron en un accidente de avión.
―Que horrible ―susurró Hermione.
― ¿Qué es un avión? ―preguntó Blaise, confundido.
―Son naves gigantes, que transportan personas. ¡En el aire! ―Gritó Arthur, ciertamente emocionado―. Es sorprendente.
―Bueno, realmente... ―había comenzado Hermione.
―Deja soñar a mi papá, Herms ―le pidió Ginny, en un susurro.
―Y peligrosas. ¿No escuchaste la historia de la chica? ―exclamó Molly, exaltada.
―Realmente, señora Weasley, los aviones son la forma de transporte más segura que existe ―Explicó Hermione.
― ¡A nadie le importa! ―Gritó Draco.
―Draco, no grites ―le regañó su madre. Aries rió por la regañina pero al ver la cara de su tía, se calló también.
A pesar de que yo no llegué a considerarlos mis padres, quise respetar su decisión y llevar su apellido.
―Es una gran chica ―asintió Tonks.
Aunque legalmente es mi segundo apellido, no quiero decir el primero pues dañaría la identidad de alguien...
― ¡Dáñala! ―gritaron los gemelos.
―Maldito misterio ―gruñó Lee.
Tengo catorce años, soy muy amiga de muchas personas.
Todos se rieron, le gustaba ahorrar tiempo.
Soy Hufflepuff e increíblemente torpe.
―Eso explica porque el sucio ―explicó McGonagall.
¡También soy metamorfomaga! Lo sé, parece que sea hermana de Teddy.
Todos se rieron.
―Sí, lo podría parecer ―aceptó Lupin.
Es más, él me llama hermanita.
―Tan lindo mi niño.
No tengo novio y... ¡NO ME GUSTA NADIE! N A D I E.
―Okey, entendimos que te gusta alguien ―aceptó Oliver.
Tengo dos hermosos hermanos mayores y una hermana mayor, que es la mejor hermana del mundo.
―Sí, tendré una familia grande ―celebró Luna.
Como prefieran evitar los accidentes, no juego al Quidditch, evito las pociones, los invernaderos, el salón de encantamientos, a los fantasmas, a Peeves.
El comedor se llenó de risas.
―Creo que deberías seguir ese cronograma Neville ―le molestó Dean.
―Igual tú, Tonks ―Coincidió Sirius.
O todo lo que camine en dos patas y pueda causarme o lograr que yo cause a otra persona: heridas, golpes, moretones, caídas peligrosas.
―Si que es torpe ―bufó Seamus.
¿Ya entendieron mi punto? Soy muy torpe... ¡Adiós pasado!
―Sí, lo entendimos ―asintió Theo.
## RECUERDO ##
―Que aburrido estoy ―chilló, por quinta vez, Fred.
―Pues ve a besuquear a Bella ―Le sugirió Roxanne, mientras revisaba su teléfono.
Oliver negó mientras chasqueaba su lengua.
―No puedo ―gritó estresado―. Ella no me deja ni acercarme a un kilómetro.
― ¿Qué le hizo? ―gritaron George y Oliver al mismo tiempo. El pelirrojo le había tomado cariño a la rubia.
―No chilléis, por Merlín.
―Te dejaré cuando madures y dejes de ser un idiota infantil ―agregó la rubia, entrando al salón y sentándose junto a Dominique, quien la abrazó y besó su cabeza, con cariño.
Katie sonrió, su hija se hacía respetar.
―Podemos jugar a algo ―sugirió el pelirrojo menor de los Weasley.
―Zeta, ¿Ya no estamos grandecitos para jugar? ―Preguntó Lorcan, dejando de besar a Lucy.
Percy suspiró frustrado, pero agregó;
―Al menos sabemos que Zeta es parte de la familia.
―No es mala idea ―Aceptó Alice―. Dependiendo de lo que Zeta quiera jugar.
― ¿Verdad o reto?
―Suena bien ―Asintió Albus.
―Suena aburrido ―negó Draco, bostezando.
―Pero juguemos Verdad o Reto con la botellita. Hagamos una fusión ―opinó Liv.
― ¿Por qué no jugamos yo nunca, nunca? ―Preguntó Dominique.
― ¿Qué demonios es eso? ―todos negaron, sin saber.
―Dom... menores presentes ―Susurró Frank.
―Por Merlín, ¿qué demonios será? ―preguntó Bill, suspirando.
―Bueno, pues hagamos algo. Los mayores de quince jugaremos con alcohol, los menores con gaseosa. ¿Les parece? ―resolvió James. Todos asintieron.
― ¿Alcohol? ―se alarmó la profesora Sprout.
Ellos se encontraban en casa de los Potter, es decir; alcohol de contrabando por todos lados.
Ginny frunció el ceño. No, en su casa no pasaría eso.
Los merodeadores junto a Lily y Albus bajaron a buscar lo necesario para el juego, al cabo de diez minutos ya estaban de nuevo en la sala. Se le entregó un vaso a cada uno. Los merodeadores y Albus tenían uno muy pequeño.
