La hija del General

Da JanetBeMont

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Después de siete años Jade Asher regresa a Prince George Virginia a pasar el verano con su padre deseando que... Altro

Sinopsis y Booktrailer
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Mi agradecimiento
"Capítulo especial"

Capítulo 11

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Da JanetBeMont


Ya pasaba del medio día, Jade estaba vestida, lista con bolso y cámara fotográfica en mano esperando, y no sabía qué hacer.

Por un lado sabía perfectamente que su padre se enteraría si iba sola a la fiesta en la piscina y no quería causarle otro disgusto más, pero también estaba segura de que Rayder no tenía ningún trabajo que hacer, la noche anterior habían discutido porque él no quería acompañarla y ella estaba decidida a ir, tanto ella como su amiga Claudia esperaban este día y lo habían planeado desde antes que todo entre él y Jade empezara.

Y tenía certeza de que él seguía en su casa, la camioneta seguía en el mismo lugar que ayer. Fue a sentarse al sillón, con el pie moviéndose sin parar y checando el reloj cada diez segundos, echó aire por la boca con desespero, lo pensó medio segundo y decidida salió a buscarlo, fue a la puerta trasera de la casa de él y tocó pero no hubo respuesta.

-Rayder....- lo llamó apoyando las manos y la cara en el cristal de la ventana buscándolo, no estaba ahí.

Regresó a su casa, subió a su habitación y se asomó por la ventana. La habitación de él estaba justo frente a la de ella, el cristal estaba abierto y las cortinas medio abiertas. Alcanzaba a ver parte de la cama y vio movimiento.

-Sé que estás ahí...- espero, nada. -¡Rayder!

Tamborileo los dedos en el marco, entrecerró los ojos y sacó el pie al entramado, luego el otro, pasó por la rama con cuidado, de ahí se agarró al tronco para pasar a la rama que estaba más cerca de la ventana de él.

¡Ay virgen pura de la piedad! ¡Que no me caiga!

Se sujetó de una rama más alta con ambas manos y caminó lenta y con precaución hasta que llegó a la ventana de Rayder, entró y ahí estaba acostado durmiendo.

-Te voy a...¡Rayder Hunter! ¡DESPIERTA!- él apenas si se movió, Jade se acercó a la cama y jaló las cobijas -Hace un calor infernal y tu tapado hasta la cabeza, no te creo que estés dormido ya pasa del medio día ¡levántate soldado que tenemos una misión especial! ¡vamos! ¡vamos!

Cuando lo destapó y lo vio supo que no estaba bien, tenía el cabello y la frente sudorosa, la playera estaba pegada a su cuerpo mojada y estaba temblando -Dios, Rayder ¿qué tienes?- se sentó en el borde de la cama y le tocó la frente -Estás ardiendo en fiebre.

Él apenas si se movió -¿Qué haces aquí? Dijo él con los ojos entreabiertos -¿Cómo entraste?

-La ventana, vine a buscarte para que me acompañes a la fiesta.

-No me siento bien, creo que me hizo daño la mojada de ayer.

Le tocó las mejillas sonrosadas por la temperatura elevada -Necesitas algo para bajarte la fiebre ¿Dónde guardan las medicinas?

-En el baño, el espejo.

Fue al baño y buscó, encontró Ibuprofeno. Agarró el vaso que estaba en el lavabo, lo llenó con agua y se lo llevó -Ten.

Rayder se incorporó lo suficiente para tomar la pastilla y luego se dejó caer en la cama de nuevo -Me duele mucho la espalda- hizo un gesto de dolor.

Jade recordó cuando era niña y tenía fiebre, su madre acostumbraba darle un baño con agua tibia para bajarle la temperatura, y pensó en la posibilidad.

No seas una lujuriosa, el pobre está enfermo y tú pensando en verlo desnudo bajo la regadera.....no, en la regadera no, en la tina estaríamos mejor.

¡Hay Dios Mío! Aleja de mí estos pensamientos pecaminosos.

