-¡Felicidades, es una niña! - dijo el doctor, entregando a ________ en los brazos de su madre.[Ocho años después]-¡Despierta! ¡Es hora de ir a clases! Además, preparé tu desayuno favorito. - decía mi madre, dándome palmaditas en la espalda.-¡Arroz frito! - dije, saliendo de la cama y dirigiéndome al ropero para sacar mi uniforme y bajar rápidamente a desayunar.-¡Nos vemos después de clases! - dijo mi madre, mensajeando en su celular.-No estés preocupada, papá. Él está bien. Está en camino y llegará en cinco minutos. - dije con una sonrisa, pero a mi madre le pareció extraño.Entré a la escuela, y antes de que iniciaran las clases, Bomi nos preguntó:-¿Hay alguien en la clase que les atraiga? - dijo ella con desagrado.-No, todos los niños son unos asquerosos. - dijo Bom, pero al mirarla, pude ver su mente... No miento, estaba viendo y escuchando sus pensamientos. ¡Creí que estaba soñando!-¿Acabas de decir que te gusta Daesung?-¿¡Daesung!? - decían todas frunciendo el ceño.-¡Sí! Lo acabo de ver... Y a ti, Bomi, te gusta Kevin, igual que a Seulgi. - dije señalándolas después de poder ver sus mentes.-¿Escuché mi nombre? - dijo Kevin llegando.-¡Nada! - decían Seulgi y Bomi al mismo tiempo.-¡No mientan! - dije sintiendo un pulso en la cabeza.-¿Mentir? - dijo Kevin arrugando su cara.-¡Kevin!... Seulgi y Bomi sienten una atracción hacia ti. - dije con un dolor de cabeza.-¡¿Ellas!?..... No me agradan. - dijo Kevin marchándose mientras leía su mente... "¿Qué sucede con las niñas?"-¡¿Qué has hecho!? - decían Seulgi y Bomi.-¡No es bueno mentir! - dije sintiendo de nuevo el pulso en mi cabeza.-¡No nos vuelvas a hablar! - decía Bom, tomando a las que eran mis amigas y llevándoselas lejos.A la hora del receso, Seulgi vino y se sentó a mi lado. Podía sentir y escuchar lo que ella pensaba, pero nadie decía ni una palabra. "¿Por qué me mandaron hablar con ella?"-Si te mandaron hablar conmigo, mejor no me dirijas la palabra. Prefiero estar sola. - dije dando un mordisco a mi manzana.-¿¡Qué!? - decía ella, espantada. "¡Es un monstruo!"-¡No soy un monstruo! - dije, apretando mi puño que estaba desocupado.-¡Le diré a la maestra! - decía Seulgi, corriendo lejos de mí.-¡Dile lo que quieras! - dije arrojando mi manzana hacia un árbol.Antes de que terminaran las clases, la maestra me pidió que hablara con ella un momento. "No puedo creer que tenga que hablar con una niña de ocho años. ¿Por qué acepté este trabajo?"-Hay muchos trabajos, este no es el único. - dije sentándome en una silla que estaba al lado de ella.-¿Qué? - decía ella, sacada de trance.-Maestra... Quería hablar conmigo acerca de Seulgi y Bomi, ¿cierto?... Adelante, la escucho. - dije cruzándome de brazos.-Sí... Bueno... Si ellas te confiaron ese secreto, no es bueno decirlo.-Ellos nunca me lo dijeron... No lo sabía nadie... Yo lo escuché de sus mentes.-¡Deja de mentir! - decía la maestra golpeando su escritorio.-No miento... Lo escuché, pude ver sus pensamientos. También puedo leer sus pensamientos. Sé que deseas estar lejos de aquí... Deseas llorar fuertemente y...-¡¡Cállate!! ¡¡Cállate!! - decía la maestra, tapando sus oídos y gritando.-Si eso es todo, me iré a casa. - dije tomando mi mochila y retirándome.-¡Hey! - decía Bom, tomándome de la mochila.-¿Qué sucede?-Sólo queríamos que supieras que, de ahora en adelante, nadie del salón te hablará. Nadie quiere que les leas la mente, porque eres un monstruo...-...Un terrible y asqueroso monstruo. - dijo Seulgi, aventándome lejos de ellas.-Está bien... Seré un monstruo para ustedes. - dije, resignada.Seulgi y Bom se miraron. "¿Qué está diciendo?" pensaba Bom.-Dije que seré un monstruo para ustedes.