― ¿Qué tramarán estos? ―susurró Angelina.
― ¿Quiénes son los qué beberán? ―Frank mostró dos botellas, una todos la reconocieron como Whisky de fuego, pero la otra era irreconocible para muchos.
―Están locos ―negó Collin.
―Pero son geniales ―agregó Fred.
Lorcan, Louis y Scorpius levantaron la mano, este último con un gesto de disculpa para Rose.
Todos se rieron, menos Ron.
― ¿Whisky de fuego? ―preguntó Dominique, los tres asintieron.
Bill, Draco y, sin saber porque, Luna suspiraron.
Cuando todos los vasos estaban llenos comenzaron a alinearse en una circunferencia perfecta. Primero estaba Zeta, junto a el Lily, Lyssander, Roxanne, Frank, Fred, Dominique, James, Lulú, Lorcan, Alice, Albus, Sylvia, Louis, Gus, Rose, Cissy, Reggie, Cassie, Kath, Lucy, Aries, Scarlett, Gabby, Scorpius, Bella y para finalizar con Bella a su derecha y Zeta a su izquierda, estaba Liv.
―Eso esta medio raro ―susurró Lee.
―Es solo la formación de un juego ―bufó Alicia, negando con la cabeza.
―Perfecto, el juego consiste en que cada uno de los participantes, empezando por Zeta y terminando con Liv, van a decir algo que nunca han hecho, si ustedes han hecho eso tienen que beber un trago. Con completa sinceridad ―aclaró Dominique―. ¿Preguntas?
―Bueno, no es un juego tan malo ―aceptó Katie, un poco más tranquila.
― ¿Qué van a beber ustedes? ―preguntó Bella, entrecerrando sus ojos hacía Fred.
―Que bella mi nuerita, preocupada por mi bebé ―se enterneció Angelina.
―Chupitos ―celebró Dominique, poniendo acento latino.
―Tequila ―explicó Frank, sonriéndole a Roxie.
― ¿Qué demonios es tequila? ―preguntó gran parte del gran comedor.
― ¡¿Están locos!? ―gritó una pequeña proporción, hijos de muggles, que conocían lo que era.
―Es una bebida alcohólica extremadamente fuerte ―explicó un Ravenclaw de quinto.
―Estos chicos son unos genios ―exclamaron las dos hermanas Potter al unísono y chocaron los cinco. Ellas dos habían probado el tequila con sal y les gustó.
― ¡Empecemos!
―Bueno, esto... ―habló Zeta―. Yo nunca, nunca me he copiado en un examen
Lily, Roxanne, Fred, Reggie, Lucy, Liv, Dominique, James, Lorcan, Albus y Louis bebieron.
Molly entrecerró los ojos, para después decir:
―Les mataré.
―Muy bien ―gritó James, después de haber arrugado la cara junto a todos los que bebieron tequila―. Esto se pone bueno.
Ginny y Harry negaron, mientras todos los miraban con compasión.
―Yo nunca, nunca, he besado a una chica ―dijo Lily, sonriendo.
―Es bueno saberlo ―susurró Percy.
Zeta, Lysander, Frank, Fred, Reggie, James, Lorcan, Albus, Louis, Gus y Scorpius bebieron.
―Creo que era un poco obvio que todos los chicos de la sala beberían ―aceptó Charlie.
―Yo nunca, nunca me he saltado una clase ―confesó Lysander.
Lily, Roxanne, Frank, Fred, Dominique, James, Lulú (que estaba roja como un tomate), Lorcan, Lucy, Sophia, Cissy, Cassie, Kath, Reggie, Alice, Albus, Louis, Gus, Scorpius y Liv bebieron.
―Ellos me causarán un infarto ―se quejó McGonagall, roja de la furia.
―Yo nunca, nunca ―comenzó Roxanne, pero fue interrumpida por la puerta.
― ¿Seremos nosotros? ―preguntó Ron.
― ¿Qué demonios pasa aquí? ―preguntó la rubia hija de Fleur.
―Por fin, sale Victorie de nuevo ―aceptó Molly, molesta del orgullo de su nieta.
― ¿Están jugando Yo nunca? ¡¿Están locos!? Hay chicos de trece años aquí ―Gritó Teddy, alterado.
―Es idéntico a Lunático ―lloriqueó Sirius―. Siempre ve el vaso medio vacío.
Sean se acercó a donde estaba su hermana y suspiró al ver lo que tenía en su mano.
―Es gaseosa ―Molls sonrió.
―Exagerados ―bufó Draco.
―Sí, solo nosotros seis; Lorcan, Lysander, Louis, Albus y Scorp estamos bebiendo ―Explicó Fred.
―Ellos son los que darán más dolores de cabeza ―agregó Lavender.
―Como si ya no lo supiéramos ―se exasperó Ginny.
― ¿Qué hacen aquí? ―preguntó Dominique, con fastidio.
―Qué carácter tiene ―resopló Bill; seguía sin acostumbrarse a cómo era su segunda hija.
