DAMIÁN - PARTE 2 © [subtítulo...

By Alexdigomas

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¿Y si nada terminó con la pregunta? «¿Damián?, ¿quién es Damián?» Eso es lo último que Padme Gray recuerda... More

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Muy pronto
Damián en físico/Damián en Wattpad
Asfil
Puntos importantes
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By Alexdigomas


A buscar respuestas

Aunque en este Asfil puedes encontrar más dudas


—¿Te la frotaste?

—Sí.

—¿Sin ropa como te ordené?

—Sí.

—¿Por todo el cuerpo?

—Sí.

—¿Y por cuánto tiempo?

—Por todo el que me dijiste.

—¿Incluso por la cara?

—Que sí, Poe, me froté tu camisa por todas partes para que mi piel tuviera olor a Noveno —enfatizo las afirmaciones que ya he dado—, y esto ya está sonando muy raro.

Lo oigo emitir una risilla por lo bajo, una de esas pillas que recuerdo, aunque por estar parada detrás de él no oigo bien lo que dice entre dientes, pero me parece que es algo como:

—Supongo que todavía hay partes de mí que son difíciles de contener...

Bien, no ha parado de soltar muestras de que le molesta mi compañía pero que debe soportarla para no estar solo en esto. Y mientras más las suelta más entiendo que no es que haya cambiado, sino que solo está tratándome diferente porque me detesta.

Pero me enfoco en la razón por la que estamos ocultos y asomados por el borde del callejón. Aunque no cualquier callejón, sino el mismo por el que aquella vez seguí a Damián hacia el bosque. El mismo que me llevó a su trampa.

Pero este día es diferente a ese. Aquel era un día hermoso, soleado. Este es gris, el cielo está nublado con veteados negruzcos, el ambiente frío con una ligera bruma blanquecina.

Y... aun así, en el pueblo se está dando la feria de Asfil.

Solo que es totalmente diferente a como la recuerdo, porque ya no es una "alegre feria" sino una "horrorosa exhibición".

Si no hubiera vestigios en mi confusa mente sobre asesinatos y sangre, estaría aterrada, vomitando, con mi moral latiendo y mi desesperación buscando hacia donde correr. Pero esta vez solo estoy impresionada, aunque quieta. Mucho. (Supongo que lo de estar incómoda con esto si no se me quita).

Pero igual no soy la única asombrada. La esculpida boca de Poe está medio abierta, analizando lo que muestran los puestos de la feria. Lleva unas gafas oscuras y un sombrero marrón que le dan un aire de espía, pero no tengo ni idea de dónde los sacó.

Aunque, ¿quién tiene idea de lo que hace Poe?

—Esto es impresionante incluso para mí... —lo oigo susurrar, estupefacto—. Nos confirma de nuevo lo que te dije: que aquí Los Novenos lo dominan todo y no están ocultos, porque, ¿cuándo en tu vida verías puestos así en nuestro Asfil? Allá colgaban calabazas, mostraban pies de mora azul, vendían dulces y guantes tejidos por abuelitas del año del cine a blanco y negro, pero aquí hay...

—Todo lo que le gusta a las personas como tú —completo yo con un suspiro que interiormente uso para calmar mi ansiedad.

Porque eso es: cosas que solo harían feliz a los Novenos.

Primero, la decoración que cuelga de los postes de luz y de los cableados son un montón de luces rojas que semejan gotitas de sangre. Muy estético, pero claro a lo que se refiere. Están mezcladas con luces blancas para darles algo de iluminación menos densa.

Segundo, las largas filas de puestos que están ubicados a cada lado de las calles, junto a las aceras, son una pasarela de ensueño para los Novenos que caminen por allí. Hay puestos de los que cuelgan dedos cortados, puestos que muestran cestas con uñas, packs de cabellos humanos, de piel despellejada, de utensilios para taxidermia, de juegos de cuchillos y juegos de todo tipo de arma filosa que pueda usarse para matar.

Hay algunos panecillos, dulces y camisetas alusivas a Asfil. También carne para cocinar, y una en especial para hacer hamburguesas. De hecho, el vendedor está cocinando unas que chorrean jugo, y me recuerda instantáneamente a las que estaban en la mesa de "mi madre".

Se me revuelve el estómago.

—No me incluyas, yo estoy acostumbrado a una vida Novena más... —Poe hace un ademán como si buscara la palabra más elegante—: modesta, digamos.

—¿Qué? ¿Te disgusta todo esto como a mí? —Me sorprende.

