No soy tu princesa.©

By violetslay

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"― Yo de ti no jugaría a fútbol. ― dijo, acercándose más a mí, de modo que tuve que levantar un poco la cabez... More

No soy tu princesa.
01. ¡Idiota!
02. Mala suerte.
03. En el mismo equipo.
04. Pizza y más pizza.
05. ¿Enemigos?
06. De nuevas y principiantes.
07. Polos opuestos.
08. Bajo el mismo techo.
09. Algo no va bien.
10. Rupturas y helado.
11. Primer partido.
12. Annielleta.
13. Corazones rotos y fiestas.
15. Algo como amigos.
16. ¿Conocerme?
17. Preguntas.
18. Gracias, Parker.
19. Antes del desastre.
20. Acampada.
21. Reencuentros y problemas.
22. Recuerdos.
23. Enamorado.
24. Una nueva guerra.
25. Operación mortadela.
26. Chicos, soy gay.
27. Indirectas y cambios.
28. El ¿amor? está en el aire.
29. Hakuna Matata.
30. Y los problemas vuelven.
31. Recuerda eso, Parker.
32. Perdiendo el norte.
33. ¿Estás nerviosa?
34. Nick Carter.
35. Intento de Cupido.
36. Baile, zorras, y un idiota enamorado.
37. Te quiero, idiota.
38. Esto no se ha acabado.
39. Algo más que eso.
40. Alma de la fiesta.
41. Último partido.
42. Colores, miradas y una llama.
43. Alguien diferente. [Parte I]
44. Te lo prometo. [Parte II]
Especial uno: Princesa.
Especial dos: Brianna Smith.
45. Cuento de hadas. [Final]
Epílogo.
Agradecimientos y aclaraciones.
¡Gracias por los 1M! ♡

14. Pruebas.

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By violetslay

Me costó mucho, no, muchísimo levantarme de la cama aquella mañana.

Volvimos a mi casa a las doce, porque mi hermano se pasó de la raya bebiendo y tuvimos que esperar a que volviera a estar sobrio para poder conducir.

Me puse mis zapatillas de conejitos y me dirigí a mi armario, agarré literalmente lo primero que encontré en mi armario, y me vestí, a pesar de que llevaba calcetines de colores diferentes.

Entré al baño para arreglarme y, como adolescente torpe hecha y derecha, se me cayó la máscara al váter.

Traté de atraparlo con un guante, pero me resbalé, y cuando me intenté agarrar tiré de la cadena. Hasta siempre, máscara.

Salí de mi baño y fui al baño principal, busqué en los cajones hasta que encontré la máscara de mi madre y me la puse, para después bajar las escaleras hasta el salón y entrar en la cocina.

— Buenos días, mamá. — le saludé con un beso en la mejilla, y acto seguido me dirigí a mi hermano. — Y a ti, hola simio.

Éste rodó los ojos pero le ignoré, disponiéndome a terminarme mi bocadillo para luego agarrar mi mochila y salir de mi casa.

Entramos al coche y mi hermano arrancó, conduciendo en dirección al instituto. Como siempre, había atasco, así que llegamos al instituto a las 7:55.

Cuando llegamos, fui corriendo hacia la entrada y, por suerte, llegué justo a tiempo, entrando justo detrás de Diana.

Me senté en mi sitio y saqué mis cosas, esperando a que empezara la pesadilla.

***

A la hora del recreo, me senté con Sky y con Diana como cada día, sólo que con una única diferencia: Madison no paraba de mirarnos barra intentar asesinarnos con la mirada.

Se acercó a nosotras sonriendo, y sentí más miedo que simpatía en ese momento.

— Hola chicas, hola Annie. — saludó con su voz increíblemente aguda, y rodé los ojos. — ¿Puedo hablar un momento contigo?

Dudé unos segundos y me encogí de hombros, siguiéndola hasta unos arbustos.

Pensé en maneras de escapar si Madison decidía asesinarme, esconder mi cuerpo en una bolsa de basura, dejar mi cuerpo en una casa abandonada y tirar mis huesos a un lago.

— Mira, sé que hemos tenido nuestras diferencias, y de verdad que lo siento... — ¿es en serio?, ¿eso es lo mejor que sabes decir? — Y he pensado que podríamos olvidar lo que ha pasado entre nosotras y ser amigas. Ya sabes, super super amigas.

Puede que sólo sea yo, pero eso me sonó a amenaza.

Hice una mueca, rió con su típica risa de ardilla y, acto seguido, dio la vuelta y se fue.

Ella podría creer que mi silencio significaba que sí, pero, en realidad, decidí callarme y no dejarla en ridículo.

Demasiado buena fui al no hacerlo.

***

Cuando acabaron las clases, me dirigí a mi casa con mi hermano, como de costumbre. Al llegar, me senté a ver la televisión, porque hoy salía mi grupo de música favorito en un programa, y quería verlo.

Nada más terminar el programa, alguien llamó al timbre, mi hermano abrió y entró con Chris. Con el tiempo, me acabé acostumbrando a que viniera todas las tardes, así que le saludé sin ganas y fui a la cocina.

Después de agarrar unas galletas y mi móvil, salí al jardín y me senté sobre la hierba.

— ¿Qué te cuentas, limón? — le oí decir a alguien, y suspiré.

— Ya te he dicho que no somos amigos. — respondí, a la vez que me giraba para mirarle, a lo que él hizo un puchero.

— Vale, vale. — alzó los brazos en señal de derrota y se sentó a mi lado. — ¿Y hay algo que pueda hacer?

— Puede. — murmuré, a la vez que mordía una galleta.

