Eres Mia

By doncellablanca

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*NO SE ACEPTAN ADAPTACIONES DE NINGÚN TIPO* Emiliana, una chica como cualquier otra, solo su triste pasado la... More

Capitulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capitulo 11
Capítulo 12
Capitulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capitulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capitulo 27
Capitulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capitulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capitulo 40
Capítulo 41
Un poco de otra historia...
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capitulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capitulo 55
Final.
Epílogo
Especial
Agradecimientos

Capítulo 16

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By doncellablanca


Alan

El lunes había roto con mi rutina de llegar sobre la hora a la primer clase, con la esperanza de ver a Emi, pero fue en vano. No había logrado encontrarme con ella.

Las clases parecieron eternas, las agujas del reloj parecían resistirse a moverse y los monólogos de los profesores me parecían aburridos.

—Ya basta—me susurro Roman a mi lado.

Deje de golpear la mesa con la birome por tercera vez.
Odiaba ser tan ansioso.

—¿Por que no le mandaste un mensaje?

—No tengo su número.

Hice una mueca, el estúpido de Tylor se había negado a darmelo.

—Tylor es un idiota.

—¿En verdad? Tu sales con ella y no le pides su número pero el idiota es Tylor. Si tiene mucha lógica.

No respondí, tenía razón el idiota era yo.

La campana sonó y guarde mis cosas rápidamente.

Pronto salimos junto a Nahuel y Tobyas, Tylor nos esperaba afuera con una sonrisa.

—¿Por que tan feliz?—le preguntó Nahuel.

—Tengo una cita.

—¿Y es diferente al resto por?

—Por que me gusta, de verdad, me costo mucho conseguirla, no la cagare.

Caminamos hacía el comedor, salude algunas personas en el camino y pronto la vi.

Había estado tan cerca de ella que podía reconocerla desde cualquier ángulo.

—¡Pero si son Cyborg, Raven y Starfire! ¡Atrás de ustedes esta su lider, Robin!

Mire a Tylor para que me explicará aquello que había dicho, pero me ignoró pues estaba con su móvil en la mano.

—¿A quien le has mandado ese audio?—preguntó Nahuel riendo.

—A los jóvenes titanes—dijo riendo mientras señalaba con la barbilla hacía Emi.

Vi como sacaba su móvil y lo acercaba a Val y Sasha, luego los rieron mientras miraban donde estabamos.

—¿Tienen un grupo de whastapp?—pregunte un poco molesto por que no me lo contará y no me agregara.

—Tranquilo primero quería que hablas con Emi, Chico Bestia.

—¿Por que los jóvenes titanes?—no pude evitar preguntar.

—Me declaré el lider al crear el grupo, y Emi me comparó con Robin y el resto es historia. Esa mujer ama los dibujos animados.

—Y las películas.

Pronto los tres estaban de nosotros.

—Chicos ellos son Val, Sasha y la chica de Alan Emi.

—¡Tylor!—dijo Emi con las mejillas rosadas.

—Ellos son Nahuel, Tobyas y Roman.

Me quede parado viendo como saludaba a mis amigos, ella era hipnótica.

Cuando me miró me sentí mal, el sentimiento de culpa me invadió.

Ella había necesitado a alguien el viernes y me había elegido. Había permitido que la consuele, que la vea rota, con miedo, sin ninguna pared a su alrededor.
Y yo lo hice, pero luego desaparecí. Lo del número de móvil era la peor excusa, yo conocía donde vivía podria haber pasado por allí.

—Hola Alan.

Su voz era dulce y me encanba como pronunciaba mi nombre.

—Emi.

En un intento estupido intenté besarla pero ella giro sutilmente la cabeza haciendo que mis labios toquen la comisura de boca.

Levante la vista, todos nuestros amigos nos miraban.

—¿Vamos al comedor?—preguntó Roman intentando ignorar aquello que vieron.

—Nosotros iremos a comer a unas pocas calles de aquí—dijo Sasha—Val vio un lugar de comida mexicana.

—Pero no llegaran para cursar.

—¿Ustedes no ven la cartelera antes de entrar?—preguntó Val, todos negamos—no hay clases luego, los profesores tienen un congreso y se aplica en todas las carreras.

—¡Si! Me has alegrado el día Raven, bien hecho—dijo Tylor—¡Vayamos por esa comida mexicana!

Caminamos todos, Roman, Nahuel y Tobys pronto se encontraron a gusto con Sasha, Val y Emi todos hablaban y reían, todos menos yo.

—¿Te encuentras bien?—preguntó una dulce voz a mi lado.

En ese momentos quise abrazarla, besarla y caminar de su mano.

—Quiero hablar contigo—le dije mientras la tomaba y la alejaba más del grupo.

—¿Sucede algo?

