Delincuente

By KideEverwolf

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Luz Noceda es una adolescente que trabaja para "La Dama Búho" en completo anonimato de su identidad, convirti... More

Prologo
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Atraso nuevamente e idea en proceso.
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By KideEverwolf

Luz

—¿Segura? Ahi se tiene muy mala vista, princesa.

Estaban por pagar los boletos para la película, sólo tenian que escoger cuales. Habiendo tan buenos lugares su novia quería los del fondo en la esquina. Por experiencia sabia que ahí había una vista muy mala, asi la sentía ella.

Pero Amity estaba tan insistente con esos lugares que no tenía más opción que pagarlos.

—Si. Esos.—confirmó, estaba colgada del brazo izquierdo de Luz, con la cabeza en su hombro sonriendole.

—Bueno..—con duda pagó los boletos y al tener el ticket los guardo en su pantalón.

Compraron golosinas, palomitas, todo lo que Amity veía y quería. Pero no era tan desconsiderada.

—¿Te molesta que pida tanto?

—Para nada, amor—le dió un beso en la mejilla y le sonrió—. Yo con las palomitas y la soda estoy bien, tranquila.

Volvió a darle un beso pero en la cabeza, no le gustaba ver esa expresión de culpa en la carita de su novia.

—Bueno, pero igual puedes comer de lo mio, y vamos a pagar 50/50, acuérdate.—le apuntó con el dedo, era muy normal que en sus salidas quedarán en 50/50 y la morena siempre se salía con la suya y pagaba todo.

—Si, Blight. Si.

Terminaron de comprar las cosas y fueron directo a la sala de cine, al sentarse en sus respectivos asientos la de beanie acomodó la bandeja con las cosas y empezó a comer de las palomitas. Viendo los avances de películas nuevas.

—¿Viniste aquí sin comer, Luz?—la peliverde se puso de lado con una sonrisa divertida para ver mejor a su pareja, que comía sin parar.

—Claro que comí, pero las palomitas son lo mejor del cine—le dijo con una palomita entre los dedos y acercándola a la boca de la chica, la recibió bien—. Y venir contigo, obvio.

La señorita rió divertida y se inclinó para besar a su novia, y aceptó el beso gustosamente. La tomó de las mejillas con suavidad y al parecer se lo tomó como una señal de que podía continuar el beso, la abrazó por el cuello aferrándose más al profundo beso que compartían.

—Princesa—nombró Luz entre el contacto que no había parado en ningún momento—. Cuidado con los snacks.

Ella iba a seguir el beso luego de esa sutil advertencia, pero Amity se lo tomó con algo de molestia y en venganza, mordió su labio inferior y lo jaló un poco.

—Si se cae algo, compro otra cosa y ya.—se lo dijo con tanta seriedad que supo entender el mensaje.

"No vuelvas a interrumpir un beso por algo que claramente puedo resolver con mi dinero".

Sonrió por esa afirmación y la besó primero para contentarla, funcionó.

Lastimosamente no les iba a durar mucho. Unas risas odiosas y agudas lograron arrebatarles el aliento que de por si se les iba en el beso.

Eran las amigas de Amity, con Nate y compañia.

Se separaron y trataron de ocultarse lo más que pudieron. En el caso de la millonaria, se puso el gorro del sueter que llevaba para tapar su llamativo cabello verde y cubrió su rostro lo más que pudo. La castaña en cambio se quitó su beanie tan característico en ella y se agachó como si buscara algo, no había mucho con lo que ella pudiera esconderse.

Afortunadamente para ellas, las luces se apagaron por completo, la película estaba por empezar. Vieron al grupito bajar hasta 10 filas lejos de ellas y sentarse más o menos en el medio, haciendo ruido en todo el camino.

Sólo cuando vieron que se sentaron  y empezaron a comer callándose entre ellos, pudieron respirar más libremente.

—¿Tu sabias que estarían aquí?—preguntó acercándose al oído de su pareja.

—Me dijeron que pensaban salir, pero no pensé que vendrían al cine y justo a esta película—le reveló frustrada—. Y con lo escandalosos que son.

