Cadenas del pasado

By MaggieAv24

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Will y Nico habían conseguido la casa con acera blanca, los niños y les faltaba el perro, cuando un accidente... More

CAPÍTULO I
CAPÍTULO II
CAPÍTULO III
CAPITULO IV
CAPÍTULO V
CAPÍTULO VI
CAPÍTULO VII
CAPÍTULO VIII
CAPÍTULO IX
CAPITULO X
CAPÍTULO XI
CAPÍTULO XII
CAPÍTULO XIII
CAPÍTULO XIV
CAPÍTULO XVI

CAPÍTULO XV

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By MaggieAv24

Will no quería terminar odiando a Nico.

Era el amor de su vida, pero cada que creía que podían volver a ser los mismos de antes, algo pasaba, era como si el universo les estuviera gritando.

Pensó que el hecho de que Nico no tuviera recuerdos sobre él, se podía superar. No era lo mismo, pero podrían crear nuevos recuerdos o Will podría hablarle sobre sus recuerdos favoritos, pensó que eso era suficiente. Al parecer no lo era, en lo profundo de él, supo que Nico solo estaba experimentando, en realidad era probable que ya no quisiera a Will de la manera en que él lo quería, pero tuvo esperanza.

Cuando empezaron los besos y los toques se sintió como la persona más afortunada de todo el maldito mundo, no era perfecto, pero después de todo, su esposo aun quería estar con él. Se había sentido borracho, pero al mismo tiempo todo era demasiado bueno y estaba esperando que cayera el otro zapato.

Lo hizo.

Se había dado cuenta desde la plaza que Nico se empezaba a sentir incómodo y avergonzado porque los vieran juntos, ni siquiera había tomado la mano de Bianca. Intentó entenderlo, pero le costaba demasiado trabajo ¿cómo podías avergonzarte de tu familia?

Cuando recién conoció a Nico, había pasado por un problema similar, pero en ese entonces no habían tenido una historia, una vida que compartir, estaban empezado y eran prácticamente extraños, en ese entonces Will no le dio demasiada importancia, Nico se estaba descubriendo así mismo, fueron 25 años de vivir reprimido, no le veía el problema.

Pero ahora, después de años juntos, una casa, una niña y toda una historia, el que se sintiera avergonzado se sintió como una traición más profunda, fue como si hubiera tenido el cuchillo para apuñalarlo y cuando estuvo en el suelo aun lo retorció. Fue un sentimiento horrible.

La persona que más puedes odiar es aquella a la que amaste.

Y Will no quería que terminara así. Se sentía tan indigno de Nico, pero todavía no estaba dispuesto a dejarlo ir, probablemente nunca lo estaría.

Pero Will tampoco podía ser su amante, no se iba a rebajar a eso cuando lo tuvo como esposo, cuando todo lo hicieron bien y actuaron como pareja, no quería que Nico los tratara como si Will fuera su concubino y Bianca su bastarda.

Así se sintió ese día en el supermercado, y para rematar todo, había otra foto de Helena y Nico —por la cara de Nico probablemente no lo sabía—, pero de todas maneras en la foto salía sereno, como si estar con Helena lo ayudara a mantener la tranquilidad. Había fotos de ellos en las revistas y eso estaba bien, pero salir con su esposo y su hija era una aberración del infierno.

Simplemente genial.

Will cayó pesadamente en su silla de su consultorio, estaba cansado y no solo del trabajo.

En un mes sería la boda de Percy y a pesar del esfuerzo que había hecho Nico, ni siquiera sabía si iban a ir como familia, era agotador.

—Aquí están los informes, doctor —dijo Paolo, quien le había estado ayudando mucho con todo esto.

—Gracias —dijo Will con una pequeña sonrisa y revisando rápidamente los informes, que en realidad estaban impecables, como siempre—. Faltan diez minutos para que se termine el turno, eres libre de irte.

—¿No necesita nada más?

—No, puedo arreglármelas —asintió Will.

Paolo asintió y vaciló al salir, pero en realidad no tardó mucho en regresar.

—¿Qué pasa?

—Ha habido un choque múltiple, nos necesitan —dijo apresuradamente.

Will no tardó en agarrar sus cosas, justo cuando lo hacía su localizador empezó a sonar. —Vamos.

Se encontraron a la doctora Ruiz y ella hizo una mueca cuando vio a Will, sí, estos días no tenía el mejor aspecto.

