Carol: ¡Qué me lo des! ¡Me toca calar a mí!
Stuart: ¡Calla estúpida! ¡Lo he comprado yo!
Carol: ¡Con el dinero que conseguí limpiando platos! ¿¡Me lo vas a dejar ya!?
Stuart: ¡NO!
Carol: ¡No sé cómo me pude casar contigo!
¿Eran gritos lo que escuchaba desde la habitación de enfrente? Una vez más, la respuesta seguía siendo sí. Abrí los ojos al escuchar como la puerta de mi habitación se habría. Una pequeña niña de pelo corto y castaño entraba con su peluche en la mano.
Karen: Kenny.. ¿Estás despierto? No puedo seguir durmiendo.. Papá y mamá vuelven a pelearse..
Al ver como una lágrima caía sobre sus hermosas mejillas sonrosadas, lo único que fui capaz de hacer, fue abrazarla. ''Todo va a salir bien'', pensé. Karen no se merecía esto.. Yo podía soportarlo, pero ella era demasiado pequeña. Hice hueco en mi cama, para que acabara de pasar la noche conmigo. Me quedé mirándola hasta que se quedó dormir. Me daba mucha pena, y tanto coraje por parte de mis.. padres. Si se les podía llamar así. Lo único que hacían con el dinero que conseguían era gastárselo en drogas y porros. Karen era muy pequeña para entenderlo. Pero yo lo sabía, y Kevin también. Es el hermano mayor, y debería portarse como tal, en vez de intentar seguir los pasos de ellos.. No razonaba cada vez que le pedía que por favor no fumara delante de Karen. Que lo hiciera por ella, no por mí. El único que parecía tener cabeza en esta familia, era yo. Pensando en cómo la historia se repetía cada mañana, me dejé dormir. Por unos instantes, fui feliz. Hasta que unos estruendos provinentes de mi puerta me despertaron.
Kevin: ¡Levántate ya, asqueroso!
Suspiré y me levanté. Le hice un pequeño movimiento en el hombro a Karen para que despertara.
Karen: ¿Ya es de día? -Dijo mientras se levantaba de mi cama.- Gracias por dejarme dormir contigo otra vez. -Me abrazó, apenas me llegaba al pecho.- Me iré a vestir.
Tan pequeña.. Tan inocente.. Me dirigí al armario, busqué una camisa limpia, de las tres que tenía solo me quedaba una. Me la puse. Me puse mis pantalones seguidos de mis zapatos. Me arreglé un poco el pelo y me puse mi anorak naranja. Bajé a la cocina. Mi vaso de agua y un par de tostadas ya estaban en la mesa. Me senté, y empecé a comer. Creo que este era el único momento que pasábamos en familia. Aunque nadie decía nada. Cada mordisco que pegaba a mi tostada, era un pensamiento más que me golpeaba en la cabeza. Estaba bastante harto ya. Pero no podía hacer nada. Cuando acabé mi ''desayuno'' me dirigí al recibidor, me puse en la espalda mi mochila y salí. Caminaba mientras golpeaba inconcientemente una piedrita con la pierna. Nunca me había fijado, pero este barrio era bastante chungo. Todas las casas eran igual que la mía. Cayéndose a trozos y con cacharros rotos por el jardín, si a un montón de matojos se le podía llamar jardín. Por algo le llamaban a ésta, la zona mala de South Park. Era como el Bronx en New York. A lo lejos veía a Kyle y a Stan en la parada de autobús. Por lo que se veía, Cartman llegaba tarde.
Stan: ¡Hola Kenny!
Kyle: ¡Hola, tío!
Les saludé con la mano.
Stan: Ahora solo falta Cartman, está tardando.
Kyle: Sí, el bus va a llegar y tendrá que ir caminando.
Stan: ¿Bromeas? ¿Caminando? ¿Cartman? Si tuviera que ir caminando, seguro que se quedaba en casa, jajaja.
Kyle: Sí, jajaja. Tienes razón, ¿en qué estaría pensando? -Suspira pensativo-. Por cierto Stan, ¿hiciste la redacción de la Señorita Selastraga?
Stan: Sí, después de 2 horas, me he quedado bastante satisfecho con mi trabajo. ¿Y tú?
Kyle: ¡Qué va! Me dio pereza, la verdad. La haré en la hora antes de la clase de Selastraga.
Stan: ¿Y tú Kenny?
Negé con la cabeza.
Stan: ¿Qué os pasa hoy? ¿Vais de rebeldes? Jajaja, no deberíais ser tan pasotas a estas alturas del curso.
Kyle: Tranquilízate, por una vez no pasa nada. Me dio pereza, y seguro que a Kenny también. ¿Verdad Kenny?
Asentí.
Si supieran.. En esa casa es difícil concentrarse..
Stan: ¡Mirad! -Dijo señalando a nuestra izquierda.- El autobús.
