- ¿Estas segura de esto? - No contesté, solo asentí.
- Bienvenidos a Eichen House. ¿Por qué motivo se encuentran aquí?
- Queremos... quiero ingresar a mi hija aquí.
- Muy bien.
Una mujer me llamó. Era morena, de apariencia amable por fuera, pero en sus ojos vi odio al ver a los pacientes. Que estaban esparcidos por toda la sala de recepción. Era una mujer mayor, bonita, le haría mejor sonreír más.
A todos nos va mejor sonreír más. O eso escuché, en algún lado.
- ¿Vanessa Argent?
No me gustaba ese nombre. Me hace acordar a alguien, no se quien. Pero es lo que tuvimos que hacer, Chris era el único que me podía internar en este lugar.
No me gusta este lugar, pero tengo que estar aquí.
La mujer me guió hasta un lugar y me dio una especie de ropa blanca y gris, como un uniforme. No se lo agradecí, no hice ninguna mueca o señal de estar escuchando. Solo agarré la ropa y sin mirar atrás volví con Chris. Estaba firmando y llenando algo.
- Las primeras 72 horas no hay llamadas de teléfono, correos o visitas. Vamos a hacer un breve examen físico. Por la mañana será evaluada por un psicólogo del personal, hablará con un trabajador social y asistirá a una terapia en grupo.
Chris firmó los papeles con seriedad, de vez en cuando miraba de reojo hacia mi dirección. Yo solo me concentré en el cuadro bonito que había en la secretaría. Era muy lindo. Había verde por todos lados y un lago, con personas conversando...
- Vas a usar estas Vanessa. No se permiten cordones. No llevas cinturón ¿verdad?
La voz de la mujer de color me sacó de mi ensañamiento y vi como me tendió unas pantuflas. Como no contesté, Chris lo hizo por mi.
- No, no lo tiene.
- De acuerdo, por favor, vacía tus bolsillos aquí. - La mujer arrastró una caja pequeña.
Con la mirada perdida metí las manos en mis bolsillos, en los jeans y la campera. Solo saqué las llaves de mi camioneta y mi celular.
- Muy bien Vanessa, puedes despedirte de tu padre, cuando estés lista sígueme.
La mujer de color se alejó un poco de nosotros. Creo que quiere darnos privacidad a Chris y a mi.
- Vanessa, no estoy cómodo con esto. - Murmuró Argent mirando hacia otro lado.
Por fin, luego de un tiempo largo, hablé.
- No lo estés. Es lo correcto.
Argent me miró incrédulo, y un poco asustado, a decir verdad.
- No estas bien, pero Eichen House no es la solución. Tu sabes lo que pasó aquí, lo que Stiles pasó aquí.
Ese nombre se me hacía muy conocido. Pero no me acordaba de dónde.
- ¿Stiles?
- Sí Vanessa, Stiles. Stiles Stilinski estuvo aquí cuando fue poseído. No terminó muy bien, ¿lo recuerdas?
Un dolor sordo se impactó en mi cabeza. Quejándome me llevé las manos hasta mi sien. Varias imágenes de un chico atractivo, con lunares y gracioso aparecieron. En esas imágenes también estaba yo.
Stiles.
- ¿Vanessa? ¿¡Vanessa?! ¿Que pasa? ¿¡Estás bien?!
Tenía que hacer esto. Estaba dañada, rota. No podía estar cerca de Stiles cuando era una asesina. Una asesina a sangre fría. Tenía que ingresar a Eichen House.
- No, no estoy bien. - Murmuré con voz perdida cuando miré a un punto fijo en la pared, ya sin sentir ni quejarme del dolor. - Pero lo voy a estar.
Sin mirar atrás seguí a la mujer de color.
'' - Soy la parte del pájaro que no está en el cielo''
'' - ¡La muerte! ¡La muerte viene por todos nosotros! ¡Sálvense!''
'' - María... mi madre... escúchame... no me dejes... ¡No! ¡No! ¡No me dejes!''
'' - Ojos amarillos... ojos amarillos... ojos amarillos...''
''- ¡Sáquenme de aquí! ¡No pertenezco aquí! ¡Sáquenme!''
'' - ¡Esta abajo! ¡Están abajo! ¡Los monstruos están abajo!''
'' - ¡Ayuda! ¡Ayuda! ¡Por favor! ¡No me dejen aquí! ¡Ayuda! ¡Ayuda!''
'' - La luz brilla en la oscuridad, ¡No la pierdas! La luz... la luz... la luz...''
Los murmullos se escucharon en todo el recinto mientras subíamos las escaleras. Me estaban llevando a una habitación.Pasamos por una sala más grande, en esta había gente gritando y hablando sola o con televisores.
Había gente gritando en una esquina.
- Por aquí por favor... - La mujer señaló hacia el final de unas escaleras que había para abajo, en otra sección del recinto.