—Lo siento, sé que sus turnos habían terminado, pero el cirujano del otro turno aun no llega —se disculpó la doctora.

—Está bien. Aún seguimos aquí, así que nos prepararemos —dijo Will y Paolo asintió de acuerdo.

No les dio tiempo para nada más, porque de repente empezaron a llegar los pacientes, uno tras otro y el hospital se volvió un completo caos. No le había podido decir a Nico que iba a llegar tarde, aunque no estuvieran en los mejores términos, Will le avisaba para evitar cualquier tipo de preocupaciones —Nico podría no tener alguna, pero Bianca iba a preguntar por él—, sin embargo no tuvo tiempo de considerarlo antes de correr al quirófano.

Su equipo ya estaba ahí, y obviamente como su mano derecha también estaba Paolo, era su mejor alumno y parecía saber lo que Will necesitaba incluso antes de que lo pidiera. A veces le recordaba de una manera dolorosa, la forma en que había hecho equipo con Nico y se podían comunicar prácticamente sin palabras.

Sin embargo, se sentía un ambiente nervioso, como si de alguna forma pudieran sentir que algo estaba a punto de pasar.

Tenía un trauma múltiple frente a él, un señor de alrededor de 40 años. Se veía mal, pero Will iba a hacer su trabajo porque durante años hubo pequeños —a falta de otra palabra— milagros, en donde a pesar de lo peor, la gente se recuperaba. Iba a regresar con su familia.

No estaba ni a mitad de la cirugía cuando el piso se movió y una especie de trueno sonó, los instrumentos parecieron saltar, todo su equipo se volteó a ver con confusión, pero no duró mucho, en el lugar donde estaban eran muy frecuentes los microsismos, de repente todo se movía por unos segundos y luego se calmaba, no más que un simple susto.

Todos se congelaron por un segundo antes de que dejar escapar una que otra risita nerviosa, la ola de alivio se estaba extendiendo y Will siguió con la cirugía.

Menos de 30 segundos después las alarmas del hospital empezaron a sonar.

<><><><><><><><><><><><><>

Cuando Nico escuchó el "algo pasó en el hospital" fue como si el mundo se hubiera congelado por un momento. Rachel estaba diciendo algo por la línea, pero no podía escucharla por el zumbido de sus oídos.

Con una mano sostuvo el teléfono y con la otra prendió la televisión, no se dio cuenta que estaba temblando. Una caricatura infantil lo recibió con el volumen muy alto y Nico gruñó, le bajó el volumen y frenéticamente empezó a cambiar canales, no tuvo que hacerlo por mucho tiempo, en todos los canales importantes aparecía la misma noticia.

Incluso si Rachel no le hubiera dicho que era en el hospital, Nico fue recibido con una imagen demasiado familiar, solo que al mismo tiempo su cerebro no la podía procesar del todo, porque era el mismo hospital, solo que ahora una llamas naranjas lamian con ferocidad las paredes y un humo negro sobresalía haciéndose cada vez más denso, peor aún parecía que parte del hospital había colapsado.

—No se sabe nada de cómo comenzó el incendio, sin embargo, está haciendo estragos. Las unidades de emergencia llegaron hace unos minutos para intentar detener el fuego y evacuar a las personas, no tenemos mucha información, pero al parecer se teme por la integridad estructural del edificio —la expresión de la conductora era afectada y su voz tembló un poco cuando agregó—. Se cree que hay al menos 200 personas contando pacientes y el equipo médico que aún no han podido salir.

La respiración de Nico empezó a ser inestable, pero tal vez Will había podido salir ¿verdad? El incendio y el derrumbe estaba del otro lado del hospital, entonces probablemente Will había salido, su turno había terminado probablemente iba en el camino pero se había topado con tráfico o algo así ¡¿Verdad?!

—¡Nico! —gritó Rachel en su oído y lo sacó de su trance, por la forma en que dijo su nombre no era la primera vez que lo llamaba.

—Su turno terminó, debería venir a casa —murmuró Nico atontado.

—¿Has recibido noticias de él? —preguntó Rachel.

Él negó con la cabeza y luego recordó que Rachel no podía verlo —No.

Rachel se quedó callada, como si no supiera si era bueno o malo, realmente Nico tampoco lo sabía.

Ella preguntó algo más, pero Nico no pudo escucharlo debido a la tele, de repente se escucharon gritos y luego, lo más aterrador de todo, una explosión en la parte frontal del hospital.

