The Last Virgin Standing / Ti...

By Blakeisavampire

218K 11.6K 1.7K

Charlotte Summers es la última virgen en su escuela; una escuela donde tomar la virginidad es un deporte. El... More

Sobre la autora - The Last Virgin Standing by laughterandjynx
Capítulo 1. Mi manzana es verde, pero su envidia lo es más
Capítulo 2. Sé como Alice y acósame
Capítulo 4: Linguine y Luke el Desagradable
Capítulo 5: Un libro, Dos libros, Un chico, Tres chicos.
Capítulo 6: Bolas a la canaleta, Bolas de bolos y Bolas de Newton.
Capítulo 7: ¿Apunta a los desagradables clásicos y no a los pétalos de rosa?
Capítulo 8: Llévame al juego - Eso también funciona.
Capítulo 9: Cualquiera puede tener talento con las chicas
Capítulo 10: En Walmart puedes encontrar cosas exóticas
Capítulo 11: Humpty Dumpty
Capítulo 12: Comida Post-Sexo
Capítulo 13: Club de Fans de Luke: Parte de Uno
Capítulo 14: Cuatro por cuatro: Cuatro al cubo
Capítulo 15: Los condones son las nuevas cincuenta sombras
Capítulo 16: La curiosidad mató al gato y el gato atrapó al ratón
Capítulo 17: Abrazos
Capítulo 18: Los ogros son como las cebollas
Capítulo 19: Juegos de palabras
Capítulo 20. No me dijeron que jugar a Cupido tenía sus consecuencias
Capítulo 21. Una olla de Jambalaya revuelta, por favor.
Capítulo 22. Balanceándose con el enemigo
Capítulo 23. De corazón a bragas con Sr. Chico Malo
Capítulo 24. Choux à La Crème, Escargort, y encantos de príncipe
Capítulo 25. Pavo para el pensamiento; tal vez Benjamín estaba en el camino
Capítulo 26. Más terca que un demócrata y más brillante que un flamingo
Aclaraciones y reclutamiento de staff
Capítulo 27. Fe, confianza y polvo de hadas.
Capítulo 28. A las doce en punto

Capítulo 3. ¡Boxers, Calzoncillos, y Oh-Mi-Biología!

11.9K 589 91
By Blakeisavampire

Banner hecho por PrettyPinkPenguins.

----

Capítulo 3. ¡Boxers, Calzoncillos, y Oh-Mi-Biología!

Cerré los ojos con fuerza y recé para que terminara rápido. Pero, el momento nunca llegó. Ni siquiera me tocó. Alivio flotó sobre mí en cuanto solté el aire que estaba conteniendo. Un único pensamiento llegó a mi mente en ese instante.

Todavía era virgen.

Mi ropa estaba hecha jirones y destrozada. Lo cual era muy malo porque era realmente bonita. Sería demasiado revelador y super obvio si regresaba así a la fiesta. Sin embargo, todos estarían demasiado ebrios como para notarlo siquiera. Metí el resto de mi traje en el basurero de la esquina y tomé sábanas limpias (al menos espero que lo estuvieran) que encontré en el closet cerca de mí. Tal vez podría hacerlo pasar por una toga o algo.

Corrí hacia la puerta, tropezando con algo –o alguien- en mi camino. Miré hacia atrás y contuve un grito. Mi violador estaba en el suelo, inconsciente, con la nariz sangrante. Cualquier persona normal y sana lo hubiera dejado así como estaba, pero yo no podía simplemente dejarlo ahí en esa condición. Miré alrededor en busca de algo que pudiera usar detener el sangrado. Tiré de la sábana de la cama, mentalmente disculpándome con Ian, y se lo pasé por la cara.

Era una idiota. Estoy ayudando a mi violador. ¿Quizá había cambiado de parecer y se había detenido? Lo dudo, probablemente se desmayó por todo el alcohol que tenía en el cuerpo.

-¿Qué demonios estás haciendo aquí todavía?

Esa no era la voz de Luke ni la de Ian. Me volteé muy despacio y un chico alto con desordenado cabello castaño y ojos azules me estaba mirando. Tenía una buena constitución y tenía músculos de buen tamaño. Vestía una chaqueta de cuero, una camiseta wife beater(1) que mostraba su perfecto pecho trabajado, y un par de jeans gastados. Un cigarrillo encendido yacía en su mano.

-¿Tyler?