Salió deprisa de la habitación y de la casa por la puerta trasera y fue a la de ella, Greta estaba en la cocina, a ella buscaba.

-¡Greta! Rayder tiene fiebre y dolor muscular, podrías hacerle algo de comer para él ¿un consomé de pollo quizás? Yo le voy a llevar una botella de gatorade para que se hidrate- buscó la botella en la alacena.

-Oh, pobre. Por supuesto, ahora lo preparo. Si tiene mucha fiebre un baño con agua tibia le ayudaría.

-¿Ah sí?- carraspeo -pero no creo pueda ponerse en pie. Ya le di una pastilla de Iboprufeno.

-En ese caso con la medicina será suficiente, para el dolor muscular un masaje lo aliviaría- fue al refrigerador y sacó lo necesario para hacer el consomé.

-¿M-masaje?- tragó saliva.

-Si, el mes pasado me dolía mucho el nervio ciático, la señorita de la farmacia me dio un frasco con esencia de aceite para masajes, podría ayudarlo a sentirse mejor. ¿Lo quieres?

-¡Si!...este...si. Si por favor.

-Busca en mi habitación, en la mesita junto a mi cama en el primer cajón. Yo prepararé el consomé, cuando esté listo te llamo.

-De acuerdo. Gracias Greta.

Salió de su casa con la botella de gatorade y el frasco de esencias en mano repitiendo en el pensamiento una frase sin parar.

No es por sabrosearlo, es porque está enfermo y quiero que se mejore...no es por sabrosearlo, es porque...

Se quedó parada en el marco de la habitación, en cuanto lo volvió a ver todos los pensamientos libidinosos que tenía se disiparon un poco, de verdad estaba preocupada por él, y verlo enfermo, débil y expuesto no era para nada alentador. Fue hasta la cama y se sentó -Ya regresé, fui por agua- puso la botella en la mesita.

-Tengo mucho frío y me duele mucho la espalda- volvió a quejarse.

-Porque estás empapado en sudor, Rayder...tienes que quitarte la camisa, ¿puedes levantarte?- No le contestó, se sentó al lado de él y tomó el borde de la playera -No puedes quedarte así, ¡vamos soldado! ayúdame a ayudarte.

Él se sentó con esfuerzo en la cama y alzó los brazos, ella jaló hacia arriba y le quitó la playera húmeda, Rayder se recargó en el hombro de Jade, con su rostro en el cuello, ella con cuidado lo ayudó a volver a acostarse -Greta te va a preparar un caldo de pollo y... me dijo que...que un masaje te ayudaría a sentirte mejor, si quieres...yo...puedo...

-Si.

-¿Si? Ok. Bueno, pues...¿Dónde tienes las toallas?

-Último cajón de la derecha- señaló la cómoda de la esquina, ella fue y sacó un par, de ahí fue al baño, se lavó las manos, se miró al espejo y se repitió de nuevo

No es por sabrosearlo, es porque está enfermo y quiero que se mejore. Si.

Salió mentalmente preparada y fue hasta la cama.

¡Santa madre de dios dame valor!

-Rayder, necesito que te pongas boca abajo -él obedeció -tus brazos a lo largo de tu costado.

Agarró el frasco y vertió un poco de aceite en la palma de sus manos frotando por unos segundos para calentar el líquido, con las manos vacilantes lo tocó, empezó a darle el masaje primero en la nuca con movimientos suaves y circulares con la yema de los dedos temblorosos.

-S-si en algún momento sientes que te lastimo dime y pararé, ¿de acuerdo?

Él no respondió, solo hizo un sonido gutural afirmando.

Sus manos se deslizaron por su piel hasta los hombros y los presionó ligeramente, regresó al cuello, hizo ese movimiento un par de veces más, pudo notar que los músculos de Rayder comenzaron a relajarse poco a poco.

Masajeó los omóplatos con movimientos ascendentes, luego con ambas manos recorrió los costados de su espalda, lentamente de arriba hacia abajo presionando con las palmas sin demasiada fuerza sobre la piel caliente, dura y resbaladiza a causa del aceite de esencias que impregnó la habitación con un olor a limón y cedro.

