PERO ¿QUÉ PASA, QUE PASA CON LOS ÁNGELES?
PERSÉFONE MONTI BELLA
Al fin Jayden apareció en el laboratorio, llevo ocupando su lugar hace meses y la verdad que aguantar a Cooper me desgasta la energía. No saludo a nadie, aún se ve ciertos hematomas, esta un poco más delgado y se dejo crecer la barba, su cabello también luce largo.
Su mirada esta perdida, sus ojos color miel están apagados, marcados por grandes ojeras y esta desaliñado, el Jayden antes de la tragedia jamás se atrevería a venir como un pordiosero.
Me toca hacer entregas con Will el gruñón Blunt y Ciro Tomas, fuimos a los barrios bajos donde me toco hacer el trabajo pesado, luego a las residencias y por último en el centro comercial, donde uno de nuestros mayores compradores tenía sus tiendas como pantallas para la venta.
Habíamos estado bebiendo unos batidos y ahora nos encontrábamos dando vueltas esperando al gran señor Cook para proceder con la venta, aproveche para mirar unas vidrieras de ropa, pensando en cual comprar para renovar un poco mi ropero, las pocas prendas que tengo ya están bastantes desgastadas y fuera de moda.
—Persé — en cuanto me gire hacia la voz familiar me paralice asustada
—Hola Ana— la tía de Matthew estaba frente a mi y me abrazo tan maternal, era la hermana menor de Claudia— ¿Cómo estas?
—Yo estoy muy bien pero mírate a ti hermosa— me pellizca la mejilla como cuando era niña y protesto, observo que esta con su delantal de camarera en el Nora café, ella tiene dos empleos, en el café y en las tiendas de la señora Taylor, es una mujer soltera y muy trabajadora, de niña solía admirarla mucho— ¿Cómo esta Matt?
—El esta bien — esbozó una sonrisa falsa porque hablar de el me pone triste
—¿Estas de compras? — sonrió y me tomo la mano— ven que te invito un latte como en los viejos tiempos
Cuando eramos niños con Matt solíamos escaparnos de la escuela para venir al centro comercial para pedirle a su tía que nos regale unos lattes ¡hermosos recuerdos!
—¿Esta todo en orden? — unas enormes manos me toman de los hombros, noto la mirada de asombro de Ana y maldigo al gruñón de Will
—Si todo en orden — de pronto me siento nerviosa, Ana lo mira de pies a cabezas al pelinegro y este aprieta más fuerte mis pobres hombros
—¿No me presentaras a la bella dama?— ¡¿espera qué?! Will el gruñón le dijo bella dama a la tía de Matt ¡wow!
—Soy Ana Blum — esta sonrojada pero extiende la mano hasta el y Will la toma en un apretón firme
—Will Blunt encantado
—No sabía que estabas acompañada Persé, disculpa debo volver al trabajo
—El es mi ami....— me interrumpen
—¿Donde trabajas?—Will se coloca a mi lado y la diferencia de altura con Ana es increíble
—En Nora café
—¡La mejor cadenas de café de toda Inglaterra! ¡mis favoritos!
—También los míos— quiero interferir en este raro interés de Will en Ana
—Yo quiero café también — Ciro Tomas aparece sonriendo y saluda —Ciro Tomas a su disposición
—¡Que lindo conocer a los amigos de Persé! ¡es una gran muchacha!
—Es la mejor — con Ciro miramos con asombro a Will y este sonríe, maldito falso
—Bueno nosotros nos vamos Ana —corto la conversación y esta me abraza, se despide de los demás, sale camino al local del café pero no me pasa desapercibido la mirada atenta de Will
—Así que ¿soy la mejor eh?— Ciro se comienza a reír y este bufa enojado
—Cierra la boca o te pondré una bala en la frente
—Hace un momento no decías eso
—Lo que hace el amor— bromea Ciro Tomas
—Odio trabajar con inútiles inmaduros como ustedes — sale hacia las tiendas del señor Cook en cuanto lo visualiza llegar
Luego de terminar las entregas, llegamos a la oficina de Pollack, este como últimamente lo hace esta bebiendo, nos recibe el señor Luca Levy quien cuenta el dinero y anota la producción entregada, nos despide por hoy.
