Al llegar a la camioneta su corazón se partió un poco, Jimin estaba sentado con las piernas flexionadas y las abrazaba con fuerza contra su pecho, su rostro estaba oculto entre ellas, el alfa se sentó adecuadamente a su lado y se dedicó solo a acariciar sus lacios cabellos para tratar de que lo mirara.
—Jim, amor... ¿puedes mirarme un momento? —escuchó el suspiro proveniente del menor y lo vio alzar la vista, sus ojos llenos de lágrimas y sus mejillas mojadas—. Todo está bien ahora, no volverán a lastimarte de ninguna forma —el labio inferior de Jimin tembló.
—Te juro que siempre me defiendo —su mirada era triste—. Lo intento, no dejo que me vean triste, eso los haría ganar.
—Y yo te adoro por ser tan valiente —sonrió y pasó el dorso de los dedos por la mejilla del omega—. Eres muy fuerte, todos lo sabemos, pero no está mal pedir ayuda, sé que tú lo has hecho pero tus profesores son unos idiotas por no intervenir —hizo una mueca de disgusto—. Yo me encargaré de que esos chicos jamás vuelvan a meterse contigo —tomó la mano de Jimin entrelazando sus dedos y besó su dorso.
—Gracias, eres el mejor alfa —su sonrisa era pequeña, no llegó hasta los ojos pero parecía más calmado.
—Cada vez que dices algo bueno sobre mi, mi pecho vibra de orgullo —sus hoyuelos se hicieron presentes, se estiró un poco en el asiento y rodeó al menor en un abrazo por los hombros, Jimin desdobló sus piernas y se acercó al tacto para acurrucarse a su lado, olfateó el cuello del alfa y tomó una calada profunda de la tierra húmeda y tabaco.
—A mi me pasa lo mismo cuando me dices apodos lindos —sonrió tímido mirando al frente, un lindo tono rosa se dejaba ver en sus mejillas—. Gracias por defenderme —sus ojos se dirigieron a los verdes.
—Lo haré por el resto de mis días si tú me lo permites, vida mía —dejó un beso rápido en sus labios y miró hacia afuera de la camioneta para hacerle una ceña al chofer de que podía entrar—. Perdón por hacerte esperar, Zico.
—No hay problema, joven —el chico era un beta no mucho mayor que Jungkook, trabajaba de vez en cuando en la casa Jeon pero con la situación de Jungkook, fue contratado de tiempo completo para que fuera su chofer.
—¿Podrías llevarnos rápidamente al hospital? A Jim se le está haciendo algo tarde —tenía una mueca de pena en el rostro pero no soltaba su agarre en los hombros del omega.
—Por supuesto, llegaremos de inmediato —asintió el empleado.
El camino fue rápido y seguro, Jimin llegó unos minutos antes de su entrada y se despidió del alfa con la promesa de que lo vería a la hora de su salida para llevarlo a la casa de su paciente nocturno.
Así fue, Jungkook y Zico recogieron a Jimin pasadas las 10:30 pm para llevarlo a su empleo. Al día siguiente la rutina fue la misma, recoger a Jimin muy temprano para llevarlo a su casa y que pudiera alistarse para el colegio, Jungkook no podía llevarlo pero Hyunbin haría el trabajo como siempre.
A la salida de la escuela, el alfa y el omega volverían a encontrarse para llevar a este último al hospital, pero con la pequeña diferencia de que comerían juntos ya que el alfa debía quedarse para un chequeo con el doctor Moon.
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—Jeon Jungkook pase al consultorio de endocrinología —una enfermera dijo su nombre así que el mencionado se puso de pie y caminó hacia donde se le indicó.
—¡Jungkook, que gusto verte! —el beta saludó sonriente—. ¿Cómo te has sentido? —cuestionó.
—Muy bien —asintió seguro—. Mi alfa está... digamos más tranquilo estos días, no he tenido ningún problema.
—Me parece perfecto, te haremos unos estudios de sangre para valorar tus niveles y descartar problemas —explica—. Pero estoy casi seguro que todo marcha bien.
—Considerando mi reciente adaptación a mi alfa, todo va perfecto, estoy aprendiendo a controlarlo un poco —sonríe orgulloso, pues sabe que realmente está controlando la dualidad con su lobo, pues reconoce que su alfa quiso golpear hasta el cansancio a esos tres imbéciles que molestaban a su niño, sin embargo, la parte racional logró mantener la calma lo más posible, eso lo ha hecho sentir orgulloso de si mismo las últimas 24 horas.
—Me alegra que estés feliz con éste paso —asiente Moon satisfecho.