-Felicidades, conoces mi nombre –dijo sarcásticamente-. ¿Por qué estás aquí todavía?

-Tenía la nariz sangrando...

Lo vi rodar los ojos. –No deberías estarlo ayudando. Si quieres hacer algo, entonces agradéceme. ¿Por qué eres tan estúpida, Charllote?

¿Sabía mi nombre? Debería, hemos estado yendo a la escuela juntos desde el jardín de niños. Siempre fue el niño solitario en el campo de juegos que no quería jugar con nadie.

-No podía sólo dejarlo –protesté-. Podría morir por una pérdida de sangre.

-Seguro que podías. Él no te mostró misericordia, ¿por qué deberías mostrársela tú?

Tyler tenía un punto. ¿Por qué iba yo a mostrarle amabilidad? –Porque tengo un corazón y compasión.

Él ser burló. –Pero no cerebro. Eres como el hombre de hojalata de El Mago de Oz.

-De hecho, es el espantapájaros el que no tiene cerebro –corregí.

-Como sea. El punto es, ¿qué si él recuperaba la consciencia y decidía terminar lo que empezó? ¿Qué si yo no hubiera estado aquí para salvarte de nuevo?

Él definitivamente tenía un buen punto. –N-no lo sé –admití-. Pero gracias.

-No me agradezcas. Hice esto por mis propios propósitos egoístas.

Levanté una ceja. -¿Y eso sería?

-No sería capaz de tomar tu virginidad si él lo hubiera hecho.

Jodidamente increíble. De hecho, no, era completamente creíble. Es el tipo de cosa que haría el Top Four, y este tipo era lo suficiente honesto para admitirlo. Y aquí estaba yo, como una damisela en peligro, pensando que de verdad le importaba y que hizo lo que era correcto. Tonta. Quizá él tenía razón y yo no tenía cerebro. Tendría que pedirle uno a Oz. Me pregunto si Dr. Oz y Oz de El Mago de Oz son el mismo... mmm...

Me quedé sin habla y él sonrió con satisfacción. Esa es otra cosa que todos los chicos tienen en común: sonrisas de satisfacción. –Entonces estoy agradecida de que fueras egoísta.

-¿Qué? ¿Nada de bofetadas?

¿Esperaba una bofetada? –Las chicas suelen abofetearme. Pensé que no serías diferente.

-Ahí es donde estás equivocada, chico. A diferencia de las otras, no tengo la urgencia de dormir contigo. Y ¿a cuántas personas has salvado de una violación?

-Una, incluyéndote.

-¿Sólo yo?

-Bonita e inteligente. Salgamos de aquí. –No me moví, en su lugar miré a mi violador sangrando en el suelo-. Haré que alguien lo recoja.

Suspiré y lo seguí hacia afuera, pasando por la puerta y caminando hacia el pasillo interminable. -Entonces ¿cómo me encontraste?

Se frotó la parte posterior de su cuello. –Yo-ah-h- me quedé dormido en la habitación al otro lado del pasillo.

-¿Había una chica contigo? –supuse.

Sonrió tímidamente. –Tal vez...

El otro lado de Tyler Bradshaw, el genial chico malo nervioso me hizo estallar en carcajadas. Por lo general era muy frío con respecto a todo. Me miró como si me hubiera crecido otra cabeza. Mordí mi labio para evitar reírme. -¿Qué? –pregunté inocentemente.

Negó con la cabeza, riendo. –Nada.

Espera... si él estaba en la habitación frente a la que yo estaba, ¿por qué no me escuchó gritando? –Entonces ¿escuchaste mis gritos antes de que fuera violada o...?

-Número uno, no fuiste violada. Te salvé antes de que eso pudiera pasar. Y escuché a una pareja, pero pensé que eran gemidos y no quería interrumpir... y estaba un poquito ocupado en ese momento. Pero vine cuando pediste ayuda. ¿Eso no cuenta?

-Tratando de anotar puntos en mi cuaderno, ¿ah?

-Ajam, justamente.

-Bueno, perdiste unos cuantos por dormir con una chica.

Él se encogió de hombros de nuevo. –Tengo necesidades que tienen que ser saciadas.

Me reí de nuevo. La forma en que lo dijo como si no le importara ser el ganador fue muy divertida. Lo entretenido del asunto era que ni siquiera estaba intentando hacerme reír. Pero apuesto a que si lo hiciera, sería un horrible intento y hubiera terminado muy mal.