Quería preguntar hacia donde me llevaba, las habitaciones las habíamos pasado desde hace rato. Pero no lo hice, solo seguí caminando.
Llegamos a una sección diferente a las anteriores, esta parecía más... tétrica. Ruidos inhumanos se escuchaban de fondo. Los pasillos eran largos y había celdas, estas celdas tenían ventanas para ver el interior. Eran monstruos.
Hombres lobo, kitsunes, kanimas, wendigos, monstruos deformados... era la sección sobrenatural de Eichen House.
Chris Argent no me envió a un loquero, me envió a la sección paranormal.
Quise escaparme de allí al momento en el momento en el que lo pise. No quería esto. No quería estar encerrada con otra criatura o peor, estar encerrada sola y aislada. Yo solo quería estar internada con los otros pacientes humanos... estar un poco en paz.
Intenté darme vuelta e irme por donde vine, pero sentí una aguja en mi cuello y todo se volvió borroso, no tenía fuerza y dolía, me estaba desmayando.
Acónito.
Lo último que vi antes de caer fue a un doctor relativamente joven mirarme embobado el cuello. Y me dormí.
Desperté en una cama color blanco, todo era blanco aquí, no me gustaba. Un hombre mayor ingresó a la sala donde me encontraba. Yo no me podía mover.
- Que bueno que despertaste Vanessa, nos alegra tenerte aquí. Esperamos que tengas una gran estadía, si necesitas algo solo tienes que decirlo. Eichen House solo quiere que puedas recobrar la relativa normalidad que tenías, ahora estas dañada, y no podemos dejar que una criatura sobrenatural como tu ande por las calles así de libre. No cuando estas en plena locura. ¿Alguna pregunta?
Intenté hablar, quejarme. Estaba llorando y sollozando. La venda que tenía en la boca tenía acónito, me estaba quemando. La cama en la cual estaba recostada tenía esposas, estas eran de acero y estaban bañadas en acónito. Me tenían esposada las muñecas y los tobillos. Y un cinturón me apretaba las caderas y el pecho.
- ¿No? ¿Nada? Bien. Empezaremos por los electros*. Estos serán tres veces a la semana. La lobotomía* será dos veces a la semana. Cada vez que veamos que estés nerviosa o inquieta se realizará una hidroterapia*.
Intenté moverme con desesperación mientras gritaba por encima de la venda de acónito.
- No intentes movilizarte tanto, eso hará que el acónito se te incruste mas en la piel. Pero eso queda a tu cargo. Yo soy tu doctor, el doctor Logers. Pero puedes llamarme Jamie. Ahora, te voy a pedir por favor que no te muevas mucho, eso complicaría mi trabajo. - Murmuró mientras se acercaba con el casco para el electro shock.
Me revolví igual. Pero finalmente pudo ponerme el casco. Grité con dolor y me dañé las cuerdas vocales cuando la electricidad corrió por mi cabeza a mi cuerpo.
Había pasado cuatro días desde que ingresé a Eichen House.
El lugar era un infierno, pero en mi ser descubría que era buena mi estadía aquí. Estar aquí me iba a cambiar, para mejor. O eso esperaba.
- Vanessa, tienes visita.
La voz de la enfermera Greta me sacó de mis pensamientos. ¿Visita? Yo no debería tener visitas.
Me levanté de mi cama y dejé el libro de romance a un lado. Los libros son un escape de Eichen House, son de romance barato, pero era mejor esto que nada.
La protagonista de la novela que leía hace un momento era muy estúpida y el chico era muy tonto.
Llegué a la sala de visitas, o la sala feliz, como la llamo yo.
Ver a personas que están cuerdas y son libres me parece de lo peor que pude haber visto, o puede ver alguien que está en mi misma situación. Esas personas me daban nauseas.
Pero lo que si no me dio nauseas, fue el chico que me esperaba sentado al otro lado de la puerta que conecta a la sala infeliz.
- ¡Vanessa! - Gritó el chico antes de acercarse corriendo y abrazarme.
Yo no hice movimiento para devolverle el abrazo.
El chico al ver que no se lo devolvía, se alejó de mi para mirarme extrañado, pero seguía sosteniéndome. Aparté sus brazos de mi cintura con tranquilidad mientras le veía.
- ¿Vanessa...? ¿Qué..? ¿Qué pasa...? ¿Por qué estas aquí? ¿Por qué te fuiste sin decirle nada a nadie? ¿Cómo sigues aquí? ¡Tenemos que irnos! ¡Tenemos que-... - Interrumpí al chico nervioso que tenía delante mío.
- Hey, tranquilo. Te puedo explicar todo, pero necesito que te calmes...
- ¿¡Calmarme?! ¡Desapareciste! ¡Te fuiste! ¡Me dejaste!
- Lo sé. - Respondí con calma. Le deje parado solo para sentarme en una silla blanca, como todo era blanco aquí... luego de unos segundos, el chico se sentó en frente con un rostro que demostraba preocupación y seriedad.
