[En Multimedia: La foto de la graduación de paracaidismo de Emma]
Dedicación especial: A mi querida LuFernandez0, porque fue mi primera lectora y una gran motivación.
---
Finalmente decidí enmarcar un par de fotos. Hice una selección muy minuciosa y las imprimí para colocarlas en el librero que Matt tiene todo un año quejándose que construyó para nada.
Por amor a la literatura, hay libros. ¡Sí tiene un propósito!
Eran tantas fotos, que no sabía cuáles elegir. Luego de verlas una y otra vez durante horas y horas, hice una entrevista con cada persona de la casa con la que me había tomado una y las elegimos en conjunto.
Seguro está demás decir que con Matt fue el que más tiempo me tomó la entrevista.
Alzo el primer portarretratos: La boda de Isabella y Joseph Sinclair.
Es el portarretratos más grande, porque es nuestra primera foto familiar. Sucedió en la dichosa fuente de Isabella, tal como ella lo había soñado. Dijo la locura de: «Somos una hermosa, hermosa familia». ¿Y adivinen qué? No pudo ser más perfecto.
Siguiente portarretratos: El nacimiento de la pequeña Gabrielle Emma Sinclair. ¡No! Es broma, no le pusieron mi nombre como segundo nombre, pero es bonito soñar que sí.
Estábamos todos tan emocionados, que quedamos metidos —incluso Edward— en la sala de parto con Isabella, una vez la bebé había nacido. Edward nos tomó la foto: Joseph abraza a Isabella que tiene a la bebé en brazos, mientras que Jane, Matt y yo hacemos muecas graciosas para romper con la ternura.
Siguiente portarretratos: Mi graduación de paracaidismo.
Recuerdo con júbilo aquel día y todavía me parece escuchar nuestros gritos antes de saltar sola de la avioneta: «¡LO VOY A HACER!», grité despavorida. «¡VAMOS, NENA, TÚ PUEDES!», gritó Matt terminando de arreglar mi equipo. «Siempre dicen lo mismo», comentó Will inútilmente. «¡VOY A HACERLO! ¡VOY A HACERLO!», yo seguí gritando y chocando palmas con Matt.
Solemos parecer mejores amigos, porque lo somos. Luego de decirnos palabras de aliento como dementes, lo besé, porque podría ser nuestro último beso. Corrí hacia la puerta, di un último grito y me dejé caer en el abismo. Seguidamente Matt caía conmigo y Will aprovechó para tomar una foto desde arriba. Punto para Will.
Siguiente portarretratos: La apertura de mi galería de arte.
Matt y yo trabajamos muy duro durante dos meses para terminar de arreglarla para su apertura oficial. Invitamos a un montón de gente de prestigio, medios de comunicación, clientes fieles y quedó muy bien.
Ahora puedo decir que soy una exitosa mujer de negocios que tiene una cadena de galerías de arte y... está bien, no. Pero aprendí a llevar un negocio y estoy muy estable de momento, haciendo grandes planes para el futuro.
La foto, en la que sale Matt con un brazo en mi cintura, mientras sonreímos y aparentamos que somos felices, fue tomada por un periodista y fuimos noticia en televisión bajo el titular: "Matthew Sinclair y Emma Bennett revolucionan la industria del arte".
Antes solían ponernos en los titulares como: "Matthew Sinclair y novia hacen...", pero Matt se enojó mucho. En verdad se rió primero y luego se enojó. Hizo un par de llamadas para darme a conocer a todo el que pudiera como "Emma Bennett" y no "novia".
Siguiente portarretratos: El cumpleaños número 29 de Jane.
Hubo una gran fiesta de "pre - 30 años" en la Mansión Sinclair, donde todos quedamos muy ebrios y todo se puso muy estúpido. Y creo que ya todos sabemos que en una fiesta con los Sinclair realmente todo se puede poner muy, muy estúpido.
Hicimos cosas que no debimos hacer como por ejemplo beber y bailar alrededor de la piscina de la terraza. El resultado fue Emma en el hospital porque se cayó y en ese momento, recordó que no sabe nadar.
En fin, la foto la tomamos antes del incidente de la piscina. Aparecemos Jane (ebria, indiscutiblemente), Matt (ebrio y fue la primera vez que lo vi así), una persona que no sé quién es y no recuerdo por qué estaba ahí (tampoco recuerdo su estado), Isabella con sus seis meses de embarazo (sobria) y Joseph agotado por los 6 meses de embarazo de Isabella (ebrio, por accidente).
Entre otros portarretratos que he preparado están: mi cumpleaños, una foto de Matt, Vincent y yo en un parque de Los Ángeles; una de nuestras muchas visitas a mis padres en Seattle. Joseph, Matt y yo pintando el dormitorio de Gabrielle, la fiesta de baby shower de Isabella en la que sale ella muy radiante con su barriga, mientras Jane y yo se la agarramos y una última de Matt y yo practicando rappelling. Sí, me he vuelto muy extrema.