—Los bomberos están haciendo todo para parar el fuego, aún no saben a qué se debe, pero se está extendiendo rápidamente... —la reportera hizo una pausa y volteó a ver el caos que era el hospital—. Me informan que la segunda explosión complicó las maniobras de evacuación de la parte este del edificio, el fuego no ha llegado, pero no se puede acceder a los pisos de cardiología, cirugía general y sus quirófanos.

No, no, no.

—Necesito comunicarme con Will —murmuró Nico.

Antes de que pudiera colgarle a Rachel, ella habló —Reyna ha insistido en su celular, no contesta.

Maldita sea.

—Si usted tiene o conoce a alguien cuyo familiar ya sea paciente o no esté en el edifico comuníquese a los servicios de emergencia —siguió la presentadora de noticias con voz grave—. Ellos le indicarán como proceder.

Necesitaban identificar a las personas que estaban ahí.

Dios.

Nico sentía que iba a vomitar.

—Rachel...Y-yo necesito...

—Lo sé. Vamos para allá. Reyna se puede quedar con Bianca.

—Bien —murmuró Nico, se sentía extrañamente entumecido, fue como si el piloto automático tomara el control de su cuerpo, no supo que pasó desde que Rachel colgó el teléfono hasta que apareció en su puerta.

Las noticias seguían reproduciéndose, pero es como si su cerebro no lo pudiera aceptar.

Rachel se veía igual de devastada de lo que él se sentía.

—Debemos irnos —dijo Nico.

Reyna asintió —Todo va a estar bien.

Pero ¿cómo podía ella saberlo?

—N-no le digas nada a Bianca —pidió Nico.

—Por supuesto que no —dijo Reyna—. Si te parece bien, tampoco la voy a llevar a la escuela.

Él asintió de acuerdo.

Rachel y Reyna se despidieron de manera rápida, la segunda le dio a Nico un apretón reconfortante. Reyna les pidió un taxi, ya que a su consideración ninguno de los dos debía manejar, ambos lo aceptaron sin demasiadas réplicas.

Había tráfico.

Mucho tráfico que estaba poniendo de los nervios a Nico.

—Hay un camellón libre, vete por ahí —gruñó Nico y se sentía como el idiota más grande por su actitud, pero no le podía importar.

Rachel y el conductor lo miraron como si estuviera loco.

—Me van a poner una multa —dijo el taxista.

—Dios mío, te la pago —dijo Nico con irritación.

El taxista rodó los ojos y al parecer estaba a punto de bajarlos cuando se dio cuenta o lo entendió —Van al hospital.

Había muchos hospitales, pero en este momento solo era noticia uno.

—Sí —murmuró Rachel.

—Oh. ¿Es un paciente? —de nuevo, sabían a qué se refería.

—Es cirujano —dijo Rachel.

—Lo siento —suspiró el taxista—. Cosas como estas no deberían pasar.

—Mi esposo no está ahí —dijo Nico con vehemencia.

Ni siquiera se dio cuenta de lo que dijo.

El conductor asintió con la cabeza y no dijo nada más, pero cuando pudieron avanzar empezó a encontrar más atajos y si tal vez se saltó dos o tres semáforos en rojo, bueno, ni Rachel ni Nico se habían dado cuenta y dudaba seriamente que alguien lo hiciera.

La llegada al hospital fue un completo caos. Para empezar el taxi no los pudo dejar hasta casi un kilómetro antes de ahí. Había demasiada gente, tanto familiares de las personas como curiosos que se quedaban a grabar la escena. Había gritos, llanto, maldiciones y oraciones.

Había demasiados reporteros y por primera vez, a Nico no le importó.

La zona del hospital estaba acordonada y había elementos de seguridad manteniendo a raya a todos.

Incluso a la distancia se podía escuchar el rugido de las llamas, no se veían más pequeñas, pero tampoco lucían más grandes, supuso que era una buena noticia.

Se acercaron casi a empujones hasta donde estaba el policía.

—No pueden pasar.

—Mi esposo podría estar ahí —masculló Nico, las personas a su alrededor le dieron una mirada comprensiva.

—Lo siento, señor. No puede pasar, pero hacia allá están los familiares reunidos. Ahí le tomarán los datos sobre su familiar y si se tienen noticias de él.

—Bien —gruñó Nico.

Ambos caminaron hacia donde podían ver a la gente hablando con algunos oficiales y bomberos. Esto era una pesadilla.