—Bueno pero relájate, Blight—acarició su mano y le dió un beso en esta—. Si quieres nos vamos a otra parte, a otra sala o lo que tu quieras.

Por un momento se lo pensó, lo notó por la vista ida que tenía la niña.

—No importa, están lejos y dudo que nos descubran.

Luz sonrió tomándola de la barbilla y acercándose para besarla, la recibieron con todo el gusto del mundo.

No hablaron más del tema y decidieron disfrutar la película. De vez en cuándo se susurraban algo respecto a la película, se reían juntas y cada que la otra se acercaba para comentar algo, siempre se alejaban no sin antes darse un beso poco prolongado.

—Te dije que siempre muere el más intrépido.—la ojos chocolate tomó por sorpresa a Amity y logró que la chica tuviera un escalofrío que provocó que sus hombros se alzaran levemente.

Volteó para verla sonreír y le contagió lo divertido de la pequeña reacción. No le respondió cómo las otras veces, más bien la llevó directo a sus lindos labios para besarse. Bajó las palomitas para poder tomarla de las mejillas.

A las dos les molestaba la pequeña barrera que había entre ellas y la mejor alternativa para la Blight fue moverse y abrirse espacio en el asiento de la Noceda. Ella ni se quejó, de hecho la acomodó para que no se lastimara y poder tomarla de mejor manera.

La proyección no daba mucha luz por las escenas que había y eso jugaba muy a su favor para tener privacidad en un momento en el que no deberían, ese beso estaba escalando a toqueteos y a mordiscos.

—Luz...—murmuró la peliverde con una sonrisa nerviosa, sintiendo los labios de su novia en su clavícula y de vez en cuándo sus dientes que rozaban su piel de manera exquisita.

Y Luz, la delincuente más descarada, atrevida y valiente de todo Bonesbourgh y quizá del mundo, no iba a levantar la vista por nada del mundo.

Por dentro era un desastre, ella disfrutaba ese encuentro, esos roces y esos toques, pero le costaba muchísimo relajar su expresión en un momento que era tan placentero que su cara en ese punto era un tomate con ojos desorbitados. Evitaba abrir los ojos por cualquier cosa, no quería que de algún modo Amity viera la expresión que tenía, esa expresión asustada y emocionada que era completamente normal en esa situación.

Por lo menos podía calmar el temblor de sus manos, que recorrían la espalda baja de su novia.

La ojos dorados la tenía abrazada por el cuello con su mejilla recargada en su hombro, asi que cualquier suspiro y pequeño gemido que hiciera le llegaba de lleno en el oído, dándole escalofríos y nublando su juicio por el deseo de escuchar más.

No se atrevía a bajar a los pechos de la señorita, no podía pues ni el permiso tenía y no iba a pedirlo ahí. Pero si besaba y chupaba lo que abarcaba el cuello, los hombros y las clavículas de Amity. Y Amity no se quedó atrás, al estar tan cerca del cuello de la castaña, decidió devolverle el favor y pasar suavemente su lengua por la parte lateral derecha de su cuello, logrando que exhalara y ella misma se callara besando el cuello de su contraria.

Ambas ya sentían sus centros palpitar por la excitación tan grande que se acumulaba en sus cuerpos. Pero no era el lugar adecuado para hacer cosas inadecuadas. No iban a perder el uso de razón por su excitación.

—Amity..—suspiró la de cabello castaño, besando el cuello pálido de su novia, necesitaba parar.

—Oigan—un hombre les llamó la atención desde la fila de abajo, ya harto de escuchar sus suspiros que poco a poco se volvían más audibles—. Estan en un cine, respeten a la gente y respétense a ustedes.

Por mucha que fuera su calentura le dieron la razón al adulto al que ni le pudieron ver la cara. Apenadas por ser descubiertas se acomodaron, con Amity en su lugar asignado, más roja que el bote en el que estaban las palomitas.

—Lo sentimos, señor.—se disculpó la peliverde, inclinándose un poco hacía adelante. El hombre solo le contestó con un monosílabo.