-¿Qué es tan divertido? ¿Tengo algo en la cara? ¿Es otra de las manchas del labial de Lisa? Porque si lo es-

Negué con la cabeza en señal de desaprobación. –Menos puntos... pero es algo bueno que ganaras muchos al salvarme.

-Hago lo que puedo hacer. Soy un super héroe después de todo.

Y aquí viene la risa... él debía pensar que estaba loca. Probablemente sería contradictorio o extraño pedirle ayuda a un chico ebrio. Tyler me estaba haciendo sentir rara, toda femenina y eso. No me gustó. Me estaba comportando como otra idiota de mi escuela y eso tenía que parar. Pero entonces, se suponía que yo tenía que hacerlo enamorarse de mí, lo cual implicaría mucho trabajo. No creo que Tyler se enamore fácilmente. Él iba a ser todo un reto. No podía ser absorbida por su aura de chico malo, de ninguna manera.

Empecé a escuchar el golpeteo de la música de nuevo. Luke me encontró y comenzó a caminar hacia mí. Miró a Tyler con una expresión de disgusto en su rostro y después se fijó en mí. Sus ojos se abrieron cuando vio que lo que vestía no era mi ropa sino la manta de una cama. Sabía lo que estaba pensando; cualquier persona en su sano juicio asumiría lo mismo. Mi cabello estaba despeinado, mi maquillaje corrido, y Tyler estaba a mi lado, probablemente apestando a sexo.

-¿Por qué él contigo? –exigió saber Luke.

No "¿dónde has estado?" o "¿estás bien?". No era propio de él. Era como si estuviera celoso, pero aparté ese pensamiento rápidamente. No había forma de que estuviera celoso. Él no me veía de esa forma. –Gracias de nuevo, Tyler.

Tyler asintió con rigidez y se fue. Luke tiró de mi muñeca y siseó. -¿Qué en la Tierra estás pensando? Él significa malas noticias, Charlie.

Saqué mi muñeca de su mano, molesta de que él asumiera que tendría sexo en una fiesta. –No los juzgues –espeté-. ¿Podemos irnos a casa ahora? ¿Por favor?

Mi actitud lo tomó por sorpresa, pero aceptó. -¿Qué pasó ahí?

-No quiero hablar de eso. ¿Bebiste?

-Sólo un par de cervezas. Estuve buscándote la mayoría del tiempo.

-¿Un par? Como en un par de docenas, ¿verdad?

-No, como en sólo un par. Como dije, estaba buscándote.

-Como sea, conduciré, solo por si acaso.

-Mi ebrio dicho de no beber es mejor que tu conducción.

Era una muy mala conductora. –No quiero arriesgarme a que la policía te arreste. Tus padres dijeron que estarías castigado si te hacían otra multa.

Él gruñó pero me entregó las llaves de su camioneta. –No lastimes a mi bebé.

-Y yo pensaba que era tu bebé. –Fingí un puchero.

Guiñó. –Lo eres.

Rodé los ojos y me moví por el mar de gente hasta llegar a la puerta. Me froté los brazos en un intento de calentarlos. El aire se estaba poniendo helado, pero era setiembre. Salté hacia el asiento del conductor, tratando de no pensar en los frescos recuerdos de la noche. En retrospectiva, no debería estar conduciendo en mi estado mental, pero yo tenía un registro limpio y Luke no. Era raro que los policías estuvieran conduciendo por ahí. Los policías de nuestro pueblo eran muy perezosos y preferían comerse una dona que luchar contra el escaso crimen que ocurría en Addison.

Entré por el camino de su entrada, sin intentar salir del auto.

-¿Vas a decirme ahora? –preguntó Luke, girando su rostro hacia mí.

No había una manera fácil de decirle. Se pondría furioso y comenzaría una caza o algo. Tomé una respiración profunda, decidiendo acabar con esto. –Luke –empecé, mi voz temblando- fui casi violada.

Su mandíbula cayó abierta y se aproximó para abrazarme. –¡Lo siento tanto, Charlie! Es mi culpa. No debí haberte dejado sola. Nunca hubiera sucedido si hubiera mantenido mi promesa-

Me estremecí ante el contacto, pero no me aparté. Aún me sentía sucia por lo que había pasado. No volvería a una fiesta nunca más. Es duro, probablemente, pero tenía una buena razón para ello. –Luke, no es la culpa de nadie más que de cualquiera que sea el nombre del chico. Si tenemos que culpar a uno de nosotros dos, sería yo.

