La Chica de los Cuatro Elemen...

By karimodelarosa

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Su salvación... según sus iguales. Un fenómeno... según las personas. Otra oportunidad... según los Científic... More

Nota
Booktrailer
Introducción.
Capítulo 1.
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11.
Capítulo 12.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Capítulo 17.
Capítulo 18.
Capítulo 19.
Capítulo 20.
Capítulo 22.
Capítulo 23.
Capítulo 24.
Capítulo 25.
Capítulo 26.
Capítulo 27.
Capítulo 28.
Nota de la autora.
Capítulo 29.
Capítulo 30.
Capítulo 31.
Capítulo 32.
Capítulo 33.
Capítulo 34.
Capítulo 35.
Capítulo 36.
Epílogo.
Agradecimientos.
Segunda Parte. En Busca del Quinto Elemento.

Capitulo 21.

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By karimodelarosa

Primera Semana.

Hasta ahora, todo iba bien, la directora no la había mandado a llamar y eso estaba bien tanto para ella como para él.

-¿Has intentado... controlar los Elementos? -le preguntó William después de morder el sándwich.

Sara negó con la cabeza, tenía los labios en una línea. No parecía feliz con la pregunta.

-¿Por qué? -quiso saber él -Quiero decir, es algo que estará de ahora en adelante en tu vida, deberás acostumbrarte.

La castaña suspiró.

-Bueno, es que, no ha pasado ni un mes que me doy cuenta de lo que soy -respondió con la cabeza baja -Al parecer, ser capaz de hacer esto... -ella miró sus manos, reconociendo un poder que aún no entendía -No es bueno.

-¿Por qué crees eso?

-La gente me cree un monstruo.

Ambos estaban en la celda, almorzando. Renata les había llevado un par de sándwiches a los dos para que comiera, ya que no quería que la joven castaña se volviera a desmayar por falta de alimentos. Sara no había probado bocado, la comida estaba frente a ella, intacta.

-Pero lo no eres ¿No te das cuenta? -con una mano, tomó el mentón de Sara y lo elevó para poder mirarla a los ojos -Eres mucho más de lo que ellos piensan, no necesitas que te lo diga, pero eres fuerte Sara, y valiente, más valiente que cualquiera otro -le dijo con firmeza -No eres un monstruo.

-Yo... No lo sé -ella desvió su rostro, haciendo que el joven la soltara, de pronto tenía ganas de llorar por sus palabras -Te contaré, la primera vez que me di cuenta de lo que podía hacer, fue cuando escapé, yo... quería ir contigo -sus mejillas dejaron ver un leve rubor -Pero antes pasó que, me enojé, perdí por un momento el control de mis emociones -le dijo mientras recordaba -Había fuego a mi alrededor, las personas se aterraron... ahí fue cuando me gritaron.

-Oh Sara, lamento que hayas tenido que pasar eso -la abrazó, dejando de lado su almuerzo -Pero yo te prometo que no volverá a suceder -Sara no sabía que decir, se quedó callada un momento, al estar cerca así de él, ella notó lo mucho que su corazón latía -Te lo prometo... Estaré ahí para ti.

Ahora y los días que vienen, lo prometo.

🔥💧🌱🌪️

Ella estaba siendo acompañada por dos agentes para guiarla a la Sala dónde estaba Angelina. Había llegado el día en que comenzaría a trabajar para la directora.

Los hombres no le dirigieron la palabra, cuando llegaron al lugar, únicamente abrieron la puerta, la dejaron pasar, uno de ellos se retiró y el otro se quedó.

-Señora, aquí la tiene -dijo el agente apenas entró.

-Oh, perfecto, puedes retirarte Félix -le dijo la morena.

Félix asintió con la cabeza y se retiró de la Sala.

-Bryson, quiero que vayas por el otro joven, por favor -se dirigió a otro gente que se encontraba dentro de la Sala -Deprisa.

-En seguida, señora.

Se fue, quedando Sara, Angelina y otro agente, Alejandro, él se encontraba a unos pasos de la directora.

Ah, su fiel sirviente.

No vio al científico Derek en ninguna parte. Quizás él no estaba a cargo de esa parte dle contrato.

-¿Para que me quería? -preguntó Sara, le habían atado las manos con esas esposas. De modo que no hiciera algo que no debía.

-Oh, basta de hablarme así -dijo la mujer -Somos socias ahora, no quiero volverte oír llamarme así. Puedes hablarme de "tú".

-No gracias, no soy tan cercana a usted para hablarle de manera informal -respondió.

