Un Nuevo Comienzo

By CelesteTapiaGmez

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Toda historia tiene un final... pero en la vida, cada final es un nuevo comienzo. Que la historia termina al... More

Dedicatoria
Epígrafe
Prefacio
Valentía
Un Ángel
Similares
Mil Mariposas.
Resignación
Noche De Chicas
Corazón Roto
Amor De Madre
¡Hogar, Dulce Hogar!
¡ A Divertirse!
Dia De Muertos
Llévame A Casa
Equivocaciones
Me Soltaste
Mi Angustia.
Un Karaoke Lleno De Emociones
Una Historia De Amor
Noche De Confesiones
¡ Sorpresa!
Una Visita Inesperada
Baile De Navidad
¿Qué Hiciste?
Noche Vieja.
¿ Quieres Ser Mi Esposa?
¿Caminamos Juntos?
Luna De Miel.
¡Vas A Ser Papá!
Epílogo
Una Madre Nunca Abandona.
LA ÚNICA EXCEPCIÓN

¡ Feliz Cumpleaños!

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By CelesteTapiaGmez

Sumida en su quinto sueño, Evangeline no tiene ni la menor idea de los planes de su esposo, el cual se encuentra aleado con su hija. Mía se encuentra debajo de ella, recostada en el suelo con un silbato en su boca, confeti en una mano para arrojárselo a su madre en cuanto su padre le indique y una tarjetita que tiene dibujado con todos los colores que se pudo encontrar un enorme arcoíris.

Del otro extremo de la cama, se encuentra el esposo de la durmiente, en sus manos se encuentra sosteniendo un pequeño pastel de helado sabor napolitano cubierto por chocolate derretido.

A la una... susurra con una sonrisa en sus labios.

A las dos prosigue la niña, que está que no cabe de la emoción.

A las tres terminan al mismo tiempo ¡Estas son las mañanitas que cantaba el Rey David, hoy por ser día de tu Santo te las cantamos a ti! Mía le lanza el confeti y al mismo tiempo toca su silbato.

Sería lindo decir que todo salió a la perfección, que la cumpleañera los abrazó, lloró de alegría y se dio una buena embarrada de pastel al intentar dar la famosa mordida, pero el destino tuvo otros planes... Un consejo; nunca traten de darle una sorpresa al cumpleañero mientras aún está dormido, pues el grito que dio la rubia se escuchó a cuatro cuadras a la redonda.

Pero bueno, la vida se compone de buenos y malos momentos, esta sin duda alguna iba a ser una anécdota divertida para recordar en una plática amena. Solo que a veces la vida te la juega duro. Nadie iba a pensar en algún momento, de que ese iba a ser un recuerdo doloroso...

El sonido del despertador la saca de ese sueño que le hizo recordar uno de sus últimos cumpleaños. Se estira para poder apagar la alarma del celular y ve que tiene más de cien mensajes de texto. Suspira y mira con nostalgia la fecha en la pantalla.

19 de Octubre

Se trata de una fecha difícil para la rubia, pues hoy cumple veinticinco años, y otro cumpleaños sin la compañía de su familia. Y si le seguimos mirando por el lado malo, un año más cerca de la muerte, pero no quiero ser pesimista.

Suspira al ver que ya ha pasado otro año, sin duda alguna la vida siempre va de prisa, no se detiene por nadie ni por nada. El tiempo es uno de los peores enemigos del hombre, dependiendo la cara de la moneda en la que se vea.

Es increíble todo lo que llega a pasar en la vida de uno, hace dos años ella se encontraba celebrando su cumpleaños con su familia y hace un año su familia trataba con todas sus fuerzas animarla en su cumpleaños, celebrando una penosa fiesta, puesto que la cumpleañera era una amargada andante. Sin duda alguna la paciencia de su familia y amigos se puso aprueba en ese periodo. Excepto la de Ian, que nunca le siguió el capricho.

Ata su cabello en una coleta y se dispone a ver los mensajes que tiene pendientes. Todos son del grupo de WhatsApp: sin porno —bautizado por Ian —, en el cual están todas sus amistades.

Becca: ¡È il tuo compleanno, sei molto felice! questo non ti dà la crisi della mezza età in anticipo 🎉🎊🎉🎊🎉🎊.

Becca: Te has de estar preguntando: ¿Qué le pasa a esta loca? ¿Por qué me habla en italiano?

