"Tengo los pantalones para aguantar toda esta presión y la que haga falta", se dijo mientras salía del local de Mamá Rosa. Kiara no lo sabía pero tenía la intención de no volver en un tiempo. Tampoco se pondría en contacto con ella. Puma, el mafioso que lo estaba acosando, podía descubrir aquella grieta de debilidad y entrar por ella hasta destruirlo. No podía permitir eso.
Marcó con rapidez en el iphone y comenzó a caminar sin rumbo marcado; ya no podía ir en coche o lo localizarían.
-Carter, soy Hell. ¿Te acuerdas de mí?
La voz al otro lado parecía pastosa, ronca. "Que no esté borracho ahora, mierda", pidió en su interior.
-¡Por supuesto que sí, cabrón! - exclamó riendo - ¡Cuánto tiempo sin hablar contigo! Joder, he escuchado un montón de cosas, ¿dónde has estado? Todavía me debes una noche de putas.
-Ya, bueno, siempre voy dejando deudas por ahí – Hell se llevó la mano libre al bolsillo y sacó un cigarro -. Soy un desastre.
Carter rio y preguntó si pensaba añadir alguno más a la lista.
-Sí, creo que te pediré un favor más. Verás, ¿recuerdas a la chica de la que te hablé hace un tiempo? Kiara Capaldi.
-Me acuerdo, me acuerdo. En los últimos meses se ha descontrolado, hay hasta un vídeo en el que... Bueno, da igual.
-No te preocupes, ya me he enterado por mi cuenta...
Hell la había vigilado los primeros meses. No podía evitar hacerlo. Marcharse ya era bastante complicado como para no tener noticias de la niñata. Había tenido que infringir un par de leyes para tenerla controlada pero a esas alturas de su vida, a la mierda a policía. Después, cuando supo que estaba bien, dejó de hacerlo. Era menos doloroso romper totalmente el contacto. Un error que le había salido muy caro.
-Quiero que me consigas su árbol genealógico. No el de los Capaldi.
Se escuchó a Carter teclear y mordisquear un bolígrafo.
-El de los Wolf... Está algo jodido. Esa gente tiene mucha privacidad.
-Por eso te lo pido a ti, colega.
Carter se calló unos segundos.
-No es que no quiera hacerlo, tío. Solo es que no tengo puntos de referencia sobre ella. Con tener un solo pariente lejano, joder, me facilitarías muchísimo el trabajo.
Hell se puso a pensar. Tenía que relacionar todo lo que había escuchado, todo lo que había vivido. Y sin hablar más de lo debido, claro. No quería meter a Carter en problemas. Solo era un universitario y no quería cargar con su muerte en su conciencia.
-Hay un tío... - se quedó pensativo -. Se llama León. Sé que es un Wolf algo desvinculado de la Familia, pero habló con ella en la boda.
Se acordaba a la perfección. Podría haberle partido las piernas en ese instante, pero no delante de Kiara. Kiara solo aceptaba su propia violencia. Se le vino a la mente la imagen de ella con aquella barra de hierro y se estremeció.
-Espera, espera... - Carter tecló y abrió una lata de cerveza -. Vale, esto es otra cosa... De León hay algo más en lo que buscar. ¿No tienes algo más?
-Mi tío Jack dijo algo de que asesinaron a la madre de Kiara, aunque no estoy seguro.
-Hijo de tu madre...¿Por qué no lo has dicho antes?
-No tienes ni idea de la cantidad de asesinatos que se cometen al día en el mundo de las Familias. No creo que sea importante.
"Pero, ¿qué estoy haciendo?", pensó. Se estaba metiendo en una zona peligrosa y no tenía idea de por qué.
-Esa cría te ha dado fuerte, ¿eh? - adivinó Carter.
-No tienes ni puta idea – rio Hell.
"Me lo ha pedido, quiere saberlo. Si tengo que buscarme problemas con los Wolf por ella, lo haré. ¿Qué no haría a estas alturas", pensó.
-A ver, Hell... No quiero precipitarme contándote mierda que tal vez no sea cierta, pero lo voy a hacer. Consideralo un análisis rápido.
-Cuéntame.
Hell compró un café y la camarera le dirigió una mirada coqueta. "Yo que tú me cuidaría de hacer eso, guapa", pensó divertido, "Mi chica te arrancará las extensiones".
