- Quimeras... - Murmuró el sheriff mientras tachaba a Tracy en una foto.
- Dos Quimeras muertas.
- Y ocho nuevas que todavía no las conocemos. - Agregué a los dicho por Stiles.
- Entonces, eso nos da diez en total-...
- Creo que van a ser once. - El sheriff interrumpió a su hijo para poner otra foto en el panel donde analizábamos lo que estaba ocurriendo en Beacon Hills.
Donovan.
En el momento en que los ojos de Stiles se posaron en la foto del chico tensión, culpa y tristeza invadió la oficina del sheriff Stilinski. Miré de reojo como Stiles empezaba a moverse incómodo en su sitio y evitaba ver alguna cosa fijamente, sus ojos revoloteaban por todos lados.
- Nuestros técnicos me informaron algo... dijeron, que tanto la cerradura de la celda como las cámaras podrían haber funcionado mal por algo electromagnético. Dijeron que... estos... sujetos... - El sheriff se trabó al hablar.
- Los Médicos del Pavor. - Le recordé.
- ¿De verdad vamos a llamarles así?
Entendía el punto del padre de Stiles, el nombre era algo estúpido. Si no supiera de lo que son y de lo que eran capaces los bastardos, me hubiera reído.
- Entonces, ellos sacaron a Donovan. ¿Verdad?
- De la misma manera en la que entraron a Eichen, creo. - Me confirmó Stilinski.
- Entonces, Donovan en una quimera... - Murmuré intentando encontrar un patrón y acercándome a ver la foto.
- Eso creo. Pero, ¿es un fracaso como Tracy y Lucas?
- Si lo es... - Murmuré mientras tomaba un marcador rojo. - Probablemente esté muerto.
Estaba a punto de tachar con rojo la foto de Donovan, indicando que había muerto cuando el sheriff tomó mi brazo con delicadeza para detenerme.
- No hasta que haya visto un cuerpo.
Miré al hombre de ojos claros y asentí estando de acuerdo. Él era el oficial después de todo, tiene experiencia en el asunto criminal.
Pero ambos dejamos de debatir cuando nos dimos cuenta que en el pequeño grupo faltaba alguien. Nos dimos vuelta para ver como Stiles estaba en una esquina dado vuelta y por sus hombros y espalda pude notar que estaba tenso.
- ¿Stiles...?
Stiles se dio vuelta ante mi llamado pero solo nos miró un segundo para bajar la cabeza y jugar con sus dedos. Intentaba parecer normal pero fracasaba estrepitosamente.
- Estas inusualmente callado hoy... - Señaló su padre.
- Yo... eh... lo siento, lo siento yo... eh... solo, estoy intentando pensar en ello. - Se acercó mientras hablaban y viéndose un poco mejor, pero no lo suficiente. - Eran todos adolescentes, ¿verdad? Entonces.. ¿no deberíamos estar pensando el por qué estos adolescentes, específicamente? Si los Médicos del Pavor, pasaron por todo eso... quiero decir, enterrarlos, matarlos, sacar a uno de la prisión-...
- No pueden haber sido elegidos al azar. - Le interrumpió su padre entendiendo su punto.
- Claro... tienen que tener algo en común, un patrón. - Entonces yo estaba en lo cierto anteriormente. - Algo que les hacía correctos para este experimento.
- Algo que los hacía especiales.
El sheriff dio por terminada la reunión cuando llegamos a un punto muerto intentando buscar una conexión.
Empecé a juntar mis cosas que estaban desparramadas en el escritorio del sheriff cuando Stiles salió de la habitación leyendo un mensaje de su celular. El ambiente de la comisaría se inundó por el olor de coyote. Al parecer, Malia le había mandado un mensaje para que Stiles salga a recibirla.
Había escuchado lo que le había pasado a Malia ayer a la noche, luego de ver el mensaje de Deaton y acordar con él de que íbamos a hablar hoy por Skype a la noche, ya que tenía cosas importantes que hacer y yo también, recibí un mensaje de Lydia que estaba consolando a una coyote que casi tiene un accidente de auto.
Al parecer, mientras todos estábamos en Eichen, Theo y ella salieron a dar un paseo en auto, donde él le iba a enseñar a manejar.
Pero Malia tiene un problema, su familia murió en un accidente de auto y ella desde ese accidente vivió en el bosque en forma de coyote. Así que tiene una especie de trauma con el manejo, ya que le recuerda al accidente.
