A la mañana siguiente Harry se preparó para salir al ministerio, mejor dicho a la prisión de azkaban. Necesitaba hablar con Malfoy.
— ¿A dónde vas? — escuchó a Ginny hablar, ésta estaba recostada en el umbral de la puerta con los brazos cruzados.
— Al ministerio — contestó seco —. ¿Qué tú no irás?
— Tal vez más tarde — dijo —, mamá me dijo que le podía llevar a los niños. Rita pidió mi presencia para el próximo partido entre Bulgaria y Escocia. Lo más seguro es que me encuentre con Oliver Wood, ya sabes; hace poco cambió de equipo.
Harry asentía mientras ella hablaba, y tampoco era como que le prestara la gran atención. Sus pensamientos y presencia no estaba en Ginny, sino; en Draco Malfoy.
— Ya debo irme, Gin — avisó y le dió un beso en la mejilla —. Adiós.
— Adiós — se despidió ella.
Azkaban...
Harry iba apresuradamente a la celda de Malfoy. Éste al verlo llegar se extrañó cuando Harry siquiera lo pensó dos veces y entró a la celda.
— ¿Potter, que ha...? — apenas le dió tiempo de preguntar cuando los labios del castaño lo atraparon. El rubio posó sus manos en la cintura del contrario.
Ambos se separaron sólo porque el aire les faltó. Harry pensó incluso pedirle entre gemidos a Malfoy que lo besara de vuelta porque sus labios eran adictos, eran increíblemente suaves.
— No dejo de pensar en tí, Draco — confesó.
— ¿Qué? — preguntó Draco, en medio de una mirada perpleja.
— Yo...yo no sé qué me pasa, hablé con Hermione le confesé todo y atamos cabos...¡Ya sé quién testificó en tú contra!
— Tú esposa...la señora Ginevra de Potter. Siempre lo supe, pero que mierda importa — dijo.
— Claro que importa...yo quiero...no sé, ¿sacarte tal vez de azkaban?
— Pues...lo veo muy difícil, Potter — le dedicó una mirada maliciosa —. Muy difícil, más con la loca de tú mujer en el medio. ¿Es que acaso me andas provocando, Potty?
El de ojos verdes rió e inquirió:
— Ni en tus sueños....es sólo que.. que — y esta vez fue el turno de Malfoy en besarlo. Ahora, el beso era salvaje y más necesitado que el primero. Bajando sus manos hasta el trasero del contrario, Draco alzó a Harry y éste enredó sus piernas al rededor de su cintura.
— ¿Quieres que te coja, eso es lo que quieres? ¿a qué sí? — preguntó con voz dura y Potter asintió con entusiasmo —. Pues lanza un hechizo silenciador, porque te daré por lo que viniste, corderito bonito.
Lanzando un hechizo como Draco le ordenó y repitiendo cada uno de los medios de seguridad de la última vez. Harry sonrió y se montó encima de Draco.
— Esto es algo duro, ¿sabes? — le dijo y el de ojos grises asintió — dame tú abrigo, transfiguraré un colchón.
Draco le entregó su viejo y gastado abrigó, y Harry hizo lo dicho. Malfoy sonrió y comenzó a sacar cada una de las prendas de ropa que Harry llevaba puestas.
— Tan bello, tan lindo.. — murmuraba a medida de que la piel quedaba descubierta —. Se ve tan apetecible. Tan buena para hacerle unas buenas marcas. Y que esa Weasley sepa que ahora; tienes un nuevo dueño, él que siempre lo tuvo que ser..
— Uuh — jadeó Potter cuando sintió los besos del rubio en su cuello y las manos rasposas pero suaves tentar su miembro — oh...eso se siente muy.. a-ah.
Malfoy había introducido dos de sus dedos en el interior de Harry, y recostándolo se puso frente al miembro de éste para comenzar a masturbarlo.
— Dios, lo haces tan bien — gruñó Harry y su mano viajó al pelo largo y rubio de Draco, para manejar a su gusto las embestidas que éste le daba con su boca — ¡A..ah..oh.. Draco!