—No, para nada. —Niega con la cabeza, sonriendo ampliamente como si, a pesar de estar en este Asfil al que no pertenece, eso no le hiciera olvidar su naturaleza—. Puedo descuartiz@r a cualquiera y dormir una siesta sobre su piel despellejada, pero admito que toda esta exhibición pública a la luz del sol me parece algo... vulgar. Los Novenos nos caracterizamos por ser maestros del sigilo, de lo oculto, de aplicar el arte de matar con discreción. En parte es una de las cosas más divertidas. El hecho de que aquí todo sea obvio y todos sean iguales le quita la emoción. —Se encoge de hombros—. Esta gente me causa la misma impresión que la de las presas. Ninguna es diferente, y todas sirven para lo mismo.

—Bueno, eso tiene sentido dentro... de la filosofía Novena, creo —digo, pero vuelvo a mirar su ropa con extrañeza, ya sin poder controlar la curiosidad—. Y por cierto, ¿de dónde sacaste esas gafas y ese sombrero?

—Se los robé a un muertito que encontré a cinco casas de la de Damián. —Se ríe con cierta burla—. Créeme, aquí encuentras cadáveres en cada calle.

Pestañeo. De acuerdo, ni siquiera voy a dudarlo. Me llega un trozo de recuerdo de él diciendo que mató en un hotel por aburrimiento. Que le robe a un cadáver debe ser una cosa mínima.

—Muy bien, aquí se supone que deberíamos llegar Damián y yo en mi auto, porque lo traje a la cafetería para que él entrara y tú lo siguieras —dice, mirando hacia la calle con suma atención, subiendo y bajando la cabeza para ver encima de los autos y entre los puestos.

Al oír eso que ha salido tan natural de él como si fuera algo que cualquiera supiera, el suelo se desvanece a mis pies. La feria desaparece a mi alrededor. Olvido la misión, olvido que estoy rodeada de Novenos y solo lo miro a él, o a la parte trasera de su cabeza. Hasta dejo de respirar un momento.

—¿Qué? ¿Fuiste tú? —Sale de mi boca en un aliento. El shock se dibuja en mi cara. Incluso sacudo un poco la cabeza, tratando de negar la realidad de lo que he escuchado.

—Deberíamos llegar ya... —dice en lugar de responderme, centrado en dar con el que debería ser su auto. Pero de repente no me importa eso, no me importa nada y tomo su hombro para voltearlo y que ahora sea él quien enfrente sus actos.

—¡¿Sabías que él me tentaría a seguirlo para que descubriera su secreto?! —le exijo una respuesta clara, y sí, sonando sumamente indignada y molesta. Sin miedo.

—¡¿Qué demonios haces si debo estar pendiente...? —se queja, más autoritario que yo. Pero alzo la barbilla, y lo reclamo con mayor valor:

—¡¿Sabías que él me metería en esto?!

—¡Sí! —No tarda ni un segundo en afirmarlo. De hecho, alza la barbilla tanto como yo. Chispea enfado entre nuestras miradas—. Sí lo sabía, y traté de convencerlo de que no lo hiciera, de que era mala idea, pero él te quería y yo lo acepté. En ese momento no tenía ni idea de que lo ibas a apuñalar de frente.

Abro la boca, lista para que el impulso y la rabia que ahora zumba en mis oídos me permita decir todo lo que estoy pensando, como:

¿Cómo, según él, me quiso Damián todo ese tiempo? ¿Cómo me quiso Damián al final? ¿No llegó a decirme que solo él podía lastimarme? ¿No llegó a bloquear todas las salidas para que yo no pudiera escapar de su mundo? ¿No tejió los hilos sobre mí para poder moverme? Y yo,

En mi mente y mi ingenuidad él no podía lastimarme.

Pero en realidad fue el mayor peligro.

Solo que nadie lo vería así. Dirían que yo, una estúpida, me dejé llevar por sus palabras, porque él siempre fue mi fantasía, porque fue el misterioso chico que siempre despertó mi curiosidad. "Tú te lo buscaste, él te quería".

Así que aprieto los labios y me digo que no, que no discutiré con él, que por ser, como él dice, la asesina de su mejor amigo y hermano, no diré nada, porque él no lo entendería

Poe me crucificaría. Los miembros de su manada de crucificarían. Cualquier persona me crucificaría por haberle clavado la maldita daga en el pecho, solo porque ellos no iban a sufrir lo que yo sufriría bajó las manos de ese monstruo sin consciencia; solo porque ellos jamás estarían frente a los ojos negros sin alma frente a los que yo estuve.