Becca: ¡Y es que estoy en Italia! 😜😋😃❤💕

Becca: Y como estoy noventa por ciento segura de que estás sin hacer nada, te dejo de tarea descifrar la felicitación😋

Becca: Un consejo, usa el traductor.

Ian: ¡Feliz cumpleaños! 🎉🎊🎉🎊🎉🎊.

Ian: ¿Pero que no habías cumplido ya bastantes hace algunos años?

Ian: No te creas Pacha. Te espero con paciencia para celebrar tu cumpleaños como se debe.

Denise: Amiga del alma, hoy que es tu cumpleaños me ha entrado una duda.

Denise: Ya te has hecho más ruca, así que, ¿te aplaudo o te compadezco?

Denise: 🙊🙉🙈

Denise: Sabes que es pura carrilla en serio.

Denise: Aquí te espero en el restaurante para celebrar tu cumpleaños como si no hubiera un mañana 🍺🎉🎊 🎉🎊

Becca: https://www.youtube.com/watch?v=XJ42lGx5m

Becca: Una felicitación chingona como cuando éramos niñas y Topo Gigio era nuestra peppa 😘 😘 😘

Isabela: ¡Feliz cumpleaños! ríe y sonríe mientras puedas, que tus dientes tienen fecha de caducidad 😋 😋 😂 😂 😘

Fernanda: ¡Un año menos para que te salgan las canas! 😂 😂

Fernanda: 😘

Fernanda: ¡Feliz, feliz no cumpleaños! ¡A mí!

Angie: ¿Acaso esto es una competencia para ver quien tiene la felicitación más original? 👀

Ian: Claro que no Angie, ¿por quién nos tomas? 😅

Angie: Eso hicieron en el cumpleaños de Ricardo.

Melissa: ¡Felicidades! No olvides correr y bailar en este día tan especial... Si no puedes correr, camina y en todo caso siempre puedes usar una buena andadera que te permita sostenerte en pie 😂 😂

Angie: Por este tipo de mensajes lo digo Ian 😂 😂 😂 😂

Angie: Muchas gracias a todos por felicitarme de esa forma tan original como ustedes saben 😃 😃

Angie: Al rato los veo para celebrar 🎉🎊 🎉🎊 🎉🎊

Angie: Bueno, menos a ti Becca.

Becca: No, individualices 😡 😡

Becca: Que Ricardo tampoco va a estar

Isabela: Shhh...

Isabela: No lo nombres, que no va a tardar en aparecer y ganar con su felicitación.

Fernanda: No te preocupes nena, él lleva tanto tiempo perdido que no creo que aparezca en el chat.

Ricardo: ¡Ya volví bitches! 😘 👊 👊

Denise: Lo invocaste.

Ricardo: Al fin llegó el día. Felicidades por llegar al punto de tu vida en la que no te gusta el ruido, salir de noche o quedar bien con los demás 😂 😂 😂 😂

Ricardo: Te has convertido en toda una abuela. Un poco de shampoo crece más te iría bien 😜😋

Ricardo: Ya sabes, para la calvicie 😘

Angie: ¿Cómo estás Ricardo? ¿Cómo es que apenas te has comunicado? 💔 💔 💔

Ricardo:

Angie: ¡Ricardo!

Ricardo: 404! Not found.

Ian: Típico del Richard 😢

Angie: Nos vemos en unas horas ✌

Apaga su celular y lo conecta en el enchufe más cercano. Hace acopio de todas sus fuerzas para poder levantarse de la cama. Y como es su DÍA, decide consentirse. Llenando la bañera con algunas sales que tenía guardadas por ahí. Se relaja entre la espuma acompañada de una copa de vino blanco.

Una vez que termina, se coloca un sencillo vestido lila que está por encima de las rodillas. Cepilla su cabello para después atarlo en una media cola, con un broche de mariposa en color morado. Revisa su bolso de mano antes de tomar la maleta que se encuentra preparada en un rincón de la habitación.

Ya que por motivo de su cumpleaños, va a pasar unos días con su familia, que viven en un rancho cerca de Ajijic. El permiso se lo pidió a Gerardo con una semana de antelación. Y aunque de primero no le agradó del todo la noticia de estar sin niñera por dos semanas, cedió al recordar cómo se tomó las molestias al cuidar de su hija.

