Actuando para él [APE #1]

By writerspain32

224K 2.9K 292

¿Qué diríais si os cuento cómo la vida de una actriz no conocida da un vuelco porque alguien encuentra un ant... More

REPARTO
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Traslado

Capítulo 1

19.4K 633 39
By writerspain32

Me despierto con el bello sonido de mi despertador, que suena como una bella golondrina cantando a sus polluelos al amanecer, posada en la rama de un cerezo... MENTIRA. Este artilugio del diablo suena como si alguien pasara las uñas por una pizarra. Precioso sonido, ¿verdad? Pues con eso me levanto a diario. 

Me siento en el borde de mi cama de edredón azul turquesa y poso mis pies en el frío suelo de madera, dando un respingo cuando la piel caliente de mis pies entra en contacto con éste. Rápidamente, me recupero y emprendo mi camino hacia la cocina, en la que realizaré la dura tarea de, desayunar. Bajando las escaleras, vislumbro a mi hermano deambulando por la planta baja con el pelo despeinado y con cara somnolienta.

No tiene pinta de haber dormido mucho, como es habitual en su aspecto todas las mañanas, y por ello, decido iniciar una conversación tranquila con él mientras me preparo el desayuno.

-Buenos días, pelo-paja -le saludo, aludiéndole con el apodo que suelo utilizar cuando está despeinado.

-Buenos días, cabeza-bombo -me responde con una media sonrisa, que contrasta con su voz grave y matutina.

-Idiota. -Ambos sabíamos que aquellas palabras no iban a terminar en ninguna parte, pero éso no es excusa suficiente como para dejarnos ganar.

-Mira, eso es algo que heredamos los dos. -Mierda, debí verlo venir.

-Cállate -le espeto, arrugando la nariz y frunciendo el ceño mientras vierto leche en una taza, de la cual, la mitad termina derramada por la encimera gracias a mi carencia coordinación por las mañanas.

-Dios, qué inútil eres -bufa, observando de reojo cómo limpio con una servilleta el charco de líquido blanco que ha quedado sobre el granito, y, su comentario hace que me tenga que reprimir las ganas de lanzarle la servilleta a la cara. ¿Qué mierda? Al final el trozo de papel mojado ha terminado en medio de su rostro, manchando también parte de su pelo. 

Cuando en mi plato no quedan mas que unas migas y un par de trozos del desayuno que portaba antes (que, gracias a mi querido hermano Marco, han terminado en el suelo), me levanto y, con un frío que parte de mis pies al rozar el suelo, recorro la estancia y deposito el plato, junto a mi taza, en el fregadero, dejando al pelo-paja en la cocina mientras yo me dirijo a mi habitación a duras penas, aún con el sueño batallando con mi cerebro en el interior de mi cabeza.

(...)

-¡CLARA!¡NOS VAMOS!¡YA! -Ya vestida, y totalmente arreglada, me acerco a mi escritorio de nuevo, con los chillidos de mi hermano de fondo, como música para mis oídos, mientras guardo algunas cosas más en el interior de mi mochila, como de costumbre.

-¡YA VOY! -grito al mismo volumen que él en cuanto mi pie pisa el primer escalón, en dirección a la entrada, encontrándomelo apoyado en el marco de la puerta, jugueteando con las llaves del coche entre sus dedos.

-¿Ya, tardona? -pregunta, irguiéndose en su lugar en cuanto se percata de mi presencia con cara de irritación profunda y lastimera.

-Si, impaciente -le respondo, empujándole con el hombro al pasar junto a él de camino al coche.

-¿Adónde, señorita Rodriguez? -dice, con un acento británico muy falso, fingiendo ser un chófer, cuando ya hemos entrado en el automóvil.

-Al instituto Franklin, señor -contesto conteniendo la sonrisa y con un tono de voz agudo y educado, mientras él, asintiendo, pone las manos al volante con gesto serio.

-Lo que usted ordene, madame -finaliza arrancando el coche en dirección a esa cárcel penitenciaria, y con él, una carcajada por mi parte.

Al llegar a nuestro destino, siento una gran oleada de alegría al bajar del coche, pudiendo observar como mi mejor amiga, Eva, se encuentra sentada con la espalda contra el tronco de un árbol, totalmente centrada en un libro de texto depositado sobre sus muslos y con ello, vulnerable. Aprovechando la oportunidad, me aproximo a ella con el sigilo de un gato hasta terminar a dos pasos de ella, en el lado contrario del árbol en el que ella está apoyada.