Voy por el pasillo para bajar las escaleras camino a la salida pero un brazo me coge fuertemente al laboratorio, caigo de bruces al suelo lastimando mis rodillas, nuevamente soy levantada y un puño se conecta con mi mejilla, siento el dolor recorrerme el cuerpo, caigo en seco al suelo y observo la imponente figura de Jayden Pollack.
—¡Tanto tiempo perra asquerosa!— escupe con odio y yo trato de escupir la sangre que se mezcla con la saliva
—Jayden por favor — suplicó para que no me mate a golpes
—Te mataría ahora mismo— saca el arma y me apunta en la frente, cierro los ojos temblando — pero me acompañaras a un sitio, necesito una carnada
—¿De qué hablas?
—Ahora eres mía— parece un desquiciado con su cabello revuelto y sus enormes ojeras, me da mucho miedo— vamos — me levanta de un solo brazo y coloca el arma en mi espalda— no intentes escapar porque te disparo y luego me encargare de asesinar uno a uno a tus familiares
Temblando con el detrás mió salimos hasta afuera donde tiene su coche aparcado, en el salón no había nadie y si realmente alguien vio ni siquiera se intereso en intervenir.
Con poca delicadeza me lanzo en el coche en el lado del conductor, lo mire aterrada, prefería ir en la maletero que aprender a manejar con un loco con un arma apuntándome.
—Jayden no se manejar
—¿Adivina qué? aprenderás a manejar dulzura
—¡Jayden no!— con la culata del arma me golpeo en la otra mejilla, nuevamente la sangre broto de mi
—Gira la llave mientras pisas el acelerador para que se encienda— lo hice y este rugió— ahora pisa el embrague y metes el cambio, luego pisas el acelerador y vas soltando de apoco el embrague— lo hice pero me puse nerviosa y lo solté al todo, el auto se freno en seco— ¡te dije que lo sueltes de a poco imbécil!
—¡Si me apuntas con una puta arma no puedo concentrarme! — grite asustada pero este ni se inmuto, me hizo una seña que lo intentara de nuevo
Estábamos yendo por la ruta principal, el auto se detiene de vez en cuando, pero de apoco le tomo la mano, casi chocamos a un camión, en la ciudad choque un cesto de basura pero a Jayden pareció importarle poco. Iban en silencio, el aún apuntaba el arma ahora en mi costilla, mi cuerpo estaba rígido, mis brazos se sienten aletargados y mi cabeza duele como el infierno. El cartel que indica que nos dirigimos para Oxford aparece frente a nosotros y me tenso ¡mierda!
¿Qué carajos quiere allá Jayden?
¿Por qué me trae a mi?
—Si piensas que te sirvo para atacar a los del reino de Oxford déjame decirte que sentenciaste tu muerte
—¡Cállate Perséfone! — mi costado duele cuando clava más el arma y chillo del dolor— me duele la cabeza por favor
—¡Que coincidencia que a mi también! ¿Sabes por qué?— lo mire rápidamente antes de volver la vista al frente — porque un imbécil me golpeo dos veces y luego me apunto obligándome a conducir cuando no sabía hacerlo
—Mira el lado bueno aprendiste a manejar— comenzó a beber de una petaca
Luego de dos horas llegamos a Oxford, el camino se me hizo familiar, pero nos desviamos hacía un estudio de danzas, Jayden aún apuntándome me pide que pise el pedal del freno lentamente hasta que el auto se detiene en seco.
