La Chica de los Cuatro Elemen...

By karimodelarosa

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Su salvación... según sus iguales. Un fenómeno... según las personas. Otra oportunidad... según los Científic... More

Nota
Booktrailer
Introducción.
Capítulo 1.
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11.
Capítulo 12.
Capítulo 13.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Capítulo 17.
Capítulo 18.
Capítulo 19.
Capítulo 20.
Capitulo 21.
Capítulo 22.
Capítulo 23.
Capítulo 24.
Capítulo 25.
Capítulo 26.
Capítulo 27.
Capítulo 28.
Nota de la autora.
Capítulo 29.
Capítulo 30.
Capítulo 31.
Capítulo 32.
Capítulo 33.
Capítulo 34.
Capítulo 35.
Capítulo 36.
Epílogo.
Agradecimientos.
Segunda Parte. En Busca del Quinto Elemento.

Capítulo 14.

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By karimodelarosa

Al momento de subirse a la camioneta le cubrieron el rostro con una bolsa de tela negra, para asegurarse de que no reconociera el camino.

Ella se encontraba en la parte trasera, junto con los otros agentes. Su respiración era nerviosa y podía sentir las gotas de sudor correr por su espalda, lo que la aterraba era que sabía cuantas personas estaban ahí con ella. Era capaz de sentir el calor de emanaba de los cuerpos, lo que la hacía creer que se estaba sofocando. Intentó ignorar era sensación, pensando en otra cosa o terminaría escapando de la camioneta por claustrofobia.

Cuando arrancaron, le pareció oír que una camioneta había tardado en seguirles el camino.

Conforme más pasaba el tiempo, más miedo tenía ¿Estaba segura de su elección? ¿Qué le hacía pensar que no se arrepentiría después? Pero bueno, ahora ya no podía dar vuelta atrás.

Después de casi unas dos horas, la camioneta se detuvo ¿Quizás habían llegado al laboratorio? Escuchó las puertas abrirse, seguido, vio luz por las pequeños agujeros de las costuras de la tela, un hombre entró y se dirigió hacia ella, la tomó de los brazos con brusquedad.

-Anda, camina -le dijo de manera molesta el hombre que la tomó.

Ella tropezó al bajar.

Se avergonzó al tener que ponerse de pie sola, su vista se fijó en el suelo, el piso era de grava, aún no llegaban al laboratorio.

-¿Dónde está el otro joven? -preguntó Angelina ¿Otro joven? ¿Traían a más?

-Viene con Diana, señora -respondió con respeto el Agente.

-Muy bien, llevan a ella conmigo, quiero al joven en la celda 201 -ordenó Angelina y al parecer se fue, porque escuchó pasos alejarse.

Empezaron a caminar, se dio cuenta de que estaban cerca por el suelo de concreto. Entraron al laboratorio, cuando lo hicieron le quitaron de golpe la bolsa que cubría su rostro, la luz le caló en los ojos, su vista no tardó en acostumbrarse al lugar muy iluminado.

Las primeras impresiones lo eran todo y ella pensó que pese a ser un horrible lugar debía admitir que lucía muy limpio. La entrada era cómo las de un hospital, sólo había un mostrador con cuatro o cinco personas ahí detrás. Tenía escaleras y elevadores hacía los pisos de arriba.

Y por fin pudo ver quién era el otro chico: William.

Palideció al verlo. Eso no era parte de su idea. Él no debía estar ahí.

Se zafó de los agentes y fue hacía él ignorando los gritos de ellos. William al verla le dio una sonrisa suave, al tener esposadas las manos lo único que pudo hacer fue colocar su cabeza en el hombro de él.

-¿Por que hiciste algo así? ¿Por que? -le susurraba.

-Tranquila, tranquila -él la separó de ella para poder verla, las manos de William estaban atadas por enfrente por lo que pudo tomar las mejillas de la joven -No te iba a dejar sola.

Los hombres rápidamente se encargaron de separarlos a la fuerza, tomando a los dos de los brazos.

-¡Eh! ¡Déjame ir con ella! -le gritaba William al hombre que lo sostenía -¡Quiero ir con ella! ¡Qué me dejes ir con ella!

-Se hace tarde, la directora dio órdenes -respondió el Agente.

-¡Will... William! -le gritaba Daphne, desesperada por saber que sería de él, mientras era alejada por ellos.

Ambos, fueron llevados por direcciones opuestas.

Daphne no dejaba de pensar en él, en la decisión que había tomado. Se había ido por ella, la eligió a ella.

-Camina-dijo el agente que respondía al nombre de Alejandro de manera brusca.

Volteo para ver dónde antes estaba William, sintiendo su corazón doler al pensar en él.

-Qué... ¿Qué le harán a Will? -le preguntó a el Agente, temerosa de que lo dañaran.

-La directora tiene otros planes para él.

Eso no la dejó nada tranquila, pero ya no volvió a preguntar por él, no quería saber que tipo de "planes" eran.