Y es que Evangeline se muere de ganas de ver a toda su familia, de ver a todos sus amigos.

Hay días en los que no duda en volver a vivir a su pequeño pueblo, pues hay momentos en los que no solo extraña la tranquilidad de vivir en un pueblo chico, sino que también ha llegado a sentir que no encaja del todo en la ciudad. Si bien, antes no era tan difícil estando acompañada de su esposo, el vivir sola es totalmente diferente. Y si le agregamos los últimos acontecimientos con Gerardo... unas pequeñas vacaciones no le vienen nada mal, y menos a como está ahorita. Necesita un soplo de aire fresco, y ordenar bien sus ideas.

Deja la maleta en el patio, y la bolsa en una de las sillas para dirigirse a la cocina y cerrar la llave de gas, ya que no quiere regresar y ver que su casa está en mil pedazos. Ve el libro que le prestó Gerardo en la mesa, anoche se había quedado leyéndolo, lo hubiera acabado, pero ya se encontraba bastante cansada, por lo que decide echarlo en su bolsa y terminarlo en el camino.

Está guardándolo, cuando escucha que alguien llama a la puerta, y sin poder evitarlo, su corazón se acelerada de inmediato. Es inevitable, cada que alguien llama a la puerta la pone sobre alerta, le entra el pánico. Es algo en lo que aún debe trabajar.

Una vez que pasa el mini ataque de pánico, pone los ojos en blanco al pensar que se trata de Ian, quien ha de seguir pensado que a la primera oportunidad se tira por el puente. Para ella es un desconfiado. Por suerte no le espera un regaño de su amigo, ya que cuando esta abre la puerta, una lluvia de serpentinas y confeti le inunda la visión

— ¡Geli, feliz cumpleaños! — es lo que le grita Sofía saltando a sus brazos una vez que arroja el confeti —. Alcanzamos a llegar a verte antes de que te fueras—le da un beso en la mejilla —. Si bien le dije a mi tía, prefiero llegar tarde a la escuela a no poder darte el abrazo de cumpleaños.

—Muchas gracias pequeña —le susurra al oído mientras la carga entre sus brazos mientras sonríe de oreja a oreja. Su día no pudo haber iniciado de mejor manera, recibir un abrazo sincero de un niño alegra a cualquiera, eso y agreguemos los mensajes de sus amigos.

—Felicidades Evangeline —la felicita Lorena dándole un abrazo, aunque sea de lado, ya que con Sofía en brazos no lo puede hacer en su totalidad —. Disculpa las molestias, pero Sofía insistió en venir a verte.

—Pero si no es ninguna molestia, al contrario —acaricia el cabello de la niña con ternura —. Es una agradable sorpresa.

—Ha estas horas ya deberías estar con tu familia —Lorena se cruza de brazos sin dejar de mirar a su sobrina. No quiere ser la responsable de su retraso —. ¿Dónde dices que es?

—Mi familia es de Ajijic, en Jalisco —mira la hora de reojo —, y sé que ya debería estar en camino, solo que se me hizo un poquito tarde.

—Entonces no hay que entretenerte por más tiempo, es un largo recorrido —voltea a ver a su sobrina, quien ya se encuentra de pie —. Sofía, vámonos.

— ¿Puedo ir? —pregunta la castaña mientras hace uno que otro puchero, mirando a las dos. Ya que sabe que son sus alcahuetas ante su padre —. ¡Por favoooor! —Se acuclilla en el suelo de inmediato —. He sido una niña buena.

— ¡Sofía! —La regaña Lorena con molestia—. Sabes bien que eso no se puede, así que deja los dramas a un lado, despídete y sube al auto, que la escuela espera.

— ¿Por qué no? —replica de inmediato con un cruce de brazos. La tía pone los ojos en blanco al ver de esa manera. Y es que ese es uno de esos momentos en los que siente que la malcría demasiado.

—En primera, porque tienes que asistir a la escuela y en segundo, eso depende de tu padre. Y en sus elecciones yo no tengo voz ni voto.

—No te preocupes, un día te llevaré con la autorización de tu padre —la tranquiliza Evangeline, mas no le dice cuándo será eso —. Y te prometo que la pasaremos de maravilla —guiña un ojo.

—Quedo conforme con eso, por el momento —la rubia suelta una risita. La niña tendrá seis años, pero es lista para su edad.