Al parecer la otra noche Malia iba manejando cuando se desvió y salió con dificultad del auto para plantarse en medio de la carretera, en shock por el recuerdo del accidente. E iba a ser atropellada por un auto que venía en su dirección de no ser porque Theo le empujó antes de que se estrellara.
Y Lydia me contó de que Malia balbuceaba con que su madre, la Loba del Desierto, tenía algo que ver con el accidente y la muerte de sus padres adoptivos.
Al recordar eso, salí de la oficina del sheriff para dar consuelo a la chica.
No éramos amigas pero ella había tenido una situación horrible, que tuvo que revivir justamente ayer por la noche.
Pero la sorpresa me la llevé yo al salir de la oficina y ver a Stiles y Malia abrazados.
Stiles la abrazaba con una mano en su cintura y otra en la parte posterior de su cabeza, mientras ella ocultaba su rostro en su cuello. Malia le abrazaba por las caderas y Stiles reposaba su cabeza sobre la de la coyote.
Probablemente Stiles solo la estaba consolando por la situación de anoche, ella se había quedado muy asustada, pero... no pude evitar mis celos al ver esa escena.
Stiles y Malia se tocaban como si estuvieran familiarizados con el cuerpo del otro.
Como si se hubieran conocido en profundidad, si saben a lo que me refiero.
Era obvio que ellos en su historia pasada lo habían hecho, quiero decir, es totalmente normal, son jóvenes y las hormonas y eso... pero también el pensamiento de ellos compartiendo un momento tan íntimo hizo hervir mi sangre.
Pasé casi dos minutos enteros viendo como se abrazaban con fuerza y cuando vi como Stiles se apartaba un poco para darle un beso en la frente decidí que no quería ver más.
Cerré con fuerza la puerta provocando que casi toda la oficina de policías me mirara pero yo solo miraba al suelo cuando avancé hacia la salida rápidamente.
Escuché como Stiles susurró mi nombre por lo bajo pero no me di vuelta a comprobarlo.
- El club de lectura de mamá normalmente tiene mas vino...
Estábamos toda la manada, y Theo, reunidos en la sala de la casa McCall. Fotocopias del libro de los Médicos del Pavor ocupaban la mesa de cristal de la sala y todos miraban las copias un poco inseguros.
Al principio no me gustó el plan, quiero decir... ¿ahora la manada va a tener club de lectura? ¡Por favor! Pero sé que si no hubiéramos hecho este plan, probablemente no hubiera leído el libro.
Y aunque no lo quiera admitir, siento que si leo el libro algo me va a suceder.
- Bueno, probablemente tampoco leían libros que causan alucinaciones violentas. - Le contestó Stiles con su nivel de sarcasmo habitual.
- A mi me gusta la idea de Lydia, solo que soy más del Vodka. ¿Traigo un poco?
Al parecer, no les gustó mi genial idea, en especial por la mirada de advertencia de Scott. Que desconsiderado.
- Por eso está Malia aquí. - La aludida asintió con una sonrisa ante las palabras de Scott.
- ¿Para que ninguno de nosotros se meta en la carretera? - Pregunté con un poco de sarcasmo mientras me examinaba las uñas.
Malia me miró un poco enojada pero lo dejó pasar.
- O algo peor.
Miré a Scott con duda ante sus palabras, ¿qué quiere decir con eso?
Mi alpha miró en mi dirección con advertencia luego de decir esas palabras y de algún modo, supe que él tenía miedo de que me afectara más que nadie.
No era noticia que desde que los Docs aparecieron todos tienen una leve sospecha de mi, y si tengo que admitirlo, yo también la tengo. Desde el principio fui la rarita del grupo, fue por eso que dejé de usar mi habilidad extra recientemente.
No quería sentirme más rara de lo que soy.
Pero el hecho de que los Docs me hayan prestado atención, el tener habilidades extras, el no conocer nada de mi pasado... da que pensar. En mi fuego interno tengo un nombre para lo que soy, un nombre que últimamente se está usando mucho, pero deseaba con todas mis fuerzas que esté equivocada.
No podía serlo.
Y mi rabia con el tema se alargó un poco más ya que el Dr. Deaton, mi antiguo jefe, no se contactaba conmigo.
Scott me regañó junto con Lydia por no haber soltado el celular las pasadas dos horas, a tal punto que me lo sacaron sin piedad alguna de las manos. Malditos. Pero estaba sumamente preocupada por el paradero de mi jefe. Desde ese mensaje de texto en el cual acordamos hablar vía Skype sobre su investigación, no volví a escuchar de él.