―Nos mandaron a ver por qué demonios están tan callados ―comentó Josh, encogiéndose de hombros.
―Me imagino que eso debe ser rarísimo ―Asintió George.
―Bueno, ya saben que no estamos teniendo una orgia, solo estamos jugando tranquilamente ―comentó, James, cansado―. Ya pueden irse.
―Son tan para cual ―sonrió Ginny.
― ¿Se imaginan sus peleas? ―preguntó Harry.
―Deben ser insufribles ―Respondió Hermione.
― ¿Están bebiendo tequila? ―Preguntó Victorie, gritando―. Dominique, ¿¡estás loca!?
―Sí, Nique. ¿Cómo se te ocurre? Eso está mal, muy mal ―añadió Louis, exagerando―. Por eso yo estoy bebiendo mi dulce e inocente Whisky de fuego.
―No, sí, súper inocente ―se burló Hagrid.
―Vicky. Que tú no aguantes dos tragos de cóctel sin terminar en el hospital vomitando por dos semanas, no significa que Dom sea igual. Existe algo que se llama resistencia al alcohol, ahora largo ―Gruñó Liv, de mala manera, cansada de no poder seguir con su juego en paz.
―Se tienen confianza, eso es bueno ―aceptó Arthur con una sonrisa.
―Y todos son igual de amargados, hermoso ―ironizó Draco.
―Es tu futuro soñado, Malfoy ―se burló Ginny.
― ¡Basta ya! ―gritó Aries, estresada―. ¿Pueden parar de picarse entre ustedes? ¡Son peor que los niños chiquitos!
―Yo puedo... ¿Jugar? ―preguntó Molly, todos la vieron con los ojos como platos.
― ¿La prefecta quiere jugar? ―se sorprendió Fred―. Que milagro de su parte.
¡Vamos, Sean! ¿Hace cuánto no jugamos a algo por el estilo? Parece que los cinco tenemos ochenta años. Será divertido.
―A mi parecer, el juego no tiene nada de malo ―aceptó Kingsley.
―Está bien, pero yo quiero gaseosa, pues, como Liv dijo, mi resistencia al alcohol es nula ―dijo Victorie.
― ¡¿La francesita hará algo con sus primos!? ―dramatizó Pansy―. Estoy en shock.
―Cállate, Parkinson ―le gruñó Alicia.
Zeta arrastró a Liv a su lado, para que allí se quedase.
Todos en el comedor se miraron entre si, ahí había gato encerrado.
Josh se sentó entre Scorpius y Bella. Sean en el espacio que quedaba entre Bella y Liv.
―Yo creo que ellos son los hermanos más celosos ―todos asintieron ante las palabras de Dean.
Ésta última se pego un poco más a Zeta,
Todos sonrieron, sí, se gustaban.
para que Molly pudiera sentarse junto a su novio,
―Excusa barata ―canturreó Sirius.
Después de Molly, estaba Teddy y, junto a él, Victorie. Los cuatro mayores prefirieron irse por lo seguro y beber Whisky de fuego.
― ¿Y eso es lo seguro? ―bufó Fudge.
Mientras la rubia prefirió, como antes había mencionado, una simple gaseosa.
―Que niña tan buena ―negó George.
Siguieron jugando, los peores eran los merodeadores y Josh, bebían prácticamente en todas las frases.
―Con tal y no terminen borrachos ―pidió McGonagall.
Unos momentos después la puerta se abrió nuevamente.
―Ahora si tenemos que ser nosotros ―afirmó Oliver Wood.
― ¿Están jugando al yo nunca? ―preguntó Oliver,
― ¿Cuál de los dos? ―preguntaron todos los presentes.
Entrando junto a sus hermanos menores
―Es Jordan ―agregó Wood―. Yo no tengo hermanos.
Matthew se sentó entre James y Lucy, mientras Oliver se sentó entre Teddy y Victorie. Diana se sentó junto a Rose y Scorpius.
―Arruinó la parejita negó Sirius.
El juego no había avanzado casi nada, justamente en ese momento iba por Fred.
―Obvio, con tantas interrupciones ―añadió Remus.
Fue una tarde inolvidable para esos jóvenes, se conocieron más a fondo y se sintieron en familia.
Todos los padres presentes se sonrieron.
Además de sorprenderse de toda la resistencia que tenían los merodeadores para beber.
Ginny, Harry, Neville, Bill, Hannah, George, Angelina y Charlie se pusieron serios de pronto, mientras todos se reían sin parar. Aries, en cambio, simplemente soltó una carcajada. Eran demasiado hipócritas, sobre todo George y Charlie.
Entre familia, las cosas mejoran ―concluyó la profesora de vuelo―. ¿Puedo leer el siguiente también?
―Si usted lo desea ―asintió Dumbledore―, pero antes, desayunamos.
Después de ingerir en silencio los alimentos, Madame Hooch aclaró su garganta nuevamente para dar paso al siguiente capítulo.
―Cassandra Weasley.