—¿Qué hacemos aquí? — Jayden me pone el arma en la boca para callarme pero protesto empujándolo asustada — si querías que no hable simplemente dilo pero no me apuntes con tu puta pistola
—Hace rato que te pido que dejes de hablar y parece que esta es la única manera
—Tan delicado como siempre
Jayden me ignora observando detenidamente la entrada del lugar, vale comienza a asustarme su comportamiento, golpetea el tablero del auto con sus dedos en un gesto ansioso, quiero decirle algo pero cierro la boca optando por el silencio. De pronto un grupo de chicas salen del estudio, se ven niñas de 13 años o capaz menos, se abrazan despidiéndose y de pronto cada una se desvía en diferentes direcciones.
Por delante nuestro una chica pelirroja mira a ambos lados buscando alguien, tal vez un coche o a sus padres, Jayden sale rápidamente del coche y por impulso lo sigo. La mirada azul de la niña se choca con la mira, luce asustada, su cuerpo tiembla, es porque Jayden la apunta fijo con el arma en la cabeza.
—Jayden detente — mi voz suena temblorosa y asustada
—Te daré todo lo que tengo, déjame ir por favor
—¡Sube al coche!— suena calmado pero se que no es así
—Jayden detente por favor— la niña me mira suplicando que la ayude
—Cállate —este se acerca a la niña y toca su cabello suavemente logrando que solloce
—Vivo en la otra cuadra, te daré lo que necesites
—Claro que lo harás —sin pensarlo le pega con la culata del arma en la sien, esta cae al suelo y yo pego un grito horrorizada—ábreme el maletero
—No nos llevaremos a esta niña ¿Acaso enloqueciste?
—Hazlo ahora ¡Dios mío!— me apunto firme
Con el apuntándome detrás abrí la cajuela del coche, el deposito con cuidado a la pelirroja y cerro, lo mire horrorizada y este me volvió a apuntar señalando el lugar del conductor pero retrocedí negándome a subir.
—¡Por Dios Perséfone! ¡se supone que esta niña me daría problemas, no tu!
—Jayden baja a esa niña antes que nos metamos en problemas
—Justamente es eso lo que quiero
—¿Quién es ella?
—¡Sube al maldito coche Perséfone!— sigue apuntándome
De pronto todo pasa en cámara rápida, alguien viene y golpea por detrás a Jayden, este cae al suelo en un golpe sordo, observo asustada a quien me salvo y es Deuce ¡por todos los Dioses!
Esta con su cámara fotográfica y un bolso, luce un traje formal, su ceño esta fruncido y mira con enojo hacia el pelinegro que yace en el suelo.
—Perséfone ¿qué diablos pasa aquí?
—Deuce vete por favor —tanteo la cinturilla que llevo buscándola pero el arma la deje en coche de Ciro Tomas cuando regresamos, maldije por lo descuidada que soy
—Se prendió la fiesta —Jayden sin pensarlo dispara y la bala impacta en el brazo de Deuce, este cae emitiendo un grito de dolor y corro a su lado aterrada— te dije que subieras al coche perra
—¡Hijo de puta no le hables así! — grita entre dientes
—Es mucha sangre —trato de frenarla pero es imposible— necesita atención urgente ¡Jayden haz algo idiota!
—Déjalo aquí muriendo— lo apunta y me entrometo entre ambos —Perséfone me estas retrasando todo
—Tenemos que ayudarlo por favor —sollozo y este bufa frustrado
—La bala no salió así que esta siendo como un tapón para disminuir hemorragias— Deuce explica tranquilo
—Estará bien ya verás— Jayden sin tanta delicadeza lo entra al coche y esta vez sube el para manejar
Salimos a toda velocidad, trato de que Deuce no se duerma, me susurra que estará bien y tomo su mano dándole un leve apretón mientras lágrima silenciosas caen por mi rostro, me siento demasiado aterrada, Jayden esta fuera de control y Deuce tuvo la mala suerte de estar en el lugar incorrecto, en realidad su error fue conocerme a mi.
Jayden conduce a una velocidad increíble, Deuce esta teniendo una bradicardia, cierras los ojos maldiciendo por el dolor, sigo apretujando su mano para despertarlo, el tiene mi chaqueta atada en forma de torniquete improvisado, no estaba apretado porque Deuce me indico que la herida no era profunda así que ponerlo muy apretado solo lo empeoraría, ventajas de tener una madre enfermera.