Fue bajando hasta llegar a cintura, no se había percatado de que estaba en boxers, agrandó los ojos e involuntariamente se mordió el labio inferior. Le echo una mirada al trasero y luego a su rostro, tenía los ojos cerrados, tomó con cuidado la pretina y le bajó un poco dejando libre la cadera, esperaba que él dijera algo pero no hubo reacción.

¡Suculento manjar! Pensó al ver su trasero y luego continuó repitiéndose.

No es por sabrosearlo, es porque está enfermo y quiero que se mejore...

Puso una toalla entre el bóxer y la piel, luego volvió a poner aceite en las manos, lo calentó y tocó su cadera, empezó a mover las manos en forma circular, suave y lentamente subiendo por lo largo de su espalda hasta llegar a sus hombros, luego volvió a bajar. Hizo eso unas cuantas veces más.

¡Ay por Dios creo que acabo de tener un orgasmo inmaculado!

El masaje duró alrededor de veinte minutos, Jade notó que la respiración de Rayder era lenta y profunda, se había quedado dormido. Tomó la otra toalla y con delicadeza limpió su espalda para quitar el exceso de aceite, luego lo cubrió con la sabana.

-Te vas a mejorar- dijo en un murmullo -descansa.

Acarició su cabello reconfortándolo, tocó su frente y ya no lo sintió tan febril. Se levantó de la cama y Rayder la tomó de la mano.

-No te vayas Jade- la miró con sus ojos entrecerrados.

Ella negó con la cabeza -No me voy a ningún lado- volvió a sentarse.

Él cerró los ojos pero no la soltó.

*****


Rayder había comenzado a sentirse mal en la madrugada, escalofríos recorrían su cuerpo dolorido y caliente por la fiebre, la habitación le daba vueltas, casi no había podido dormir. Cuando escucho la voz de Jade en un principio pensó que tenía delirios pero al sentir las manos de ella tocándolo en la frente supo que estaba ahí. Le dio la medicina y luego vio cómo se marchaba, pensó que no regresaría, que se iría a la fiesta en la piscina y lo dejaba ahí, enfermo a su suerte.

Pero cuando sintió la cama hundirse por el peso de ella sonrió en sus adentros, había regresado, estaba preocupada por él. Se sentó como pudo y le ayudó a quitarse la playera empapada de sudor, él recargó la cabeza en el hombro de ella, hubiera querido quedarse ahí por más tiempo.

-Greta te va a preparar un caldo de pollo y me dijo que un masaje te ayudaría a sentirte mejor, si quieres yo puedo...

-Si- le alcanzó a decir, en verdad le dolía mucho la espalda.

Se colocó boca abajo, el toque de ella era como un bálsamo para su cuerpo, la sensación de bienestar hicieron que se relajara y debido a la mala noche, la fiebre, el dolor y el cansancio se fue quedando dormido.

No supo cuánto tiempo pasó, lo despertó el movimiento de la cama cuando ella se levantó, entreabrió los ojos y alcanzó a tomarla de la mano.

*****


Jade pasó todo el día cuidando de él, tomando la temperatura, dando el caldo de pollo que preparó Greta, él durmió la mayor parte del tiempo recuperándose, en silencio, feliz de que ella haya decidido quedarse con él en lugar de irse a divertir. Y conociendo una faceta de ella que no conocía: tierna, cuidadosa y protectora.

-Aun tienes un poco de fiebre, pero estas mucho mejor que esta mañana- dijo ella luego de ver el termómetro y ponerlo en la mesa.

-Me siento mucho mejor, gracias Jade.

-Y con el caldo de pollo de Gretita aliviarás pronto.

-Si, mañana iré a darle las gracias- se recostó de nuevo.

Jade volteó a la ventana, afuera ya estaba oscuro.

-¿Qué tal habrá estado la fiesta?- preguntó Rayder.