Todos tenían la misma mirada rota, pero esperanzada que probablemente estaba plasmada en su cara.

—Lo siento —dijo un chico cortando su paso—. Esta es un área solo para familiares.

Nico le dio una mirada asesina.

—Lo sabemos —masculló Rachel con un tono de obviedad.

La ira no era buena, pero era mejor que el dolor.

El chico pareció incómodo —¿A quién están buscando?

—Su nombre es William Solace, estaba de turno en el área de cirugía —respondió Rachel.

Algunas cabezas se voltearon hacia ellos al escuchar el nombre. Probablemente familiares del equipo de Will.

—¿Parentesco? —preguntó de nuevo el chico.

Rachel vaciló, lamentablemente "mejor amigo" no contaba entre los parentescos.

—Soy su esposo —se adelantó Nico.

El chico asintió —En cuanto tengamos informes los actualizaremos. El piso de cirugía y sus circundantes no han sido alcanzados por el fuego, sin embargo es difícil acceder, pero nos mantenemos optimistas por poder alcanzar a los que se encuentren ahí.

—Sigue siendo una búsqueda de rescate ¿verdad? —preguntó Rachel porque al parecer necesitaba que se lo confirmaran.

El chico asintió. —De ese lado, sí.

Nico lo miró confundido —¿Qué pasa con el lado donde inició el incendio?

—Es una búsqueda de recuperación —murmuró el chico.

Recuperación de cuerpos.

Dios mío.

Pero de todas maneras había una pequeña posibilidad de que esto solo fuera un gran malentendido y Will no estuviera ahí.

El chico se fue. Rachel y Nico se quedaron parados mirando el desastre que era el hospital, incluso parecía que se podía escuchar las ordenes de los bomberos. Probablemente nadie debería estar ahí, pero era poco probable que alguien se fuera y suponía que los policías lo sabían.

Nico había sido un completo idiota ¿y si algo más salía mal y no podían llegar hasta Will?

No podía perderlo, una cosa es intentar dejarlo sabiendo que está bien y vivo y la otra es que Will simplemente se vaya a donde no puede seguirlo. ¿Y todo por qué? Porque Nico seguía siendo un niñito asustado que necesitaba de su padre, había hecho sufrir a Will una y otra vez por no entender lo que quiere, por el miedo al qué dirán y ahora sentía todo tan intrascendente.

Que idiota ¿no?

La vida le dio una bofetada.

Lo más tonto de todo es que ni siquiera entendía por qué le estaba afectando tanto.

Ambos se sentaron en el piso pegados a una pared, intentando tranquilizarse, el humo había hecho que la noche se viera más oscura. Su celular sonó con un mensaje, por un momento se sintió aliviado, probablemente Will diciendo que llegaría pronto a casa, ese momento se rompió cuando se dio cuenta que el mensaje era de su padre "si estás en ese hospital, más te vale no hacer ninguna tontería".

Claro que a su padre no le importaba en lo absoluto que pasara con Will. Nico no le contestó, ni siquiera se sintió culpable por no hacerlo, su rabia y preocupación eran más importantes.

Sintió la mirada de alguien sobre él. Cuando volteó se encontró con una señora de unos 55 años, morena, estaba charlando con alguien a su lado y tenía un leve acento, pero tenía los ojos fijos en Nico como si no pudiera creer que estaba ahí, estaba seguro que no la conocía, pero le recordaba extrañamente a alguien.

—Esa señora te ve como si fueras su peor enemigo —comentó Rachel

Entonces Nico no lo estaba imaginando. —No la conozco.

—Siento que se parece a alguien que hemos visto antes.

Por un segundo ninguno de los dos sabía de quien se trataba, luego el entendimiento llegó a Nico y con eso la sensación de hundimiento se hizo más fuerte en su estómago.

—Creo que es la mamá de Paolo —susurró Nico—. O cualquier especie de familiar.

—¿El residente de Will? —preguntó Rachel en el mismo tono.

Nico asintió abrumado. Solo podía pensar en lo que Paolo le podría haber dicho, aunque eso no era lo que importaba. Sujetó la mano de Rachel con fuerza —Si Paolo tampoco está aquí... —respiró temblorosamente—. N-no hay manera de que lo dejara solo, ese chico está enamorado de Will. A-ambos están adentro.