—¿Tendrás vendas y alcohol?
—¿Acaso tengo cara de farmacia?
—Tienes cara de estúpido —susurra Deuce despacio pero se que Jayden lo escucho
—Podría dispararte en el otro brazo así estamos a mano
—Jayden no —lo reprendo y este me mira con el ceño fruncido en desacuerdo
—Pues mantenlo callado entonces y tu también cállate que ya me cansas
—Tu también eres muy simpático
—Deuce no hagas esfuerzos por favor
Milagrosamente llegamos a Liverpool, Jayden frena en mi departamento y me apunta con el arma para que baje, Deuce ni siquiera puede hablar y eso me preocupa, bajo asustada y me grita que baje a Deuce también, como me demoro en el proceso el mismo se baja y de forma brusca lo tira al suelo junto con su cámara y el bolso.
—¿Sabes lo que pasará si hablas?— apunta a Deuce nuevamente
—Jayden lo se, no diremos nada ¡por favor!
Sin decir nada sale a toda velocidad, corro para tratar de levantar a Deuce y llevarlo con Noah urgente pero esta muy pesado y al borde de la inconsciencia.
—¿Perséfone que sucede? — la voz de Matt me despabila y lo veo correr hacía nosotros—¿Quién fue? ¿Deuce amigo? — toca su rostro tratando de que le responda pero es en vano
—Debemos llevarlo a la casa de Noah el médico
Sin decir nada, cada uno toma un brazo de Deuce y se lo pasa por el cuello, lo llevamos a las rastras caminando hasta que visualizó un taxi, lo frenamos y subimos sin decir nada pero no me pasa desapercibido la mirada de horror del señor hacia el chico ensangrentado en el asiento de atrás, también a mi con toda la cara y manos de sangre.
Cuando llegamos a la casa de Noah, bajamos rápido y le pago al conductor diciendo que se quede con el vuelto para la limpieza por las manchas, llegamos a la puerta con un Deuce ya desmayado.
La puerta es abierta por una mujer esbelta que ambos conocemos muy bien.
—¿Tía Monica? — Matthew esta igual de confundido que yo
—¿Pero que diablos le sucedió a Deuce? — su mirada de horror se desvía al castaño entre nosotros y se abre camino para dejarnos ingresar
—¡Deuce! ¡Persé! ¿Qué demonios.... —Noah sale la cocina solo con bóxer, el torso al descubierto, y un delantal puesto, vale la imagen mental que guardare en mi memoria es increíble
Sin decir nada nos pide que llevemos a Deuce a la mesa donde lo acuesta, este luce inconsciente totalmente, procede a desinfectar la herida y trabajar en extraer la bala.
Nos encontrábamos en la sala los tres en un silencio tenso, Monica estaba con una camisa que reconocí que pertenecía a Noah.
—Bien nos dirás ¿qué haces aquí? o debemos usar la imaginación— Matthew recorrió la sala de brazos cruzados — mira que tengo una imaginación digna de películas de películas de ciencia ficción
—Pues no es que sea de su incumbencia lo que hago aquí —Monica se coloco ambas manos en la cintura — ¿qué diablos hacen ustedes aquí con Deuce herido?
—Buena pregunta no, Perséfone ¿quieres responderla?
Yo que estaba con la mirada perdida en el suelo doy un respingo cuando siento como Monica camina hacia mi aún con las manos en su cadera en un claro signo de enfado.
—Nos gusta el sexo ¿rudo? — quise aligerar la tensión pero esta me miro indignada
—¡Di la maldita verdad! — exigió en un tono acusador
—Yo, nosotros....
—Matthew ayúdame a cargarlo hasta el sillón — Noah apareció con una expresión de cansancio
—Debemos llevarlo a casa —propongo
—Los llevare en el coche entonces pero antes revisare tus heridas pequeña
Noah sutura el golpe de mi mejilla derecha que seguro fue con la culata del arma de Jayden, revisa los demás y cuando termina me da un beso en la frente.