Chillo a pleno pulmón mientras, en un gran salto, aparezco a su lado, haciendo que, a parte de ella, algunos estudiantes me miren como si me estuviese saliendo espuma por la boca como a un animal con la rabia, pero, lo mejor de la situación, es el momento en el que Eva, con el corazón como un caballo desbocado, lanza el libro por los aires mientras masculla una serie improperios de forma atropellada, haciendo que estalle en carcajadas hasta que tengo que parar a la fuerza para que mis pulmones vuelvan a coger aire.

-Eres idiota -dice, sin enfado, justo antes de que el sonido del timbre invada los oídos de todos los alumnos presente y vayamos hacia el aula correspondiente a la asignatura que nos toca.

(...)

-Y gracias a ello, podemos conocer el valor de la incógnita... -La voz de mi profesor de matemáticas suena, para mis oídos, como si estuviese hablándome tras un cristal, mientras que yo fijo mi atención en la pantalla de mi teléfono, donde leo un mensaje de una empresa de telefonía móvil que me quiere en uno de sus anuncios.

-Eh, Rodríguez -Ignoro por completo la voz de mi compañero de atrás llamándome, con la intención de terminar la respuesta lo antes posible, y con ello, que las posibilidades de que mi profesor me vea y me castigue por enviar mensajes en clase disminuyan, pero eso se hace imposible en cuanto los bolígrafos comienzan a volar, como proyectiles lanzado por Manuel Peña, el chico que se sienta a mi espalda, mientras sigue llamándome.

Ya está. Enviado. Ahora toca solucionar el problema situado detrás mío.

-¿Y a ti qué te pasa? -pregunto, girando mi tronco para poder observarle con mayor claridad. Se encuentra aburrido, despatarrado en su mesa, con la barbilla apoyada sobre uno de sus brazos y, con el otro, preparando un lapicero que tenía planeado lanzar hacia mi persona.

-¿Con quién hablabas? -inquiere, haciendo que su tono de voz se parezca al de una vecina cotilla, intentando encontrar secretos suculentos sobre la gente que la rodea.

-¿Acaso te imp... ? -comienzo a decir, pero la voz grave y rasposa del señor Tosca, que se encontraba impartiendo su lección diaria en la pizarra la última vez que lo miré, me interrumpe antes de que pueda terminar la frase, para mi fastidio.

-Señorita Rodríguez, señor Peña, ¿desean compartir algo con la clase? -Niego con la cabeza, tragando saliva de forma sonora, mientras que Manuel, indiferente, se encoge de hombros-. Entonces, para no interrumpir mi clase, vayan al pasillo a terminar su conversación, si no les importa -sentencia, dando por finalizada la clase de matemáticas, por el momento, para mi compañero y para mí. Antes de levantarme, me planteo replicarle que no es por mi culpa, pero me callo al momento. El señor Tosca no es famoso por ser comprensivo, la verdad.

Ya en el pasillo, me siento en uno de los bancos de madera sin respaldo que están situados de forma paralela contra ambas paredes, a unos metros de la puerta de nuestra clase que acabamos de traspasar. Manuel y yo nos sentamos en lugares diferentes, uno enfrente del otro y separados por unos pasos de distancia. Por unos segundos, lo observo, tumbado boca arriba con la vista fija en el techo y las rodillas en el borde del banco, debido a que su altura supera con creces la longitud del banco. Su rostro zen se asemeja al de un bebé en los brazos de su madre: totalmente seguro de que nada le va a suceder.

Serena, tranquila, apoyo la nuca contra la pared que se encuentra a mi espalda y cierro los ojos, observando la negrura levemente teñida de rojo de mis párpados, debido a la luz que los traspasa, hasta que la molesta voz de Peña se cuela en mis oídos como una mosca, sin permiso, turbando la paz que reinaba entre nuestros cuerpos.

-Y... ¿Qué tal tu vida? -pregunta, mirándome con una sonrisa socarrona desde su lugar, mientras yo abro los ojos sin poder creerme que esté hablando en serio.

-¿Estás de broma? -digo, mirándole con ambas cejas alzadas. Apenas hemos cruzado un par de palabras en los años que llevamos de instituto, ¿y ahora quiere que le cuente mi vida?

-No. Algo habrá interesante en tu día a día. No serás tan aburrida como yo pensaba -cotillea, acomodando el tren superior de su cuerpo para poder mirarme.

-Tú tienes que estar vacilándome. -Al ver que que él niega con la cabeza, apoyando el mentón sobre sus manos entrelazadas, en un intento de reflejar inocencia mientras me observa con sus ojos castaños, curiosos y brillantes- Pues nada, que el gorila de mi compañero de atrás ha hecho que me saquen de clase, ¿y tú? -La verdad, hablar con él seguramente sería más interesante que analizar el recorrido de vuelo de las moscas.