Ninguna se atrevía a voltear a ver a la otra, estaban muy avergonzadas por lo sucedido. Ya no se hablaron durante el resto de la película.

Tenían miedo de hasta tocarse, irónicamente. Eso no era algo propio de ninguna de la dos, amaban el contacto físico. Pero ahora solo con tocar sus manos levemente enrojecían en segundos, riendo nerviosas.

Cuándo la película terminó Luz se armó de suficiente valor para hablarle a su novia. Tratando de sonar lo más calmada y normal posible.

—¿Que te pareció la película amor?—preguntó, volteando su cabeza para verla.

Amity giro su cabeza igualmente dandole la cara y sonriendo con las mejillas rosas.

—Me encantó. Fue muy divertida.

La morena achicó los ojos por su propia sonrisa y le dió a Amity un piquito para aligerar el ambiente. Ella le sonrió y le regresó el beso.

—Vamos, o mis hermanos vendrán por mi y no queremos eso.—advirtió, levantándose con las palomitas que sobraron, de ninguna manera pensaba dejarlas ahí.

—¿Que? ¿Se subirán a su avión privado y vendrán por ti en el?—bromeó la castaña, saliendo de la sala con la Blight que comía palomitas.

—Claro que no. En todo caso subirían al helicóptero, saben manejarlo un poco mejor.—lo dijo con tanta normalidad que le dió un golpe en la pobreza, no esperaba que le respondiera aquello.

—En ese caso me sorprende que no vayan a la escuela con el.—estaba genuinamente sorprendida por tanto dinero que los Blight manejaban, ella estaba al tanto de sus negocios pero nunca pensó que les dejaran tanto dinero cómo para confiarles a sus hijos un helicóptero.

Y probablemente los negocios de Odalia tenían algo que ver, según Hunter. Eso debería tener preocupada pero en ese momento, solo quería pasar tiempo con la hija de la mujer.

—¿Vas a quedarte un rato en mi casa?

—¿Quieres seguirla?—soltó una risita, la ojos ambar estaba muy extraña ese dia, en el sentido de que ella tomaba la iniciativa para seguir estando juntas todo el dia.

—¿Tan malo es querer estar contigo, Noceda?—recargó su perfecto mentón en el pecho de Luz, no se llevaban mucha altura así que su nariz estaba cerca del mentón de la latina.

—Para nada. Si tus hermanos lo aceptan, claro que me quedo.

Amity sonrió. Ya sabía que Edric y Emira iban a aceptar sin lugar a dudas, aunque probablemente no las dejarían tener su espacio como pareja.

Y como una tormenta en pleno día de campo, las voces de los amigos de Amity irrumpieron su momento, otra vez.

Y ahora estaban mucho más cerca, en un lugar donde definitivamente las verían.

—Vámonos ya, Amity—estaban totalmente de acuerdo con eso y caminaron a la salida apresuradas, pero no contaron con mucha suerte y escucharon a Nate gritar el apellido de Luz—. Carajo. Ponte esto un momento, a ti es a la que menos pueden reconocer.

Lo que pudo ver la señorita era que la dominicana sacaba una máscara y no tuvo tiempo de ver el diseño, solo se la puso de inmediato y acomodó su gorro para esconder su cabello verde menta.

En cuestión de segundos llegaron los adolescentes, riendose entre ellos, preparandos para divertirse con su victima favorita.

—Pero si es la delincuente—reconoció Nate riendo soberbio—. Pensé que los ladrones se la pasaban escondidos, como ratas.

Desde que empezó su noviazgo, la de beanie ya no tenía conductas agresivas con sus bullys, pero siempre se defendía de alguna manera, contratacando verbalmente al igual que ellos.

Pero ese no era el momento para ponerse a la defensiva, debía proteger a Amity.

—Tienes toda la maldita razón, Hollman. Debería ir a esconderme antes de que la policía me descubra, gracias. Nos vemos.—tomó la mano pálida de la Blight que hasta el mimento no había hablado, pero cuáles buitres, los chicos y chicas las siguieron mientras hablaban.