-¿No sabes su nombre?

Negué con tristeza. -¿Te importa si me quedo a dormir? No quiero estar sola esta noche.

-Claro que puedes –dijo suavemente, mirándome con ojos comprensivos.

-Déjame decirle a papá que me quedaré a dormir. Ten un par de pijamas listos para mí.

-¿Boxers o calzoncillos?

Lo empujé. –Pantalones deportivos, traeré mi propia ropa interior.

Él se encogió de hombros. –Satisfácete tú misma. ¿Quiere decir que no llevas una camiseta?

Miré y escribí una nota en la pizarra blanca de la cocina diciéndole que estaría donde Luke. No me molesté en empacar nada. Tenía un cepillo de dientes ahí y me gustaba vestir la ropa de Luke, había algo en vestir ropa de chico que me gustaba. Quizá sólo era el olor de Luke en ella...

Fui a su casa y subí a la habitación de Luke. Él estaba descansando en su cama, leyendo una de las revistas de Teen Vogue que dejé ahí. -¿Estás seguro de que no eres secretamente gay? –lo molesté, dejándome caer en la cama.

-Estaba aburrido –dijo a la defensiva.

-¿Cuántas veces has leído esta publicación? ¿Veinte?

Me golpeó con una almohada y masculló-: Cállate.

Le dediqué una sonrisa y le pregunté dónde estaba mi ropa. Señaló la mesita de noche, la cogí y lancé mi ropa en su cesto. Él podía lavarla. Su camiseta era dos veces más grande que la mía, pero me gustaba el sentimiento de libertad que produce usar ropa extragrande.

Me acurruqué en el pecho de Luke y murmuré-: Gracias.

-No tienes que agradecerme. Para eso estoy aquí.

Me dolía pensar que en un par de años, no sería yo quien se acurrucara en su pecho. Probablemente sería su futura esposa, y yo sería todavía esa patética mejor amiga colgada de él.

-¿Puedo preguntarte algo? –pregunté, bostezando.

-Dispara. –Él comenzó a jugar con mi cabello. No era la primera vez que lo hacía. Cuando era más joven, pensaba que era una señal de que le gustaba. Solía pensar mucho las cosas... era tan estúpida entonces.

-Ya no eres parte de este tonto juego, ¿o sí?

Si lo era, mi corazón se destrozaría. Comenzaría a dudar respecto a todo sobre nosotros. Comenzaría a pensar que usó nuestra amistad como ventaja. No creo que él arriesgaría trece años de amistad por algo tan ridículo como un título.

-No, no soy parte de este tonto juego.

Me hizo sonreír. –Bien, pero sé cuánto querías ganar.

-Tal vez alguien se transfiera y la atrape.

Oh, Luke y su infinito entusiasmo. -¿Incluso con el resto del Top Four tras ella?

-Tengo habilidades.

-Dudoso. Buenas noches, Luke.

-Te amo, Charlie.

Un sentimiento confuso y cálido me recorrió el cuerpo en cuanto me acurruqué más cerca de él. Solo deseaba que lo hiciera de la forma en que yo lo hacía. –También te amo, Luke.

-Una pregunta antes de que te duermas, ¿cómo lucía él?

-No quiero hablar más sobre esto. –Iba a dormir muy feliz hasta que él lo arruinó todo.

-Sólo responde la pregunta.

-¿Por qué?

-Para que lo pongamos tras las rejas.

Sabía que no me dejaría en paz hasta que le dijera. –Cabello rubio arenoso, ojos color avellana, y más alto que yo.

-¡Hay una tonelada de chicos que lucen así en nuestra escuela! Y todo el mundo es más alto que tú.

-Sólo déjame dormir.

-De acuerdo, Charlie, dulces sueños. Esperemos que sean sobre mí.

Solté una risita en cuanto apagó la luz. Agotada, emocional y físicamente, caí en un muy necesitado sueño.

***

La señora Haggle leyó los nombres de nuestros nuevos compañeros. Probablemente sería emparejada con uno de los chicos de último año que solían echar todo a perder; siempre me sucedía. –Wendy y Paul, Gregory y Hunter, Beckett y Charlotte, Lucy y Mason...

Wow, ¿fui emparejada con Beckett? Esa era una nueva. Por lo menos no tendría que hacer todo el trabajo. Diablos, podría hacerlo todo él solo. Así funcionaba con todos sus antiguos compañeros.