Pero no lo diré. Respetaré el dolor de Poe, ya que si hay algo de mí que no se ha perdido es que yo todavía siento empatía por los demás.

Hago bajar la colérica respiración acumulada en mi pecho. Me cuesta, porque por un momento se mantiene la expectativa de lo que vamos a decir, pero lentamente paso el foco de nuevo a la calle, rompiendo el enfrentamiento cara a cara.

—Ahora que lo pienso, ¿no pasaría algo malo si te encuentras y te hablas a ti mismo? —decido preguntar, recobrando la postura.

Poe también vuelve a su lugar detrás de la esquina.

—Bueno, podría crearse una paradoja y explotaremos —dice como si fuera cualquier cosa la posibilidad de que estallemos, nada aterrador—, o podríamos encontrar la ayuda que necesitamos. —Encoge los hombros, nada perturbado—. En nuestra situación ambas nos servirían. —Su análisis de la calle se detiene y se gira hacia mí—. Escucha, no parece que mi versión esté por aquí y no nos conviene esperar, así que iré yo mismo a la cafetería a ver si estás allí. Te pediré salir como lo haría cualquier amigo y te hablaré de esto discretamente.

Va a voltearse para irse, pero le tomo el brazo un momento para detenerlo. Tenemos diferencias en este momento, pero de nuevo, estamos viviendo juntos la confusa y peligrosa situación, no podemos separarnos mucho.

—¿Pero no sería muy peligroso? —dudo.

—¿Atravesar esa calle llena de Novenos superiores? Sí, pero es mejor que vaya yo que tengo el olor natural a que vayas tú, porque te descubrirían en un momento y no permitiré que mi magistral cuerpo sea profanado. —Es honesto, pero por un momento se pierde en sus pensamientos—: Aunque admito que me seduce un poco la idea de tener s3x0 con Novenos superiores, debe ser una experiencia nueva y deliciosa. —Hace una genuina expresión de pena—. Pero podría terminar muerto, así que solo esperemos que mi atractivo traje de espía no llame la atención. También por eso me cubrí los ojos con las gafas, mi mirada atrae al instante. Ah, nunca esperé que la vida se volteara y yo tuviera que ocultar la perfección que soy. —Vuelve a tierra de repente. Yo lo estoy mirando sin expresión alguna. De verdad es él pero contenido—. Bueno, quédate aquí, Padme. Este es el callejón por el que seguiste a Damián, ¿no? Existe una posibilidad de que las cosas sucedan diferente, por lo que mientras estoy en la cafetería su versión o la tuya podrían pasar por este lugar. Debes estar atentas y detenerlos.

Trago saliva. De nuevo me aterra la idea de ver a esas dos versiones, pero asiento. No hay más opción, porque es cierto que mientras más tiempo pasemos en este lugar, más peligro corremos, en especial alguien como yo que sigue siendo una presa por más que haya sobrevivido una Cacería.

Poe avanza con toda la esperanza dentro de su alto ser, y cruza la calle bordeada por puestos. Me pongo nerviosa. Hasta me doy cuenta de que mi corazón está latiendo más rápido y que mi estómago está sufriendo cierta ansiedad, porque hay mucha gente caminando y deteniéndose a ver las exposiciones. No puedo evitar sobrepensar:

Es posible que lo descubran. Es posible que alguien se voltee y lo mire, y sospeche, y se acerque a él, y le ponga una mano en el hombro, y perciba que su olor no es superior, sino inferior, porque ellos tienen la tarta casi completa y Poe solo un pedacito de ella...

Agh. Estoy asustada y pensando muy rápido

Pero no, nadie le presta atención. Las caras están sumidas en sus conversaciones, riendo, disfrutando. Cabellos negros, cortos, rojizos, rubios, largos, marrones. Sonrisas. Rostros que parecen mirarme pero solo están moviéndose hacia otro lado. Demasiado como para detallar bien, pero sí para confundirse.

Él llega al otro lado. Solo le falta avanzar hacia el interior de la cafetería...

Solo que de repente pasa un grupo grande de Novenos, todas las personas se me confunden, y lo pierdo de vista.

Joder.

Bueno, asumo que es porque ha entrado en la cafetería. Eso quiero creer. Así que espero a que salga.

Tiene que salir.

Me sudan las manos. Mi respiración agita mi pecho. Pienso algo que jamás esperé pensar en mi vida por lo desagradable que suena: que deseo que mi cuerpo huela a Poe lo más que pueda, y que él aparezca.

