Me arregle lo mas pronto que pude y salí.
-Que guapa te ves mi amor.
-Gracias mamá
Salimos y subimos al auto, no comentamos nada en el camino. Era muy raro todo esto, "mamá nunca había sido así" me lo repetía una y otra ves, intentando encontrar una razón para tal cambio tan drástico.
-Llegamos mi amor , baja de el auto -dijo mamá
-Voy
De regreso a casa mamá venia platicando no se que cosa, yo solo iba pensando en lo que Alexander me había dicho el día anterior, ¿seria verdad lo que me había dicho? No sabía que pensar, me sentía rara.
Llegamos a casa y mamá comenzó a hacer la comida mientras que yo me recoste en el sofá de pronto alguien toco la puerta.
-Voy - dijo mamá
-Yo voy mamá, no te preocupes
-Gracias hermosa
Camine hacia la puerta y la abrí, no podía creer lo que estaba viendo, era Alexander, pero, ¿que hacia aquí de nuevo?
-Hola, ¿puedo pasar?
- Esta mi madre - le susurré nerviosa, no quería que mi madre se diera cuenta de lo que había pasado con mi maestro.
-Bueno entonces entraré como tu maestro.
-Esta bien, pasa. ¡Mamá te buscan!
-Ahora voy hija.
-Tome asiento maestro.
-Gracias Sofia.
De pronto llego mamá.
-Mucho gusto señora soy Alexander, maestro de Sofia.
-Mucho gusto -dijo mamá.
Platicaron un largo rato y luego mamá lo invito a comer, terminamos de comer y se fue.
-Es guapo ese maestro y muy amable- dijo mamá.
-Si, lo se.
-Sin embargo hay algo en él que no me da buena espina.
-¿Porque?
-No lo se , el 6to sentido de una madre. No quiero que estés muy cerca de él, por favor.
-Esta bien - dije para no ocasionar un problema y que no pensara que me gustaba o algo así.
Al anochecer subí a mi habitación y me recoste en mi cama mirando al techo y me quede pensando, ¿que sera eso que no le perece bien a mamá de el maestro?
Y sin darme cuenta me quede dormida.
Al día siguiente...
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