Le mandé miles de llamadas y mensajes pero no había caso, el hombre no contestaba.
Pero ese no era el tema ahora, ahora era momento de concentrarse en el libro en frente mío, el libro que probablemente me de respuestas.
Malia ya lo había leído, así que nos tocaba a nosotros.
- Como lo que le pasó a Judy. - Malia me sacó de mi trance.
- ¿Qué?
Todos la miramos de forma rara.
- Capítulo catorce.
Todos largaron un 'ah' de entendimiento.
- No me des spoiler, coyote. - Le amenacé.
- Quizás debería hacer que mi madre lo lea. Tal vez recuerde a una chica con cola que la quiso matar.
El sarcasmo de Lydia fue interrumpido por Stiles.
- Si es que funciona.
- Tiene que hacerlo... - Murmuró con esperanza la Banshee.
- ¿Qué significa eso?
- Significa... que creo que les vi durante la operación. Cuando vi la cubierta del libro... fue casi como... como... - Lydia se trabó pero yo sabía qué era lo que quería decir, me pasó lo mismo.
- Como si un recuerdo quisiera salir. - Terminé por ella con entendimiento y furia en mi voz.
Ahora estaba casi segura, no era la primera vez que vi a los Docs.
Mi tono de voz alertó a Stiles y a Scott, ambos me miraron atentamente antes de que mi alpha hablara de nuevo.
- ¿Acaso... acaso tu también sabes de lo que habla Lydia?
No contesté al principio, miré a mi costado y con dificultad, sin mirarles, respondí.
- Sé exactamente de lo que habla Lydia... por que yo sentí lo mismo que ella. Solo... solo que me dolió la cabeza como mil demonios también. Como si mi recuerdo hubiera sido más pesado o hubiera sido borrado con más fuerza, tanta como para que me doliera al intentar salir.
Todos me miraron con un poco de cautela ante mis palabras, pero también con preocupación.
- Sí...
- ¿No es eso lo que quería Valack cuando escribió el libro? - Preguntó Kira.
- Si me hicieron algo a mi... - Lydia me miró directamente con determinación antes de seguir hablando. - Si nos hicieron algo a nosotras, quiero saber qué es. ¿Estas conmigo?
- Dalo por hecho.
Ambas tomamos nuestras copias y nos sentamos para empezar a leer. Vagamente escuché como los demás tomaban sus copias.
El club de lectura ha empezado. ¡Yey!
'' [...] en el piso y rodó. Su pecho subía y bajaba una y otra vez mientras se succionaba el aire en sus pulmones.
A medida que la adrenalina comenzó a desaparecer, Judy sintió en sus ojos picaduras de lágrimas.
Ella apartó la mirada del torcido recuerdo de la criatura que alguna vez fue su amiga, como así escapó de sus labios.
Con un dificultoso paso, Judy volvió hacia la puerta abierta al final de la pasarela. La sangre latía en sus oídos a cada paso del camino, como el sueño de una gran nube de abejas.
Empujó la puerta abierta hasta que resonó contra la pared exterior. El aire de la noche llenó sus pulmones y, por primera vez en semanas Judy sentía como todo iba a estar todo bien.
Ella salió a la oscuridad.
Y corrió como el infierno. [...] ''
- ¿Alguien siente algo ya?
Salté un poco por la repentina voz de Scott hablando a su manada. Estaba tan enfocada en mi lectura que me asusté ante su voz.
- Cansancio... - Murmuró Kira mientras bostezaba.
- Hambre.
Bueno, en eso coincidía un poco con Lydia.
- Muerte y desolación... - Todos se dieron vuelta a verme ante tal comentario. - ¡Es broma! ¡Es broma, tranquilos!
Me fulminaron con la mirada para seguir con lo suyo. Que maleducados. Por lo menos Malia tuvo la decencia de sonreír un poco antes de irse a servir café. Por lo menos alguien tiene sentido del humor, aunque sea la coyote.
- Creo que se refiere al libro... - Murmuró para mi con una sonrisa Theo antes de volver la vista a su copia.
Le miré y sonreí al ver lo concentrado que estaba en la historia, tenía una mueca demasiado... sexy. ¡¿El bastardo no podía haberse conseguido otra apariencia, una que no sea sexy y tierna al mismo tiempo, tal vez?!