Muchas fotos se quedan sin portarretratos porque no compré suficientes. Igual, admirando mi librero con todas las que he colocado, me siento orgullosa y feliz de las experiencias maravillosas que la vida me ha permitido vivir en el último año.
Mientras bostezo y estiro los brazos, miro al reloj de pared. Es pasada media noche.
Ha sido suficiente por hoy. Hora de dormir. ¡Y qué pesar hacerlo sola!
—No, no dormiré sola—me digo sonriente, tomando un abrigo que decido añadir a mi pijama en tan fría noche.
Apago todas las luces, no sin antes admirar por última vez mi librero que se ve mejor que nunca.
El pasillo del segundo piso de la Mansión Sinclair está desierto. Me doy cuenta que todos duermen, porque las luces de todas las habitaciones están apagadas, con excepción de una. La única que resulta ser mi lugar de destino.
Sin pedir permiso, porque sobra la confianza, entro a la habitación de Matt y me encuentro con lo que ya me esperaba: está trabajando en la portátil, sentado en su escritorio. Trabaja demasiado.
Está muy concentrado, por lo que no se da cuenta de mi presencia, hasta que decido hablar:
—Pero qué noche tan fría—finjo temblar.
Su risa resuena. Nunca dejará de ser melodía para mis oídos. Sin embargo, aún conociendo mis intenciones, pretende seguir concentrado en los números aburridos que tiene en la pantalla.
—Bueno—digo, removiendo el cobertor de la cama—. Creo que me acostaré aquí completamente sola porque hace mucho frío, es muy tarde y es hora de dormir.
Con mi cuerpo yaciente sobre el colchón, acomodo la almohada y me protejo con las sábanas.
—Qué frío, qué frío—digo, intentando no sonar burlesca.
Sonrío. Es suficiente y no debe fallar.
Cuento tres segundos, dos segundos, un segundo...
Y lo siguiente que disfruto es de mi presencia favorita acostándose a mi lado, apagando la luz de la cómoda de noche y finalmente abrazándome. Un gesto que me protege mucho más que todas las sábanas que cargo encima.
—Nunca falla—murmuro, victoriosa.
—Y nunca fallará—dice Matt.
¿Quién se ganó otro punto por tener las técnicas más efectivas para lograr que su novio deje de trabajar? ¡Emma Bennett, señoras y señores!
El frío es intenso, pero la excusa perfecta para dormir abrazados toda la noche.
Mi presente prometedor encuentra mis manos para agarrarlas. Su calidez es relajante, embrujadora, el amparo que no abandonó en un año y que garantiza no abandonar jamás.
—Feliz aniversario, amor mío—susurra Matt en mi oído.
En un año su dulzura no se agotó. Y en décadas promete no agotarse.
—Presiento que tienes un plan muy extremo para celebrar hoy—replico, divertida, ansiosa de lo que viene.
Me abraza con mayor dedicación. Besa mi mejilla y dice:
—Oh, Bennett, no te lo puedes ni imaginar.
Reímos juntos.
Porque sí. Ambos sabemos que sí me lo puedo imaginar.
----
Colorín colorado... Matt y Emma se han acabado (o quizás no, vamos a ver qué nos depare el destino).
Y ahora, la carta de amor:
Seis meses atrás, cuando recién empecé a escribir la novela, estaba segura que nadie la leería. De hecho, les cuento algo curioso: Factura al Corazón comenzó como un experimento.
En aquel momento me encontraba editando una historia de ciencia ficción que había escrito hace más de 7 años y quería promocionarla. Casualmente encontré Wattpad, pero quise aprender a usarla antes de subir la historia que escribía.
F.A.C sí estaba en mi mente, estuvo algunos años. Escribí el primer capítulo, lo subí a Wattpad como una prueba y un par de días más tarde ya tenía muchas lecturas y gente diciéndome que la siguiera. Fue algo completamente inesperado y que todavía me pregunto cómo pasó.
Sea como sea, F.A.C y ustedes han cambiado mi vida. No sé si algún día llegue a alcanzar millones de lecturas, o gane un Watty, pero todo eso dejó de ser relevante con el cariño que ustedes me han brindado.
Sí sueño con sacar el libro en físico y ése será el siguiente paso para F.A.C. Debo buscar una casa editorial que la acepte y por ello, siempre mendigo votos jaja. Porque sé que cuando deba presentarla, debo tener muchos argumentos que la respalden.
Así que si no has votado por ella, ¿lo harías? Te lo agradecería infinitamente.
Les adelanto también que escribiré un par de anexos en un libro independiente, uno de ellos en colaboración con otra maravillosa escritora de Wattpad. Y otros capítulos con experiencias que narró Emma en este Epílogo.
No me queda más que darles miles de gracias por tanto amor. Esta experiencia ha sido lo mejor que me ha pasado, nunca pensé conocer gente tan linda o saber que los hago reír de vez en cuando.
Gracias, gracias, gracias.
Los ama, sin medida,
S.