Capítulo 15:
Me encontraba en mi cama mirando hacia el techo sin saber qué hacer ni en que pensar, lo que sebastian me había contado era... no sabría describirlo, no sé si es perturbador o escalofriante, extraño o una coincidencia, un malentendido o una realidad. Luego de tener tantas dudas, creí que al hablar con mi mejor amigo me sentiría más plena, pero al parecer me equivoque, por que ciertamente en ese momento me sentía más enredada que nunca.
En cuanto sebastian comenzó a narrar el "tan anhelado secreto" tarde un par de minutos en ordenar mis ideas y darles el mayor sentido posible.
-estas diciéndome, que durante el tiempo que estuviste en tu otra escuela, antes de llegar a conocerme. ¿Max era tu amigo?
-fuimos amigos alrededor de 5 años. Él era un buen chico en cuanto lo conocí, teníamos confianza y éramos muy buenos compañeros. Él tenía problemas en su familia ya que su madre se había casado de nuevo y así mismo se había conseguido otro esposo en cuestión de minutos, s nuevo padrastro lo golpeaba, lo lastimaba tanto física como emocionalmente y Max perdía el control, se desesperaba, se lastimaba a si mismo e incluso pensó en suicidarse varias veces. La presión por la que pasaba en cuanto ponía un pie en su hogar era insoportable y creo que en cierto modo yo lo entendía. Sentirte abandonado desde cualquier circunstancia es una de las más grandes torturas para el ser humano, nosotros necesitamos sentirnos amados y apoyados, no importa cuántas veces nuestro corazón termine en mil pedazos al ver ese lazo roto, porque el decir que podemos valernos por nosotros mismo sin necesitar a nadie más, es en definitiva una de las mentiras más grandes que he escuchado.
Comenzamos una relación de fraternidad, nos contábamos nuestros problemas y nos proponíamos soluciones mutuas para llevar una vida relativamente más feliz. La familia de Max no era de las más adineradas pero, así mismo tampoco era de las que les faltara el pan en la mesa un solo día. Max era un buen chico, nunca menospreciare lo que él hizo por mí, tantas cosas buenas que me enseño para ser la persona que soy. Era una gran casualidad y también una gran suerte que nos hiciéramos amigos cuando la relación de mi padre con su otra mujer estaba iniciando y la muerte de mi madre era bastante reciente. En mi mundo lleno de oscuridad, sin ninguna clase de lazo de amistad ni familiar, ganarme su simpatía era como una luz al final del túnel.
Nunca había compartido tanto con alguien, mi compañero, mi amigo y mi hermano, mi más grande modelo de lealtad, jamás conto alguno de mis secretos y yo jamás conté uno suyo.
Al cabo de nuestro cuarto año de amistad la madre de Max se suicidó. El llevaba días diciéndome que la veía bastante mal en su trabajo, su esposo la golpeaba, duraba horas encerrada en el baño de la casa mientras el solo podía escuchar sus sollozos desde afuera. Creo que la madre de Max jamás lo quiso lo suficiente, no pensó en el al conseguirse un marido, ni como se encontraba por dentro aquel chico frente a los problemas con su padrastro, ni siquiera tuvo la delicadeza de pensar que si se suicidaba el quedaría desamparado y aun mas solo de lo que ya estaba.
Luego de lo ocurrido con su madre ambos pensábamos que tendría que irse del colegio ya que nadie se lo pagaría, pero al parecer su abuela perdida al enterarse de la muerte de su hija decidió hacerse cargo de él. Esa mujer era muy buena pero a la vez muy condescendiente y ya no podía cambiar todos los años de crianza que le habían dado a Max. El, comenzó a alejarse de mí, cuando charlábamos no nos entendíamos, teníamos diferencian de gustos y de opiniones, la confianza había desaparecido, se consiguió otros amigos por lo que la lealtad ya no reinaba entre nosotros y todo paso tan rápido que pareciera que hubiera sido un sueño. Un día decidí hablar claramente con él. << ¿Que nos está pasando amigo?>> fue lo que le dije, a lo que él me respondió <<tengo nuevos amigos, ahora que mi mama no esta no necesito a nadie que me cuente sus penas, tengo una novia y me he dado cuenta que mi ex padrastro y mi madre pudieron enseñarme algunas cosas sobre las mujeres. >>
Me quede sorprendido de s forma de expresarse, no había forma de que aquellas personas le enseñaran algo bueno sobre las mujeres, pero me sentía tan dolido con el que decidí ignorarlo. Volver a la soledad de años atrás fue difícil, la cotidianidad de una casa vacía en la que un padre llega todos los días a altas horas de la noche, algunas veces molesto a gritar a todos y otras veces derecho al cuarto con su mujer a hacer lo único que los une.
