Tomo mi mochila echándola en los asientos de atrás del auto, luego encendiendo el auto con las llaves para que este comenzara a andar. Sentí su mirada hacia mi mientras nos alejábamos de mi casa y del pasado.
—Exactamente a donde tienes pensado ir.
—Tú y yo tenemos una cómplice.
— ¿Quién?
—Ya lo sabrás.
Dejábamos Wolverhampton para dirigirnos a Liverpool.