Los dedos de Draco pasaron de ser dos para convertirse en tres, en cuatro y finalmente en cinco e introduciendo su mano, estímuló muchísimo más a Harry.
— ¿Te gusta amor? — preguntó Draco aún con el pene de Harry en la boca.
— Si...si...mmm..me encanta — murmuró metido en lleno en el placer que sentía. La boca de Malfoy era tan cálida que Harry no podía evitar sentirse más excitado.
Draco sacó el pene de Harry de su boca, y sus dedos del interior del antes nombrado. Para comenzar a alinear su pene en el orificio de Potter.
— ¿Quieres sexo....eso quieres?
— Mételo, por favor.. — suplicó Harry y abrió su boca en una pequeña O cuando sintió el pene de Draco entrar en él —. Uhhh..¡Oh, papi!
Malfoy sonrió ante esto, amaba cuando su corderito lo llamaba así. Era hermoso, lo hacía sentirse su dueño, aunque ya lo era. Y eso ni la propia Ginny Weasley lo iba poder borrar.
— A-ah, estás tan apretado — gimió Draco en el oído del león —. Aprietas tan bien, amor. Papi quiere que lo montes..., ¿lo harías?
— Si...— dijo y dándose la vuelta volvió a introducir el pene de Draco en él —; eres tan sexy.
— Tú también.., eso es amor, eso es muévete para papi. Lo haces genial.
Harry movía sus caderas lo más que el placer le permitía. Las penetraciones estaban siendo fuertes y duras, eran deliciosas.
— .. Papi, aAah... sí, sí — el rubio sonrió y lo tomó por el cuello —. Uuummmm, DRACO... sí, justo ahí ahhhaa eso..papi. Oh, mierda...¡Draco, si, si ahí, justo ahí!
Malfoy le dió la vuelta y sus embestidas tomaron un ritmo más rápido, haciendo temblar a Potter entre sus brazos, pues; cada embestidas tocaba la próstata de éste.
— Ummm, tan apretado — gruñó Malfoy, y tapando la punta del pene de Harry, dijo —: ¿De quién eres, amor?
— Tuyo...so..soy tuyo, Draco.
— ¿No eres de esa Weasley? ¿A qué no? ¿Eres de papi? ¿Eres mío?
— Si..si, si — gimió Harry descontroladamente cuando las embestidas tomaron ritmo nuevamente —. Soy tuyo, tuyo, sólo tuyo. Ahaah, Draco.
Draco masturbó el pene de Harry por unos dos minutos más y ambos con gemidos fuertes, y diciendo sus nombres.
— Mierda, que rico fue..., eres muy bueno, Potty — dijo y salió del interior de Harry, éste se recostó en su pecho y comenzó a hacer dibujos imaginarios —. ¿Sabes? Cuando te casaste, dolió.
— ¿Por qué?
— Porque para ese momento ya te amaba — confesó —; cuando se anunció que tendrías tú primer hijo también dolió. Y con el segundo ni se diga.
Potter sonrió al recordar a sus hijos.
— Por cierto; ¿cómo se llaman?
— James Sirius Potter — Malfoy rió ante esto —. ¿Qué te parece gracioso, Malfoy?
— Su nombre...¿no había otro mejor?
— Si y no. Ginny le quería poner Fred James..., pero George no la dejó, luego con el pequeño intentó ponerle Arthur Bilius.
— ¿Y cómo se llama el pequeño?
— Albus Severus Potter — contestó.
— ¿Cómo mi padrino?
— Cómo tú padrino — afirmó Harry y Malfoy lo besó — me debo ir...Ginny irá al ministerio hoy y si no me encuentra se armará la batalla de Hogwarts nuevamente.
Con un último beso, Harry se vistió, dejó todo cuál estaba antes de llegar, y se fue.
— Ya lo eres, eres mío, Harry. Y no descansaré hasta que ella no pague lo que hizo....