De manera natural ella enlazó sus dedos con los mios y me dio su dulce mirada que tanto me gustaba.

—Yo no quiero que pienses que juego contigo.

Su mano intento alejar su mano de la mía, pero no deje que se aleje.

—A mi no me gusta que me usen.

—Y no lo hago preciosa.

—¿Entonces por que me das explicaciones?

—Por que fui un idiota. Estuve contigo, después desaparecí, tus amigos me encontraron en un baile con una amiga...

—Por lo que me dijeron parecía más que una amiga.

—Anabell es alguien de mi pasado.

Sus manos se alejaron de mi y puso distancia entre nosotros.

—Alan nosotros no somos pareja, no nos hemos prometido exclusividad, pero no me gusta el doble juego, el mostrarte conmigo públicamente por todos lados y luego que te vayas con la primera que se te cruza.

—No es así—la tome del rostro  haciendo que me mire—tu me gustas mucho.

—Y tu me gustas—suspiro.

—Pero...—dije adelantandome.

—Pero me cuesta confiar, y esto no me ayuda.

Los dos seguimos caminando lentamente en silencio, mucho mas alejados del grupo.

—Mira nosotros dos no somos pareja y tienes todo el derecho de estar con otras personas—me miro—Así cómo yo también puede estar con otras personas y no tendría que darte explicaciones.

Tenía razón nosotros no somos nada.
Pero en la cabeza me daba vueltas una frase yo también puede estar con otras personas.

La idea de ella con otro hombre besándola, tocandola, el solo hecho de que ella dé sus hermosas sonrisas a otro hacía que mi pecho arda.

—Pero si seguiremos así no quiero mostrarme públicamente con una persona, creo que es importante que aclaremos esto para no generar situaciones incómodas como...

—No—dije cortando su discurso.

—¿No?

—No quiero que estes con otras personas.

—¿Quien crees que eres para decidir por mi?

—Soy el chico que esta loco por ti.

Emi se quedo en silencio, mirándome y una pequeña sonrisa asomó a sus labios.

Sin ser capaz de contenerme besé su mejilla suavemente.

—Emiliana me encantaría que estes en mi cabeza y así comprendas lo que me sucede contigo.

—¿Que es?

—Algo nuevo, confuso, pero hermoso.

—Creó que lo entiendo.

—Quiero estar contigo Emi, públicamente sin nadie más en el medio de nosotros, quiero poder presentarte como mi pareja.

Arriesgandome la tome del mentón y le di un corte beso en los labios.

—Quiero que seas mia y yo ser tuyo.

—No sé si me gusta esa posesión, me gusta ser libre.

—Siempre serás libre preciosa, jamás cortaría tus alas que me encantaron, odiaria verte marchitar por algo que yo hago.

Acaricié su rostro, y bese la punta de su nariz.

—Pero quiero que compartas tus alegrías conmigo, tus tristezas, tus locuras, quiero besarte sin temer que sea incorrecto, y quiero mostrarte el mundo de mundo de mi mano. Quiero que todo tu ser sea compañero del mio, quiero que seas mia Emi.

Jamás me había esforzado tanto por mostrar mi punto de vista, no era algo posesivo, o quizás un poco sí, pero quería que ella lo entendiera, jamás podría cambiar algo que me haya gustado de ella.

Ella se quedo en silencio, parecía nerviosa.

—¿Estas bien?—pregunte.

—No lo sé, estoy confundida—me sorprendió aquello—estabamos aclarando nuestra relación a base de lo del sábado y me terminas pidiendo que sea tu novia ¿Entendí bien?

—Perfecto ¿Que te hace dudar?

—Jamás lo entenderías—respiro hondo—necesito tiempo para pensar todo esto.

—Esta bien—le dije incapaz de aceptar una negativa.

—Me gustas Alan, pero tengo que estar segura, por mi, por ti, por nuestra relación.

—Te entiendo Emi. ¿Estamos bien?

—Mientras seamos sinceros y claros estaremos bien.

—Entonces estamos bien—afirme.

Besé sus labios, me encantaba sentir la suavidad de los suyos.

—Solo una cosas más —susurré sobre su boca—quiero tu número de móvil.

Al llegar al pequeño lugar de comida nadie preguntó nada, tampoco se asombraron de vernos tomados de la manos.

—Ya hemos pedido para ustedes—me informo Tylor.

—Última semana, luego receso invernal—dijo Roman—cuanto me hacia falta ¡Dormire más horas!

—¿Que harás tú?—le pregunté a Emi.

—Iremos la primer semana a la playa con Val y Sasha, después dormire—respondió encogiéndose dse hombros.

—¿Playa en invierno?—preguntó Tobyas.

—¿Te vas?—pregunte.

—¿Se van a la playa y no me invitan?¡Los odio!—dijo Tylor.