-Ah, nada interesante, o por lo menos sobre mí -dice, encogiéndose de hombros mientras cambia de posición y me observa fijamente, sentándose de forma similar a mí.

-¿A qué te refieres? -pregunto, bajando la cabeza para mirarle directamente a los ojos, mientras él saca el móvil de su bolsillo y comienza a teclear en él.

-A ésto. -Alza el móvil para que yo pueda verlo, aunque aun así tengo que levantarme del banco para poder observar bien el vídeo que ha buscado en una página web de Google con apenas cinco visitas, y, en cuanto lo reconozco, me quedo petrificada.

-¿Cómo lo has conseguido? -pregunto, sintiendo como un arrebato de ira empieza a recorrer, ardiente, mis venas al ver como su sonrisa egocéntrica se alza. Ése vídeo debería haber dejado de existir.

-Tengo mis contactos -dice, burlándose de mí con la mirada, mientras, lentamente, voy aproximando cada vez mi rostro más al suyo.

-Pues dile a tus contactos que lo entierren otra vez en el agujero de donde lo han sacado. -espeto, sintiendo que, como mantenga esa cara de superioridad ante mis ojos algo malo va a pasar.

-Hm... Vale, -Hace una pausa, en la que me quedo observándole con mis ojos verdes más chispeantes que nunca, sin poder creerme las palabras que brotaban de su boca- a cambio de algo. -Ahí está lo que yo me esperaba.

>Vas a ser mi sirvienta... -comienza a decir en tono burlón, haciendo que yo, al ver que la seriedad se ha esfumado del pasillo, y con ello, mi paciencia.

-Adiós -le espeto, alejándome de él para intentar volver a entrar en el aula de matemáticas. Muy decidida, pongo la mano en el pomo de la puerta, con la intención de girarlo, o por lo menos hasta que un brazo rodea mi cintura, subiéndome al hombro del que llego a reconocer como Manuel, como si fuese un saco de patatas, y observo la espalda y las piernas del gorila que me porta recorrer las baldosas del instituto mientras me retuerzo como pez fuera del agua, haciendo que sus trabajados brazos me tengan que sujetar con extremada fuerza para no liberarme de su agarre, hasta que, cuando mis piernas ya se comienzan a cansar de darle rodillazos en el pecho y abdomen, me deja con extraña delicadeza en el cuarto de limpieza, cerrando la puerta tras de sí.

-¿Y qué te crees que estás haciendo? -le pregunto, mas bien queriendo decirle "¿Y por qué no estás dejándome en paz ya?".

-Quiero hablar contigo -dice, apoyando su ancha espalda contra la pared al percatarse de los planes de huida que pasan por mi mente.

-Ya, pues yo no. Aparta, gorila con cara de mono. -Apenas unos minutos que empezamos nuestra primera conversación mínimamente larga, y ya se me habían quitado las ganas de volver a tener otra en lo que me quedaba de existencia.

-No me importa que tú no quieras, preciosa -se inclina hacia delante y se agacha hasta quedar a mi altura, con su rostro a centímetros del mío- ¿O acaso quieres que todo el instituto vea tu anuncio?

Suelto un bufido, reprimiéndome las terribles e incesantes ganas que tengo de escupirle en la cara, ahora que está tan cerca y acertaría de lleno. La verdad, es que mis deseos para que más personas, a parte de él, vean el vídeo, son bastante inexistentes.

-¿Y qué tengo que hacer? -pregunto, reflejando mi exasperación en un largo suspiro mientras le miro a los ojos, viendo como se achinan levemente al sonreír.

-Haz todo lo que yo te pida.

~~~~~~~~~~

Capítulo 1, ¿qué os ha parecido? Votad y comentad si queréis saber como seguirá esta historia. ¿De qué será el anuncio del que habla Manuel?¿Que le pedirá a hacer a Clara? Que creéis, ¿sigo con la historia? Comentad❤

Continue Reading

You'll Also Like

537 57 19
¿Quien dijo que uno no se puede enamorar del diablo?💖😈 Así es chicos yo me enamore😍 Quedé perdidamente enamorada, ¿Está mal lo que hago?😬 Que más...
4.4M 493K 78
Giselle ha estado enamorada de Arthur desde que tiene memoria. Arthur es un chico muy guapo y talentoso. Conforme Giselle crece, su enamoramiento...
1.3K 61 20
Un poco más de nuestro dúo caótico de amantes favorito. ¡Sylkie por todos lados! Continuación del final de la temporada 2. ¿Ravvona esta viva? ¿Y si...
20.4K 2.7K 24
[Pausada] La paz ha vuelto al Territorio Violeta, pero para Daraley todo es caos. Además de lidiar con la responsabilidad de ser la hija de la amada...