Quise entregarte diez de las cartas, pero no pude hacerlo, entre en pánico.
Parecía que el simple cierre de tu mochila era una alarma y que si la seguía abriendo aparecerías , me cacharías con las manos en la masa , leerías las cartas y te reirías de mi.
Me asuste tanto que solo volví a guardar las cartas en mi mochila y salí lo mas rápido que pude del salón.
Soy un cobarde, perdóname.
Atentamente;
Tu Querido Acosador.