—Es un viaje que organizamos antes de conocerlos a ustedes—dijo Val—no cambiaremos nuestros planes.

—Asi que no te veré por una semana—le dije a Emi—entonces tendrás que salir el fin de semana conmigo.

—Me parece perfecto.

(...)

La semana paso entre el cansancio del cuatrimestre, las caras ansiosas por entregar a término los trabajos y los nervios de los últimos parciales.
Pero el viernes la alegría reinaba en aquél lugar.

Mi plan de fin de semana era perfecto,  quería llevar a Emi afuera de la ciudad, un pequeño pueblo donde su mayor atracción era el lago natural rodeada de vegetación. Lugar donde algunos practicaban la pesca y donde otros, como yo, solíamos acampar.
Era perfecto, pero había olvidado de un detalle, era invierno. Y no solo hacía frío, el clima parecía haberse puesto en mi contra y el viernes a la tarde comenzó a caer grander lluvias.

—¿Me creerías si te dijiera que tenía un gran plan para los dos?

—Te creo Alan ¿No me dirás cuál es?

—No, podemos hacerlo otro día.

La escuché reír a través del móvil y el calor se extendió por mi pecho.

—De verdad quería verte antes de tu viaje.

—Se cancela un plan y ya piensas en no verme, que rápido te rindes.

—Nunca, pero quería hacer algo especial.

—¿Por que? No hace falta que hagas algo extraordinario, con que estes a mi lado basta. Te espero mañana en mi casa te mostraré mi punto.

—Emi.

—Nada Alan, ven a mi casa. A partir de las diez estoy despierta.

Eran las diez y siete minutos cuando toque el timbre de su departamento.

La lluvia caía intensamente, sentí alivio cuando la puerta se abrió.

—¡Buen día!

Me sorprendió ver a Emi en la puerta con una bata lila que llegaba a mitad de sus muslos, se la veía tan feliz.

—Buen dia Emi.

Sin contenerme avance sobre ella y la bese como no lo había hecho en estos días. Me encanto sentir que ella deseaba esto tanto como yo.

—Pasa—susurro sobre mis labios y tiro de mi mano para que la siga—te hice el desayuno.

Aquello me sorprendió púes no le había dicho a que hora vendría.

—Imagine que querías estar conmigo como yo quiero estar contigo—dijo tomando una taza de café.

Mientras se sonrojaba mi pecho se apretaba ¿Siempre voy a sentirme asi por todo lo que me dice?

Me acerque y la envolví en mis brazos, no había palabra para describir lo que sentía en aquel momento.

—Te quiero—suspire y pronto me tense al darme cuenta lo que había dicho.

Rogué por que Emiliana no lo haya escuchado, si no estaba lista para una relación menos lo estaría para esto.

Ella no dijo nada, tampoco se tenso y agradecí por que no lo escuchará.

Pero era verdad, la quería.

—Vamos a desayunar.

Era fácil querer a Emi, su sonrisa, su belleza, su sencillez, su bondad, su alegría y sus movimientos te atrapaban. Incluso su voz era atractiva.

—¿Donde está tu televisión?—pregunte cuando dijo para mirar una serie.

—En mi habitación, pense que sería mejor que estar en el sillón. No es cómodo.

Emi y yo en una cama todo el día, era un plan difícil de rechazar.

—Perfecto.

La vi entrar al baño y luego salió con un pantalon corto y un buzo.

Me dirigió a su habitación y me encantó.
Todo era tan delicado como ella, incluso el amarillo de sus paredes. Todo estaba limpio y ordenado.

Me sente en la cama y reí al ver que se tiraba como niña y se abrazaba a la almohada.

—Podría quedarme dormida a mitad de algún capítulo —me avisó.

—Entonces seremos dos.

Me acoste a su lado luego de quitarme las zapatillas y puse la serie que me había indicado.

Me sorprendió ver la imaginación que habían tenido los productores hacerca de los cuentos de los Hermanos Grimm. Me encantó para mi sorpresa.

Emi se había acomodado sobre mi abdomen y respire hondo al sentir el calor de su cuerpo.

Mi mano acariciaba distraídamente su cabello y luego la dirigí hacía su delicado cuello.

Ella alzo su mirada, me encantó la intensidad de sus ojos al ver los mios.

Me debatía si besarla como deseaba en ese momento o si solo darle un pequeño beso e ignorar lo que sentía.

Toda duda se eliminó cuando Emi se acerco a mi y beso mi labios dejando una pequeña mordida en ellos.
La tome y  acomodé sobre mi, volví a besarla, con más intensidad acariciando sus piernas desnudas.
Una de sus manos fue a mi hombro, la otra a mi cabello guiandome, sosteniendome cerca de ella, evitando que me alejará, como si pudiera.

