POV FREEN
El abuelo me había llamado cerca de las 5 de la tarde para recordarme sobre la convención de inversionistas a nivel mundial que se iba a llevar a cabo. Lo último que deseaba era asistir y tener que fingir sonrisas mientras me encontraba rodeada de CEOS arrogantes y mimados.
Al entrar al lujoso salón de conferencias del hotel de cinco estrellas, mi corazón latía fuerte. Como CEO de las mejores empresas a nivel de Asia, sabía que sería el centro de atención debido a los recientes escándalos por los que había pasado Sarocha Group. Sentía una mezcla de nervios y determinación mientras me preparaba para enfrentar a los inversionistas y recuperar su confianza en mi buena administración de las empresas.
Comencé a saludar a varios inversores que aún confiaban en mí y en mis proyectos. Agradecí su apoyo y les aseguré que estaba trabajando arduamente para superar los obstáculos y volver a la senda del éxito.
Gané algunas inversiones a nivel de Europa, donde era difícil entrar debido a la posición dominante de las familias Saint-Clair y Dubois. El CEO de esta última, Alizée Dubois, era conocida por ser excelente en los negocios, a pesar de su corta edad.
Sin embargo, también me sentí ahogada por el juicio de algunos inversionistas que no creían en mí después de los desplomes que tuvimos. A pesar de mi inocencia, parecían importarles más las ganancias y juzgaban sin tener toda la información.
Nam, me acompañó para intentar mantener la calma y no dejarme intimidar. Aunque siempre terminaban huyendo de mí debido a mi posición fría, pero agradecía su apoyo.
"Freen, esto es horrible. Todos pelean como si fuera el último pedazo de carne" - comentó Nam, visiblemente frustrada.
"Así es como se rige este entorno, Nam. Siempre es un mar de arrogancia y dinero" - respondí con resignación.
"Arrogancia es lo que te sobra" - bromeó Nam.
"Idiota, pero gracias por venir" -
Mientras caminábamos un poco más por ese enorme lugar, pude visualizar a Becky junto a Alex y la odiosa Alizée Dubois. Quedamos observando un momento, y sentí el impulso de dar un paso hacia ellas, pero Nam me frenó.
"Tú te quedas aquí. Esa es la razón por la que vine, para evitar alguna locura" -me advirtió Nam.
"No te das cuenta de que esa idiota la menosprecia, y Alexandra no ayuda en nada" - respondí frustrada.
"No puedes intervenir, Freen" - me recordó Nam.
Apreté el puño, estaba furiosa. El lenguaje corporal de Becky mostraba claramente su incomodidad. Odiaba que la miraran con desdén, a pesar de que ella también tenía una posición alta al ser de la familia más rica de Tailandia. Sin embargo, Becky siempre evitaba utilizar el estatus de nuestra familia para su beneficio.
Alexandra se fue junto con Alizée, ¿qué demonios estaba pensando al dejar a Becky así? Por lo menos, el cuerpo de Becky se relajó y la vi caminar.
"Nam, iré con ella. No haré escándalos, te lo juro" - le prometí.
"15 minutos, Sarocha Chankimha, si no, te mato" - me advirtió Nam con una mezcla de preocupación.
Sonreí y fui tras Becky, manteniendo una distancia para que no se diera cuenta de mi presencia. La vi ingresar a una sala que parecía un mini cine. Me quedé afuera durante unos minutos, esperando el momento adecuado para entrar con cautela. Finalmente, me acerqué y me paré a su lado. Becky mantenía los ojos cerrados.
"¿Estás bien?" - susurré en un intento de no asustarla.
Becky gritó y dio un pequeño salto, luego volteó para mirarme.
"¿Qué te sucede? ¡Me quieres matar de un susto!" - exclamó, tocando su pecho.
"Lo siento, no era mi intención..." - me disculpé, sintiéndome culpable por haberla asustado.
"¿Qué haces aquí?" - preguntó Becky, aún sorprendida.
