Selena
Apenas y había sido capaz de escribir ese mensaje. Las cosas de Eric y Chuck había comenzado a llega desde ayer: era obvio que venían a quedarse por largo tiempo. Un escalofrío me recorrió la columna vertebral. Eran las ocho de la mañana y no me había bañado...pero hoy no iría al instituto; no me sentía capaz de hacerlo.
Me encontraba enterrada bajo tres cobijas, esperando a que Zayn apareciera en algún momento, aunque había comenzado a dudar que de hecho, eso fuera a suceder.
Hoy era viernes, y era claro que a más tardar Eric estaría llegando hoy en las horas de la tarde.
Mi llanto se volvió más insistente, a medida que los recuerdos comenzaban a colarse por mi mente.
Maldita sea, ¿dónde estaba Zayn?
Unos nudillos se estrellaron contra mi ventana, sacándome de mis cavilaciones.
Ahí estaba: como un ángel caído del cielo...Zayn.
Abrió la ventana con facilidad, y el rostro de contenido que había tenido cuando recién llegaba, se había esfumado, para convertirse en preocupación.
-hermosa...-
Zayn se hizo a mi lado y se acostó en la cama. Sus brazos me envolvieron con ternura y por un momento, parecía que todo estaba a punto de desaparecer.
-¿qué sucede?-
Necesitaba verle la cara, para poder concentrarme en algo diferente al dolor.
Me volteé, cuidando que sus manos no tocaran mis brazos, en este momento era cuando menos necesitaba eso.
Quedando frente a frente, no pude resistirlo y enterré mi rostro en su pecho, manchando de lagrimas su camisa. Pareció no importarle ya que me apretó más contra él.
-Selena, necesito que me digas que está sucediendo...quiero ayudar-
-yo...-
La puerta de mi cuarto se abrió de golpe, dejando a la vista dos sombras.
-hola, Selena-
Esa voz. Mi silencioso llanto se volvió incontenible y ruidoso, cuando comencé a escuchar los pasos que se acercaban.
-¿qué te sucede, Selena? ¿Zayn? ¿eres tú?-
La voz de Eric sonaba casi jocosa. Solo se había acercado él; Chuck seguía en el borde de la puerta.
-no sé que le sucede-
El brazo de Zayn se movió un poco de mí, para darle la mano a mi hermano.
-tiempo sin verte, Eric-
Me abracé más a Zayn, buscando protección con desesperación.
-los dejaré solos-
Casi podía imaginármelo picando el ojo.
Los pasos de mi hermano se detuvieron, y una voz fría como el hielo, fue lo siguiente en escucharse.
-seguramente encontraré el momento para hablar contigo, Selena...hay cosas de las que quiero hablarte-
Mis manos se enterraron en la espalda de Zayn, tratando de que su cuerpo me hiciera de escudo, contra las palabras de Chuck. Zayn pareció sentir como mis uñas se enterraban en mi espalda, ya que se juntó un poco más a mí; en este momento era imposible estar más cerca el uno del otro, de lo que ya estábamos.
Mi puerta se cerró con un delicado "click", para después poderme derrumbar en paz. Las lagrimas no paraban de salir, y siendo sincera, no quería que lo hicieran, ya que era una forma de expresar todo lo que tenía contenido.
Las manos de Zayn acariciaban mi espalda con una delicadez absoluta. Las horas no parecían pasar, ya que me sentía lo suficientemente a gusto como para ponerme a pensar en eso. Me sentía segura.
Mis ojos comenzaron a arder, por las lagrimas, y a pesar por el cansancio.
-Zayn...-
Mi voz había sonado tan suave y quebrada, que no me habría sorprendido que él no la escuchara.
-dime-
-si me duermo, prometes estar aquí, cuando me levante-
Una leve risa salió de su pecho.
-lo prometo-
Sonreí, para finalmente caer en un muy necesitado sueño.
...
Cuando mis ojos se volvieron a abrir, ya no se alcanzaba a ver la luz del día, pero no fue eso lo que me sorprendió, sino el no encontrar a nadie en mi cama.
-¿Zayn?-
Mi pecho comenzó a sentirse ahogado, mi respiración comenzó a salir entrecortada. Maldita sea, no me quería volver a poner a llorar.
Me levanté desorientada, con algunas lagrimas rodando por mis mejillas. Era obvio que no lloraba hace mucho...seis años, para ser exacta.
La puerta de mi habitación se abrió, encandilándome con la luz. Me caí al suelo y comencé a llorar con más fuerza.
-no, no, por favor, no-
La persona al otro lado de la puerta también calló al piso, pero sus brazos me cubrieron con la rapidez necesaria de dejarme ver que era Zayn quien estaba al otro lado. Sus manos iban de arriba hacia abajo, por mi cabello.
-lo siento, lo siento, solo fui al baño; aquí estoy-
Lo abracé, juntándolo más hacia mí. No me quería separar de él nunca.
-Zayn...me quiero ir-
-lo que quieras, solo dilo-
-me quiero ir lejos, por favor
Me alejé lo suficiente para ver su rostro: estaba pensando en algo.
No pude evitarlo y posé mis labios sobre su mejilla. Fue un roce dulce y corto, pero lo necesitaba; después volví a meter mi rostro en su pecho, y dejar que las lagrimas volvieran a salir.
-vamos al lago-
-¿al lago?-
-ya sabes, a la cabaña de mis padres-
Los señores Malik tenían una casa en un lago a unas cuatro horas de aquí. Era lo suficientemente lejos, no había recepción de celular y era algo que podíamos hacer...era perfecto.
-sí, sí, por favor-
Zayn me acercó más a él y me alzó el brazos. Me reí un poco; una risa gangosa y triste.
-¿qué haces?-
-tengo que pedir las llaves del lugar, un carro y...no te quiero dejar sola-
Asentí, mientras él abría la puerta y bajaba las escaleras.
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Okay :) quince votos y tres comentarios y la sigo.
les dije que este capitulo era más largo ;)
espero que les guste. Diganme que les pareció