Al transcurso de varios meses me entere que Max había terminado con su novia, ella era muy buena, amable, cariñosa y muy inteligente, no entendía el porqué de su ruptura pero como ya no éramos nada, me dije a mi mismo que no debía importarme, para aquel entonces yo era bastante rencoroso.
-¿cuándo dejaste de serlo?- pregunte interrumpiendo su narración.
-cuando te conocí- respondió.
Sonreí.
-A los pocos días rondaban los rumores de que aquella chica había desaparecido, las autoridades estaban en su búsqueda y sus padres estaban bastante angustiados. Recuerdo que hasta yo lo estaba, me preocupaba su paradero así no fuera cercana a mí, pero para mi sorpresa Max estaba bastante tranquilo, se movía de aquí para allá como si nada hubiera pasado y como si su aventura con aquella chica hubiera salido de alguna clase de mala película.
Las autoridades que investigaban el caso interrogaron a varios estudiantes, entre ellos a Max, pero no pude enterarme de muchas cosas, por obvias razones. Sin embargo luego de buscar y buscar, la chica jamás apareció. No conozco esa parte de la historia con bastantes detalles, pero en esos momentos yo había dejado de considerar a Max mi amigo, a pesar de eso no podía dejar de admitir que había cambiado más de lo que imaginaba, ese no era el amigo que yo había conocido por tanto tiempo, simplemente era alguna clase de copia barata o en su defecto un clon de una persona que para mí seguiría existiendo solo en las fotografías y en mis recuerdos, y muy dentro de mi algo me gritaba que él estaba involucrado.
Ese asunto nunca tuvo un cierre y creo que así se quedara a no ser que haya algo que yo no sepa. Paso el tiempo y aprendí a llevar mi vida lo más sereno posible para no perder la cordura ante mi cotidianidad. Y luego, te conocí, creo que tuvimos química inmediata, en ese momento supe que seriamos grandes amigos...
Sebastian era un chico dulce y leal, divertido y aplicado... es cierto lo que mencionó, yo también intuí que seriamos buenos amigos. Pero más allá de eso, su historia me había dejado consternada, empezaba a unir cabos frente al comportamiento de Max en la mañana y de alguna manera me parecía lógico, pero también empezaba a preocuparme que se pudiera tratar de algo grave y que en todo caso, tuviera que preocuparme.
Escuche un golpe en la puerta y subí levemente la cabeza para ver de quien se trataba. Abby se encontraba en el umbral con la cabeza asomada.
-¿quieres salir a caminar?- preguntó a lo que yo asentí.
¨***
Era de mañana y como de costumbre tenía mucho sueño. Habían pasado dos días desde la confesión de Sebastian y estaba muy agradecida de que aquello no haya perjudicado nuestra relación en ningún sentido. Debo admitir que luego de enterarme de la vida pasada de Max tenía cierto miedo a volver a verlo, pero por alguna extraña razón este no se había inmutado en cuanto me vio al día siguiente.
Durante el último mes, mi vida ha sido un poco más movida de lo normal y eso excluyendo las constantes responsabilidades escolares. Además el tema de Max no era lo único que me mantenía inquieta, tampoco había vuelto a ver a Will, el amable chico solitario que al parecer tenía muchos secretos por descubrir y que así yo no quisiera admitirlo algo muy dentro de mi decía que estaba ansiosa por saber lo que se hallaba detrás de esos ojos grises.
-y entonces me levante la uña del dedo chiquito, fue una tortura dejar que mi tía lo curara- decía sebastian mientras nos acercábamos a la cafetería y nos sentábamos en una de las mesas.- ¿estas siquiera escuchándome?- pregunto. Sacudí un poco mi cabeza y rasque despreocupadamente la parte baja de mi cuello.
-algo de que te lastimaste el dedo-respondí.
-antes de eso.
Intente pensar en lo que me había dicho antes pero por alguna extraña razón no lograba sacar a unos hermosos ojos grises de mi cabeza, no sé por qué lo maquinaba tanto, tal vez ni lo volvería a ver. <<estás pensando en el por qué quedaste impactada al verlo aquí y tienes la esperanza de que vuelva>> dijo algo dentro de mí, respondiendo a mis dudas.
-mencionaste algo sobre... - vacilé.
-mejor déjalo así, fingiré que no me siento ofendido.
Le dedique una sonrisa y mire alrededor esperando encontrar algo que ni yo sabía que era.
-y ahora fingiré que no esperas encontrar al chico con el que pasaste una noche sabrosa.- luego de haberle contando a sebastian el incidente de Max era obvio que también le contaría que encontré sospechosamente a Will en una de las instalaciones del colegio
Lo mire con furia mientras pegaba un puño en su brazo.
-deja de decir esas cosas, no pasó nada. Además solo estoy buscando a Abigail, debe estar por llegar.
-hey. –saludo ella sentándose en la silla vacía.