Una rama cruje detrás de mí. Como estoy alterada y nerviosa, giro la cabeza en un segundo con un escalofrío de miedo y una punzada en el pecho. Pero no hay nadie. Solo el resto del callejón y al final el inicio del camino al bosque.

¿Será mi paranoia? ¿Será que pienso en que nos van a matar?

Vuelvo a mirar hacia la cafetería. Nada de Poe, pero no puedo cruzar la calle para comprobar que está bien. Me descubrirían.

¿Alguien me está mirando? ¿Por qué siento eso?

Otra rama cruje detrás de mí. Esa vez también volteo con terror y sobresalto, solo que logro ver a alguien. No veo su cuerpo, nada más un segundo de las botas negras con trenzas que desaparecen tras la pared del final del callejón.

¿Botas negras?

¿Damián...?

Mis palpitaciones aumentan. Poe ha dicho que si uno de nosotros aparece debo decirle lo que nos está pasando, pero en este momento caigo en cuenta de que eso significa acercarme otra vez a Damián. A otro ser que podría resultar igual a él: manipulador, mentiroso, frío, sin empatía, empezando a pasar por El Hito.

No puedo evitarlo. Mi imagen y recuerdo de Damián Fox es la misma que la de nuestra dimensión. Y no debería, porque según Poe en esta todo podría ser diferente, pero no lo sé...

Si acabé con el monstruo, ¿por qué aún temo que venga por mí?

La mala sensación se acentúa porque este es el mismo día que yo lo seguí, pensando que tenía un pequeño secreto que nos uniría. Uno que me permitiría conocerlo finalmente. Uno que, al yo descubrir, lo haría fijarse en mí.

Pero... ya no siento eso. No siento el deseo de dar un paso hacia ese bosque, hacia él, hacia su trampa que seguramente está allí.

Más bien solo quiero huir. De este Damián. De cualquiera.

Ojalá no lo hubiera hecho antes... ¿Cómo habría sido todo para mí entonces?

Mis ojos se abren mucho de golpe. Este día. En este momento. En esta dimensión. Ella aún cree lo mismo que yo creí.

¿Tal vez podría salvarla de seguirlo y que ella no caiga en la trampa?

Pero, ¿y si ya se encontró con Poe?

No. De pronto veo una silueta en el final del caminillo del bosque, a partir de la zona donde se entra a la densidad. No está tan cerca como para detallarla bien, pero sí muy lejos como para que escuche algún grito. Pero veo su cabello oscuro.

Soy yo.

Es ella.

Se pierde hacia el bosque. Deseosa de ayudar a la versión inocente de mí, corro por el callejón. Por un instante me detengo en el inicio del caminillo; la entrada al infierno, sin salida.

Pero tomo aire. Hago puños de valor con mis manos. Conozco el camino. Conozco los pasos que dí. No quiero hacerlo, pero avanzo, sigo mis propios errores, porque si puedo evitar que se cometan, si puedo evitar que ella viva lo que yo viví, valdrá la pena.

Mientras me adentro en el bosque, el Deja Vu es impresionante. Me siento como la Padme de antes, la que con una curiosidad osada pisó esta grama y fue tras ese chico. Aunque de nuevo otra diferencia: aquí no se oyen muchos pájaros.

Todo se siente muerto.

Miro entre los árboles en busca de alguna figura. Aguzo el oído en el silencio. Aunque el oído no lo necesito porque de pronto vuelvo a ver alguien correr a unos metros de mi posición. No capto bien quién es por el grosor de los árboles pero de nuevo veo su pelo oscuro.

Mucho más igual al mío.

¿Soy yo?

Corro tras ella, asustada. Cuando empezó todo también fue así. Yo corrí hasta que encontré la cabaña y todo inició. Debo detenerla y luego pedirle ayuda para Poe y para mí. Ella nos creerá, tengo fe.

Mi pecho sube y baja mientras la estoy buscando. Respiro por la boca. El corazón me zumba en los oídos. Mis manos están frías. Mis pies dentro de mis zapatos, también. Tiemblo. Veo a todas partes.

Árboles.

Más bosque.

Padme, ¿en dónde estás?

¿En dónde estoy?

¿A dónde fuiste?

¡No entres en esa cabaña! ¡¡¡No dejes que él te atrape!!!

Mis pies tropiezan con algo. Voy a caer, pero no lo hago, porque me estabilizo debido a mi voluntad de encontrarla. Al bajar la mirada espero que sea alguna raíz o alguna piedra atravesada la que ha ocasionado esto.

Pero no lo es.