—Todo se lo debo a Jimin —sonríe y la cara del médico muestra que recordó algo.
—Jungkook... —se pone serio de pronto—. Hay algo de lo que debo hablarte —su rostro mostraba preocupación.
—Claro, dígame —Jungkook se acomoda en el asiento pues el beta no parece portar buenas noticias.
—Estuve verificando las fechas de tu celo y me indica que será en menos de dos meses, ¿es correcto?
—Estamos a 15 de noviembre, ¿no? —cuestiona, pues desde que despertó nunca está seguro al cien porciento de en qué día vive, ve al médico asentir—. Si es correcto, será el 3 de enero —admite.
—Bueno, tú sabes que los celos son algo dolorosos —retoma.
—Lo sé, por los supresores eran mucho menos incómodos para mi, pero supongo que éste será algo peor.
—Así es —asiente serio—. No has experimentado un celo adecuadamente en 10 años, lo cual nos dice que tu alfa va a estar en un muy mal momento —se aclara la voz—. Jungkook, tú y tu alfa tal vez no soporten el celo si no lo pasas con alguien.
—Claramente no puedo pasarlo con nadie —niega.
—Sé que es muy pronto para que se lo pidas a Jimin pero ese es otro de los problemas —agacha la mirada y hojea unos papeles que posaban sobre su escritorio—. No debería decirte esto pero el celo de Jimin también es el 3 de enero —los ojos de Jungkook se abren con sorpresa—. Ustedes realmente están sincronizados en cada aspecto y es tan extraño como fascinante —se rasca la cabeza algo preocupado.
—Si, bueno... —tose nervioso, esa información es tan irrelevante pero su lobo no deja de aullar contento y mover la colita de felicidad ante la nueva revelación—. La situación sigue siendo la misma.
—No, Jungkook —niega apenado—. Tu lobo iba a estar en muy mal estado pero cuando sienta la necesidad de Jimin todo va a empeorar y será mucho más delicado para ti por tu estado de salud —explica consternado—. Para Jimin será mucho más doloroso que de costumbre al haber encontrado a su alfa y como no estarás con él te llamará, las probabilidades de que sobrevivas son muy bajas —confiesa.
Jungkook se mantiene en silencio, analizando todos los nuevos datos que se le han brindado, es claro que no puede contarle eso a Jimin, él nunca lo presionará de ninguna forma y contarle que si no pasan su celo juntos morirá es por supuesto una presión muy grande.
—De acuerdo —asiente—. No puede decirle esto a Jimin —niega—. Es unos días yo hablaré con él acerca de la sincronización, pero es todo, no le pediré absolutamente nada, el tema solo se tocará por la superficie y él decidirá con esa información.
—Pero Jungkook...
—Pero nada, doctor —niega sereno—. Jimin tiene derecho a hacer lo que él desee y si usted o yo le decimos que existe la posibilidad de que muera sin él, lo hará por obligación —es ahora él quien explica—. Jimin decidirá que hacer para su propio beneficio no para salvarme la vida de nuevo, así que usted le explicará solo los puntos que sean referentes a él si es necesario, pero mi situación nos la reservamos, ¿de acuerdo? —recibe un asentimiento.
Sabe que es muy arriesgado no contarle esto a Jimin, sabe que es algo demasiado grande y se siente terrible por no compartirlo con él, pero lo conoce, tienen menos de un mes de hablarse y lo conoce tan bien para saber que el omega haría de todo para no dejar morir a otros, no quiere ser el causante de otro sacrificio más del ojiazul.
Además eso debería ser considerado ilegal, es chantaje y manipulación lo vean por donde lo vean, nunca le haría eso a su lindo Jimin, él se merece las cosas a su ritmo y si Jimin no quiere algo, eso no se hará, punto.
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Estaba algo preocupado, no lo suficiente para transmitírselo a Jimin, pero su interior era todo un lío, por una parte se sentía terrible por ocultar algo a Jimin y por otro simplemente no consideraba justo la idea de informarle eso.
Debe aceptar que le da miedo, miedo de que su vida pueda estar en peligro ahora que tiene un gran motivo para estar vivo, miedo de lo que pueda pasarle a Jimin en caso de su muerte, estaba tomándole todo de si no alterarse demasiado para no alertar a su omega.
Caminaba por los pasillos del hospital hacia la sala de descanso donde sabía encontraría al ojiazul, faltaban unos minutos para su hora de comida así que esperaba verlo ya ahí, tocó con cuidado y giró la perilla para ingresar.