- ¿Qué tienes, Vanessa?
Agaché la cabeza con un poco de vergüenza y gran tristeza.
- Mi doctor dice que tengo estrés postraumático, psicosis, nervios... no me acuerdo de mucho más, pero el punto es que necesito estar aquí. Si esto pasara a alguien normal, humano, no sería la gran cosa, pero soy peligrosa. No puedo controlarme a menudo, no se cómo puedo controlarme ahora. Necesito mantenerme encerrada por un tiempo para no hacerle daño a alguien.
El adolescente me miró con pena, tristeza y alarma antes de hablar.
- ¿Cómo fue que llegaste aquí? ¿Que pasó en México? Te perdimos... por un tiempo no sabíamos dónde estabas.
- No me acuerdo del todo. Según mi doctor, mi mente neutralizó los recuerdos, no muchos, pero lo suficiente para no encajar algunas piezas...
- Espera un segundo... ¿no sabes quien soy? - Preguntó con dolor él. Sonreí por lo bajo.
- Hará falta más que un estrés postraumático y lobotomías para olvidarte Stiles...
- ¿Lobotomía? ¿¡Qué rayos-...?! - Le interrumpí.
- El punto es, Stiles, que tengo que estar aquí.
- ¿Vas a estar aquí toda tu vida? ¿Es en serio?
- No, solo hasta que empecemos el último año. Sí, Stiles, voy a volver y voy a ir a la escuela con ustedes...
- Vanessa... por favor, tengo mi Jeep afuera, podemos irnos. Papá también esta afuera, quiso darnos un poco de privacidad. Podemos irnos, vamos. Legalmente puede salir, eres mayor de edad.
- Lo sé. Pero no lo haré.
- ¿Por qué quieres quedarte aquí...? - Murmuró con tristeza Stiles. Sabía que él sentía dolor al ver a la chica que ama en esa situación.
- Por que es lo mejor. No va a ser mucho tiempo. Si tu... bueno, si tu... si tu quieres terminar con todo esto, lo entiendo... - No quería que él se alejara de mi, pero no lo iba a retener sabiendo que estoy rota.
- ¿Terminar con esto? ¿Te refieres a romper...? ¿Quieres cortar conmigo? - Me preguntó preocupado.
- Yo no, pero ¿y tú? Stiles, estoy en Eichen House. No voy a retenerte si no te sientes cómodo en salir con una mujer loba que está loca.
Stiles me miró serio por un segundo, pero luego acercó sus manos a las mías y habló con seguridad.
- No voy a mentir y decir que amo esta situación. Pero sé que no te voy a dejar, no mientras tú me permitas estar a tu lado. Saldremos de esta. Vendré a verte todos los días si es posible, pero no voy a dejar que esto se meta en nuestra relación, no lo haré.
Sonreí con tristeza mientras le veía.
- No tienes que venir todos los días, Stiles. Eichen House no es un lugar al que tengas que visitar todos los días, menos sabiendo todo lo que pasó aquí. Todo lo que te sucedió aquí.
- Nos pasó aquí, querrás decir. Pero no importa, vendré igual. Vendremos todos, seguro los demás también querrán visitarte.
Sonreí más recordando a Scott, Liam, Kira, Melissa, el sheriff, Parrish... e incluso a Malia y Lydia.
- Eso espero...
- Las horas de visita acabaron, Stilinski. Debería irse ya. - Le habló una enfermera a Stiles. Él solo la miró feo.
Ambos nos levantamos y nos acercamos para despedirnos.
- Lamento haber venido tan tarde... mañana vendré con mi padre.
- De acuerdo, adiós Stiles.
Estaba a punto de irme pero Stiles me detuvo, para luego darme un beso largo y profundo, yo se lo devolví con deleite. Hace mucho no le besaba así. Se separó unos centímetros de mi para hablar y sentí su aliento a menta en mi boca.
- Todo volverá a ser como antes... no te voy a dejar, te lo prometo.
- Yo sé que si... - Murmuré.
Me separé de su abrazo y me alejé de Stiles.
Podía sentir su mirada de dolor en mi espalda mientras me iba.
*Electros: El electroshock es, como su nombre lo dice, un tratamiento psiquiátrico en el cual se inducen convulsiones utilizando la electricidad. En el caso de Eichen House, lo utilizarían en un nivel más alto, no solo para hacer llegar al cuerpo del sobrenatural, si no para infringir dolor.
*Lobotomía: La lobotomía cerebral, que utiliza Eichen House, es un tipo de psicocirugía. Consistente en la sección quirúrgica de uno o más fascículos nerviosos de un lóbulo cerebral.
*Hidroterapia: La hidroterapia consiste en la inmersión del paciente en una bañera con agua para hacer que se relajara cuando estaba agitado o para aliviar alguna dolencia. En el caso de Eichen House, la bañera estaría llena de agua congelada y con hielo. Como se ha visto en la temporada 3.