Kei se sentó en un banco dentro del pequeño taller de diseño de Yachi (que era más bien de la madre de esta, pero ella solía hacer sus prácticas ahí) Ansioso por contarle sobre el chico de la gasolinera.
"Hoy conocí a alguien", comenzó, su voz llena de emoción. "Era increíble, tenía el cabello olivo con puntas rubias, tenía muchas pequitas, un estilo punk, tenía algunos piercings y... era simplemente asombroso"
Yachi levantó una ceja, preocupada por la entusiasmada descripción de su amigo. "¿Y quién es este misterioso chico?" preguntó con curiosidad.
"Fue él cajero que me atendió" admitió Kei, "No tuve la oportunidad de preguntarle su nombre, pero definitivamente me gusta". Sus mejillas se ruborizaron mientras recordaba el encuentro y la sonrisa que el chico le regaló.
Yachi asintió lentamente, procesando la información. "Kei, ¿estás seguro de que este chico es alguien de quien deberías estar tan emocionado? No sabes nada sobre él más allá de su apariencia".
Kei suspiró, dándose cuenta de que su amiga tenía razón. "Lo sé, Hito. Pero algo en él... me atrajo de inmediato. Solo espero poder verlo de nuevo y tener el valor de hablarle para conocerlo mejor".
Yachi le dio una sonrisa tranquilizadora, esto era algo nuevo no solo para Kei, sino que también para ella, el rubio era un quisquilloso de primer y jamás había tenido la oportunidad de sentir lo que llaman 'amor a primera vista', así que podría dejárselo pasar.. si tan solo supiera que clase de chico era.
"¿Sabes que?, vayamos a esa gasolinera y me lo enseñas".
Kei la observó con sorpresa.
"¿Estás haciendo lo mismo que hice yo cuando me contaste de la florista?"
"Sí, y no quiero un no por respuesta o te juro que lo buscaré yo misma y no creo que eso te guste" 'amenazó', y con sus palabras, un escalofrío recorrió la espalda de Kei al pensar que la rubia llegará a decirle algo vergonzoso o se le saliera alguna palabra de su pequeña conversación.
Kei asintió ante la demanda de la rubia, tomó su mochila y salió junto a ella rumbo a la gasolinera.
Mientras caminaban, Kei le contó a Yachi más detalles sobre el encuentro, describiendo cada pequeño detalle que recordaba.
Al llegar a la gasolinera, Yachi miro con algo de desagrado del establecimiento, pues el hedor de la gasolina y el hecho de que estuviera llena/tapizada de carteles hacía ver al local el lugar más apocalíptico de la historia
«Lo que hace uno por sus amigos..» Pensó para sí misma, mientras veía a Kei entrar como un chiquillo emocionado, sin quedarle más remedio que entrar ella también.
Sus ojos se abrieron con sorpresa al ver lo limpio y ordenado que estaba el lugar por dentro, por lo menos eso la dejaba un poco más tranquila al saber que no era un lugar de mala muerte.
Kei por su parte, buscó ansiosamente con la mirada al chico pecoso, pero no lo encontró por ninguna parte. Una sensación de decepción lo invadió, temiendo que tal vez ya había acabado su turno y ya no podría verlo.
Yachi notó la expresión desanimada en el rostro de Kei y le dio un suave golpecito en el hombro. "No te preocupes, Kei. Quizás esté ocupado en otra cosa", dijo con compasión.
Kei suspiró, resignandose a la posibilidad de que el encuentro en la gasolinera fuera solo un momento fugaz, no es como si el chico lo esperaría para eterna memoria solo para que él y Yachi lo vieran, por lo que simplemente caminó hacia el área de cafeteras y se sirvió un café.
"Aprovechemos que ya estamos aquí" dijo tras sentir la mirada de la rubia en su espalda "¿Querés algo?, yo pago".
"No necesito que me pagues" Yachi tomó un vaso y se acercó a la máquina de frozen's, escogiendo la mitad de fresa y la otra mitad de kiwi.
"Es mi agradecimiento y disculpa por hacerte venir acá" Kei dio un ligero sorbo a su café.
"Igual necesitaba un descanso" la rubia le sonrió y dio un sorbo a su bebida.
Tomaron asiento en una de las mesas que el local poseía, platicando un poco de lo que había pasado en la semana por que ninguno de los dos había podido verse, pues Hitoka se la pasaba encerrada en su taller y Kei tenía una beca deportiva que no podía descuidar (aunque no la necesitaba, le daría vergüenza perderla).
El ambiente de tranquilidad se esfumó cuando un fuerte ruido los hizo a ambos dar un brinco a ambos.
El repentino estruendo proveniente de la parte trasera de la gasolinera atrajo la atención de Kei y Yachi. Ambos se giraron rápidamente para ver qué estaba sucediendo, y de la puerta de la bodega emergieron dos figuras familiares: Kageyama y Hinata, la revoltosa pareja de su universidad que al igual que Kei, tenían una beca deportiva, conocidos por su espíritu competitivo y su energía desbordante.