Ahogo el grito con la mano sobre mi boca. El mundo gira a mi alrededor, vertiginoso. Sangre saliendo de su boca. Los ojos abiertos y vidriosos, mirando fijamente al cielo grisáceo, ese que parece que nunca se despeja. Las extremidades extendidas sobre el suelo de más tierra que grama, inmóviles, e igual para las piernas. Una larga y fresca raja en su cuello, entre negruzca y carnosa de la que brotaron hilos de sangre roja y ahora están coagulados sobre su piel.

Soy yo, muerta.

Me agacho lentamente, en un shock helado. Mis ojos se humedecen al instante, porque no puedo ni parpadear, el horror está en mi cara. ¿Cuán impacto se puede sentir al ver tu propio cadáver? Este, con una profunda tristeza que me acuchilla el corazón, porque la forma en la que han atacado y dejado su cuerpo es cruel. Su ropa, una normal que mi madre me habría exigido usar, también está empapada en sangre.

Nunca llegó a la cabaña.

¿Este destino fue mejor?

—Padme... —susurro con la voz quebrada—. ¿Quién te hizo esto?

Es lo único que puedo decir, porque de repente siento que recibo un fuerte golpe en la parte trasera de la cabeza.

Y pierdo la consciencia.

*****

—¿Estás segura de que la encontraste en el bosque? —oigo una voz masculina algo lejana, como si viniera de un túnel.

Lo primero que siento es que la cabeza me duele mucho en la parte de atrás, con punzadas, y que se balancea como si hubiera estado durmiendo por mucho rato en una posición sentada que a la vez me hace doler el cuello. También, mis párpados se sienten pesados, pero voy abriendo los ojos. Mi visión es muy borrosa. Estoy confundida, pero entre lo difuminado y los colores mezclados, me parece ver a dos caras mirándome de frente, como si yo fuera un objeto curioso.

¿Estoy muerta?

En mi una aturdida mente tengo una imagen de mí muerta, pero ahora no sé si fue un sueño, porque estoy desorientada...

—Sí, ya te dije lo que pasó —dijo otra voz, pero esta vez femenina, aunque con un tono algo... ¿arrastrado, divertido y al mismo tiempo vanidoso?—: yo estaba en la cafetería disfrutando de la feria y vi que entraba este precioso hombre con ese aspecto de espía clásico... —La cabeza borrosa señala a mi lado. Yo, con la mía aun desbalanceada, la giro y veo a una figura masculina, pero también atada a una silla. Ahí es donde me doy cuenta de que yo también estoy atada, y no solo eso, también con un trapo metido en la boca para no poder hablar—. Me encantó ese estilo, así que lo elegí para mí y quise acercarme, pero él salió de la cafetería al verme. Yo lo seguí porque asumí que quería jugar a "persígueme y atraparme". Siguió por un callejón y me emocioné más. ¿Sex0 en el bosque contra un árbol en donde cualquiera podría vernos y oírme? Sí por favor —Ella suelta una risilla coqueta—. Pero entonces, como me acerqué mucho, quiso atacarme. De nuevo pensé que era un juego, porque también me gusta así. Pero me di cuenta de que el condenado atractivo sí estaba tratando de noquearme, cosa que no entendí porque todos en este pueblo saben que no pueden ponerme un dedo encima a menos que yo ponga el dedo primero. Así que lo noqueé yo antes. Y juro que iba a dejarlo allí tirado por más guapo y sexy que era, y por más que deseaba mirar más debajo de esa camisa de botones...

—Eris, no te vayas por las repugnantes esquinas como siempre —la interrumpe la voz masculina.

¿Eris...? ¿La ha llamado... así? Cierro los ojos con fuerza para tratar de aclarar mi visión más que nunca.

—Bueno, antes de dejarlo tirado percibí un olor. Uno muy claro que no había detectado en mucho tiempo. Así que, intrigada, lo seguí. Al llegar a esa ubicación la vi a ella tirada en el suelo, y lo comprobé apenas me agaché. Ahora huelela tú mayor cuidado. —La cabeza que estoy detallando un poco más como la masculina, que tiene cabello corto, algo como un sombrero y unos mechones sobre la frente, se acerca un poco a mí—. ¿Lo detectas? —Le pregunta la chica—. Huele un poco a Novena, pero predomina el olor a presa.

—Pero no hay presas en Asfil a menos que sean turistas sin conocimiento alguno del pueblo, y menos... —dice el chico, desconcertado—. así, ya sabes.

—Pues ella es una, Tate —asegura la chica sin ninguna duda.