Mis labios querían probar más, fui besando su mejilla, su mentón, llegue a su cuello y sentí enloquecer. Tenía un olor dulce adictivo con un toque de limón.

Pronto su buzo desaparecio y mordí mis labios para no gemir.

Emi me tomó del rostro para besarme de forma salvaje, como nunca lo había hecho.

Mis labios ahora deseaban probar esa parte de Emi que esta detrás de la fina tela de su muculosa.

Mis manos se dirigieron a su espalda para acercarla a mi, mis labios volvieron a recorrer su cuello hasta llegar al comienzo de sus pechos. Pase mi lengua por el centro de ellos, y sentí a Emi temblar.

Sentí que en ese momento podía morir feliz, lograr aquella intensidad y ver a Emi disfrutar era simplemente mucho más de los que podía imaginar.

Lentamente me acerque a su pecho derecho y morí de placer cuando ella gimió al sentir mis labios sobre su cuerpo.

Una de mis manos viajó hacia su otro pecho, acariciándolo, intentando imitar los movimientos que hacía con mi boca.

—Alan—dijo Emi y yo seguía concentrado en mi tarea—Alan espera—me pidió pero su mano me sostenía contra ella—por favor.

Suspirando me aleje y luego de darle un beso en el medio de sus pechos subí su musculosa.

—¿Esta todo bien?—le pregunte cuándo se apoyo en mi hombro, escondiendo la cabeza, pronto la sentí temblar—¿Que sucede Emi? Habla conmigo ¿Te lastimé?—ella negó con la cabeza—¿Entonces que sucede? ¿No te gustó?

—No es eso—respondió y por el tono de sus voz sabía que estaba llorando.

Intente alejarla para verle el rostro, pero no me dejaba.
En un movimiento rápido nos giré y quede sobre ella. Tome sus manos que estaban aferradas a mi cuello y las aleje de mi.

—Habla conmigo—le pedi—No sabía que era tan malo como para hacerte llorar.

Ella rió y me miro.

—Yo no quiero que tengas mala imagen de mi.

Aquello me confundió.

—¿Por que dices eso?—le pregunté mientras limpiaba las lágrimas de su rostro.

—Por que te pedí tiempo para responderte por que no estaba segura sobre tener una relación ¡Y luego pasa esto! ¡Y lo peor es que lo empecé yo! ¡Que vergüenza!—se tapo el rostro y yo hice todo lo posible para no reír.

—Linda no tienes que tener vergüenza, me encanta saber que tu sientes las mismas cosas que yo. Emi el título es una formalidad, lo importante es los acuerdos que tengamos nosotros en nuestra intimidad y que sean respetados.
Jamás podría pensar mal de ti por esto, al contrario, me encanta saber que mi atractivo ser te enloquece.

Ella rió mientras negaba con la cabeza.

—Pero esto va encontra de todo lo que me enseñaron sobre una relación. Es confuso.

—No negaré que te deseo, mucho pero quieres ir despacio, lo comprendo y te esperaré, respetaré tu tiempo preciosa.

—Pero no se cuál es mi tiempo Alan,  quiero ir viendo a medida que nuestra relación avance, quiero que fluya todo. No quiero presionar nada. Solo me dio miedo los sentimientos tan intensos hacía ti. Nunca sentí nada igual antes.

Si había una forma de decir te quiero, sin nombrar esas dos palabras, era esta.

—Yo tampoco sentí nada igual antes.

En ese momento no había mas nada que decir.

Me acoste sobre su pecho y disfrute el sonido de su acelerado corazón.

Cuando la noche cayó ambos estabamos satisfechos por la comida, y con la vista cansada debido a la televisión.

Emi se acostó sobre mi pecho, envolviéndome con su mano.
Acaricié su cabello mientras sentía que el sueño me ganaba.

—¿Hacia falta algo extraordinario?—preguntó Emi bostezando.

—No, con que estés a mi lado basta.

Le di un beso en los labios y pronto me dormí.

El ruido de la puerta me levantó, aún era de noche y pronto vi la luz del baño prenderse.

Cerré los ojos para volver a dormir y luego de un rato sentí el cuerpo frío de Emi aferrarse al mio.

Sus dedos recorrieron, muy lentamente, desde mi frente hasta mi mentón.

Seguí haciéndome el dormido púes no quería interrumpir sus caricias.

Su dedo índice siguió bajando por mi cuerpo, desde mi cuello hasta el inicio de mi pantalón, tocando cada parte de él.

—Ruego que nunca me lastimes, no podría soportarlo, no de ti.

Tomo todas mis fuerzas no levantarme y preguntarle por que me decía aquello.

Sentí un beso en mis labios y pronto la sentí reír.

—Y yo también te quiero Alan, te quiero mucho.

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