Zayn
Me qué con la boca seca. Literalmente no podía entender como habían salido esas palabras de sus labios. No había aparecido ni una sola lagrima de sus ojos.
-por eso empecé a usar sacos...a los trece, decidí que ya no quería ver esas porquerías en mis brazos, cada vez que me bañara...así que me hice mi primer tatuaje: símbolo de la sabiduría-
Dijo, con ironía, mientras señalaba el búho que había en su costado.
Yo había sido un imbecil por tratar de tocarla, hacía unos meses atrás.
Tragué saliva, descubriendo el nudo que había en mi garganta.
-luego continué con los demás...cada uno ocultando cada cicatriz...-
Comencé a ver más a detalle sus brazos y sí, en efecto, se alcanzaba a ver cierto relieve, en cada una de sus tintas.
Las ganas de llorar se me hicieron casi insoportables.
Todos estos años, y yo ni por enterado.
-cuanto lo siento...-
-también por eso empecé a tomar...era la única forma de dormir bien...antes de hacerlo me levantaba en las noches llorando...por malos sueños o por repercusiones de dolor...ahora se volvió costumbre-
Yo la había visto fumando, el primer día que había descubierto las dos facetas de Selena, ¿por qué lo haría?
-seguro te preguntas la razón por la cual fumo-
Eso fue bastante raro.
-es fácil...los cigarrillos son malos...así que quiero que terminen matándome, ya que los de Chuck no alcanzaron...-
La primera lagrima rodó por su mejilla y fue entonces que no pude contenerme y la besé.
Mis manos enmarcaron su rostro, acunandolo y demostrándole lo valiosa que era.
Mis labios querían jugar con los de ella, pero por el momento, lo único que hacían era brindar consuelo. Selena se separó, distrayéndome un poco, con la visión de lo hermosa que era.
-eres tan jodidamente hermosa-
No pude evitar que las palabras salieran de mi boca.
Los labios de Selena dibujaron una sonrisa.
Las pequeñas manitas de Selena recorrieron mi abdomen desnudo, deteniéndose en mis casi inexistentes entradas, para luego irse hacia los lados y agarrar mis manos.
Mis ojos estaban con lo de ella, viendo cada una de sus expresiones.
-ámame-
Dijo, mientras hundía su rostro en mi cuello y comenzaba a morderlo.
Me disponía a responder, hasta que mi mano se posó en su costado, justo en el búho.
Traté de quitarla, pero la mano de Selena, ejerciendo presión sobre la mía, me impedía moverla.
-toda yo...Zayn...ámame-
¿Me estaba pidiendo lo que yo creía que me estaba pidiendo?
Subí una ceja, a modo de confusión.
Ella me mordió con más fuerza el cuello y luego río.
-no entendiste mal, tonto: hazlo-
Tragué saliva y comencé a acariciar su costado. Literalmente casi llego al éxtasis, solo de saber que ella confiaba en mí, finalmente.
Selena comenzó a bajar por mi cuello hasta llegar a mi clavícula, donde recorrió mi tatuaje del pecho con sus labios.
Mis manos, inquietas, comenzaron a subir por su costado, haciendo su mayor esfuerzo para no distraerse en sus pechos. Mis dedos recorrieron sus costillas, hasta sus hombros.
Me lamí los labios y noté como la respiración de Selena se volvió un tanto irregular.
Tamborileé mis dedos en sus hombros esperando, quizá, un rechazo...el cual no llegó.
Me había dado luz verde, así que comencé a pasar mis manos por sus brazos.
Contrario a lo que siempre había pensado, su piel no era tersa, sino llena de relieves, pero me ponía...y mucho. Quizá fuera un fetiche o quizá fuera el hecho de saber por cuanto había pasado, y sin embargo había salido adelante, pero la verdad es que me ponía muchísimo.
Los labios de Selena se juntaron con los míos, ella agarrando mi cabello y yo paseando mis manos por sus brazos.
Mordió mi labio y fue entonces, cuando no lo soporté más y dejé que mis manos se desplazaran hacia la parte más baja de su espalda, acercándola a mí. Finalmente podía decirlo: estaba haciendo a Selena mía.
Yo era suyo y ella mía, y eso era algo que nunca iba a cambiar.
Estar dentro de ella nunca dejaba de quitarme la respiración, y yo notaba como le hacía gracia a ella...por lo menos hasta que comenzaba a moverme y ahí ya no había lugar para risas.
La amaba.
Así de sencillo.
Mis labios se fueron a su cuello.
-finalmente-
La mordí y escuché una muy buena respuesta de su parte...me estaba volviendo diestro en esto del sexo.
-ya te estoy amando-
Y fue entonces, cuando alcancé el punto más alto.
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