-Su próxima asignación será disecar una rana y nombrar las partes del cuerpo mientras lo hacen. Señoritas y Jerome, asegúrense de amarrar su cabello mañana.

Todo el mundo se rió, incluyendo Jerome. Jerome tenía un monstruosamente largo cabello; estaba metido de lleno en el look hipie. Miré a Beckett y él me guiñó antes de que me diera la vuelta. Ah, genial. Él también estaba intentando meterse en mis pantalones. Al menos mientras lo hacía, tendría una excelente calificación en esto.

-Ahora, por favor abran su libro en la página cincuenta y tres...

Tenía toneladas de tarea de Biología esta noche, leer y llenar hojas de trabajo sobre el interior de una rana, demasiado para mi gusto. Una vez besé una rana después de leer El Príncipe Rana. Lo siguiente que supe fue que tenía una mosca en mi boca y que me estaba lavando con mucha agua. Nunca más volví a intentar besar a un animal.

Había dos formas de llegar a Beckett: siendo inteligente o siendo tonta. Si fuera inteligente, lo impresionaría. Pero al mismo tiempo, comparar mi inteligencia con la suya era como comparar el atractivo sexual de Chace Crawford con el de Mr. Bean. Si fuera tonta, definitivamente utilizaría su inteligencia en mi ventaja. Podría pedirle que fuera mi tutor y pasaríamos más tiempo juntos... haciendo tarea. Lo cual era todo menos divertido.

Después de clase, Beckett me alcanzó en el pasillo. –Me preguntaba si querías estudiar después de clases hoy...

Perfecto. -¿Como una cita de estudio? –pregunté lentamente.

Él se sonrojó. –Algo así.

-Bien, ¿dónde?

-¿Estaría bien en mi casa?

Estaba un poco vacilante a contestar. Aún estaba paranoica por lo que pasó en la fiesta. No estaba segura de que estar a solas en la casa de un chico sería una buena idea. A pesar de que Beckett no se veía como la clase de chico que se aprovecharía de una chica de esa forma, aún me sentía un poco asustada por ello. De hecho, ninguno de los chicos del Top Four se veía capaz de ello. ¿Pero por qué lo harían? Las chicas prácticamente se lanzaban hacia ellos.

-En realidad, ¿podríamos estudiar en la biblioteca?

-Amm... seguro, si quieres. Podría darte un aventón a casa cuando terminemos.

Asentí. –Tengo que pasar a mi casillero, pero te encontraré en la biblioteca.

Saqué mi teléfono y le envié un mensaje a Luke.

Cita de estudio con Beckett. Vete a casa sin mí.

¿Sola?

Sí.

No me gusta esto, pero sé cuidadosa. Llámame si necesitas algo.

Sonreí. Luke era tan protector, pero lo amaba por ello. Él era lo más cercano que tenía a un hermano. Aunque sería raro si fuéramos hermanos porque yo andaba de puntitas por él(2). Tomé el resto de mi tarea y caminé por la habitación llena de libros. Las mesas eran cuadradas, con sillas cómodas dispersas por todo el lugar. Addison promovía la lectura, pero raramente alguien venía aquí.

Abrí mi libro y nos pusimos a trabajar. Beckett era un excelente profesor, ayudándome a memorizar los nombres y las ubicaciones de los órganos en la rana.

-¿Quieres venir a una cita conmigo? Como... sin tarea.

Su brillante carro azul eléctrico estaba parqueado en la entrada de mi casa. Toda mi tarea hecha, y eran sólo las cinco. A pesar de que ayudaría con el plan, realmente no quería ir a una cita nadie. Tal vez todo esto del plan era estúpido y yo debería desecharlo.

-Lo siento, Beckett, no estoy realmente interesada por todo eso de las citas.

-Así que ¿quieres saltar hacia la parte del sexo?

-Hasta luego, Beckett.

Corrí fuera del auto hacia mi casa. Luke estaba en la cocina con mi papá. Estaba hablando en susurros, pero se veía muy acalorado.

-¡Ella merece saber! –dijo Luke.

-¿Saber qué? –solicité, colocando mi bolso en el suelo.

-Nada –dijeron simultáneamente.

Ahora estaba muy interesada en saber de lo que estaban hablando. –Díganme –insté.

Papá suspiró y me encaró. –Tu madre llamó.

-Ella no es mi madre. ¿Por qué llamó?

