-Entonces... -Pregunté acercandome a ella.
-Estás perdonado -Sonrió.
-¿Eso quiere decir que no terminamos? -Pregunté tomando su cintura entre mis manos.
-No, Christian, no terminamos -Puso sus manos sobre mi cuello.
Me acerqué más a ella para besarla, pero ella corrió su rostro, yo la miré extrañado.
-No besaré los mismos labios que besó ese engendro del demonio -Rió y yo reí junto a ella.
Bajamos las escaleras riendo y antes de llegar a la sala pude escuchar a Emily gritar.
-¡Que asco tía, nunca me enamoraría de Christian!
Llegamos a la sala y nos sentamos frente a Emily y mi madre.
-Disculpate con Mackenzie -Le ordenó mi madre.
-Tía -Se quejó Emily.
-Te he dado una orden, Emilia.
-Lo siento, Mackenzie -Dijo a regañadientes.
Mi madre sonrió complacida y corrió a la cocina a prepararle bocadillos a Mackenzie. Si, cada vez que viene le prepara comida.
-Aclaremos algo, no seremos amigas -Dijo Emily cruzandose de brazos.
Mackenzie rió a carcajadas.
-Créeme cariño, nunca tendría a una amiga como tú -Escupió.
-Esa es mi chica fuerte -Le susurré al oído. Ella rió y me dió un corto beso en los labios -. Te amo Burbujita.
-También yo, Ramón.
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Última parte. ¿Acaso no son tiernos?