La directora le dio una mirada molesta por su respuesta.

En esa sala, sólo se encontraba en el centro, una base y sobre ella, dos medios arcos. Frunció el ceño al ver el artefacto, pues desconocía para qué podía usarse.

-Alejandro -llamó al agente y el hombre dio un paso al frente -Quítale las esposas, el metal puede obstruir el análisis.

Asintió en respuesta sin rechistar el Agente le quito las esposas, ella sobó sus muñecas heridas.

-Bien ahora ve hasta el arco por favor -la mujer le señaló el aparato -Te haré un escaneo.

Sara mordió el interior de su labio nerviosa y obedeció.

Avanzó y se puso de pie en el centro del escáner. Seguido, la mujer se acercó a una pantalla que estaba sobre un base alta y presionó unas teclas. El aparato se encendió y los medios arcos comenzaron a girar alrededor de ella de manera lenta, iluminándola en un tono verde azul. Estaba nerviosa, sus manos sudaban ya que desconocía la finalidad del escáner.

-El análisis es para conocer tu estado, si eres propensa a sufrir una enfermedad o perder los elementos -le decía mientras el artefacto hacía su trabajo -Necesitaré también una muestra de tu sangre, analizaré tu ADN, el secreto de que puedas controlar los elementos debe estar ahí.

-¿El secreto? -preguntó frunciendo el ceño.

-Sí, debo saber si tu cuerpo es diferente al de las personas comunes... ¿Cuál es la diferencia entre tú y ellos? ¿Qué te hace diferente de ellos? Ese tipo de preguntas -se encogió de hombros -Así que no te matará puedes relajarte.

Pasaron un par de minutos hasta que los arcos se detuvieron y las luces se apagaron.

-Bien, ha terminado, puedes retirarte de ahí -le dijo sin mirarla y continuó tecleando cosas en la pantalla -Ahora vamos a la Sala "E". Alejandro, la esposas.

Sara asintió sin decir nada, lo único que podía hacer era obedecer, si quería que todo resultaba como planeaba, no debía poner resistencia. El agente volvió a colocar el objeto en sus muñecas, ella se quejó debido a que le lastimaban, pero el hombre lo ignoró.

La directora la llevó por los pasillos hasta la Sala que había mencionado, acompañadas del agente, que se mantenía callado y con el arma en sus manos por si la alterada hacía algún movimiento.

Esta vez, la sala era diferente, era amplia, un vidrio dividía el área en dos, como la anterior que había visto cuando murió aquella chica. El agente le quito las esposas, ella sobó sus muñecas heridas.

-Alejandro, lleva a Sara del otro lado.

El hombre obedeció, esta vez, Sara no se opuso.

Antes de entrar, una científica le colocó sensores en la frente y en el pecho.

-Son para tener registros de actividad sensorial, sólo le eso -le explicó la mujer.

Sara asintió, aún con lo que le había dicho la mujer, se sentía nerviosa, ya que bien podría estar mintiendo con eso.

-Puedes pasar -le dijo la científica, abrió la puerta y la dejó entrar.

Apenas puso un pie dentro, sintió un aire frío calarle hasta los huesos. Le dio un escalofrío y se abrazó a sí misma para conseguir algo de calor.

La puerta principal se abrió del golpe, asustandola. Levantó la vista encontrándose con el científico, Derek.

Llegó con varias carpetas en las manos, algunas hojas estaban por caerse de no ser porque un agente le ayudó con ello.

-Aquí estoy -dijo apenas se acercó a la directora -Lamento la tardanza, será mejor que empecemos -dejó las carpetas sobre un escritorio vacío.

-¿Qué es eso? -le preguntó Angelina con el ceño fruncido.

-Datos de experimentos pasados, pensé que podrían ayudar -se encogió de hombros.

-Bien, sólo... No los quiero regados.

Se dio la vuelta. Tomó su aparato y presionó unas teclas, seguido varias pantallas virtuales se encendieron, mostrando varias gráficas cuyo contenido no alcanzaba a leer. Observó una que mostraba su pulso.

-Prueba número uno. Elemento aire -la voz de la directora sonó en las bocinas en dónde se encontraba la joven, ella se quedó quieta unos segundos sin saber qué hacer -Comienza a usar el elemento aire -le dijo la rubia al ver la cara de desconcierto de la muchacha.

Pero ¿Cómo hago eso?

Cerró los ojos y pensó.

¿Qué debía hacer primero? ¿Imaginarse el viento? En respuesta, se empezó a sentir una brisa fresca en la sala, que movía ligeramente los papeles del escritorio.