La llevaron por interminables pasillos vacíos hasta que comenzaron a aparecer las puertas de las salas. Una de ellas estaba entreabierta y alcanzó a ver que dentro tenían a un joven acostado en una silla reclinable, tenía una horrible mueca de dolor en su rostro. Esa sala tenía las paredes de vidrio y la pasarla, estaba viendo otra cosa. El vidrio mostraba a unos cuentos científicos examinando cosas por los microscopios. Ella se dio cuenta de inmediato.

-... Son vidrios controlados por computadora -susurró Daphne. Había leído de eso en Internet.

-Así es, nos son muy útiles ahora, nadie sabrá lo que verdaderamente hay detrás de esos vidrios -le dijo Alejandro -A menos que entren y si entran bueno, digamos que no podrán contarlo.

Le molestaba la manera tan libre de que hablaba sobre ello, como si fuera algo tan simple.

-Qué... ¿Qué hacían con esa persona? -preguntó cuando pasaron esa sala.

-No te incumbe -seguido se detuvieron frente a una puerta -Ahora, entra, te están esperando.

Abrió la puerta, Daphne entró dudosa y el hombre cerró la puerta tras ella.

-Llegaste pronto -dijo un hombre -Debo admitir, que no te esperaba ahora, pero Alejando siempre ha sido rápido, debí suponerlo.

El hombre estaba ella detrás de una mesa dónde tenían varios... instrumentos que ella no conocía.

-¿Quién es usted? -preguntó de inmediato, tragó saliva.

Esperaba ver a la mujer, pero en su lugar, estaba un hombre de traje elegante color azul marino con delegadas líneas blancas como estampado.

-Ah, Angelina no me mencionó -sacudió la cabeza y tomó una pantalla, abrió unos archivos -Soy el socio de la directora, me llamo Derek Petterson.

¿Socio?, pensó con confusión.

-¿Dónde está William? -si era tan cercano a esa mujer, debía saberlo.

-No sé de quién hablas -respondió mientras seguía revisando los archivos, su postura despreocupada le daba a entender que no mentía -Creí que preguntarías por tus padres, pensé que ellos eran más importantes.

¿Sus padres? Ellos estaban bien en su casa, sin ninguna idea de dónde estaba su hija... ¡Sus padres!

-¿Dónde están? -le preguntó, mostrando seriedad y enojo -¿Están aquí? ¿Les hizo algo?

-No les hice nada, aunque bueno, si te hubieran entregado con nosotros desde un principio nada de esto hubiera pasado -le respondió al cabo de un rato.

¿Entregar a ella con... Los científicos? ¿De que estaba hablando? Al ver que Daphne no respondía, ella decidió hablar.

-¿Qué es lo que sabes sobre los Alterados y los elementos? -le preguntó con un tono de curiosidad.

Ella deseó no haber buscado sobre ellos, no sabía si su intención era buena o mala.

-Nada -mintió, quizás era mejor si decía no saber nada.

-No mientas, sé que sabes sobre ellos, estabas con uno y supongo que tu hermana debió de haberte dicho algo -replicó molesto.

-Se equivoca, señor, yo no tengo hermanas -negó con la cabeza.

-Ah ¿No? -se acercó a Daphne, despacio -¿Y que me dices de Alba? Ella es tu hermana ¿No te lo dijo?

¿Qué?

¿Esa chica... era su hermana?

-Ah, que molestia, Renata te llevará a la sala -dijo mientras retrocedía y se dirigía hacia otra mesa -Ella te dará lo que necesitas saber.

-¿De qué está hablando? ¿Qué es lo que necesito saber? -replicó sacudiendo la cabeza sin comprender ¿Cómo es que esa mujer decía tales cosas? ¿Que quería lograr con ello?

-La verdad, niña, la verdad.

En ese momento por la puerta entró una mujer vestida de blanco, una científica.

-¡Oh! Renata, lleva a Sara a la sala treinta y seis, por favor.

-... ¿Por qué me dice Sara? Mi nombre es Daphne -se quejó ella y recordó cuando Alba una vez la llamó de ese modo, pero no dijo nada al respecto.

-Que lamentable tu situación -se lamentó el hombre -Ni siquiera conoces tu verdadero nombre -susurró pero Daphne alcanzó a oírla, el hombre se dirigió a la científica-Llévatela.

-Por supuesto, señor.

Ella tomó a Daphne de el brazo, sin mucha fuerza y la sacó de esa habitación.

-La sala treinta y seis no esta tan lejos -dijo Renata cuando estuvieron un poco lejos de dónde estaba Derek. Daphne no dijo nada, se quedó callada -Oh, cielos, creí que estabas muerta.

La joven frunció el ceño confundida. ¿Es que todos sabían algo de ella?

-¿Que dices? Ni siquiera te conozco -safó su brazo de su agarre, molesta.

-Todos creyeron que estabas muerta -dijo la científica, ignorando la actitud de Daphne -No había rastro o señal de ti en ningún lado y se preocuparon bastante.

-¿Se preocuparon, por mí? -se señaló a sí misma con un dedo, sin creer lo que la científica decía.