Kageyama y Hinata estaban inmersos en una acalorada discusión, aparentemente sobre una lata que Kageyama había lanzado y que había golpeado a Hinata.
Kei y Hitoka los observaban en silencio. Aunque estaban acostumbrados al dinamismo de Kageyama y Hinata, la intensidad de su pelea los dejó momentáneamente sin palabras.
Sin embargo, Kageyama y Hinata estaban tan absortos en su confrontación que no se dieron cuenta de la presencia de Kei y Yachi. Los dos rubios simplemente los observaron, reflexionando sobre la peculiar dinámica de su relación mientras la extraña pareja continuaban su discusión con fervor.
Finalmente, Yachi rompió el silencio con un suspiro. "No quiero imaginarme lo divertida que será su relación si llegarán a casarse" comentó con una sonrisa divertida, y Kei no pudo evitar asentir mientras aún veía entretenido el espectáculo que el peli naranja y el pelinegro montaban.
Hinata, en medio de su acalorada discusión con Kageyama, notó de repente la presencia de Kei y Yachi observándoles desde la distancia. Su rostro se iluminó con una sonrisa contagiosa al reconocer a sus amigos, y dejó de lado momentáneamente su pelea con Kageyama mientras se acercaba corriendo hacia ellos.
"¡Tsukishima! ¡Yachi!" exclamó Hinata emocionado, su energía desbordante irradiando alegría mientras se acercaba. "¡Qué sorpresa verlos aquí!"
Yachi le devolvió la sonrisa a Hinata, Kei solo dió un sorbo a su café fingiendo que no lo había escuchado "Hola Hinata", respondió Yachi mientras saludaba con un gesto amistoso.
Hinata, sin perder tiempo, comenzó a hablar animadamente con sus amigos, olvidando por completo la discusión que había tenido momentos antes con Kageyama. Su atención ahora estaba completamente enfocada en hablar y hablar sobre cosas aleatorias con ambos rubios, como si el conflicto anterior hubiera desaparecido de su mente.
Mientras tanto, Kageyama los observaba desde la distancia, con una mezcla de incredulidad y resignación. Aunque inicialmente fruncía el ceño ante la interrupción de su pelea con Hinata, no pudo evitar sonreír ligeramente al ver lo feliz que estaba su novio al verse con Yachi, ya que ambos se llevaban bien y la rubia siempre estaba ocupada.
Además, él podría aprovechar para molestar un poco a Tsukishima.
"Vaya, el finísimo Tsukishima Kei tomando café en una gas, ¿Ya no te dejan entrar a los Starbucks?" Kei entrecerró los ojos y observó a Kageyama sonreír con sorna.
"Simplemente me gusta visitar a los reyes rebajados" respondió de manera venenosa "¿Que hace su majestad trabajando en una gasolinera, el pueblo lo echó de su trono?" Ahora fue Kageyama quien entrecerró los ojos.
"No todos nacimos en cuna de oro, pelos de elote".
"Que lástima, carbonero".
"¡Oye!, no le digas así" Exclamó Hinata luego de escuchar el como Tsukishima había llamado a su novio.
"Entonces controla a tu perro" Y bebió se su café.
La pareja ahora veía con enojo al rubio, que simplemente seguía como si no había roto ni un plato, Yachi se sintió ligeramente tensa al pensar que iban a iniciar un conflicto ahora en contra de Kei, por lo que rápidamente sacó una plática aleatoria para evitar que se mataran entre los tres.
"Eh,, ¿qué hacen aquí?, no sabía que trabajaban en una gas".
"Llevamos dos meses acá" dijo Kageyama.
"¿Por?"
"Rompimos el ventanal del centro de cómputo" Explicó Shoyo.
Yachi frunció el ceño ante la explicación de Hinata. "¿Romper un ventanal?" repitió con sorpresa, sin poder evitar sentirse intrigada por lo que podría haber llevado a la pareja a cometer tal acto.
Kageyama asintió. "Sí, fue un accidente", admitió, su tono de voz cargado de vergüenza "Estábamos... jugando vóley y... bueno, las cosas se salieron un poco de control".
Hinata asintió en acuerdo, aunque con una expresión un poco más despreocupada. "¡Sí! Fue un accidente total", agregó, tratando de restar importancia al incidente.
Yachi suspiró, sacudiendo la cabeza con una sonrisa divertida. "Ustedes de verdad no tienen remedio", comentó con calma, tratando de calmar a sus amigos. "Supongo entonces que por eso están aquí, el director les cobró, ¿No?" La pareja asintió.
"Justo cuando creí que no podían ser más idiotas vienen y hacen algo peor" Kei soltó una suave carcajada, ganándose nuevamente miradas iracundas por parte de la pareja.
"¡Te voy a-"
"Hey"
Justo cuando la tensión entre Kei, Kageyama y Hinata alcanzaba su punto más álgido, una voz suave y tranquila se hizo presente en el lugar, interrumpiendo el inminente conflicto. Todos desviaron la mirada hacia la fuente del sonido y se encontraron con un chico de cabellos color oliva y pecas salpicando su rostro.