—Tenemos que asegurarnos —dijo Rachel igual de reacia a creer que Will seguía en ese lugar que en estos momentos parecía el infierno. Se levantó y fue hasta la señora, no hizo falta escucharlas para saber que tenía razón, sus expresiones fueron suficientes. Se hundió más en el suelo.

Rachel llegó poco después —Tenías razón. Paolo le envió un mensaje cuando diez minutos en donde decía que iba para su casa, no mucho después envió otro que solo decía "emergencia".

—Están en el quirófano —dijo Nico y su voz sonó increíblemente vacía incluso a sus oídos.

También tenía razón, no había manera que Paolo dejara a Will.

Ni siquiera se preguntó por qué Will no le avisó, estaban en tan malos términos que aunque le sorprendía, lo podía entender.

Ambos miraron hacia el edificio como si pudieran vislumbrar a Will. Tal vez era su imaginación, pero las llamas parecían más tenues, sin embargo, el humo parecía envolver a todo el edificio y los humanos, no podían respirar humo. No supo cuánto tiempo se quedó viendo el edificio.

Miró su reloj y se sorprendió al ver la hora, era pasada la medianoche, llevaba dos horas sentado en ese lugar prácticamente mirando a la nada. Era curioso cómo funcionaba la mente, era como si lo hubiera desconectado, pero ahora que se daba cuenta de todo la ansiedad empezó a volver junto con el pánico.

Había pasado mucho y no había ido a sacarlos, el humo probablemente ya había llegado a ese lado del hospital, si estaban en los quirófanos estarían encerrados, el oxígeno probablemente se estaba acabando y eso sin tomar en cuenta si la segunda explosión había causado algún daño a la estructura de ese lado del edifico.

Se levantó de un salto, de repente se puso furioso y caminó hasta donde había unas personas que parecían rescatistas. No le importó las miradas que recibió. Habían controlado el incendio ¿por qué no entraban?

—Señor, por favor —dijo un policía acercándose e intentando que se detuviera.

—No me toques —gruñó Nico.

—Tiene que retirarse, le daremos noticias...

—¿Cuánto tiempo más? Hemos estado aquí horas y no han podido moverse para hacer su trabajo.

—Nico —dijo Rachel.

—No. Solo están aquí actuando como idiotas sin hacer su trabajo —dijo Nico con desesperación.

—La estructura es inestable, necesitamos despejar el camino hacia las salas sin provocar que todo el hospital se venga encima de los civiles.

—¡Pues háganlo, no se queden aquí! —exclamó Nico.

Varias voces se unieron a Nico, claramente igual de desesperadas que él. No había querido provocar una escena, pero necesitaba a Will ya.

—Le voy a pedir que se retire si no quiere enfrentar problemas.

—Ustedes van a tener problemas si no entran por mi esposo —amenazó Nico.

—Nico, basta —masculló Rachel tratando de llevárselo.

Nico se soltó, la verdad no estaba pensando, estaba actuando por pura desesperación —Si algo le pasa voy a hacer de tu maldita vida un infierno, no sabes con quien estás tratando.

El personal suspiró como si hubieran tenido muchas pláticas ya con personas así, pero esas personas no eran Nico, si lo quería Nico podía tener recursos suficientes para cumplir su amenaza, aunque tal vez no porque si esto se sabía Hades iba a estar enfadado.

—Ya —masculló Rachel y lo tomó con la guardia baja cuando lo empezó a arrastra lejos—. ¿Qué fue toda esa actuación de niño mimado?

—No están haciendo su trabajo —dijo Nico lanzándole una mirada furiosa y empezó a caminar como un león enjaulado—. Deberíamos poder conseguir un equipo de rescate privado.

Y en cuanto lo acabó de decir, no supo por qué no se le ocurrió antes.

—No —Rachel negó con la cabeza—. Escucha, sé que estás desesperado, pero solo vas a complicar más las cosas. Las personas que están ahí están haciendo su trabajo para minimizar el daño, si traes a alguien más solo se van a enfocar en Will ¿y si algo sale mal? ¿Qué pasa con todos los demás?

—No me importan todos los demás —dijo Nico demasiado alto.

Algunas personas lo voltearon a ver con comprensión, mientras que otras le dieron miradas indignadas.

Hipócritas.

A pesar de lo egoísta y poco empático que sonaba, era verdad. Esperaba que los demás estuvieran bien, pero si era la vida de ellos o la de Will, ni siquiera habría debate. Y aunque no lo quisieran admitir esas personas pensaban igual, la vida de su familia era más importante que la de algún desconocido. Así funcionaba, era la naturaleza humana.