—¡Hola alfa! —saludó un sonriente Jimin desde el sofá, una sonrisa partió el rostro del mayor, siempre olvidaba todo en cuanto lo veía, es el mejor remedio para cualquiera de sus malestares, Jimin es lo mejor que le ha pasado en la vida.
—Hola, amor —se apresuró a sentarse a su lado y rodearlo en un abrazo, él se subió a sus piernas para quedar sentado de lado en su regazo, y ladeó la cabeza para darle más acceso a su cuello, Jungkook no perdió la oportunidad de enterrar su nariz ahí y respirar profundamente, pareciera que el oxígeno no le es suficiente si no viene acompañado de vainilla y café—. Te extrañé demasiado —no mentía, Jimin es todo lo que necesita, sobretodo ahora que siente tanto miedo de lo que pueda pasar.
—Me viste hace menos de 3 horas, alfa tonto —río tiernamente y recargó su cabeza en el hombro de Jungkook.
—Es demasiado tiempo —dice en tono burlón—. 2 minutos sin ti son demasiado tiempo —lo rodea por la cintura.
—Exagerado —niega con la cabeza mientras se ríe.
—¿Y tu comida? —cuestiona al no ver nada.
—Está en mi casillero, no quiero comer ahora —hace un puchero y su rostro pierde un poco de la alegría—. Me duele un poco el estómago —explica ante la cara dudosa del alfa.
—¡Oh, mi bebé! —mueve sus piernas de un lado a otro para arrullarlo—. ¿Por qué crees que sea?
—Un sándwich que comí en la escuela me hizo mal, supongo —se encoge de hombros—. Quiero solo dormir un ratito, ¿puedo?
—Claro, pero si sigues sintiéndote mal buscaremos un médico —lo miraba a los ojos y luego de un asentimiento por parte del omega y de que este se acomodara mejor sobre sus piernas, lo apretó más contra su cuerpo y colocó la palma de su mano sobre la pancita del menor para acariciarla repetidas veces, estaba por retirarla cuando el omega habló.
—No dejes de hacer eso —pidió Jimin, tenía uno de sus brazos rodeando el cuello de Jungkook, la otra mano viajó hacia la que éste tenía sobre su estómago, para fijarla ahí—. Dejó de doler un poco —tenía sus ojos cerrados y estaba casi dormido así que el alfa se limitó a obedecerlo.
Acariciaba su estomago con dulzura y cuidado, su palma formando círculos lentamente, veía dormir pacíficamente a su chico, y dejaba besos ocasionales en su frente y mejillas, luego de un rato subió levemente la camisa del menor y comenzó a frotar la yema de sus dedos directamente en la piel de su estómago pero escuchó una risita.
—Me haces cosquillas —el ojiazul se dobló un poco por la risa de que el alfa siguiera tocando su estómago.
—Lo siento —contestó con un poco de burla en su tono pero trató de quitar su mano.
—¡No, no la retires! —el omega volvió a fijar la mano del mayor en su estómago—. Por favor.
—Si te duele mucho debemos ir con el médico, bebé —la preocupación tomando su mente.
—No es nada, se me está pasando —negó con la cabeza—. Estaré bien en un rato —seguía sin soltar la mano de Jungkook, el alfa resignado siguió repartiendo caricias por el vientre del menor.
—Voy a creerte solo por que mi lobo se siente orgulloso de ayudarte —sonrió de lado y dejó un beso en la coronilla del otro.
—Gracias —Jimin frotó su mejilla en el cuello del mayor y dejó un beso rápido ahí mismo, siguieron otro rato más así, conversando y acompañándose el uno al otro, el omega tuvo que irse a trabajar pero Jungkook se aseguró de que su dolor se haya ido por completo antes de eso.
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Jimin estaba sentado sobre la isla de la cocina, se le veía cansado, ojeras bajo sus ojos pero el lindo aroma que liberaba seguía siendo el favorito para el alfa, la vainilla y el café no tenían toques tristes o de dolor, lo que hacía a su lobo retorcerse complacido.
Jungkook se acercó a el, lo rodeó con los brazos por la cintura y comenzó a olfatear su cuello, de pronto sus inhalaciones se volvieron desesperadas y erráticas, lamía y besaba con apuro el lugar donde debería ir la mordida de apareamiento.
—J-Jungkook —pronunció nervioso el omega.
—Dime —seguía enterrando su nariz en la fuente de aroma ajena—. Soy todo oídos para ti, amor —levantó el rostro y se encontró a Jimin mirando sus labios, las pupilas dilatadas, sus ojos estaban algo llorosos y brillantes, las mejillas estaban sonrojadas y la boca entreabierta.