—Tenemos que irnos, o nos cierran la puerta en nuestras narices, y no quiero hablar con la madre, ya que eso significaría aviso a tu padre —Lorena toma a su sobrina de la mano —. Nos vemos la próxima semana, y muchas felicidades.

—En verdad lo agradezco —le responde con una sonrisa mientras las encamina hacia la casa.

—Espero y estas pequeñas vacaciones te ayuden a pensar bien las cosas —le guiña un ojo al decir eso y sin nada más que añadir sale de la casa junto a su sobrina.

Evangeline suspira con pesadez al escuchar eso. Pensó que el tema ya estaba dado por zanjado, pero ya vimos que se equivocó.

Lo malo de esta chica, es que es de maceta cerrada, una vez que dice no se puede, nadie la hace cambiar de opinión. Pero veamos el lado bueno, pues por primera vez, siente que este cumpleaños va a ser diferente, pues esa niña le acaba de dar alegría al cuerpo, y no hablo de alegría macarena. Me refiero a la alegría de verle el lado bueno a las cosas, la de lidiar con los recuerdos que la acechan.

A no estarse lamentando todo el tiempo.

●●

Se cuelga el bolso en el brazo izquierdo, mientras toma la maleta con la otra mano. Le echa un último vistazo a la casa, viendo que todo quede en orden, que no quede ninguna ventana abierta, ya que no quiere llegar con la sorpresa de algún ladrón hurtando a su regreso.

Y sin más abre la puerta, para espera el taxi que la llevara a la central de camiones, como tiene planeado. Pero, hay ocasiones en que las cosas nunca salen como las planeamos. Y eso le acaba de pasar nada más al abrir la puerta.

Hay tantos momentos bochornosos anotados en su registro desde que empezó a trabajar como la niñera de Sofía, que no es necesario hacer un recuento, pues algunos ya lo hemos vivido con ella. pero podemos sumarle nuevos, como quedarse muda, el perder el color de su piel, y una expresión en sus ojos como si hubiera visto a la muñeca Anabelle en compañía de varios muñecos protagonistas de varias películas de terror.

¿Por qué digo esto?

Bueno, nada más porque solo al abrir la puerta, se topa con Gerardo —quien estaba a punto de llamar a la misma —. Y no le pasa por alto que tiene ambas manos ocupadas. En una tiene un maceta con una hermosa orquídea negra. Mientras que en la otra, vienen amarrados tres libros de una misma edición en un gran listón, los cuales no alcanza a ver los títulos.

—Hola —la saluda Gerardo con un poco de sorpresa, pues aún estaba pensando en cómo explicarle su repentina visita en vísperas de sus vacaciones —, buenos días —su sonrisa se ensancha al ver que realmente la ha sorprendido.

Ahora echemos al olvido eso de quedarse pálida a lo antes mencionado, para sustituirlo con un excesivo rubor, porque lo cierto es que la pobre luce al igual que un farol. Y este hombre es tan ciego que no ve —o capta —la forma en la que reacciona ella ante su sola presencia y una que otra palabra.

—Buenos días...—lamentablemente es lo único que logra pronunciar, y con mucho esfuerzo. Peor es nada. Por lo menos no vomitó de los nervios.

—Disculpe la molestia —ella niega con la cabeza de inmediato, dejándose en evidencia. Molestia, ja. Si su presencia la logra alegrar más de lo normal, basta con ver ese brillo en los ojos de la muchacha, para darse cuenta —, pues sé que usted va de salida, pero quería darle algo por su cumpleaños —con sumo cuidado le entrega la flor —. Mi hija me comentó una vez que a usted le gustan este tipo de flores.

—Muchas gracias, no se hubiera molestado —suelta la maleta para poner la flor en algún lugar del jardín —. Es muy hermosa.

Ella no le quita la mirara de encima a la flor, pues teme que al verlo a él a los ojos, el vea el secreto en sus ojos. El secreto de un amor que prefiere mantenerse escondido para que el dolor no lo atrape.

—La elegí especialmente para usted —lentamente voltea a verlo, no puede evitar hacerlo después de escuchar aquello.

—Es un hermoso detalle —murmulla con timidez.

—Y también tuve el atrevimiento de traerle esto —se acerca hasta entregarle los libros —. Puede ser que no esté muy informado de sus gustos literarios —balbucea un poco. Algo raro en él, bueno, no raro. Sino que el ponerse nerviosos solo sucedía con su esposa —. Así que espero haberle atinado.