—Pero él no. —La cabeza de la chica se gira hacia la otra persona atada, y con mi visión ya un poquito menos borrosa, voy cayendo en cuenta de que es Poe. Su voz delata que ella sonríe, encantada—. Él huele delicioso, a Noveno, uno poderoso, aunque no tanto como nosotros. Entonces, ¿qué te parece todo esto? Parece poco creíble, pero... siento que es cierto.

Las cabezas se alejan y las figuras quedan paradas completamente frente a mí, mirándome, porque soy algo intrigante para ellos.

Yo vuelvo a parpadear con mayor fuerza, soltando aire por la boca. Logro estabilizar mi cabeza. Ya siento mis muñecas y mis pies atad, pero las cosas se están aclarando cada vez más.

Ahora puedo ver que sí, son un chico y una chica, ambos altos. Ella tiene un largo cabello rojizo, perfectamente peinado en unas ondas sensuales que cubren elegantemente parte de uno de sus ojos delineados. Sus labios están pintados de rojo. Lleva una falda gris a la altura de los muslos y sobre ella corset negro de estilo vintage, clásico, nada vulgar, más bien elegante. Debajo del corsé una camisa blanca de mangas muy cortas. Tiene los brazos cruzados.

El chico llamado Tate, también. Tiene cabello negro hasta la altura de las orejas con algunos mechones azulados en él. No se ve peligroso, más bien tiene un rostro que podría considerarse amigable, con ojos grandes y rasgos finos. Su ropa es un pantalón azul y su camisa un pulover blanco con camisa verde debajo. Un sombrero casual cubre parte de su cabeza.

Solo que él no me impacta tanto como ella. De hecho, me deja demasiado perpleja al terminar de detallarlos, porque ella... ella...

Ella sí es idéntica a Eris, tal y como él la ha llamado. Su cara es la misma, sin ninguna diferencia. La cosa es que tengo un recuerdo de Eris desaliñada, odiosa, irritada con todo el mundo. Una Eris que juzgaba a cualquiera y que jamás habría usado una ropa tan genial y coqueta como esta. Una que jamás hablaría con un tono juguetón e insinuante como le estoy oyendo hablar a esta.

—Pues esto es muy, pero muy raro —suspira el chico, de repente sonando muy preocupado. Se rasca un poco la barbilla—. ¿Es... posible?

—Ay, ¿qué es imposible en este lugar, Tate? —Eris cruza los ojos con una risita—. Bueno, tal vez que alguien no se fije en mí; pero todo lo demás es posible.

—En ese caso, ¿qué le habrá pasado? ¿quién la habrá noqueado? Siendo como es y estando allí, indefensa, ¿no la habrían matado al instante? Pero solo la dejaron ahí.

—No lo sé, pero menos mal que la encontré yo —asiente la... ¿Eris?—, porque de inmediato supe que debía traerla.

Hay un silencio, como pensativo. Se me va aclarando todo de tal manera que en lo que giro la cabeza de nuevo, logro ver que quién está a mi lado es Poe, también atado con cadenas y con un pañuelo en la boca, pero su cabeza está inclinada hacia adelante porque él todavía no ha despertado.

—Bueno, tenemos que llamarlo —dice finalmente el chico en un tono de que no hay más remedio—. Él tiene que ver esto.

—Esto lo va a dejar tieso. —La chica lo dice muy segura—, y cuando reaccione...

—Se enojará mucho por haberla traído, lo sé —asiente el chico—, pero no podemos ocultarla y tampoco creo que debamos.

Eris se acerca a Poe. Los pasos de sus tacones negros resuenan en este piso. Descruza los brazos y con sus manos de uñas largas pintadas de negro, le acaricia el cabello rubio. Veo en sus ojos una chispa de deseo, un antojo apasionado, y en su sonrisa una intención perversa, un hambre caprichosa.

Me recuerda... a él mismo...

—¿Y qué hay con él? —pregunta ella, aún tocando sus ondas rubias. Hasta la oigo suspirar—. Por favor dime que también lo dejaremos aquí, es precioso. No paso dos noches con nadie, pero sí las pasaría con él.

Tate niega con la cabeza como si ella no tuviera remedio.

—¿Tú para qué lo trajiste? ¿Sabes si está con ella?

—No lo sé, es que me gustó mucho —se rie Eris con simpleza, y con un ronroneo agrega—: después de noquearlo pensaba hacerle pedirme perdón de rodillas, perdonarlo y darle cuidados especiales...

—Bueno, él decidirá qué haremos con los dos. —Tate solo dice eso—. Ya vuelvo.