—¿Y ella quién es? ¿Es tu cómplice en tus robos?—Boscha quería provocar a la fiera que era la morena; había mucha gente y sabía que si le llegaba a soltar algún golpe, alguien interfería y podrían llamar a la policía.

Pero Luz no era tonta, y lo que menos quería era que la imagen de la peliverde se cayera a pedazos, y todo por estar con ella.

—¿O es tu novia? Pensé que tu novia era esa tal... Park.—pudo sentir perfectamente como las uñas algo crecidas de Amity se clavaban levemente en la piel de su mano al apretarla, eran celos.

Y sabía que eran celos. Ya un par de veces le contó que le daba algo de inseguridad que todos pensaran que ella y Willow eran novias. Luz le aclaró a todo el mundo que no estaba saliendo con su mejor amiga de todas las maneras que se le ocurrió. Pero igual, mientras no hicieran su noviazgo público, el problema seguiría ahí muy probablemente.

—Y yo pensé que tu novia era Amity. Pero al parecer no tiene tan mal gusto.—logró dar en una fibra sensible del muchacho, no le gustaba provocarlo metiendo a la chica de por medio, pero era la única forma de alterar al castaño, y lo había logrado.

—Por favor. Todo Hexide sabe que Amity y yo nos gustamos. Solo que ella quiere hacerse la interesante y llamar mi atención.—afirmó como si fuera una verdad legitima, y estaba tan alejado de la realidad que ambas sonrieron levemente mientras caminaban, aunque la Blight estaba algo indignada y molesta.

(Pero Amity no es fácil, para nada).

—Eso explica porqué no está aquí contigo. Seguramente quiere llamar tu atención haciéndote creer que no le importas.—mientras hablaba empezaba a sonreir un poco más.

Y honestamente. El hecho de que aquel que tanto se burlaba de ella estuviera enamorado de Amity era algo que le alimentaba el orgullo.

Porqué Amity la amaba de la manera más pasional y tierna posible, y Nate nunca sabría como era eso. Como eran sus besos, sus abrazos y nunca sabría lo que es despertar sonriendo, sabiendo que Amity está en su vida como su novia.

Y con esos pensamientos cursis se le bajaba el ego, y su amor por Amity aumentaba más.

Ella dijo aquello sabiendo que a donde caminaban estaban varios policías de tránsito, eso serviría para escapar. Y de acuerdo a su pequeño plan, Nate no soportó las provocaciones y la jaló del saco bruscamente. Detendiendo a todos en un punto.

—No estés jugando conmigo, Noceda—amenazó, y lo que menos le provocó a la ojos marrones fue terror—. ¿Acaso quieres otra pelea?

—Yo no volvería a pelear contigo, Hollman—habló respetuosamente pero tanto ella como todos sabían que su tono era falso y burlón—. Si vas a quedarte inmovil a los 3 golpes no tiene caso pelear contigo. Eres demasiado débil—algo le faltaba—. No vales la pena.

Listo.

—¿Ah no?—formó una pequeña sonrisa al sentir que la jalaban del cuello de su camiseta y le estampaban un golpe en la mejilla, ella cayó al suelo escuchando el grito preocupado de Amity, que era un pequeño precio por salvarla.

—¡Luz!—gritó su novia, agachándose para ayudarle y llamando la atención de los policías que alcanzaron a ver la escena.

—¿Eso valió la pena para ti, Noceda?—casi que gritaba del enojo y ya se preparaba para patearle el estomago, pero los uniformados no le permitieron hacerlo.

Inmovilizaron a Nate y los adolescentes miraban preocupados lo que pasaba. Luz se reincorporó lo más rápido que pudo y levantó a su peliverde encapuchada también, corriendo lejos de la mano con ella.

En primera, porqué no quería que las llevaran a algún tipo de situación que requiriera mostrar papeles y decir nombres.

Y en segunda, porqué Amity llevaba puesta la máscara que más usaba para sus robos.

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