Pude sentir la mirada de Stiles en nosotros pero decidí no darle importancia.
Al ver que no le iba a hacer caso, Stiles suspiró frustrado y dejó el libro en la mesa para irse a la cocina. Con Malia.
Luego de un tiempo de debate en escuchar o no su conversación privada, decidí que ya tenía bastantes pecados como para hacerme un ascensor al infierno, así que uno más no me haría nada. Agudicé mi oído y les escuché hablar.
- Puedo oler la sangre. ¿Qué pasó?
- El Jeep volvió a darme una paliza, me golpeé con una parte de el. Fui a comprobar el motor, y el capó se me echó encima. Le dio a mi hombro. Nada más.
Pero yo no le creí nada a Stiles, y probablemente Malia tampoco. En especial porque mientras él hablaba, su corazón empezó a acelerarse rápidamente.
Stiles estaba mintiendo.
- Entonces, espera, espera... ¿cómo es recordar? Quiero decir, ¿es como ver una película o estar dentro del recuerdo?
- Dentro de el.
- ¿Fue solo el accidente? ¿Estas segura...?
- Nada...
Pero otra vez, un corazón volvió a acelerarse, solo que esta vez no era el de Stiles, era el de Malia.
Malia estaba mintiendo.
Luego de dos horas de lecturas todos nos encontrábamos fritos en los sillones, la media luna había salido en el cielo y yo seguía sin noticias de Deaton.
Kira subió al cuarto de Scott a recostarse y luego de eso, uno por uno se fueron quedando dormidos. Yo fui la única que se quedó despierta, junto con Theo.
Pero eso no duró mucho, ya que cerré mis ojos pesados para descansarlos, y no me di cuenta de que al instante el sueño me ganó. Mas no dormí mucho, ya que al sentir una caricia en mi mejilla me desperté de golpe tomando una respiración profunda.
- ¡Hey! ¡Hey! ¡Hey! Tranquila, soy yo, solo soy yo... - Susurró Theo mientras me tomaba de los brazos.
Cerré los ojos y calmé mi pulso, que se había vuelto loco por el susto. Me senté derecha en el sillón y susurré mientras veía a los demás dormidos en el piso y echados en los sillones.
- ¿Cuanto tiempo dormí?
- No mucho, solo veinte minutos aproximadamente. Perdón por despertarte, no quería hacerlo.
Froté mis ojos y dejé mi copia del libro en la mesa mientras me levantaba. Caminé a la salida mientras agarraba mis cosas y me dirigí al pasillo intentando no hacer ruido con mis tacones. Detrás mio un Theo silencioso me seguía.
- ¿Ya te vas? ¿A dónde?
- A mi casa. Me alegro que me despertaras, me hubiera quedado dormida toda la noche de no ser por eso.
- Bueno, pero como dije antes, no quería hacerlo. Te veías... muy tranquila durmiendo.
- ¿Y por eso decidiste tocar mi mejilla? ¿Por que parecía tranquila?
- No, decidí acariciar tu mejilla porque tranquila te ves mucho más hermosa que de costumbre. Aunque cueste creer que puedas ser más hermosa, es verdad.
Ante el comentario de Theo me incomodé un poco y un calor suave recorrió mi cuerpo. Tenía ganas de sonreír pero no lo hice.
- Ya... creo que todos nos vemos tranquilos cuando dormimos. ¿Verdad?
- Define tranquilo para él.
Ambos nos asomamos por el pasillo para ver como Stiles se encontraba roncando un poco y babeando. En ese momento decidió tirar la cabeza hacia atrás y apoyó la misma en su respaldo, abriendo la boca y roncando un poco más fuerte.
Casi me río de la imagen de él sentado en el piso babeando y roncando pero mi risa se murió al ver qué era su respaldo.
Las piernas descubiertas de Malia.
Stiles tenía su cabeza en el regazo de la coyote. Y la chica, que también estaba durmiendo, en se momento movió su mano y la enterró en su cabello.
Y aunque ambos estén dormidos y sin saber realmente qué estaban haciendo, la imagen hizo que me pusiera celosa y que la tristeza recorriera mi cuerpo.
Hice una mueca de dolor y ignorando a Theo, salí de la casa de Scott en silencio.
- ¡Espera! ¡Espera Vanessa!
- ¿¡Qué quieres?! - Le pregunté bruscamente mientras me daba vuelta y le enfrentaba con cara de pocos amigos.
- Ellos... ellos solo estaban dormidos, no lo hicieron apropósito.