Yachi sintió un vuelco en el corazón al reconocer al chico que Kei le había descrito con tanta emoción. Instintivamente, tomó la mano de Kei, sintiéndose reconfortada al darse cuenta de que este era el misterioso joven del que su amigo estaba tan enamorado.
Kei, por su parte, mantuvo la calma aparente en su rostro, aunque en su interior se desataba una tormenta de emociones al ver nuevamente al chico que había capturado su atención en la gasolinera. Lo miró fijamente, sus ojos transmitiendo una mezcla de asombro y alegría por volver a encontrarse con él.
El chico de cabellos oliva, ajeno al impacto que su aparición había causado, sonrió tímidamente al grupo, rompiendo el silencio tenso que se había apoderado del lugar. "¿Está todo bien aquí?", preguntó con amabilidad, su voz suave y melodiosa.
Kei se sintió tentado a responder de inmediato, pero antes de que pudiera abrir la boca, Yachi le apretó suavemente la mano, recordándole que debían mantener la compostura en esa situación tan inesperada. Con un gesto de complicidad, ambos miraron al chico pecoso, hasta que Hinata se acercó a él.
"¡Hola Yams!" Hinata, con su típica energía positiva, se dirigió al chico de cabellos oliva con un tono amistoso. "Estos dos son Tsukishima y Yachi, compañeros de nuestra universidad. No te preocupes, todo está bien", dijo, asegurando que no había problema alguno con la presencia de los rubios.
Kei y Yachi sonrieron ante la amigable presentación de Hinata, y el chico, ahora conocido como 'Yams', devolvió la sonrisa con calidez, aliviado por la tranquilidad de Hinata.
Internamente, Kei saltaba de alegría al escuchar una parte del nombre del chico que lo había cautivado en la gasolinera, aunque seguía intrigado por conocer el resto.
El pecoso les informó que su turno había terminado y que debía retirarse para cumplir con sus responsabilidades universitarias. Les deseó suerte en su turno y les dio algunas indicaciones antes de despedirse cordialmente.
Después de despedirse de Hinata y Kageyama, el pecoso se volteó y se encontró con la mirada expectante de Kei. Una sonrisa sincera se formó en sus labios mientras se despedía con un gesto de la mano. Kei devolvió la sonrisa, sintiendo una conexión especial con el chico de cabellos oliva, y le deseó un buen día antes de verlo salir del local.
Con el corazón palpitando de emoción por el encuentro, Kei se quedó mirando la puerta por un momento, deseando tener la oportunidad de volver a encontrarse con el pecoso en el futuro.
Minutos despues de que el pecoso se marchara, Kei y Hitoka observaban a la pareja atender clientes y cumplir con sus labores, no se veían tan desastrosos como de costumbre, pero aun asi eran bastante desordenados y distraídos a la hora de trabajar. Yachi observaba de reojo a Kei, que sonreía de manera boba pensando en como su mirada ambarina choco con la mirada chocolatosa de el pecoso, manteniendo su mente en las nubes.
Una idea de formo dentro de la cabeza de la rubia, quien sonrió ante la esperanza que fuese un plan impecable y exitoso.
"Kei" el rubio dirigió su mirada hacia su amiga, Yachi sonrió "¿Haz pensado en pedirle ayuda a Hinata y Kageyama?"
El rubio le regalo una mala mirada.
"No, lo arruinarían todo".
"Piensa en darles una buena idea" Yachi era ingeniosa y tenia el don natural de convencer a cualquiera, Kei no seria la excepcion "Ellos necesitan dinero, tu necesitas acercarte a ese chico. Tienen el privilegio que el contrario no".
"¿A que quieres llegar, Hitoka?"
"Solo digo que quizás tú deberías ayudarlos a pagar su deuda a cambio de que sirvan de Cupido.." la rubia sonrió al ver al de lentes reflexionar acerca de su sugerencia.
Estuvieron un rato en silencio hasta que la gasolinera estuvo totalmente vacía, Kei se levantó y se acercó a la pareja que permanecía conversando tranquilamente apoyados sobre el mostrador, al sentir al presencia del rubio cerca voltearon a verle.
"¿Que necesitas?" Kageyama cuestionó.
"Vengo a hacerles una propuesta".
"¿Propuesta?" Preguntó curioso Hinata "¿Que clase de propuesta?".
"Bueno, algo sobre... Pagar su deuda a cambio de que ustedes" Tsukishima señaló a ambos "Me ayuden con algo muy importante para mí".
La pareja se miro mutuamente, aunque con algo de desconfianza ante las palabras del rubio.
"¿Nos das un minuto?" Kei aceptó y la pareja de alejo un poco a dialogar acerca de la situación actual, tardaron menos de lo que el rubio imagino en voltear y nuevamente pararse cerca de él "Bien, te escuchamos".
Kei sonrió victorioso, miro a Yachi y ella le sonrió de la misma manera.
"Bien, lo único que tienen que hacer es.."