—¿Estas lista? — preguntó Marcus
—Nací lista
Al oír la respuesta se alejó hasta su punto de acción, esta vez el había llegado súper puntual y vestido casual, sin ningún traje raro como la otra vez.
A penas anunciaron por las bocinas el inicio de la carrera, el se concentró en buscar a la persona, pero con la bulla de la multitud se le complico un poco.
Quizás debieron considerar un aspecto más en el plan.
O quizás esta vez corrieron con suerte, porque entonces Marcus escuchó como de verdad había alguien gritando ¡Corre Charlie!; y al parecer iban a poder lograr saber quien era. Era un chico de aparentemente su misma edad, cabello oscuro un poco largo, ojos grises y piel trigueña.
Al tenerlo a plena vista se congeló, no se sentía tan seguro de ir a enfrentarlo solo. Así que le tomó una foto, planeó esperar que terminara la carrera y enfrentarlo junto con Charlie. De resto seguiría espiándolo para que no se le escapara de la vista.
A medida que la carrera avanzaba más era la ansiedad y las dudas de él ,de ir a por el chico. El cual seguía gritando para motivar a su hermana como si la vida se le fuese en ello. Era complicado porque jamás en su vida lo había visto, ¿De donde había salido?
Entonces por fin la carrera terminó, y el vió como el chico le tomaba una foto a Charlie cruzando la meta. Caminó para acercarse más y le hizo señas a ella para que se acercara.
Dada por terminada la competencia las personas empezaban a marcharse, pero el chico seguía ahí, sentado.
—¿Lo encontraste? —dijo ella en medio de sus respiraciones forzadas por el agotamiento.
—Si —contestó—. Ahí esta— lo señaló.
—Vamos —salió Charlie corriendo.
Pero su hermano la detuvo —Espera, yo voy primero.
—Entonces ve de una vez. Anda.
Y fue como Marcus salió a prisa por el chico, cuando estuvo lo bastante cerca lo tomó por el cuello aplicando una de esas llaves que pasan por televisión.
—¿Quien eres?—se alteró el pobre chico asustado.
Charlie corrió rápido para acercarse.
— Quién eres, te pregunto yo a ti —dijo con tono desafiante Marcus.
El seguía apretando al pobre chicos, y entonces ella se fijó en un pequeño detalle.
—¡Para!—gritó
—Si, eso digo. Para ya con tu juego —respondió el hermano, entendiendo mal las palabras de ella.
—No, que pares tu— lo empujó—No ves que el...
—¿Qué te pasa Charlie? ¿Estas loca? ¿Qué el que?
—El es...—dijo sorprendida aun absorta en el chico.
Su hermano se levantó y dirigió su mirada hacia él y ahí se fijo.
—Que Soy inválido —completó la frase el muchacho, mientras se encogía de hombros.