-¡Deja de hacerlo! - decían ellas, alejándose de mí.Mi madre me tomó de la mano y cruzamos la calle.-¿Cómo te fue con el señor Kim?-¿¡Qué!? - decía ella, parándose en seco.-Hoy viste al señor Kim... Y parece que tienen algo en común más que tú y papá.-¡Cállate! - decía mi madre al abrir la puerta de la casa.-Mamá.... Hoy la maestra...-Lo sé... Me llamaron... Estás expulsada... Sabes que no debes decir ment...-**Sé** que crees que lo invento o lo escucho... Pero realmente puedo escuchar lo que piensan. **(Aquí termina el diálogo)** "Esta niña es un problema" pensaba mi madre mientras se sobaba las sienes.-Sé que soy un problema para ti... - mi madre me miró fríamente, me tomó de la mano y volvimos a salir de la casa.Fuimos a cinco hospitales, y de cinco hospitales nos corrían. Los otros eran mentirosos con los pacientes; les mentían sobre cuánto les quedaba de vida o qué enfermedad tenían... Ahora veo por qué nos corrían.El último lugar al que fuimos fue un templo budista.-¡Señor, por favor, cure a mi hija! - decía mi madre desesperada.-¡Señora, yo sólo soy un monje!-¡Se le ha metido un demonio!-¡Señora... Yo... Soy sólo un monje! - decía el señor. "Si es un demonio, que se retire pronto de este lugar puro."-Mamá, vámonos a casa. - decía, guiando a mi madre a casa.-¡Amor, no sé qué hacer! ¡Nadie me dice nada! - decía mi madre al hablar con mi padre por teléfono.-Tú eres la madre, es tu cargo... Eso es lo que hacen las esposas... La crianza de los hijos. - decía mi padre, colgando.
-Nunca había visto a mi madre tomar... ni mucho menos ponerse ebria.
¿Papá vendrá hoy?
No, no vendrá por tu culpa. - decía, tirando las botellas de vino de la mesa... Estaba asustada... No pude evitar no sacar lágrimas...
Al día siguiente, mi padre estaba en casa... por fin como una familia normal...
¿Papá, hoy estarás esta noche?
No, regresaré mañana por la mañana.
Oh... ¿Te irás al motel con tu secretaria? - dije al escuchar el pensamiento de mi padre.
¿¡Qué!? - decían mis padres.
¿Entonces tú también saldrás con el señor Kim? ¿Puedo ir? - le decía a mi madre, rogándole.
¡¿Señor Kim!? - decía mi padre, levantándose de su lugar.
¿Tu secretaria?...
La casa de los abuelos era muy grande y llena de cosas antiguas, con jardines que parecían bosques y fuentes que parecían piscinas... Pero esta vez no iría de visita...
¡Mamá! - decía a mi madre, sosteniendo su maleta.
Prometo no volver a escuchar nada... Por favor, no te vayas... No me dejes como papá. - decía llorando mientras mi abuelo me sujetaba de los brazos.
¡Si te vas, no volverás a ver a mi nieta! - decía mi abuelo, abrazándome.
Esa es la idea. - decía mi madre, cerrando el portón.
[Diez años después]
Cerré la puerta con todas mis cosas dentro... Nueva casa y solo para mí. Nunca había estado sola desde hace dieciocho años... Gracias a mi abuelo... Solo gracias a él...
Comencé a desempacar, y en cuanto terminé, planché mi nuevo uniforme... Evitaría cualquier contacto con todas las personas, así nadie se alejaría de mí porque no tengo a nadie de mi lado...
¡Bien, ella es la nueva alumna! - decía el maestro, pasándome a mi nuevo salón.
Hola, soy __________. - dije, mientras pude escuchar el pensamiento del maestro. "Ella será un problema".
Lamento ser un problema. - dije, girándome en dirección a mi nuevo lugar. "Se sentará al lado de Eunhyuk", pensaba una chica mientras pasaba a su lado. "Más vale que no sea un estorbo"...
Miré al chico llamado Eunhyuk... Y pude ver lo que pensaba... Un desierto con chicas en bikini y un oasis...
¿Eres un pervertido? - le dije, asustada.
¿¡Qué!? ¡¿Cómo!? - decía él, abriendo sus ojos.