¿Quién iba a escoger la vida de un desconocido por sobre la persona que amaba?

Amor.

Que palabra tan fuerte.

Tan familiar y al mismo tiempo tan desconocida para él.

¿Eso era lo que sentía por Will?

¿Esto era algo que apareció de repente o era algo que ya estaba ahí, pero se había negado a ver?

Ni siquiera sentía pánico al darle nombre y eso lo impresionó demasiado. Le daba más miedo pensar que Will no lo supiera.

Rachel le dio una mirada entre cariñosa y exasperada, como si supiera lo que Nico había descubierto. —Te dije que algunas cosas las recordaba el corazón.

Nico se había mantenido tan estoico durante todo esto —a pesar de la furia mal dirigida—, lo sorprendió el sollozo roto que salió de él.

No se pudo detener.

Los sonidos eran heridos, le faltaba el aliento y le dolía el pecho. Si no hubiera estado tan angustiado probablemente se habría avergonzado de la escena que estaba haciendo.

Obviamente no era la única persona llorando, pero los sonidos parecían más de un animal herido.

—Todo va a estar bien —lo consoló Rachel—. Cuando Will salga de ahí le vamos a gritar por asustarnos y luego se lo vas a decir.

Cuando, no "si".

Nico llevaba como cinco horas aquí y ya se estaba derrumbando ¿cómo había soportado Will su accidente?

Claramente era más fuerte que él.

Rachel los alejó un poco de la multitud.

—He sido un idiota —murmuró Nico.

—Sí —dijo Rachel, ella tampoco le vio el sentido a negarlo—. Pero vas a tener otra oportunidad para hacer bien las cosas. La vida es demasiado corta para tener miedo.

Y vaya que tenía razón.

De nuevo el tiempo se desdibujó, la mente bloquea los momentos de más dolor. Lo trajo a la realidad un murmullo que se empezó a extender por toda la habitación "han logrado entrar, han logrado entrar, han logrado entrar".

Nico sintió que temblaba de anticipación.

A los veinte minutos después empezaron a salir las primeras personas, algunos caminando, algunos en tablero o apoyados por los bomberos. Hubo vítores y sollozos, la gente se lanzó adelante pasando toda la seguridad para abrazar a su familia.

A la media hora de entrar empezaron a sacar a más personas, en camillas con sábanas blancas. Se le pidió a la gente ir a la tienda de campaña improvisada para identificar el cuerpo de su familia. Los sonidos se volvieron desgarradores, Nico se negó a ir a ese lugar.

A los cuarenta minutos aún seguían saliendo personas en bolsas y camillas. Nico quería vomitar.

A los cuarenta y cinco minutos el corazón de Nico se detuvo por un segundo cuando la sabana de un tablero se bajó y reveló una cabellera rubia con rizos, pero no, no era el color exacto, no podía ser.

A los cincuenta y un minutos salió la doctora Ruíz, se veía conmocionada, con un rasguño considerable en la mejilla, por lo demás se veía bastante bien.

A los cincuenta y siete minutos salió Paolo, se veía inestable sobre sus pies y lo acompañaban un par de bomberos, Nico se alegraba de que estuviera bien, pero lo mejor, es que solo unos pasos atrás vio una cabellera rubia del color exacto.

No lo pensó, se lanzó hacia adelante empujando a todos los que se interponían en su camino, todos aquellos que lo separaban de Will, la distancia era abrumadora.

Se sintió como una eternidad antes de que pudiera llegar a él.

Intentó no chocar demasiado fuerte contra el cuerpo de Will para evitar que lo pudiera lastimar, pero en cuanto lo tuvo en sus brazos fue como si todo volviera a estar bien en el mundo.

Will se sorprendió por un momento y dijo con un tono lleno de incredulidad —Estás aquí.

—Tú también —suspiró Nico, sus rostros uno frente a otro demasiado cerca. Lo apretó más fuerte.

—Estás aquí —volvió a repetir Will.

—Lo siento por no haber estado antes —y Nico se refería básicamente a todo.

Fue como si en ese momento le cortaran todos los hilos a Will y se dejó sostener por Nico mientras sollozaba. Tenía un feo corte en la frente, pero por lo demás parecía bien, al menos físicamente.

—Estás bien —susurró Nico tanto para Will como para él mismo.