Estoy demasiado impactada, porque ni siquiera puedo dejar de ver a Eris. En mi interior hay una mezcla de confusión y sorpresa. Recuerdo su traición, el dolor que me causó. La recuerdo siendo malvada, despiadada, fría, una Novena descubierta al final a la que no le importó nuestra amistad.

Pero esta no luce así. Entonces es la misma, pero... ¿al revés?

—Me pregunto cómo te llamas —le dice ella a Poe, ahora rodeando su silla como una sensual depredadora. Está tan hipnotizada con él que ni se da cuenta de que la estoy mirando con ojos de impacto—. Qué cabello rubio más hermoso, que piel tan perfecta. —Se le detiene al frente y le alza la barbilla con delicadeza para verlo a la cara—. Duermes como un ángel y tienes rasgos de ellos. Jamás había visto a un hombre como tú. —Se inclina hacia él, cerca de su oído. Hasta ese movimiento resalta la curvatura de su cuerpo—. Además tú sí hueles a Noveno. Un Noveno parecido a los Andróginos, y es tu olor natural. No había percibido esto desde hace mucho... —Se toma un momento para seguir oliéndolo, ni parece raro, ella también es hipnótica. Luego de repente gira la cara hacia mí con esa sonrisa pilla y los ojos que intimidan—. Fue él quién impregnó su olor en ti, ¿no? Para ocultarte. Entonces sí eres una presa, pues esto va a ser muy divertido.

Aunque no tengo forma de hablar por el pañuelo metido en mi boca, la conversación igual se interrumpe, porque ambas oímos pasos rápidos acercándose. Eris se endereza sin ningún miedo, más bien curiosa con lo que puede pasar.

Y yo también lo estoy. Me siento tan a la expectativa sobre quién es "él", que ahora la ansiedad se está apoderando de mi cuerpo. Algo me dice que debería tener miedo. Mi intuición está de acuerdo. Aprieto mis dedos atados por detrás. Se me revuelve el estómago.

En lo que la figura aparece en el pequeño cuartito en el que nos encontramos, entiendo que a pesar de que Poe lo ha dicho, yo no estaba completamente preparada para esto, por eso mis ojos se abren hasta el límite. Pierdo el aire. Por mis fosas nasales no entra nada. Y no es físicamente posible, pero me parece que mi corazón se paraliza, que da un vuelco:

El cabello desenfadado y tan azabache como sus iris. La chaqueta de cuero negro a juego con la camisa debajo; los jeans oscuros y las botas rústicas trenzadas. La misma mirada apática con sutiles ojeras debajo de sus ojos, enmarcados por cejas oscuras, que inspiran obstinamiento e indiferencia a todo lo que lo rodea. La odiosa inexpresión de su cara.

Y alto. Intimidante. Con esa enigmática aura rodeándolo; dando esa impresión de que él podría hacer algo muy malo; de que puede ser un demonio capaz de llevarte a un tentador infierno.

Ha entrado de la misma forma que entró aquel día en la cafetería, con la misma ropa, con los mismos pasos.

Como lo fue en ese momento: mi más oscuro secreto.

Damián.

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Bueno, hoy vengo para dar un regaño. Saben que yo lxs amo mucho y que soy muy dulce con ustedes y que jamás les hablaría mal. De hecho no es mi intención para nada, por lo que hoy vengo con un regaño más de mamá que de otra cosa.

No es agresivo (por favor no lo tomen así) pero es firme porque necesito que estén en control. Necesito que abran los ojos.

Estuve leyendo comentarios y quiero aclarar varias cosas:

-Les digo que esperen a que avance la historia y no esperan. Asumen cosas SIN SABER si son ciertas o no.

-Están con el que "si Damián está muerto yo no leo". ¿Saben si está muerto o no? Yo no voy a estar revelando de nuevo las tramas para aliviarles y que decidan leer, porque eso es injusto. Lo hice antes con STRANGE porque hicieron un montón de tiktoks y la gente empezó a decir: "yo a Alex no la leo más" SIN SABER qué seguía después.

¿Ustedes quieren saber si está vivo o muerto? Entonces LEAN la historia. Vean cómo avanza. En este libro tenemos UNA SOLA perspectiva que es la de Padme. Hasta ahora para ella ese personaje está muerto. Puede salir tanto como no puede salir nunca más. Pero PARA ELLA, dentro de lo que ella SABE, es así. No estén asumiendo cosas porque ustedes saben lo mismo que Padme. Así son los libros.

