El mundo esta lleno de personas diferentes, y ¿Si todos fuéramos iguales? ¿Sin ningún defecto? ¿Tendria algún sentido vivir? No lo creo, los problemas, las premiaciones, las superación, y los seres humanos existimos por eso. Por las diferencias, si todos fuéramos iguales, y sin defectos, tal vez no existiría la maldad, las disfunciones, las discusiónes, y todo seria disciplinado, pero eso no sería humanidad, no serían seres humanos, tal vez por eso existe todo eso, haciendo así a cada ser vivo único sobre la tierra.
Era lunes, 8:23am, el día más problemático de la semana.
Todo las personas en el mundo con un empleo, corren a sus trabajos desde temprano, para que el llegar tarde no les cause problemas.
Ella es Riley Colín, vive con sus padres en casa de su padre, su discapacidad no es apta para conseguir un trabajo, las personas creen que por que no es igual a los demás no tendré el mismo desempeñó, pero no piensan que puede ser mejor que alguien con su cinco sentidos.
Es difícil y duró, el que las personas te desprecies o prefieran hacerte a un lado por que eres diferente, no pueden reaccionar que a esa persona le hacen daño psicologíco, a caso ¿El cerebro no funciona como debería? o ¿Ellos no saben como se usa? Son dos preguntas muy diferentes, y tienen dos respuestas diferentes.
A pesar de lo cansado que le es el lidear con cosas de este tamaño, como lo es su enfermedad, o al menos así es como ella lo considera, por que eso es lo que es, es una enfermedad, no una discapacidad como todos o al menos la mayoría lo considera, no se rinde, tiene la pequeña esperanza de algún día ver un pequeño rayo dorado del hermoso y luminoso sol.
Ha salido de casa, para dar un pequeño paseo por el vecindario, acompañada de unos lentes de sol negros y un basto para ciegos.
Son las 8:47am., y ha decidió que debería volver a casa, y descansar.
Camina hasta llegar a la calle principal, enfrente al hermoso museo de arte colocado en la plaza.
Muchos autos pasan, y pasan.
Llevan mucha prisa, todos quieren y tiene que llegar a sus trabajos.
Su sentido del oído esta muy desarrollado, y puedo escuchar a kilómetros de de si misma.
Escucha que más de una persona se acerca caminando, y todos se detienen al llegar a la calle.
O al menos la mayoría de ellos se detienen, uno viene escuchando algún tipo de música, que parece proveniente de algún auricular.
Un auto viene muy cerca de lo que es el pase peatonal de las calles, y el chico o chica de los auriculares no se detiene.
Escucha la musica mas cerca, al igual que el auto en la autopista.
El chico camina hasta llegar a su lado y lo escucho dar un paso, y bajar de la zona peatonal.
Coloca su bastón frente a èl haciendo que ese retrocediera y detuviera de la impresión, al mismo tiempo que el auto pasa frente a ellos.
Este se quita los auriculares.
- Lo siento, no lo vi venir.- dice aquel chico, algo apenado.
- Yo tampoco.- dice ella y gira su rostro hacia el, dejando ver las gafas de sol, obscuras.
- Creo que lo he notado.- da como respuesta el chico.
Ella simplemente no responde.
Pasa un minuto y el chico inicia lo conversación de nuevo.
- ¿Te gustaría ir por un café? Y ¿así cortar camino mas lejos de esta
calle?.- pregunta el joven, sin ningún temor en su voz.
- Es buena idea.- responde para después empezar a caminar al lado contrario al que estaban miranda.
Inician a caminar juntos, el caminaba a la izquierda de la joven chica , mientras la miraba atento y comenzaba a habla, haciendo preguntas y ella respondía.
- Y ¿Como sucedió? ¿Que te paso? Esperó que no te moleste mi interés en tu vida.- dijo aquel chico, intentando no sonar tímido.
- Tranquilo, eso no me
incómoda.- declaro Riley sin dejar de tocar el suelo con el bastón, guiándose en el camino con este.
- Entonces eso significa ¿Que me dirás?.- dijo esperando un respuesta positiva por parte de aquella chica reservada.
- Claro.- respondió, sin tiempo, ya que el la interrumpió.
- Espera, hemos llegado, me cuentas adentro con más calma
¿Te parece?.- dijo tomando su mano, y jalando de esta a lo que era la cafeteria.
- Perfecto.- es lo único que respondio la chica.
El jalo de su mano, para introducir su cuerpo en el gran lugar.
De inmediato, el olor a café, invadió sus fosas nasales.
El delicioso aroma de este la atraía y era contagioso de alegria.
Tomo su mano y jalo levemente de esta.
- Toma asiento .- dijo amablemente, seguido del rechinador chillido de una silla jalarse por el suelo.
- Gracias.- dijo, para después tocar con su mano izquierda la orilla de la mesa, y tomar asiento en aquella banca.
- ¿Quieres algo?.- preguntó generosamente el chico, tomando asiento frente a ella.
- Un café americano sería perfecto.
Dijo la chica, y seguido de sus palabras, el chico se puso de pie, y camino a realizar los pedidos.
Esto no era algo que sucediera a menudo, conocer a alguien que quiera saber su historia, es raro. Y aun mas si este es un chico del que aun no conozco en nombre, no es usual.
Pero se sentía bien, era bueno que algún humano, se interese en saber de ella. Le agradaba la idea, le emocionaba saber que le importaba a alguien, aunque aún no sabe ni su nombre.
- Listo.
Dijo aquel muchacho, colocando algo frente a sus manos, era el vaso de café.
Lo tome entre sus dedos, lo llevo hasta sus labios, y dio un sorbo de este.
Tenia un sabor y aroma delicioso, ella amaba el café.
- Gracias.- dijo una vez que el vaso ya no estaba en sus labios, y el café ya había cruzado por su garganta.
- De nada.
Hubo por un momento, un largo momento incomodo, ni el, ni ella, habíamos dicho una palabra.
Entonces el chico se decidió a hablar.
- Entonces, ¿Me contaras?, no quiero presionarte, tampoco quiero que pienses que soy un acosador.- dijo de una forma graciosa y desesperada.
- No te preocupes, nunca pensaría algo así, o al menos no de alguien que no conozco.- aclaro Riley y colocó una sonrisa en su rostro.
- Esperó que eso haya sido un cumplido.- dijo el joven e imito el acto de la chica, sonrió.
- No tengo mucho que contarte en realidad.- declaró la chica.
- ¿Por que?.- preguntó interesado.
- A decir, no perdí la vista en un accidente automovilístico, algún liquido que callo en mis ojos, o algúna enfermedad en la sangre.- dijo sin problema aquella joven desconsolada, con el autoestima completamente establece.
- Entonces... ¿Como sucedió?.- pregunto aquel chico, sin una mínima idea de lo qué le pudo haber sucedido a aquélla desconocida.
- Asi naci.- contesto la chica como respuesta.
- ¿Perdon?.- contesto, un poco anonadado.
- Si, soy así desde que nací.- dijo, tomando la cuchara dentro de la taza de café, y agitando este.
- Lo lamento.- dijo el chico, completamente cautivado por su historia.
- "No todo en la vida es
perfección".- comentó la chica cortante a la conversacion.
- Bueno, cambiemos de tema. Y dime ¿Cual es tu nombre?.
- Riley, me llamo Riley. Y ¿tu?.
-...