—Estaba en el quirófano —susurró Will—. Mi paciente, él no, l-lo intenté.

—Lo sé —dijo Nico acariciando su espalda—. No podías controlar todo.

—El humo era horrible, encontramos tanques de oxígeno... S-se estaba acabando, pensé que no...

Lo que en realidad fue peligroso en sí mismo por el fuego, pero Nico decidió no mencionarlo.

Nico tomó la cara de su esposo en las manos y lo besó, no le importó las voces alrededor, ni los flashes que claramente estaban ahí, tampoco la destrucción, Will estaba bien y eso era lo único que importaba.

De reojo pudo ver que Paolo se les quedaba viendo, luego negó con la cabeza y se fue caminando con su madre.

—Nico...

—Pensé que no te iba a volver a ver y he sido tan idiota —dijo Nico con voz quebrada, tratando de apartar las lagrimas.

Will no dijo nada, solo lo sostuvo más fuerte, como si ya con eso todo estuviera bien. Probablemente estaban lejos de "bien", pero era un avance.

—Lamento mucho interrumpir el momento, pero necesitamos hacer que te revisen.

Nico se sintió un poco culpable por haber dejado a Rachel atrás, pero su mirada decía que no se lo reprochaba.

—También estás aquí —señaló Will.

—Por supuesto que sí idiota, nos asustaste —dijo Rachel con un sollozo.

A regañadientes Nico dejó ir a Will para que pudiera abrazar a Rachel. El abrazo de Rachel duró muchísimo menos que el de Nico, lo que estaba bien porque ya quería que le devolviera a Will.

Era extraño como funcionaba la vida, había estado tan cegado, teniendo tanto miedo por lo que dirán que no se permitió en realidad sentir que era Will para él, se necesitó el terrible sentimiento de pánico por casi perderlo para darse cuenta que aun sin recuerdos Will era la mitad de su vida.

Todavía le seguía dando miedo el rechazo de su padre, obviamente, pero no se comparaba al terror paralizante de hoy.

No sabía si era suficiente, pero ahora sí sería un comienzo en toda regla. Se sentía como un cliché andando, necesitando una experiencia que lo sacudiera hasta la medula para darse cuenta de lo que estuvo frente a él todo el tiempo.

A veces la vida te da la respuesta aunque no sea de manera amable.

—Rachel tiene razón —dijo Nico tomando la mano de Will—. Necesitamos hacer que te revisen.

—Nunca pensé que diría esto, pero no quiero más hospitales —Will tenía la mirada un poco perdida, lo que no era de extrañar, pero Nico no podía dejar que él se perdiera en su mente porque no sería algo bueno.

—Lo sé, pero a todos nos haría sentir mejor si fuéramos.

Rachel asintió de acuerdo con él.

—Está bien.

Nico puso un brazo sobre la cadera de Will para darle un poco de mayor estabilidad, intentó que no viera toda la destrucción ni los cuerpos, pero era casi imposible, ambos estaban demasiado tensos.

Cada que pasaban por un lugar donde había gritos desgarradores y cuerpos en bolsas, pensaba que ese pudo haber sido Will. Su agarre probablemente se tornó doloroso, pero él no se quejó.

—¿Bianca? —preguntó Will.

Nico se sintió un poco culpable por no haber pensado en su hija ni haber preguntado a Reyna por ella, era mitad de la madrugada, pero de todas maneras ofreció —Reyna está con ella.

—Ella no se despertó —comentó Rachel —. Se va a quedar hasta que lleguemos.

Nico le dio una mirada agradecida.

Will fue con los paramédicos que estaban ahí, lamentablemente no lo dejaron ir a casa inmediatamente, sino que lo derivaron al hospital para descartar cualquier lesión que pudiera pasar desapercibida, pero como estaba lo suficientemente bien, entonces no necesitó una ambulancia.

Se fue quejando todo el camino.

Tuvieron que esperar una buena cantidad de tiempo, pero los tres se quedaron esperando en las sillas rígidas, Nico todavía tenía la mano de Will entre las suyas, sentía que no lo iba a sacar de su vista en bastante tiempo.

Lo pasaron a una camilla donde esperaron una tomografía —Rachel decidió esperarlos en la sala de espera—, luego, después de quien sabe cuánto tiempo una de las doctoras dijo —Lamento mucho lo del hospital y tus compañeros.

Will se miró las manos.

—Todo parece encontrarse en orden, es hora de que vayas a casa.