-Bueno... -la miró y pensó unos segundos en cómo decirlo -Por ti no, en realidad, si no por tu habilidad por controlar los elementos.

-Ah, claro -asintió.

-Pero eso no quita el hecho de que, a pesar de que te odia, estuviste en su cabeza todo este tiempo. Si tua padres no hubieran trabajado aquí... Quizás no tendrías los elementos -se lamentó. Pero aquella información sólo la dejó más confundida.

¿Sus padres?

Se detuvieron a esperar un elevador y cuando estuvo en su piso, entraron, Renata marcó el número 20 y empezó a descender.

-Me buscaban desde... ¿Que nací?

-Sí, bueno... ellos no querían perderte de vista, pero tus padres fueron mucho más inteligentes de lo que Angelina previó. Me gustaría saber cómo es que estás viva, en dónde estuviste y con quién, porque mírate, has crecido mucho -Renata sonrió con nostalgia al verla.

Daphne pensaba en la científica. ¿Quién era ella, exactamente? ¿Por qué hablaba cómo si la conociera, con tanta confianza? ¿No era alguien que estaba de lado de Angelina, que sólo quería sacarle información?

Pero si así fuera, no estaría hablando de esa forma, sin dobles intenciones.

¿Y en realidad, estaban hablando de sus padres? ¿De su madre Regina? ¿Eran ellos quienes la mantuvieron oculta, como habían dicho?

El elevador se detuvo y se dirigieron a la sala, Renata introdujo un código en un aparato que se encontraba por un lado de la puerta y seguido, entraron.

Dentro había un par de camillas, así como computadoras, una mesa con jeringuillas de diferentes tamaños y un aparato que contaba los latidos del corazón. Estar ahí le daba escalofríos.

-... ¿Que vas a hacerme? -¿La mataría? ¿Le provocaría dolor?

-Nada malo, puedes estar tranquila -se alejó de ella y fue hacia una mesa, dónde estaba en monitor cardíaco, lo encendió -Sólo recordarás todo, tranquila.

-¿Recordar? ¿Qué es lo que debo recordar?

-Hay una camilla ahí, recuéstate -le dijo sin mirarla.

Fue hasta la que estaba cerca del monitor y se sentó.

-¿Podrías... quitarme las esposas? -le pidió a Renata, ella la miró con duda -No voy a escapar, lo prometo.

Dicho esto, tecleó el código y le quitó las esposas, Daphne se sobó las muñecas, le habían lastimado y tenía una marca alrededor. Se recostó, pero no cerró los ojos.

-Ahora... -Renta fue hasta ella con un par de objetos blancos redondos pequeños, se acercó a Daphne, la susodicha retrocedió, sorprendida, Renata rodó los ojos -No te harán daño.

-¿Cómo puedo estar segura? Las personas han muerto estando aquí -respondió, lo recordaba de la información que había estando buscando.

Le colocó los pequeños objetos en las sienes de la joven y dejó que se recostara. Esos objetos se conectaban a un monitor, que Renata se apresuró en encender.

-¿Me vas a decir, que harás? -le preguntó Daphne, aún despierta.

-Bueno, verás todos tus recuerdos, desde que naciste, pero esa casi hasta el final.

-¿Hasta el final? -preguntó sorprendida -¿Puedes explicarme eso? ¿Cómo es que recordaré algo que ya olvidé?

-Sucede que necesitas saber también quienes son tus verdaderos padres y un simple par de fotos no ayudan mucho -¿Verdaderos padres? -Entonces recreé esos momentos en los que estuve presente y lo que ellos me contaron, de manera virtual -se acercó a una computadora -No podrás interactuar con nadie, sólo mirarás y escucharás.

-¿Escucharé... sus voces?

-Si, sus voces serán reales, no te asustes -se escuchó el sonido de las teclas siendo presionadas por sus dedos -Se sentirá muy poco el cambio de mis recuerdos virtuales a a los tuyos, tal vez ni siquiera lo notes, pero te recomiendo que no te alteres mucho.

-¿Alterarme? -dijo con incredulidad -Bueno, no me estás ayudando diciendo eso.

-Yo estaré aquí para ver cómo se comporta tu cuerpo, no te preocupes, sólo sé fuerte.

Le puso en el pecho los cables del monitor cardíaco.

-Sólo para que estés enterada -le dijo antes de encender el aparato -Lo que veras es el pasado, no te preocupes por eso, tienes cosas más importantes que atender en el presente ¿Está bien?

Daphne frunció el ceño, pero sólo asintió como respuesta.

-Bien, aquí vamos.

Renata encendió todos los aparatos y programas necesarios. Daphne recostada, comenzó a sentir que caía en los brazos de Morfeo.

-karimodelarosa.
Entonces todos estamos de acuerdo en que Chiara no era un buen nombre, aquí tengo ideas para reemplazarlo, díganme cual es mejor!

-Alessandra

-Angélica.

-Monserrat

La cosa es que quiero que William se refiera a ella por su diminutivo, que seria "Alessa", "Angie" o "Monse"

Bien, nos quedamos con Monserrat, graciaaaaas

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