Eso estaba bien, ahora debía de pensar en más cosas para poder continuar en ello.

La voz de William sonó en su cabeza, haciendo que el viento ligero aumentara su fuerza.

Eres mucho más de lo que ellos piensan...

Y aquellas voces de las personas que la despreciaron también estaban ahí.

Eres un monstruo... ¡Bruja!... ¡Alterada!

Pero ya no era la voz de ellos, si no de las personas que había escuchado aquella vez, el aire hacía que el cabello de Angelina se moviera y los papeles que estaban hace un momento en orden, ahora volaran y Alejandro intentara atraparlos, de manera inútil.

Jamás será como ellos, nunca encajarás...

El mini-caos se había desatado. Sara tenía los ojos cerrados con fuerza, por lo que no veía lo que pasaba.

-Sara -le llamó Angelina que ahora se sostenía el cabello.

La voz de la directora resonó en el pequeño espacio cerrado dónde se encontraba Sara. Había colocado bocinas y micrófonos en ese lugar para poder hablar con la joven.

Pero eso no era todo. Afuera estaba mucho peor, los árboles se movían violentamente, algunas ramas se habían quebrado y las plantas corrían el riesgo de separarse de la tierra.

-¡Sara detente! -le dijo la rubia de nuevo, pero ella no escuchaba.

¡Monstruo! ¡Bruja!

Las palabras llegaban a su mente y hacían que el viento empeorara.

¡Eres uno de nosotros, aunque te cueste creerlo!

-¡Basta! -gritó la mujer y al instante el viento, cesó.

Parpadeó varias veces, aturdida. Sintió su corazón latir rápido y el sonido retumbaba en sus oídos. La escena frente a ella, no era lo que esperaba.

Había papeles regados por dónde sea, incluso las sillas estaban volcadas y algunas fueras de su sitio. Era un desorden.

...¿Qué hice?

Angelina, se peinaba su cabello en vano, estaba molesta.

-Te dije que te detuvieras -le replicó la mujer, furiosa.

Pero Sara no le respondió, ella estaba desconcertada.

-Volveremos a iniciar esta prueba y procura no hacer un desorden. Contrólate -aquello había sonado más bien como una orden. Esta vez se sentó frente a una computadora, para empezar de nuevo.

-¿Estás segura de querer repetirla? -preguntó el hombre a su lado -Sabes que el resultado será el mismo.

-No lo será, es la primera vez que lo hace, obviamente habrá mejoras -replicó molesta y desvío la vista.

Alguien tocó la puerta y enseguida se abrió. Era el agente Bryson, pero no estaba solo.

-Señora, traigo al joven que solicitó.

El joven miró en derredor, una hoja voló en su dirección y él la agarró al vuelo, la dejó en un escritorio. También traía esposadas sus manos.

-¡Uff! ¿Que pasó aquí? -preguntó al ver el gran desorden, pero no esperaba una respuesta, al ver a Sara del otro lado, entendió un poco.

Algunos alterados cercanos a su celda, le habían contado que los Cuatro Elementos estaba en el laboratorio, él dijo "ver para creer". Y ahí estaba ella.

Angelina se dio la vuelta para poder ver al Agente.

-Gracias Bryson, puedes retirarte.

Él sin decir más, se fue.

-Alejandro saca a Sara de ahí -el hombre obedeció.

La científica de hace rato le quitó los mismos aparatos que tenía en su frente y los dejó de vuelta en una mesilla después de limpiarlos.

El agente llevó a Sara de regreso con la directora, quién se levantó de la silla y se fue a ptra mesa, sacando más papeles.

-Él puede controlar el viento -dijo Angelina sin mirar a ninguno.

-Un placer -dijo el chico y le tendió una mano a la castaña que, dudosa, le aceptó -Un gran honor conocer a los Cuatro Elementos.

-Sólo Sara -le dijo, el apodo no le gustaba tanto.

-Bien, Damián quiero que le enseñes a que maneje bien ese Elemento -le dijo la mujer regresando con una pequeña carpeta -Estamos teniendo problemas con eso ahora -miró a la castaña con molestia -Tienen quince minutos, no tenemos mucho tiempo y ya hemos perdido bastante.

-Con gusto -le respondió, no parecía molesto en absoluto -Sólo Sara.

Ella río bajo, claro que no se refería a eso cuando le dijo su nombre.

El muchacho pasaba por varios centímetros de la estatura de ella, su piel era bronceada, su cabello café chocolate y ojos de igual color. Agregándole una agradable personalidad.