Levante las cejas hacia sebastian.
-te lo dije.
-de que hablan perdedores.
Sebastian hizo una risa falsa.
-nada de importancia- murmure ignorando como nos había llamado.
-hola- dice una voz a mis espaldas, volteo para ver de quien se trata y me encuentro con unos hermosos ojos azules.
-¡Cleo!
-hola Em, quería preguntarte si ya te hiciste con alguien en el trabajo de grupo para la clase de artes.
-oh, lo siento pero ya me hice con sebastian.- respondí- ¿no te ibas a hacer con Grace?
-oh no, no era para mí, Max el chico de nuestro salón estaba solo y pregunto si ya estabas con alguien.-me quede paralizada mientras ella se acercaba y me susurraba al oído- enserio me alegra que dijeras que no, él no me da muy buena espina, es algo raro.
-no lo pude haber dicho mejor- exclamé.
-sin palabras- mencionó Abby.
-puntos suspensivos- finalizó sebastian.
Sonreí un poco ante sus palabras y Cleo imitó la acción.
-¿Qué tal si esta tarde vamos por helados? ¿Vienes Cleo?
Esta sonrió ampliamente y hecho su larga cabellera hacia atrás.
-claro ¿puedo llevar a Grace?
-por supuesto- respondimos al unísono.
-okay ¿a la salida nos encontramos?
- hecho.
En cuanto se fue me volví hacia Sebastian.
-¿puntos suspensivos?
- que quieres que te diga soy autentico.
- ¿que se supone que significa?- indagó Abby.
-significa que no tengo palabras para describir lo que siento, algo tan grande que no puede ser dicho en palabras, algo que no tiene final o algo incompleto y con suspenso.
-bien- hago una pausa- y quieres explicarme el ¿porque eres tan malditamente poético con algo tan sencillo? te has vuelto como alguna extraña nueva raza de nerd.
- ¿y a ti te gusta amor?
Abigail ríe estruendosamente.
-por qué me estas llamando amor.
-porque eres mi amor.
-¡cállate!
-pero si no quiero amor
Suspire.
-a veces me pregunto si en realidad tienes un cerebro...
***
-tu prima es una intensa.- decía sebastian mientras llegábamos corriendo junto con Cleo y Grace a la salida.
Cleo soltó una pequeña risita.
-¿30 llamadas perdidas? Tiene que ser una broma- digo mientras escucho que vuelve a sonar.
-31- responde Grace.
- creo que estoy empezando a odiar esta canción, tendré que cambiar de tono.
-todos estamos de acuerdo con eso. – manifiesta Cleo.
Llegamos por fin al lugar donde se encuentra Abby sentada de espaldas y a punto de marcar de nuevo.
-Ni siquiera lo intentes perra desgraciada- es lo primero que digo cuando le rapo el celular de las manos.
-hasta que por fin se dignan en llegar, por un segundo pensé que se habían quedado encerrados en el salón haciendo cosas sucias sin mí.
Cleo se rió de nuevo y yo hice una risa falta.
-me reiría de lo que acabas de decir, pero todos estábamos a punto de lanzar el celular de Lia por un barranco.
- sé que no debí llamar tanto pero se demoraron demasiado.
-qué tal si expones tu queja en el buzón de sugerencias de la profesora Jade.- respondo sarcástica.
- hola perdedores- dice alguien a nuestra espalda, no reconozco la voz.
Todos nos damos vuelta y allí parado se encuentra un chico de cabello negro y grandes ojos azules, bastante alto y de espalda ancha. Bastante atractivo debo admitir, aunque su forma de dirigirse a nosotros no es del todo de mi complacencia.
-¿Cómo nos llamaste?- mencionó Cleo y creo que por primera vez desde que la conozco la noto enojada. El no responde.
Abby lo saludo de un beso en la mejilla y todos la miramos sorprendidos.
-así que lo conoces, ahora veo de donde viene tu saludo- observo refiriéndome a el día de hoy cuando ella nos llamó de la misma manera.
Cleo lleva fruncido el ceño, algo muy raro de ver en ella que todo es risas.
-¿sucede algo malo?
- lo siento, siempre tiendo a dar mala impresión- responde el chico de ojos azules.- cálmate solo fue una expresión- continua diciendo hacia Cleo.
-¿lo conoces?- formula sebastian.
El chico se acerca a ella y comienza a hacerle cosquillas mientras le dice "no te enojes, te amo." Al tiempo que todos los miramos sorprendidos. Cuando por fin terminan y Cleo vuelve a tener esa hermosa sonrisa en el rostro nos mira.
-él es Elliot Robinson, mi hermano.
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nuevo capitulo
dedicado a: andracallejas3363 y Ali_Chan. gracias por leerme.
no olviden decir si les gusta y comentar, hasta la próxima