La chica queda muda al ver los libros que le acaba de entregar. Más que nada, porque tiene que procesar lo que le va a responder, pues no quiere cometer alguna estupidez.

Y es que Gerardo le acaba regalar tres libros escritos por las hermanas Brontë. Jane Eyre escrito por Charlotte. Agnes Grey escrito por Anne Brontë. Y cumbres borrascosas por Emily Brontë, el cual Gerardo sin saberlo, es uno de los favoritos de Evangeline, y esa es una edición que nunca había visto. De hecho las tres nunca las había visto, y eran preciosas.

—Son hermosos —murmura cuando logra salir de la estupefacción —. Muchas gracias.

— ¿Eso significa que le atiné a sus gustos literarios? —una risita brota en los labios de ella al escuchar esa pregunta. Los ojos de él brillan por unos instantes al ver más relajada.

—Nunca digo; este libro nunca leeré, por siento que todos los ocuparé en algún momento. Pero lo curioso es, que de todo mi grupo de amigos, yo soy la que ama leer clásicos. El resto los aleja —se arma de valor y voltea a mirarlo con una sonrisa de oreja a oreja —. Así que si, le atinó —Gerardo sonríe al escuchar eso.

—Supongo que es un buen momento para preguntarle sobre el libro que le presté —ella pasa saliva con dificultad —. ¿Qué le ha parecido hasta ahora?

—Ya falta poco para terminarlo, unas doscientas páginas —señala su bolsa —. Lo leeré por el camino, y yo pienso que lo terminaré estando con mi familia.

—Recuerde que quedamos en platicarlo más tarde.

—Sí, solo que esa platica quedará pendiente hasta que regrese —Gerardo la mira con seriedad por unos instantes —. Dentro de dos semanas.

—De eso nada —la rubia lo mira sin saber que responder a eso —. Cuando lo termine, me manda un mensaje, aunque sea para hablar sobre el final —y comienza a respira con dificultad —. Ya sabe que lo mejor de leer un libro, es tener con quien hablar una vez que ha finalizado.

—Está bien —es todo lo que se limita a responder. Pues su actitud la está dejando confundida.

— ¿Me lo promete? —y ahora se congela al ver como su mano se posa en la suya por unos segundos. Él no deja de mirarla.

—Lo prometo —no sabe en qué momento sucede, y lo cierto es que no está preparada para recibir el abrazo que le da. Pero lo disfruta. Llega al quinto cielo por ese simple gesto de unos cuantos segundos. Y a la vez le parece tan irreal estar entre sus brazos, oler su aroma, sentirse suya por unos instantes, y sentirlo suyo...

Es al igual que un bello sueño, pero de ellos despiertas y ves que no es real.

Al igual que en esos momentos. Él se separa, no sin antes decir un feliz cumpleaños. Y sin dejar de mirarla a los ojos.

—Tengo que irme —le dice una vez que están separados —, ya voy retrasado para la oficina —sale con prisa de la casa para subir a su refugio, perdón, a su auto —Que se divierta con su familia y muchas felicidades.

—Gracias —responde ella sin más.

—Toma una copa por mí —le sonríe al decirle esto. Mientras que a ella no le pasa por alto el hecho de que la haya tuteado —. Ya que mi hija y yo no vamos a estar con usted —sin agregar nada más, arranca el auto a toda velocidad.

—Gracias... —susurra una vez que el auto ha desaparecido detrás de una nube de humo —. ¿Qué esperas que piense de esto Gerardo?

Un sollozo escapa de su garganta...

Un sollozo que carga con el dolor de no ser correspondida por la persona de la que está ilusionada. Por esa confusión que él le acaba de implantar con los regalos, con las pláticas, con las miradas. No quiere ilusionarse con un hombre que no la va a mirar con otros ojos.

Pero la verdad es que está equivocada —en una parte —puesto que el salió de prisa, no por llegar tarde al trabajo. Sino porque prefiere huir de sus sentimientos hacia esa linda chica, antes de caer de nuevo en el abismo.

Pero lamentablemente, no se puede huir de los sentimientos, nos guste o no.

Así que básicamente, él pensó en ella durante todo el día y ella pensó en él durante su viaje.

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