—Mira yo nunca indago pero lo que sea en lo que estas metida no debería arrastrar a Deuce, lo conozco de niño y es una gran persona, no estaría jamás metido en estas cosas.
—Fue un accidente Noah, lo juro yo...— este me corta en seco y sale a la sala
Cargamos a Deuce en el coche, y al llegar al departamento también ayuda a cargarlo hasta dejarlo en la cama que comparto con mi amigo, cuando se va me abraza y Monica me indica que nos debemos una conversación, Matthew también le dice que deben aclarar ciertos temas.
Me siento en la cocina agotada y bebo un vaso de agua, no había notado el temblor de mis manos hasta que le preste atención.
—¿Me dirás la verdad al fin? — Matt esta con los brazos cruzados apoyado en la barra— porque tengo al novio de mi amiga inconsciente con una herida de bala y a mi amiga con una sutura en el pómulo derecho aparte de los hematomas del izquierdo
—Fue Deuce el...
—¿Deuce anda en cosas raras?
—¡NO!— siento la necesidad de aclararlo — Deuce estaba trabajando en un estudio de baile en una sesión con el ballet, cuando termino íbamos camino al coche pero observamos como un chico estaba agrediendo a su pareja, con un arma y Deuce quiso ayudarla pero...— cierro los ojos buscando otra mentira y las lágrimas caen por mis mejillas, como odio mentirle a Matt—El chico me apunto a mi pero el se metió y recibió el disparo
—¿Y qué más? —Matthew parecía desconfiado
—Yo quise defenderlo pero el chico me golpeo con la culata del arma y bueno
—¿Cómo llegaste?
—Pedí un taxi
—Ve a descansar Persé yo me quedare en el sillón — su tono frío y distante me descoloca, esperaba un discurso y un abrazo al final como siempre pero este sale a la habitación a buscar cobijas dejándome sola
Camino hasta el baño y me doy una ducha con agua fría, tratando de quitarme las manchas de sangres y llorando por las emociones vividas hoy.
Cuando termino me pongo una camiseta larga junto con mi diminuto pantalón corto, me acuesto al lado de Deuce y lo acurruco con las cobijas para que no pase frío, aprovecho y lo abrazo con cuidado de no dañarlo más de la cuenta.
Sin pensarlo el sueño me vence y caigo rendida a los brazos de morfeo pero un último pensamiento me viene a la mente, la niña pelirroja, mañana debo buscar ayuda para devolverla a su hogar.
RAPHAEL DIAMOND
Todo el tiempo parecía detenido, nadie respiraba, nadie se movía pero las sombras me atormentaban con arrastrarme al pozo que hay al final de suelo. Desesperado comienzo a disparar para todos lados buscando ahuyentarlas pero es en vano, quieren llevarme, quieren llevarlo.
Corro y agarro su cuerpo entre mis brazos, mi amado angelito yace muerto, su cuerpo inerte me trae a la realidad y sin contenerme más lloro, grito desesperado buscando consuelo pero no lo obtengo, no lo merezco tampoco.
Levanto el rígido cuerpo de Ángel y lo pongo en la mesa de la cocina, comienzo a realizar maniobras de reanimación, luego respiración boca a boca pero nada parece traerlo a la vida. Nuevamente desesperado tomo su cuerpo y me siento en la orilla abrazándolo fuerte, temo que le de frío.
No se cuanto tiempo pasa pero la puerta es abierta de un disparo, doy un respingo asustado pero de nuevo las sombras negras corren a toda velocidad hacía mi.
—¡Aléjense de nosotros!— grito dando patadas desesperado hasta que alguien me inmoviliza los pies, reconozco de inmediato su rostro es mi hermano Andres quien me grita enojado
—¡¿QUÉ LE HICISTE?! — esta vez escucho la voz de mi hermano Carlos
Me tratan de quitar el cuerpo de mi hijo y me resisto pero una tercera persona llega y me golpea fuertemente en la mejilla desestabilizandome, era Caín y lucía furioso, se abalanzo sobre mi sin dejarme de golpear, estaba muy cabreado.