- No tienes nada que explicar por ellos, no hace falta.
- Sí lo hace. Y no lo hago por ellos. Lo hago por ti. - Murmuró Theo mientras se acercaba.
- ¿Por mi? No lo entiendo.
- Vanessa, no puedo verte triste por él. Sé que lo amas, se nota cuando lo ves. Y con todo lo que esta pasando, que ustedes se separen creo que te hace aún peor. Pero quiero que sepas algo... - Theo se acercó a mi peligrosamente y enmarcó en sus manos mi rostro. Su rostro se separaba del mio solo por tres centímetros de distancia. - Quiero que sepas que Stiles es un idiota. Es un idiota por... por no darse cuenta de la mujer preciosa y única que eres. Si yo fuera él, y si estuvieras tan enamorada de mi... no dejaría que nada rompa lo que sentimos. Pelearía por ti.
Quedé embobada viendo sus ojos mientras Theo murmuraba esas palabras tan dulces.
Su rostro estaba tan cerca del mío que compartíamos el aliento, y ambos olíamos a menta. Sus ojos celestes con toques verdes miraron fijamente los míos y me hicieron derretir, me llevó a pensar que estaba nadando en ellos. Sus labios me tentaban.
No era casi nada a lo que sentía con Stiles, con él era amor. Puro y crudo amor.
Pero con Theo... él me gustaba. Me atraía. Me llamaba.
Ambos nos quedamos paralizados por un momento y Theo empezó a acercarse a mi lentamente. Iba a besarme.
Cerré los ojos esperando el momento en que sus labios se conectaran con los míos cuando la puerta abriéndose bruscamente nos hizo separar de un salto, asustados. Miré con ojos como platos la figura que se asomaba por la puerta.
Scott se acercó a nosotros con una cara neutra.
- Lamento interrumpir, no sabía...
Algo en el rostro de mi alpha me hizo creer que sí sabía pero lo hizo a propósito.
- No hay problema, ya me iba... - Murmuré mirando para todos lados. Quería evitar ver a ambos chicos.
- Te llevo.
- No. No, gracias Scott pero prefiero ir caminando.
- ¿Caminando? Es muy tarde, creo que-....
- Scott. En serio, no me va a pasar nada. Soy yo. Nos vemos mañana en la escuela.
Sin esperar contestación, salí corriendo de allí.
La escuela era horrible.
Fue totalmente aburrida ese día, o por lo menos hasta la cuarta hora.
Lo único interesante que había pasado hasta el momento fue en la clase de Biología avanzada. Sydney, una chica de mi curso, se fue repentinamente en medio de la clase entregando el formulario de abandono.
Y Lydia fue detrás de ella a consolarla, ya que se veía muy mal.
Miré a los otros miembros de la manada pero solo compartimos esa mirada para volver a prestar atención a la clase.
Tocó la campana anunciando la cuarta hora, estaba en mi casillero acomodando mis libros cuando un chico vino corriendo con desesperación por los pasillos gritando.
- ¿¡Alguien tiene un inhalador?! ¡Necesito un inhalador! ¡Rápido! ¡Alguien está teniendo un ataque de asma!
En ese momento, me acordé de alguien que antes de convertirse en lo que era, sufría estos ataques.
- Scott... - Susurré con horror.
Corrí hacia la clase de Biología Avanzada y llegué al mismo tiempo que Liam. Ambos empujamos a todos los adolescentes reunidos en la entrada con violencia y desesperación de llegar a nuestro alpha.
Scott se encontraba muy mal. Intentamos hacer que tomara su inhalador pero era como si no respondiera, así que tuve que sacar a mi parte loba. A la Beta de mi Alpha.
- Scott... - Susurré mientras mis ojos se volvían de color azul brillantes.
En ese momento, Scott despertó y con desesperación usó el inhalador.
- Scott, ¿te encuentras bien? - Preguntó Liam.
- Sí... yo... yo recordé.
Ambos miramos con asombro a nuestro alpha.
El libro había funcionado.
Ingresé al gimnasio de la escuela secundaria de Beacon Hills para encontrarme con una escena... interesante.
Tenía pensado contarle a Theo por los recuerdos de Lydia y de Scott.
Al parecer, la Banshee empezó a recordar en el momento en que fue a consolar a Sydney y Scott cuando tuvo su ataque de ''asma''. Y como el alpha me ordenó que le cuente a los demás, seguí el rastro de Theo.
