"Me encontraba en una playa, tumbada en la arena observando el mar , me sentía tranquila, adoraba el mar porque era algo misterioso, nadie sabía que se podía encontrar , podían haber infinidades de especies de animales. El sol se estaba poniendo, era una de las puestas de sol mas bonitas que había visto, el cielo anaranjado pintando el agua. No había otra cosa que reflejase mas tranquilidad que el agua. Me hacía estar deprimida y a la vez contenta.
En mis manos sostenía una bebida que a decir verdad no sabía que era pero sabía muy bien. Miré a la derecha y me encontré con un hombre muy apuesto, musculosos, de cabello negro y ojos verdes. En ese instante me subió a sus brazos, mi bebida se derramó sobre la arena, me llevaba a algún lugar . íbamos hacía el faro. Cuando llegamos me dio la impresión de que me iba a besar pero en ese momento aquel muchacho ,de no más de 25 años , empezó a decir mi nombre, pero su voz no sonaba muy varonil, sonaba como una mujer, me recordaba a alguien, no se donde había oído esa voz..."
-¡Chris!
De un salto me levanté. Todo había sido un sueño. Estaba cansada, quería seguir durmiendo, pero aquí estaba mi madre gritándome. Miré la hora, eran las 6:00 de la mañana. No tenía porque levantarme a estas horas.
-¡Es el día! -Dijo mi madre entusiasmada- Vístete anda.
Entonces salió por la puerta. Recordé que hoy me iba a ir a el internado Sea like home. No tenía ganas de dejar a mis padres, pero si de viajar. Fui a ducharme lo mas rápido que pude porque no quería llegar tarde. Me vestí con una camisa negra, unos vaqueros y mis zapatillas. Después bajé al comedor donde se encontraba mi madre con el desayuno ya preparado. Me senté frente a ella y comencé a tomar mis cereales.
-¿Ilusionada?-Me preguntó
-No sé...
No tenía muchas ganas de hablar la verdad, estaba cansada y adormilada. Cuando acabé mi desayuno subí arriba a revisar las maletas y que no me dejaba nada porque hasta dentro de unas semanas no llegaríamos a ninguna ciudad. Recogeríamos gente de varios puntos de mundo pero yo saldría desde Escocia, siempre que comentaba que era de allí todos decían que era raro no ser pelirroja. Ya revisé todas mis maletas y las bajé al recibidor. Allí esperé a que mi madre estuviese lista para irnos. Mientras tanto llamé a mi mejor amiga Diana, ella si que era pelirroja.
-¡Hey! -La saludé animada
-¡Hola Chris! -Contestó ella, de fondo se escuchaban demasiadas voces - Estoy aquí desde hace un rato, ¿ cuándo venís?
- Enseguida, estoy esperando a mi madre y ya salimos para allá.
- Vale, no tardéis aquí hay bastante gente ya.
- Bueno, hasta luego. - Me despedí en cuanto vi a mi madre aparecer.
Fuimos hasta el coche que estaba aparcado en la entrada, me senté en el asiento del copiloto y salimos rápidamente para el puerto. No llegábamos tarde, era la hora justa. Allí estaría mi padre esperándome. En unos 5 minutos habíamos llegado. Había mas gente de la que me esperaba, estaba todo lleno de jóvenes abrazando a sus familiares y amigos. Me reuní con Diana y mi padre, ya tenía el pasaporte en la mano y las maletas preparadas para subirlas. No sabía como sentirme ahora, estaba todo confuso en mi cabeza.
Suspiré cuando llegó la hora. Abracé primero a mis padres a la vez.
- Os echaré de menos, espero veros algún día y prometo que llamaré todas las semanas al menos dos veces. -Dije en un tono triste pero con una gran sonrisa en la cara.
Ellos no dijeron nada y se limitaron a asentir. Verlos llorando me destrozaba. Yo comencé a notar un nudo en la garganta y mis ojos estaban envueltos en lágrimas. Sin decir nada mas me acerqué a Diana y la abracé y sin soltarla dije:
- Te voy a echar muchísimo de menos, tus consejos, tus locuras, tus historias.... Quiero que sepas que para mi has sido una hermana. Te quiero.
La oí sollozar en mi hombro y decir unas palabras inentendibles. Ahora si, me tenía que ir, solté un largo suspiro y les dije:
-Adiós.
-Adiós -contestaron los tres al unísono- Te echaremos de menos.
Entonces subí al barco en el que pasaría meses.