-Hay una tal Wendy, la hija pequeña de Caín Wolf, que murió en la década de los noventa, a finales – comenzó Carter -. En el informe policial no dice gran cosa. Posible robo, agresión sexual... Y hay un expediente hospitalario de esas fechas de León. Debía tener unos tres o cuatro años aunque no pudieron confirmarlo porque no hablaba. El cabrón tiene un CI bastante alto.
"Mira por donde, ya somos dos"
-¿De cuánto?
-135.
"Lo supero casi por veinte puntos", pensó poniendo los ojos en blanco.
-¿Nadie lo reclamó?"
-No, y eso me lleva a pensar que Wendy podía ser su madre. Hay un informe de ingreso en un hospital de California de Wendy Wolf por parto. Y si hay un parto...
-Hay un crío. Vale, me cuadra. ¿Y Kiara? ¿No existen más informes de ingreso?
-Kiara, a ver... - Carter tecleó ordenando sus ideas para explicarle -. Aquí está. Sabía que lo había leído hacía un momento. Hubo una denuncia por desaparición de mellizos de Wendy Wolf pero fue retirada a las pocas horas. Ya sabes, su padre Caín soluciona las cosas de forma más rápida.
Hell lanzó el café a la papelera. Estaba pensando demasiado rápido, le dolía la cabeza. ¿Mellizos?
-O sea, que ese tío es su hermano... - se lamentó -. Esto me complica las cosas.
-No es seguro, ¿vale? Son solo conjeturas. Espera un par de días y te lo cuadro todo.
-No, tranquilo, si ya lo tengo todo cuadrado a la perfección.
¿Y si había sido León quién lo había llamado y amenazado? Lo que menos quería era que esa jodida relación perfecta entre hermanos se retomase, principalmente porque León no era estúpido y se lo cargaría si lo veía un peligro potencial para su hermana. Y Hell lo era, sin lugar a dudas.
¿Y si...? "No vas a deshacerte de León", se dijo. No lo haría por si Kiara lo descubría. La vida de ese crío le importaba una mierda. Había escuchado varias cosas de él y tenía que ser un tipo de mucho cuidado. Los rumores le habían hecho recordar sobre sí mismo. Sí, se parecía a él. La diferencia estaba en que él no necesitaría pensárselo dos veces en cargarse a León si lo separaba de Kiara. Podía hacer desaparecer el cadáver y toda su vida con un par de llamadas, no sería complicado.
Colgó a Cartes y pensó en las probabilidades de equivocarse con el parentesco entre Kiara y León.
La calle estaba muy concurrida. Hacía frío. Tenía la cabeza tan embotada que no pensaba con claridad. Lo estaban siguiendo desde hacía un par de minutos. No era una simple intuición. Hell no seguía vivo después de tanto tiempo por pura suerte, sabía lo que hacía. Y sabía quiénes eran.
Tiró la colilla y dobló la esquina. "Empecemos la partida", se dijo. Solo escuchaba la sangre latiendo en sus oídos, la adrenalina corriendo por sus venas. Nunca se había sentido tan nervioso.
"No puede dejar que nada me pase. Si me matan, Kiara muere conmigo. Joder, necesito seguir con vida."
1...
Sacó la pistola del cinturón.
2...
Quitó el seguro.
3...
Tomó una gran bocanada de aire.
4...
Unos ojos castaños lo miraron.
5...
Kiara estaba frente a él.
6...
Lo apartó de un empujón y disparó.
-Siete – murmuró Hell y cogió a Kiara por la cintura para apartarla de la multitud.
Los disparos inundaron el cielo y llenaron el sonido de terror. Kiara llevaba el pelo revuelto y el maquillaje corrido. Olía a tabaco. ¿Qué hacía con una maldita pistola?
-Acabas de disparar a...
-A los idiotas que intentan matarte – contestó Kiara con la respiración acelerada.
Hell se llevó una mano a la cabeza. Lo tenía todo perfectamente controlado hasta que había aparecido ella. Ahora tendría que incluirla en sus planes y no era de buen gusto.
-Niñata, ¿por qué nunca me escu-...?
Kiara lo cortó con un profundo y largo beso. Rodeó su cuello con los brazos y se apoyó en él.