Nico no sabía lo tenso que había estado hasta que finalmente se relajó, escuchar a la doctora decir que todo estaría bien fue lo último que soportó antes de que un sollozo bastante horrible saliera de él.

La doctora le dio una mirada comprensiva, antes de salir dijo —Cuando estén listos pueden pasar a firmar los papeles del alta.

—Nico —dijo Will extendiendo su mano.

Nico se fue como atraído hacia él.

—Está bien, estamos bien —susurró Will acercándolo.

Había tenido tanto miedo, tanto estrés y aun así Will la había pasado mucho peor, incluso desde antes, estos meses habían sido un infierno para él y ahí estaba Nico llorando.

—¿Cómo lo hiciste? —preguntó Nico entre sollozos.

Will parecía saber a qué se refería por su mirada se volvió aún más tormentosa —No lo sé. Todos los días fueron un infierno, lo único bueno fue Bianca. Tenía la esperanza de que eventualmente regresarías.

—Lo siento —dijo Nico, esas dos palabras no ayudaban a todo lo que había hecho y dicho, pero esperó que por el momento fueran suficientes para expresarle a Will que lo decía en serio.

—También yo, no supe cómo manejar tu accidente —susurró Will.

Se quedaron uno contra el otro tratando de sostenerse, al menos hasta que el celular de Nico sonó.

—Maldita sea.

—Voy a empezar a odiar a tu celular —dijo Will algo somnoliento.

—¿Apenas? —Nico suspiró—. Tengo que contestar.

Will asintió, no preguntó quien era, probablemente ambos sabían que eran más problemas.

Salió de la habitación para contestarle a su padre y le indicó a Rachel si podía relevarlo con Will.

—Bueno —suspiró con cansancio.

—Eres un idiota —fue lo primero que dijo su padre.

—Padre, no...

—No me llames así. Te di otra oportunidad y de cualquier manera lo arruinaste. Siempre has sido una maldita decepción. No sé cómo es que tú sigues aquí y mi Bianca no.

Y de nuevo su padre lo hacía sentir como si fuera una cucaracha, probablemente tenía razón, pero no era suficiente. Probablemente siga dudando, siga temiéndole a su padre y muy probablemente iba a necesitar ayuda, pero tal vez pudiera hacerlo.

—¿Se te ofrece algo? —preguntó Nico en vez de responder.

—Más te vale que puedas arreglar esto con Helena. ¿Qué pensabas humillándola así? Te besaste con ese hombre, en vivo y en televisión nacional, maldita sea. Siempre echando a perder todo.

Nico casi se ríe, porque claro que sí, tenía que ser en vivo y a televisión nacional, esto era absurdo.

—Arréglalo Nicolo —masculló Hades antes de colgar.

Nico no estaba seguro de que pudiera hacerlo. Con un suspiro derrotado regresó a la habitación de Will, no entró inmediatamente ya que escuchó las voces de Will y Rachel.

—... Aunque la actuación de idiota rico estuvo un poco de más, pero creo que al final todo estuvo bien.

Will se rió un poco —Así como describes esa actuación, suena bastante sexy.

Nico se sonrojó.

—Creí que no te gustaba —se quejó Rachel.

—No lo hace —murmuró Will pero sonaba un poco cohibido.

Rachel se rió —No te gusta esa actuación cuando no es por ti.

Ya no escuchó la respuesta porque lamentablemente su celular sonó delatando su posición. Sí, él también empezaba a odiar el celular.

Antes de entrar vio que tenía un mensaje, de Helena. Era una sola frase "esto no se va a quedar así".

No le respondió, no hacía falta.

Will lo miró y le dio una pequeña sonrisa. Nico hizo lo mismo.

Sabía que tenían muchos problemas cuando volvieran a casa, cosas que tenían que resolver entre ellos y las demás personas. Que ver la cantidad de destrucción podría hacer estragos en Will, que se habían lastimado y no sabían cómo salir de donde estaban. Había muchas cosas que resolver, pero por ahora estaban juntos y era lo único que importaba.

Después podrían arreglar lo demás.

***

Mentí, no se va a cabar en el próximo capítulo xd

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Tal vez estaba mal, pero es que cada que lo veía solo deseaba abrazarlo y decirle lo mucho que lo quería además de hacerle saber que todo estaría bie...
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"-Jamas pensé enamorarme así de una persona." Jos Canela es el chico popular que en secreto va a una heladería solo para poder admirar al chico pelir...