Olvídalo. - dije, sentándome en mi lugar...
La hora del almuerzo llegó, y dos chicas se acercaron a mí...
¡Hola! ¿De dónde te transfirieron? - decía la más alta, rubia y con un lazo rojo en el cabello. Pensaba, "Lo que tengo que hacer por ser la presidenta de la clase".
Si es por cumplir, mejor no me dirijas la palabra. - dije, volviendo a abrir mi libro de literatura, cuando la chica un poco más baja que ella, y con un flequillo alocado, pensó, "Espero y no entre a ningún club, y mucho menos al club de tenis".
No estoy interesada en ningún club, y mucho menos en el de tenis. - rodando los ojos cuando pude ver a Eunhyuk asombrado al lado de la chica alta.
Eunhyuk... Te dejamos con la chica nueva. - decía la chica de baja estatura.
¿Qué quieres? - le dije sin quitar mi vista del libro.
"¿Es verdad que puedes ver mi mente?"
Sí. - dije, mientras escuchaba su pensamiento.
¡Asombroso!
¿Qué dices? - dije, en shock... Nadie en mis 18 años me había dicho eso...
Soy un monstruo. - dije en voz baja.
"Entonces, si imagino esto, ¿puedes verlo?" - pensaba él, mientras me veía a mí con un traje de conejita Playboy.
¿¡Qué demonios haces!? - dije, golpeando su cabeza con mi libro.
¡Lo viste! - decía él, emocionado.
Deja de pensar en eso...
La salida llegó, y sentí una mano en mi hombro.
¿Qué quieres, Eunhyuk?
¡Asombrosos! - decía él, mientras caminábamos.
Eunhyuk, dejemos algo en claro... No te me acerques.
¿Por qué? - decía él.
¡Solo aléjate de mí! - dije, caminando más rápido...
Salí de casa a comprar los ingredientes para la cena cuando sentí un pulso... Él estaba aquí.
¡Hola, ________! - decía Eunhyuk, a un lado de mí.
Hola. - dije, esperando la luz roja del semáforo.
Déjame ayudarte. - dijo Eunhyuk, tomando las bolsas del supermercado que tenía.
Gracias. - dije, y se puso la luz roja cuando escuché "Una luz roja no me detendrá".
Empujé a Eunhyuk de nuevo a la banqueta y, en ese instante, pasó un camión de pescados a gran velocidad.
¿Cómo es que...? - decía Eunhyuk, con la boca abierta... Mi corazón latía. Estaba tan cerca de sus labios... Nunca había estado cerca de un chico. Respiré y le dije:
Pude escuchar sus pensamientos... No se detendría. - dije, levantándome.
¡Oh, sangre! - decía Eunhyuk, señalando mi rodilla con una raspada del tamaño del hueso de un aguacate.
No es nada.
Vayamos a tu casa, y te curaremos. - decía Eunhyuk, recogiendo las cosas que se habían salvado... Prácticamente lo único que aplastó el camión fueron las galletas de trigo.
Al llegar a casa, Eunhyuk lavó mi rodilla y colocó una bandita y sonrió.
Está mejor.
Gracias.
¿Vives sola? - decía Eunhyuk, mirando alrededor.
Sí. - dije, cuando vi los pensamientos de Eunhyuk. "Casa sola... Una mujer, un hombre".
¡Eunhyuk!
Lo olvidé, tú puedes ver mis pensamientos, pero está bien... No volveré a pensar en cosas así... Pero para eso, necesitas confirmar que sea cierto. Así que prometo estar siempre cerca de ti...
Te lastimaré como a mis padres y a mis compañeros.
Dije que lo prometo... No hay nada que pueda lastimarme... Pero para sellar nuestra promesa...
¿Qué quieres decir? - dije, cuando Eunhyuk me plantó un beso en los labios.
¡¿No pudiste prevenir eso?! - decía Eunhyuk, burlándose de mí.
Oh, tu cara está roja. - decía él, tomando mis mejillas.
¿¡Qué has hecho!? - decía entre risas y enojo, golpeando los brazos de Eunhyuk....
El único al que no le importó mi monstruo que tenía... No le importó que fuera un monstruo al poder ver sus pensamientos pervertidos.
Creí que en cualquier momento se iría de mi lado, pero hasta ahora, él ha estado a mi lado, y se quedará a mi lado... ¿No es así, Eunhyuk?