—Hueles tan bien —el omega dio un salto de su asiento y enroscó las piernas en la cintura del más alto—. Tómame alfa, por favor —pasó los brazos por el cuello de Jungkook para estar más cerca y sostenerse—. Vamos a nuestro nido —susurró cerca de sus labios.
—Mi omega, tan bueno —suspiró y dirigió su mirada hacia el cuello del menor, pasó lentamente su lengua por ahí, trazando una línea de saliva desde el centro de sus clavículas hasta llegar a su labio inferior, Jimin miraba el techo para darle acceso completo al mayor, Jungkook se detuvo y juntó sus rostros, sus alientos se mezclaban de manera excitante, la tensión creciendo entre ellos así como el deseo—. Voy a hacerte mío, precioso, ¿quieres eso? —después de que el omega asintiera efusivamente, caminó a las escaleras y las subió apresurado sujetando al chico por los muslos, abrió la puerta y lo recostó suavemente en el nido para retroceder.
—¿Puedo pasar? —cuestionó sumiso ante el omega y tras otro asentimiento rápido, ingresó para colocarse sobre el menor justo entre sus piernas.
Miraba atentamente cada una de las facciones del chico, sus ojos azules, el color más lindo que había visto, los pómulos afilados y la nariz respingona que no se resistió a acariciar con la suya en un delicado beso esquimal, sus labios estaban cada vez más cerca hasta que se dio el tan anhelado beso, iniciaron un ritmo lento pero poco a poco escaló hasta convertirse en algo brusco y necesitado.
En un contraste bastante extraño, el alfa acariciaba delicadamente el costado de Jimin, mientras que con la otra mano se sostenía para no aplastarlo con su peso, se giró para quedar sentado en la cama con la espalda contra la cabecera y atrajo al ojiazul hacia su regazo, obediente el menor colocó una de sus piernas a cada lado del mayor y comenzó a friccionarse con cuidado sobre su entrepierna.
Sus bocas seguían unidas y parecían no querer separarse, Jungkook acunaba las mejillas del más bajo entre sus manos impidiendo que se alejara, cosa que Jimin tampoco quería hacer, el omega acariciaba los rizos achocolatados de la nuca de su alfa, retorcía uno con su dedo y después lo soltaba de forma descuidada.
La erección del alfa comenzaba a crecer dentro de sus pantalones de pijama, el omega estaba volviéndolo loco y tenía que hacer algo ya mismo porque su lobo rugía eufórico por tomar al chico y reclamarlo como suyo.
—J-Jungkook —escuchó su nombre como un gemido que era silenciado por sus besos—. Jungkook —eso no fue un gemido, fue la voz de su chico pero parecía normal—. ¡Jungkook! —ese en definitiva no era Jimin pero si lo estaban llamando.
Abrió los ojos apresurado y sus mejillas se pintaron de rojo al ver a su madre llamarlo desde la puerta de su habitación, todo había sido un sueño.
—Ven a desayunar, hijo —el rostro de la pelinegra se contrajo—. No sé que estabas soñando, cachorro pero... ¡Luna! Abre tus ventanas —tapó su nariz con dos de sus dedos y cerró la puerta para irse.
Jungkook apurado miró su teléfono celular, era miércoles, el día siguiente de su visita al endocrinólogo, después de llevar a Jimin a su empleo nocturno, asegurándose claro de que no tuviera malestar estomacal, no pudo dejar de pensar en la situación que el doctor Moon le comentó y ahora este sueño sólo le hacía más difícil todo.
No puede negar lo bien que se sintió al tener a Jimin de esa forma, gimiendo su nombre y pidiendo que lo haga suyo, pero un sentimiento de horror invadió su estómago, no podía pensar de esa forma del omega, es un chico tierno y amable, nunca debió sentirse tan bien al pensar de forma tan sucia y enferma de él, de su omega.
Aunque es claro que en algún momento lo harán, tendrán relaciones, lo marcará, lo anudará y tendrán cachorros, Jimin es su omega y no debe sentirse mal por desearlo pero... pero no de esa forma, él odiaba ser alfa por esos instintos y apetito sexual, no puede simplemente convertirse en lo que tanto odia, no puede ver a Jimin de esa forma jamás.
Eso está mal, está mal desearlo de esa manera, sabe que es algo natural pero no lo es si el chico no ha demostrado ningún interés en eso aún, él no debería pensarlo de esa forma, no sabe cómo va a ver a los ojos al omega después de ese sueño, no sabe cómo va a tenerlo entre sus brazos o cómo va a besarlo sin recordar la forma en que lo imaginaba durante la noche.