Kyle: ¡Por ahí llega Cartman!
Cartman: Hola, tíos. -Dijo algo exhausto por el cansansio.-
Kyle: Hola, ¿por qué has tardado tanto? -Dijo mientras subíamos al autobús.-
Cartman: Me entretuve en el parque. -Sentándonos en los últimos asientos.- Una panda de latinoamericanos pedían dinero.
Stan: ¿Y te entretuviste por eso..?
Cartman: Claro que no, imbécil. Me entretuve lanzándoles monedas a un metro de distancia. Era divertido ver como se arrastraban peleándose por ellas.
Reí. Cartman nunca cambiaría, pero eso tuvo gracia.
Kyle: Eso no es gracioso.
Cartman: Sí, sí que lo es. Kenny se ha reído.
Stan: No Cartman, Kyle tiene razón. No es gracioso. Esa pobre gente no tiene suficiente dinero como para vivir en una casa digna, o no tienen trabajo.
Cartman: Kenny es pobre y no pide dinero en el parque.
Kyle: Bueno, déjalo.
Crabtree: ¡¡QUÉ OS SENTÉIS!!
Stan: ¡Qué estamos sentados! Puta gorda.. -Dijo por lo bajo.-
Crabtree: ¿¿¡¡QUÉ ES LO QUE HAS DICHO!!??
Stan: ¡Qué la pulpa de fruta no engorda!
Crabtree: Ah.. Mmm, pues.. Eso es verdad.
Me entretuve mirando la nieve por la ventana. Mientras Cartman hacía chistes racistas. Y Stan y Kyle le intentaban convencer de que eso no era gracioso. Hasta que la loca del pájaro en la cabeza que conducía, nos chilló para que nos bajáramos del autobús. Habíamos llegado. Por nuestro paso por los pasillos, observábamos como grupos de gentes cuchicheaban sobre algo. Pero, ¿sobre qué? En mi cabeza yo me preguntaba otra cosa, ¿cómo estaría Karen? A menos de un pasillo de la clase de la Señorita Selastraga, un chico bajito, canijo y con apenas pelo rubio en su cabeza se dirigía corriendo hacia nosotros.
Butters: ¡Hola chicos!
Stan: Hola Butters.
Butters: ¿Os habéis enterado?
Kyle: ¿Enterarnos? ¿De qué?
Cartman: Butters, ya sabíamos que eras gay.
Butters: ¡Yo no soy gay! -Dirigiéndose a Stan.- Sí, ¿acaso no os preguntáis porqué tanto cuchicheo en los pasillos?
Stan: .. ¿No están siempre así?
Kyle: Cuéntanos, Butters.
Butters: Viene una chica nueva a estudiar con nosotros.
Stan: ¿Sí? ¿Cuándo?
Butters: Pues hoy, debería de estar al llegar. Por eso están todos esperando a ver cómo es.
Kyle: ¿Por qué le dan tanta importancia? Al fin y al cabo es tan solo una chica más.
Cartman: ¿Una chica más? Lo dices como si se te acercaran millones como locas.
Kyle: Cállate, gordo. Qué sabrás tú.
Cartman: ¡Qué no estoy gordo! Estoy fuertecito.
Llegamos a la clase de la Señorita Selastraga. Entramos y nos sentamos en nuestros respectivos asientos.
Selastraga: A ver, chicos, levantad la mano los que hayáis hecho la redacción.
Solo unos pocos habían levantado la mano. Cartman incluido, que no había hecho nada.
Stan: Cartman, baja la mano idiota, está preguntando por los que sí hicieron el trabajo.
Cartman: Cállate. Sí lo he hecho.
Stan: Venga ya.
Selastraga: Veo que muchos habéis pasado de hacerlo, ¿creéis que ésto no cuenta como nota? Todos los que no la habéis hecho tenéis un punto menos en el próximo examen.
La clase se llenó de gritos reprochando ese punto menos, injusto para algunos, muy justo para otros. A mí la verdad es que me daba bastante igual. Un punto menos, un punto más. Gracias a Dios, la clase fue interrumpida por el sonido de la puerta de la clase abriéndose. Y por ella pasó una chica.. Una chica con dos trenzas que entrelazaban su rubio cabello. Con unos ojos azules que encandilaron a toda la clase. ¿La chica nueva?
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Hola :3
Aquí os dejo el primer capítulo que he hecho de esta fanfic. Espero que os guste. No quiero que os guiéis por el hecho de que sea sobre South Park, porque lo único que tiene en común con la serie de televisión, son los personajes. La historia es completamente distinta.
Espero que os haya gustado y os quedéis hasta el final.
¿Podéis compartirlo? ¡Pásalo a todos tus amigos si te gustó!
Mi Twitter: @accionialler_
Muchas gracias y muchos besos plastantes ^u^.
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