-¡Maldita sea! Olvidé por completo la fiesta en la piscina. Claudia va a matarme y hacerme picadillo.

-¿Y por qué haría eso? Era solo una simple fiesta- se acomodó la almohada, Jade le ayudó.

-Lo sé, pero antes de venir a Fort Lee le platiqué de la fiesta y me encargó que sacara fotos y se las mandara hasta Italia- rodó los ojos apenada -cosas de chicas.

-¿Las fotos eran para ella entonces?

Asintió -Si. Ya veré como contento a mi amiga- sin querer bostezó y los ojos se llenaron de lágrimas de sueño.

-Estás cansada- la tomó de la mano.

-Algo. Pasan de las 11:30 pm. lo mejor será que me vaya, tú también debes descansar.

-Si- hizo una pausa -gracias por cuidar de mi, Jade.

Se quedaron mirando, en sus ojos se denotaba algo diferente. Cariño.

-No quiero dejarte así.

-Quédate.

Dijeron al mismo tiempo.

-Prometo permanecer del lado de mi cama, quizás podamos toquetearnos un rato- dijo Rayder y ella rió -sé que me veo fatal, estoy sudoroso y huelo bastante mal, créeme que me siento cansado como para intentar algo contigo, al menos esta noche.

-Si, ahora mismo no me gustas nada, así tirado en la cama, con el torso desnudo cubierto solo por esa sabana, oliendo a aceite, no te ves nada sexy, es más te ves totalmente repulsivo- rieron -yo también estoy cansada, eres un paciente demandante señor Hunter.

-Quiero tocarte Jade, pero cuando este en mis cinco sentidos.

Ella le acarició el rostro con ternura -Y yo quiero que te mejores- suspiró -y así pueda sabrosearte en tus cinco sentidos.

-Ya me sabroseaste hace rato, no lo niegues, lo disfrutaste.

Se encogió de hombros jugando -Soy inocente hasta que me demuestres lo contrario- le dio un beso en la boca, tierno, suave y lento -No puedo quedarme, Greta debe estar esperándome pero mañana temprano vendré- susurró cerca de su boca.

Rayder asintió, aunque no le habría importado rogar que se quedara no lo hizo, respetó la decisión de ella.

-Buenas noches Rayder.

-Buenas noches Jade.

Como había entrado esta mañana, Jade salió por la ventana, en su pensamiento arrepentimiento por no haber aceptado la invitación a quedarse con él pero sabía muy bien que no iban a poder dormir si estaban los dos en la misma cama y tanto ella como Rayder estaban cansados por el día tan pesado, simplemente no era el momento adecuado.

En su habitación se cambió la ropa por su pijama y se acostó, dio un suspiro por el hombre que estaba a solo unos metros alejado de ella en otra cama, pidió porque mañana estuviera sano y luego se quedó dormida.

La situación entre ellos era diferente cada que se encontraban, nuevos sentimientos se cernían en su interior: afecto, preocupación e interés hacia el otro de una manera más profunda, verdadera, romántica y en ese momento, de una manera dulce.

*****

Al otro día a primera hora Jade se estiró en la cama para desperezarse, se dio un baño y salió por la ventana a buscarlo, entró a la habitación pero él no estaba en la cama.

-¿Rayder?- la puerta del baño se abrió y él salió entre vapor de agua con una toalla blanca envuelta en las caderas y otra colgando en el cuello.

Debo estar dormida todavía, creo que se me cayó la baba.

Él rió -¿No sabía que eras sonámbula? No te ves para nada dormida- la tomó del mentón -no, no hay babas.

-¿Eh? Ah ya, lo dije en voz alta- se tapó la boca con una mano por un segundo, luego continuó como si nada -¿C-como te sientes? T-te ves muy bien.

-Me siento bien, no me duele nada. ¡Vaya! No sabía que podías ponerte así de roja, pareces un jitomate.

-Bueno pues es que ¡estas prácticamente desnudo!- se levantó de la cama y caminó a la ventana.