—¡Caín detente!— Carlos lo quiere agarrar pero este cegado por su ira sigue golpeándome, siento el sabor metálico en mi boca
Un disparo los deja a todos tensos menos a Caín quien me sigue golpeando sin inmutarse, estoy al borde de la inconsciencia pero no me interesa.
—Caín detente hijo— tiemblo cuando escucho la voz de mi padre— déjamelo a mi— coloca una mano en su hombro y esta parece reaccionar
Este se niega pero cede unos segundos después respirando con dificultad, comienzo a sollozar sin razón alguna.
—Andres y Carlos quiero que vayan con Luke y Chris que solicitan una reunión urgente— su tono es frío como el que pone siempre que estamos en el trabajo, su tono relajado y distante como si tuviera todo controlado— tu Caín vete con ellos por si necesitan refuerzos
—Pero papá el ...— Andres es interrumpido con un grito
—¡QUE TE VAYAS AHORA JODER!
Cuando Martin Diamond gritaba significaba que alguien saldría herido, era un hombre violento que pocas veces guardaba la cordura.
Carlos sollozaba en silencio pero Andres lo llevo arrastras del brazo, Cooperman ya se había ido hace rato sin querer mirar atrás.
Cuando solo quedamos nosotros en la habitación este se giro hacia el cuerpo de Ángel, se agacho y acaricio su rostro. Por primera vez en mi vida veo llorar a mi padre, nunca se demostró débil ante nosotros ni nadie. En cierta parte su llanto me rompió el corazón.
—¡Perdóname papá!
—Mi niño, mi Angelito — recorría su rostro buscando indicios de vida pero era en vano yo lo había intentado pero no obtuve resultado
—¡Papá ayúdame!
—Tu no mereces nada en esta vida, solo viniste a arruinarlo todo— escupe con odio levantándose hasta donde estoy en el suelo— ¡¿qué culpa tenía el?! ¡¿por qué no te mataste tu?!
—Papá ayúdame no me reconozco, tengo miedo y veo cosas ayúdame a recuperar a mi hijo
—No eres mi hijo Raphael, te detesto tanto que solo deseo una muerte lenta y dolorosa
Eso sí que había dolido, supongo que cosechas lo que siembras
—Culpa tuya perdí todo, yo no quería pertenecer al reino, yo....
Un golpe en seco me dejo sordo, luego una patada en mi estómago me retuerce, dispara hacía mis testículos y chillo de dolor pidiendo clemencia pero este no para parece segado.
—Mira lo que me haces cometer — grita sacado, de pronto se desprende el saco y se arremanga la camisa, con un cuchillo me apuñala en cada pierna
Dejo de sentir dolor debido al entumecimiento de mi cuerpo, siento una líquido mojar mi cuerpo y cuando cae en mi boca me ahogo, toso buscando aire pero la nafta me asfixia lentamente.
La cara de mi padre es lo último que visualizo, esta con un encendedor y me lo larga provocando que una extensa llamarada comience a consumir mi cuerpo, grito desesperado.
—Nos vemos en el infierno hijo— sus ojos están llenos de lágrimas
Lo veo cargar el cuerpo de mi hijo y salir con el cuerpo de Ángelito entre sus brazos.
Siento el calor apoderarse de mi cuerpo, un dolor ensordecedor me escuece todo el cuerpo, el olor a carne quemada llena toda la sala, mis gritos van quedando atrapados en el aire.
A lo lejos visualizo a las sombras, sonríen maliciosas esperando el momento, trato de gritarles que se alejen pero son más rápidas y en menos de un minuto mi cuerpo es devorado por ellas.
La oscuridad me recibe como una vieja amiga, me arrastra al fondo donde el fuego invade a sus alrededores, me siento vació y triste pero a lo lejos veo una sombra enorme con una corona.
—BIENVENIDO AL DESCANSO ETERNO RAPHAEL DIAMOND
RHAPAEL DIAMOND