-No voy a dejar que vuelvas a irte – susurró -. Te ataré a una cama si lo intentas.
Hell entreabrió los labios y se apresuró a cogerla de la mano y salir pitando de allí. Los gritos de la gente no cesaban. La policía no tardaría en aparecer y no quería volver a aparecer en los periódicos.
Podía escuchar los coches detenerse en mitad de la calle, pero había varios que no lo habían hecho y sabía a quién pertenecían. Tenía que sacar a Kiara de aquel inminente tiroteo. Era un completo estúpido.
-¿Cómo has llegado hasta aquí? - preguntó sin perder la atención de ella.
-Caminando – Kiara tenía una expresión arrepentida -. Lo siento mucho, lo siento. De verdad que solo quiero ayudarte.
-Calla – la cortó -. ¿Tienes buena puntería?
-Ya sabes que sí.
Hell analizó la situación. Los coches de sus perseguidores estaban organizándose y no tardarían en rodear toda la manzana. No conocía ningún edifico de la zona a excepción del club de Mamá Rosa y no era una opción factible. Tenía que encontrar la manera de salir a campo abierto. Si hubiese llevado un maldito coche...
- Esto va a ponerse complicado. Necesito que confíes en mí. ¿Confías en mí?
-¿A estas alturas lo preguntas?
Hell suspiró y corrió con ella detrás. "Vamos, tiene que haber alguna, de buena cilindrada...", pensaba con la adrenalina afinando sus sentidos. "Vamos, joder, tenemos que salir de aquí." Bingo.
Tiró de un empujón a un chico de la moto y le lanzó un fajo de billetes. Se quedó con su cara. Se la devolvería si salían con vida. Hizo que Kiara subiese delante mirando hacia atrás. Ella rodeó su cintura con las piernas y pasó una mano por la cintura. Ya sabía qué tenía que hacer.
-Niñata, estás literalmente cubriéndome la espalda – soltó Hell dando una patada para arrancar.
Se estremeció por el contacto. Tener a Kiara tan cerca todavía lo afectaba. Podría acostumbrarse a esto. Kiara le arrebató su pistola con la mano libre y colocó los brazos por encima de sus hombros.
Conforme aceleraba, Hell se sentía más tranquilo, no porque se alejase del conflicto, sino porque tenía a Kiara disparando pegada a él. Se guiaba por el sonido de los disparos y más de uno había sonado muy cerca. Teniendo en cuenta que en todas las persecuciones desde que se había empezado a meter en problemas había estado solo, era sencillo. Ir con amigos solo empeoraba las cosas, pero con Kiara se sentía en el cielo. Nunca se había sentido tan relajado. Estaba disfrutando el viaje, se estaba divirtiendo. Se lo dijo al oído.
-¡Cállate! - le gritó ella - ¡Intento que no nos maten!
-Querrás decir que me maten. Es a mi espalda a lo que están apuntando, preciosa.
-Enserio, como no te calles te pego – soltó Kiara -. Hay un tío con escopeta. Tienes que zigzaguear, nos va a dar, gira, gira...
-¿No decías que tenías buena puntería? Deshazte de él de una vez, niñata – rio Hell.
Kiara, cumpliendo con su amenaza, le mordió la mejilla y él soltó una carcajada.
-Niñata.
-¡¿Qué?! - la piel suave de Kiara le rozaba la mejilla.
-Que antes de que llegases estaba acojonado. Pero que ya no tengo miedo. Y que me encantaría hacerlo contigo en esta moto.
¡Hola! ^.^ Os he dejado la canción Dangerous de David Guetta y una imagen de Kiara. Creo que los gifs no se están viendo a sí que a partir de ahora pondré el enlace aquí por si queréis verlos. Quería avisaros de que la otra historia que estoy escribiendo, Limbo, voy a borrarla. No tengo claro el argumento y no tengo tiempo, lo siento mucho. ¡Ah! Sabía que se me olvidaba algo más. Creo que os dije que la Saga tendría tres partes. Pues seguramente lo deje en dos. Me divierto mucho con esto, pero el curso que viene no voy a tener tiempo y prefiero dar por terminada la historia a dejaros esperando a que actualice y sin saber qué ocurre :/ Muchas gracias siempre por todo el apoyo y los comentarios y votos, sois los mejores. ¡Un beso! >.<