-¿Enseñarme? ¿Ahora? No creo que haya tiempo para eso, al menos necesitaré un par de días o... -habló Sara, quería que el joven le ayudara, ya que no tenía idea alguna de como controlar adecuadamente ese Elemento.

-¿No escuchaste? No tenemos tiempo -le replicó la directora -Así que, si quieres que las cosas salgan bien, hazlo todo bien -le ordenó.

-No se preocupe señora, le enseñaré lo más que pueda -intervino Damián al ver la reacción de Sara, la joven quería responderle, pero él sabía, que eso sólo le traería problemas a ella.

-Que sea rápido, Damián.

El muchacho asintió en respuesta y la mujer tomó asiento frente al escritorio más cercano para revisar unos papeles importantes.

-¿Qué sabes hacer con el Elemento? -quiso saber él, con cierta curiosidad ya que le parecía extraño que siendo ella Los Cuatro Elementos, no pudiera manejar el más básico de los cuatro.

-¿Cómo... volar un montón de cosas? ¿Eso cuenta? -señaló con la vista el desastre que había dentro.

-Eh... No, pero intenta hacer algo, cómo.. cómo un tornado -le sugirió.

Aquello la sorprendió ¿Un tornado? ¿Qué no seria eso muy peligroso? Además ¿Qué no le enseñaría lo básico, lo fácil?

-Lo haré, pero no me hago responsable de lo que suceda -agregó, levantando las manos a la altura del rostro.

-Hazlo -Damián rio un poco -Ve adentro y hazlo -señaló del otro lado del vidrio.

-¿Ahora? ¿no será aquí?

-No, lo que sucede de ese lado -señaló el área tras el vidrio -No afecta dentro el Laboratorio, aunque en ocasiones, puede que si.

-Bien, lo intentaré.

Sara retrocedió unos pasos, luego dio media vuelta y avanzó hacia el otro lado del vidrio, antes de abrir la puerta, sintió la mano del joven sobre su brazo.

-Si quieres hacer algo grande, el tornado por ejemplo, solo piensa en lo que te haga enojar -le aconsejó -Eso fue lo que pensaste hace un momento ¿No?

-... ¿Tú puedes hacer eso? -se volteó para verlo y preguntarle antes de entrar.

-Bueno, sí -levantó su mano para enseñarle como un pequeño remolino que se había formado -Tienes que controlarlo también para lograr eso. Y, por cierto, es algo que la mayoría hace, coloca sus emociones en los Elementos, reflejan lo que sientes y hacen lo que piensas.

-En ese caso, gracias por el consejo.

-Está bien, siempre que necesites ayuda, puedes contar conmigo -le tendió la mano -Prefiero presentarme yo mismo, me llamo Damián... Y es un honor conocerte en persona -le susurró.

Sara asintió, un poco apenada por cómo se había referido a ella.

No se parecía en nada a la actitud del otro joven que vio el día que se fue de casa, él se había arrodillado ante ella, haciéndola sentir confusa y asustada. Pero Damián... Él la trataba con respeto y le hablaba sin exagerar.

Él dejo a la joven para que entrara y terminara su trabajo, ella cruzó la puerta después de que la científica le colocará los aparatos en la frente, se colocó en el centro, frente a la directora.

-Prueba dos. Elemento Aire -dijo la mujer una vez que se sentó y comenzó a escribir.

Sara cerró los ojos y comenzó a pensar en lo que Damián le había dicho hace unos momentos.

El ambiente comenzó a sentirse más fresco y poco a poco fue aumentando de intensidad.

Los árboles empezaron a moverse, cada vez con más fuerza, el cielo se había nublado, señal de que probablemente llovería. A los pocos segundos, el tornado hizo su aparición en la ciudad.

El aire fue girando en círculos, justo como lo que ella quería. Truenos empezaron a escucharse por el lugar y la lluvia se desató.

Lo que ella hizo, fue inesperado. Sara ponía toda su fuerza para mantenerlo, pero era demasiado.

La directora notó como una gota de sangre escurría de su nariz y oídos, se estaba esforzando mucho, mas presión y ocurriría lo peor.

-Sara detente -advirtió Angelina, estaba más que preocupada, perdería a su Cuatro Elementos -¡Detente ahora!

Abrió los ojos, sin embargo ella no se detuvo, continuó con la lluvia y el desastre afuera. Hasta que su vista se tornó borrosa, la respiración se le hizo mas lenta, su corazón palpitaba despacio.

Ya no más..

Las piernas de fallaron, cayó al suelo, inconsciente.

- karimodelarosa.

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