-Quiere tener un almuerzo contigo este fin de semana.

-Nop, de ninguna manera. No almorzaré con ella.

-Quiere reconectar contigo, Charlotte.

¿Quiere reconectar conmigo? Ella no me quiso antes, ¿por qué iba yo a quererla ahora? Pasé por los eventos más importantes de mi vida sin mi madre, aquellos en los que ella debería haber estado presente para ayudarme a atravesarlos.

-¡Qué mal!

-Sólo considéralo, Charlie.

-Luke, no me digas "considéralo". La odio.

-Aun así ella te dio a luz.

-Y eso fue todo lo que hizo por mí. Hemos terminado hablando de esto, ¿está claro?

Asintieron a regañadientes y yo me dirigí a mi cuarto, murmurando el odio por mi madre. Ella dejó que mi padre me criara casi en el mismo instante en que nací. Ni siquiera ha intentado contactar conmigo hasta ahora. Le envié un tiquete con mi recital de ballet, la invité a mi feria de ciencia, todos esos eventos a los que deben asistir los padres. Nunca apareció, lo que rompió mi frágil corazón de siete años.

***

-Beckett me invitó a salir –le dije a Luke.

-¿Y...? –dijo Luke con los dientes apretados.

-Relájate, Mr. Celos, lo rechacé.

-No estoy celoso –gruñó.

Rodé los ojos y caminé hacia Cálculo. –Oye Charlotte –saludó Alec, notándome por primera vez desde que estamos en primer año de colegio (el incidente en el centro comercial no cuenta).

-Hola, Alec.

-¿Quieres venir conmigo a una cita el viernes por la noche?

Vi las chicas a mi alrededor mirándolo soñadoras, deseando que fuera de ellas. Ni siquiera estaban en su clase. Las chicas acuden a él en tropel, ¿ah? Oh por favor, consigan algo de orgullo señoritas. Está bien, eso era algo hipócrita de mi parte, viéndome como una de esas chicas. ¡Pero eso fue sólo en quinto grado! ¿Debería aceptar? Ya había rechazado a Beckett, así que lo justo era rechazar a Alec también.

Alec frunció el ceño cuando lo rechacé, pero no hizo nada para persuadirme, por lo cual estuve muy agradecida. Por coincidencia, Tyler estaba en mi clase de gobierno. Ahora que lo pienso, tenía una clase con cada uno de los Top Four. Se aproximó en mi dirección, pero antes de dejarlo hablar, solté-: Déjame adivinar, ¿quieres una cita también?

Él arrugó su nariz. -¿Contigo? No gracias.

Bueno, decir que estaba mortificada era un eufemismo. La próxima vez, mantendré mi boca cerrada. Supongo que tener a la mitad del Top Four pidiéndote salir con ellos se apoderó de mi cabeza. Ya que Tyler rara vez le habla a la gente, asumí que me pediría salir. Mi error. –Bueno, entonces ¿qué quieres?

-Me debes.

¿De qué estaba hablando? No le debía nada. No le pedí dinero o alguna otra cosa, ¿o sí? –¿Te debo?

Asintió con suficiencia. –Salvé tu virginidad, ahora tienes que dármela a mí.

-No lo creo. Si esa es la única razón por la que me estás hablando, lárgate.

Y pensar que yo pensaba que me invitaría a salir. Él se encogió de hombros. –La tendré de alguna forma.

-Adelante, inténtalo.

Sonrió ladinamente. –Oh, lo haré. Y voy a conseguirlo.

~~~~~

(1) Wife Beater: camiseta blanca sin mangas.

(2) Serefiere a que está enamorada de él.

Siguiente capítulo  Capítulo 4: Linguine y Luke el Desagradable.

Continue Reading

You'll Also Like

18.7K 2.6K 20
Papá tiene un nuevo amigo. Es muy alto y no sabe hablar español, su nombre es Max (Chequito conoce a un amigo que tiene un amigo que tiene un perro c...
37.7K 6.7K 46
son posibles libros
320K 17.9K 34
LIBRO TRES DE LA SAGA ÁMAME. Summer ha estado enamorada de Nikolai desde que tiene memoria, ella siempre ha estado consciente de que nunca pasaría a...
276K 27.2K 44
Vanessa nunca fue creyente del amor. Elliot jamás creyó que alguien lo pudiera amar. El amor es Gris a los ojos de ambos, gris ante los dos de difere...