Ni loca iba a informar a Stiles, eso le tocó a Liam. El plan de Scott era que yo vaya con su sarcástico amigo a informarle y de paso nos da una excusa para hablar, pero yo me negué. Así que al final quedamos con que Liam informa a Malia y Stiles, él a Kira y yo a Theo.
Scott me miró serio cuando dije que iba a informarle a Theo. Supongo que por lo de ayer.
Aún tengo un poco de vergüenza.
El rastro de Theo me llevó a la zona de gimnasio y aunque fuera peligroso, acepté ir allí solo para hablarle.
Nunca imaginé que el recibimiento al entrar fue él sacándose la camiseta y sudando.
Theo tenía... un muy buen cuerpo.
El ambiente se quedó en silencio mientras él hacía ejercicio. Sabía perfectamente que él notaba que estaba presente.
- ¿No vas a decir nada? - Le pregunté mirando para otro lado, no quería verle.
- Tú me buscabas a mi. ¿Me equivoco?
- Ah... claro... - Estúpida. - Es sobre Scott y Lydia. Recuperaron sus recuerdos.
Eso hizo que Theo dejara de hacer pesas. Las dejó en el suelo y agarró una toalla mientras se acercaba a mi.
- ¿Que vieron?
- Lydia tuvo el recuerdo de Eichen House. Más bien de su abuela en el. Y Scott de la muerte de su perra Roxy cuando era muy pequeño. No dieron muchos detalles, nos van a explicar mejor luego cuando nos reunamos todos. De eso iba a avisar, la reunión.
- ¿Sabes que podrías haberme avisado de la reunión por mensaje de texto, verdad? - Preguntó con una sonrisa sexy.
- Sí... pero quería verte. - Theo levantó las cejas y sonrió mostrando unos brillantes dientes mientras se cruzaba de brazos y me veía interesado y divertido. Me obligué a no perderme en sus anchos biceps. - No. No de ese modo. Quiero decir... eh... digo que... quería hablar sobre lo de ayer.
- Bueno, eso no cambia mi pensamiento anterior, por si te interesa saber.
- No lo decía en ese modo. Quiero que hablemos. Lo de ayer no estuvo bien.
- ¿Qué quieres decir? ¿Qué parte no estuvo bien?
- Quiero decir, de que apenas salgo de una relación como para andar... pretendiendo algo más que una amistad contigo, Theo. No creo que sea lo correcto.
Theo se quedó un momento callado y cuando levanté el rostro para verle, me temblaron las rodillas un poco.
Él me miraba serio, con deseo y seguridad.
- ¿Quieres saber lo que no es correcto? ¿Quieres saber lo que no estuvo bien? Que no te besara en ese mismo momento y que Scott nos haya interrumpido. - Se adelantó un poco.
- No... eh... no digas eso. En verdad no es correcto que-.... - Murmuré mientras retrocedía. Pero él me cortó y terminó por arrinconarme en una pared.
- ¿No es correcto que me vuelvas loco? Pues, ¿sabes qué? No me interesa hacer lo correcto.
Theo no me dejó continuar que me besó con desesperación pegándome a la pared.
Por un momento me quedé tiesa, sin saber que hacer, pero el deseo y las hormonas decidieron qué hacer por mi.
Envolví mis brazos en su cuello y acaricié su sedoso cabello con mis dedos, tiré de él con suavidad.
Theo me agarró del trasero y me cargó para que envolviera su cintura con mis piernas. Sentí como una mano se deslizó por mi espalda, por debajo de mi blusa, lentamente. Gemí un poco mientras sentí su lengua mezclarse con la mía.
Ambos nos encontrábamos desesperados, consumiéndonos el uno al otro. Esto no era amor, no como con Stiles, esto era solo deseo.
Pero nuestra pequeña escena fue interrumpida por el sonido de la puerta abriéndose.
Ambos nos quedamos congelados para mirar a nuestro costado y sentí mi corazón quebrarse al ver quien era. Me sentí... horrible. Me sentí asquerosa.
Y es que Stiles Stilinski nos estaba mirando en la puerta.
El olor a dolor, rabia, traición, odio y demás inundó la habitación. Pero no hacía falta ser una criatura sobrenatural para ver como se sentía.
Se podía ver en sus ojos al vernos.
Pero no reparaba mucho en mi, la verdad. Estaba más concentrado mirando con odio a Theo.
Y de un momento a otro, Stiles se lazó a por él.