-¿Y? Si mal no recuerdo hace años dijiste a algunas chicas de tu escuela que me habías visto sin ropa y que tenía el pene del tamaño de tu dedo meñique.

-¿Ah si?- se rascó la cabeza nerviosa -No recuerdo haber dicho eso - negó varias veces con los ojos mirando al suelo.

-¿Con que no te acuerdas? Tal vez deberíamos refrescarte la memoria.

-¡N-no gracias!

-Los dos sabemos que si te acuerdas, tal vez necesitas una actualización del tema, comprobar si lo que dijiste era verdad...o mentira- agarró el extremo de la toalla y abrió una parte jugando.

-¡De acuerdo!¡ De acuerdo! ¡Si lo dije! Tenía catorce años y si te vi pero fue sin querer, tenías la costumbre de quitarte la ropa sin correr las cortinas y ¡mi ventana está justo enfrente! Y yo solo quería que las chicas de la escuela dejaran de preguntarme por ti "tu vecino es tan guapo" "oh, es tan lindo" "lo amo tanto"- repitió con voz chillona imitando a sus amigas.

Se cerró la toalla -Tus compañeras preguntaban por mi, ¿no será que estabas celosa?- se acercó a ella hasta estar frente a frente.

Jade rodó los ojos -¡Oh si no sabes cuánto!

-Mentirosa- rió coqueto -Volviendo a lo importante, ¿no tienes curiosidad por saber...-agarró la toalla de nuevo y comenzó a abrirla un poco.

-¡No juegues!- se tapó el rostro con las manos con una risa nerviosa.

-¿Qué pasa? Ya me has visto antes- movió las caderas bailando sensual.

-¡Ok! ¡Vale! ¡Espera un segundo! Antes de que continúes hay algo que tengo que confesarte y tal vez podrías sorprenderte un poquito cuando lo sepas.

-De ti lo espero todo- la tomó por la cintura pegándola a su cuerpo y le besó el cuello.

-Apuesto lo que quieras a que esto no- arqueó una ceja -y me gustaría que pusieras atención por un momento, solo mantén la mente abierta ¿quieres?

Se puso serio -De acuerdo tienes mi atención, soy todo oídos -se alejó un poco de ella, la miró a los ojos y se cruzó de brazos.

Jade respiro profundo exhalando por la boca -bueno, la verdad es que nunca- se rascó el cuero cabelludo -ok aquí voy- se aclaró la garganta -yo soy v...

-¡Rayder!

Era la voz de una mujer, los dos se quedaron quietos viéndose con el entrecejo fruncido, el sonido provenía dentro de la casa, luego las pisadas de alguien subiendo la escalera y un momento después tocaron a la puerta de la habitación.

-¿Hijo? ¿Estás en casa?

Los dos abrieron los ojos como platos.

-¡Tu madre!

-Mi madre.

Dijeron al mismo tiempo nerviosos.

-¡Me largo!- dijo ella y sacó un pie al entramado de madera.

-Espera...-la tomó de la mano.

-¿Puedo pasar?- escucharon decir.

-¡Un segundo madre!- le respondió y luego se giró a Jade -no tienes que irte- le rogó.

-¡Jo! Si, sí debo- le dijo en voz baja -nos vemos después- le dio un beso rápido y se soltó del agarre de él, se pasó rápido por el árbol a su ventana y desapareció.

*****


Hello :)

¿Les gustó el capítulo de hoy? Espero que si.

Jade y Rayder son unos loquillos!!

Espero hayan pasado un rato agradable con este par, mi propósito es ese! que lo pasen bien, no dramas (por ahora) quizá una sonrisa al leerme y siendo optimista hasta una carcajada.

Mi retribución de cada viernes: que estén aquí.

Como siempre espero sus comentarios, sugerencias, votos, todo es bienvenido. ¡Me gusta leerlas y platicar con ustedes!

Un saludo desde México para todas las chicas que siguen la historia.

¿Y ustedes de que país son?



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