-Ese "quiero al Damián de verdad no al falso". ¿Cuál falso? En todas las dimensiones las versiones de un personaje pueden ser diferentes, pero son EL MISMO personaje. No hay nada como falso o de mentira. Aunque si nos ponemos en esas, ESTE Asfil, como ha dicho Poe, es el ORIGINAL (lean bien su explicación). ¿Entonces quién vendría siendo el otro Damián que conocen? La copia que ustedes piden. Pero NO es así en mi universo. Son simplemente: el Damián de la dimensión del libro 1 y el Damián de la dimensión del libro 2. Justo así. Nada más.

-De nuevo "quiero a mi Damián original". ¿Cuál? ¿El que perdió su consciencia y su alma por el Hito? Y no me vengan con que esto me lo saqué de la nada, poque en AMBAS versiones se habla del hito y desde el inicio Damián está pasando por él y está deteriorándose, hasta que llega al final y ya es un monstruo irrecuperable. Y EN TODO el libro, como se puede ver, trató muy mal a Padme, como una basura que solo era su títere.

¿Entonces qué historia creían que podía haber después de eso? ¿Padme encerrada en un sótano con un Damián loco que nunca iba a dejarla salir e iba a matar gente frente a ella para enseñarla a ser una Novena? ¿Eso es lo que ustedes querían para Padme con tal de ver a su Damián original? Porque yo no iba a escribir eso. No quiero. No me gusta. Porque repito ESTA NO ES NI FUE UNA HISTORIA DE AMOR. Y que él fuera el interés de la protagonista no significa que tenga que quedar con él. NO es una regla. NO hay reglas para la escritura.

Para ustedes yo busqué la mejor forma de seguir la historia. Esta nueva historia, y a la vez continuación, da la oportunidad de que la relación de Damián y Padme sea distinta e igual al mismo tiempo. ¿Un Damián sin el Hito? Pues es algo curioso.

Pero ustedes no permiten que eso suceda al cerrarse.

El mensaje del libro 1 es que Padme no escogió quedarse con ese monstruo. Y ella estuvo en todo su derecho. ¿Qué hará aquí? Tienen que leer para saber.

-"El Damián de esta dimensión me caerá mal", ¿cómo saben eso? ¿ cómo saben? ¿lo leyeron? Pues déjenme informarles que el Damián de esta dimensión es EXACTAMENTE IGUAL AL OTRO con una única diferencia que leerán después. Este es Noveno, este es amargado, este se enoja por todo, este mata, pero ya verán lo demás. 

¿Entonces qué les va a caer mal? ¿Lo mismo que ya leyeron pero sin que él se crea el Dios de Padme?

-"Poe no es el mismo". Poe es el mismo, pero está ENOJADO con Padme por haber acuchillado a su amigo. Desde su perspectiva, ella traicionó a Damián, porque Poe lo amaba más a él. De hecho, Poe nunca fue amigo de Padme, solo la aceptó como la chica de Damián, por él. Entonces ahora él siente resentimiento. Se llama "arco de personaje" que reacciona a los sucesos de la historia sin quedarse plano siendo el mismo. Es obvio que Padme y él tendrán visiones diferentes de esto. Para escribirlo bien es obvio.

¿Qué pasará después? Tienen que leer.

AHORA estos son los puntos principales. Miren, yo estuve a punto de morirme varias veces estos dos años, y en esas veces entendí que no dejaría que nada me perturbara más de nuevo, porque ningún hate o comentario se compara a estar en una cama sin saber si te va a dar un derrame cerebral o si mañana vas a despertar o no. Así que lo diré esta vez:

Déjenme escribir, dejen a la gente leer y al final juzgan. No estén asumiendo toda la historia por 3 capítulos y desinformando, que lo que pasa en un capítulo puede cambiar en el otro. Se predisponen a un cambio y obviamente reaccionan mal a él. Si están pensando que con este Damián sí y el otro no, nunca van a disfrutar más del libro, y me parece una pena porque muchas cosas y muchos giros se van a dar.

YO ya no escribo como en el 2016. Sigo teniendo mi esencia, jamás cambiaré, pero no voy a escribir tonterías sin sentido. Si tiene lógica, lo haré. Si no la tiene, está descartado para mí. Y esta es la ÚNICA forma en la que este libro podía seguir. Lo que tienen en sus mentes, no.

Ahora, hoy tengo que recibir tratamiento pero pasé el día editando lo de STRANGE porque ustedes son mi prioridad y los amo. Pero pareciera que en un momento los personajes importan más para ustedes que la persona que los escribe, es decir, yo. Y no lo entiendo, porque ustedes para mí siempre significarán más que cualquier libro o personaje.

Espero hayan disfrutado este capítulo. Besos. 

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