Al ver que no iba a decir nada más, me miró esperando a que prosiguiera.

— No me acoses, estoy pensando. — rió y miró al frente.

— No te va a ser fácil. — anunció otra voz detrás de nosotros, me giré y vi a Diana, apoyada en el borde de la puerta que llevaba al jardín.

— Hola, naranja. — sonrió Chris, y Diana le dio un golpe en la cabeza antes de sentarse a mi lado. — Auch.

— Para ser amigo de Annie tendrás que ser capaz de hacer una serie de cosas, como comerte un trozo de papel higiénico entero o correr por la calle con una bola de helado en la cabeza bailando como Peter la Anguila. — siguió Diana. Éste puso una expresión de horror, a lo que ambas echamos a reír. — Yo no lo tuve que hacer. En realidad, esa lista nos la inventamos yo y ella, así que prepárate.

— De acuerdo, acepto. — anunció, a la vez que nos levantábamos los tres y yo estrechaba la mano con Chris formalmente. — Eh, si es que el anuncio tenía razón, todo lo que tiene el limón, lo tiene la naranja. — murmuró, lo suficientemente alto como para que le oyéramos.

Ambas nos miramos entre nosotras y le tiramos al primer escalón de la piscina, mojando sus preciadas deportivas, para después irnos elegantemente.

***

El jueves, después de clases, quedamos con Chris en la heladería que había al lado de mi casa para empezar con la primera prueba.

Agarré mi mochila y cerré mi taquilla, mirando a Diana para que se diera prisa.

— Sigo sin poder creerme que Chris vaya a hacer esto sólo por ser tu amigo. No quiero ni pensar qué hará cuando quiera ser tu novio. — fruncí el ceño y intenté fulminarla con la mirada, pero al intentarlo me vi como un duende estreñido y Diana echó a reír. — Era broma, mujer, no me mires así, ¿acaso quieres matarme de un ataque de risa? — siguió riendo, a lo que rodé los ojos y me fui, dejándola riéndose sola.

A los pocos segundos, dejó de reírse y corrió para alcanzarme.

Todavía sigo preguntándome una y otra vez por qué sigue siendo mi mejor amiga.

Salimos del instituto y entramos en el coche de mi hermano, que nos esperaba junto con Chris en los asientos de delante, y me senté en los asientos de atrás con Diana.

Arrancó y fuimos hasta la heladería, al llegar mi hermano aparcó y entramos.

— Hola, ¿qué desean? — nos saludó la dependienta, con cara de estar esforzándose mucho en parecer feliz.

— ¿Nos podría servir un helado de fresa, por favor? — ésta asintió y vertió helado de fresa en una tarrina.

— Aquí tienen, muchas gracias por venir. — sonreí, vaya, aquella señora era realmente amargada.

En frente de todo el mundo, le tiré el helado en la cabeza a Chris, a lo que éste respondió con una especie de escalofrío, seguido de un temblor.

Salimos de la heladería, bajo la atenta mirada de todos y partiéndonos de risa, para empezar la fase uno.

— Vale, ¿sabes como es el baile de Peter la Anguila? — preguntó Diana, y él asintió lentamente. — Perfecto, quítate la camiseta.

Abrió tanto los ojos que pareció que se le fueran a salir en cualquier momento, y no pude evitar reírme más de lo que ya me estaba riendo. Intenté calmarme, pero al final mi hermano me tuvo que pasar una botella de agua.

— Venga, el baile se hace sin camiseta. — insistió Diana, tan directa como de costumbre.

Se quitó la camiseta, quedando sólo en sus vaqueros negros, y unas deportivas del mismo color.

— Ya sabes qué tienes que hacer, empieza. — indicó Diana.

Cogió aire y se puso en posición, para luego empezar a mover los brazos como un retrasado, haciendo que escupiera el agua que estaba bebiendo.

— Este es el estilo de Peter la Anguila, el Peter la Anguila, Peter la Anguila... — siguió moviéndose como una gelatina corriendo calle abajo, mientras varias personas se paraban a mirarle y algunas incluso grababan, y yo ya no podía respirar. — Pe, Pe, Peter la Anguila. — gritó, tirándose al suelo y empezando a moverse como un gusano.

— Vale, vale, basta. — supliqué, poniéndome la mano en el pecho y inclinándome hacia delante para coger aire. Se levantó del suelo y vino hacia nosotros, cogiendo su camiseta y volviéndosela a poner, todavía con helado en el pelo.

***

Revisé mis redes sociales mientras esperaba a que Chris terminara de lavarse el pelo y saliera de mi baño, porque en el de abajo la puerta se había atascado y no se podía abrir.

Fuera como fuese, mi baño era sagrado. Bueno, en realidad, todo lo mío es sagrado, pero ya le había advertido que si tocaba algo que no debía iría al infierno, y no sería bonito.

Salió con una toalla enrollada en la cintura y con el pelo completamente mojado y despeinado. Y, para mi sorpresa, sentí mis mejillas arder.

— Venga, ponte esto. — murmuré, levantándome, y le lancé su ropa en la cara. — Y prepárate para la segunda prueba.

— Ya que me he humillado delante de un montón de gente por ti, lo mínimo que podrías hacer sería darme la ropa bien, ¿no crees? — susurró mientras se acercaba a mí, quedando a unos pocos centímetros.

Demonios, me estaba poniendo nerviosa.

Sí, yo, Brianna Smith, nerviosa delante de un chico.

No me gustaba nada lo que estaba empezando a sentir por Chris. Nada en absoluto.

— Creo que no. — respondí, dándole la vuelta y volviéndole a meter en el baño, cerrando la puerta detrás de él.

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