"Vine con Nam. Necesitaba buscar nuevas inversiones después del desplome de dos empresas y con otras en riesgo" - expliqué.
"¿Cómo toleras esto? Está lleno de gente detestable, niños ricos que juegan a ser empresarios con el dinero de papá" - expresó Becky, mostrando su descontento con el ambiente.
Tomé asiento junto a ella en ese enorme sillón, esperando no incomodarla y que se fuera.
"No debes dejar que te traten así, Becky. Tienes el poder adquisitivo para hacerlos callar" - le dije, tratando de animarla y recordarle su propio poder en medio de esa situación.
"¿Me estás diciendo que los humille?" -sonrió irónicamente.
"Estoy diciendo que los humilles, los destroces, los trates mal... Que deseen no haber nacido" - respondí con determinación, alentándola a defenderse y no permitir que la menosprecien.
"A la única arrogante e idiota que tolero eres tú" - bromeó Becky.
Ambas reímos, aunque la tensión entre nosotras en los últimos días se sentía como una barrera invisible. Cada momento juntas estaba cargado de una energía palpable, una mezcla de deseo y frustración que parecía llenar el espacio entre nosotras.
"Becky... He sido muy detestable estos días. Discúlpame por arruinar tu cumpleaños" - le dije sinceramente.
"Te costará más que una disculpa" - respondió Becky, dejando claro que necesitaba más que palabras para reparar el daño causado.
Nuestras miradas se encontraban de vez en cuando, pero las desviábamos rápidamente, buscando refugio en cualquier otro lugar que no fueran los ojos de la otra.
"Lo que desees será tuyo" - prometí, dispuesta a hacer lo necesario para demostrar mi arrepentimiento.
Pero a pesar de la distancia emocional que nos separaba, sentía un impulso incontrolable de acercarme y romper esa barrera invisible que nos mantenía separadas.
"Tal vez podríamos ir a practicar rapel. Lo prometiste cuando cumplí 13 años" - sugirió, recordando una promesa que había hecho a Becky hace tiempo.
"Pensé que lo habías olvidado" - respondi, sorprendida de que todavía recordara esa promesa.
"Está bien si no quieres" - dijo rápidamente, temiendo que su propuesta fuera rechazada.
"Bien... de acuerdo, iremos a practicar rapel a donde tú elijas" - acepte con cierto temor mientras que Becky sonrio con satisfacción.
No sé en qué momento terminé tan cerca de ella, con mi hombro pegado al suyo. Quería besar sus labios y sentir la conexión intensa que solo ella y yo podíamos compartir, incluso en medio de la tormenta.
"Pero solo no te acobardes" - susurró Becky.
Mi corazón latía con fuerza mientras volteaba a verla, ella no aparto la mirada. Tomé su barbilla con delicadeza y acaricié sus labios con la yema de mis dedos. Me acerqué lentamente a ella, y Becky no se apartó. Nuestros labios apenas se rozaron en un gesto de ternura y anhelo. Pude sentir el calor de su cuerpo y la suavidad de su piel mientras tocaba su mejilla. En ese momento, el mundo entero desapareció a nuestro alrededor mientras nos sumergimos en lo que habíamos anhelado.
Becky suspiró y cerró los ojos, dejándose envolver por el momento. Mis labios atraparon los suyos, encontrándose con suavidad, como si estuvieran recordando el tacto y el sabor de la otra después de tanto tiempo.
Cada roce de nuestros labios era un respiro para mi corazón. Nuestros labios se movían en una sincronía única, encajando a la perfección, como si hubiéramos encontrado la última pieza del rompecabezas, el ajuste perfecto que completaba el cuadro.
Poco a poco, el beso se volvió más profundo. Busqué acceso a su boca y en cuanto nuestras lenguas hicieron contacto, fue un descontrol para mis sentidos. Mordí el labio de Becky mientras mis manos acariciaban su cintura. Con una maniobra hábil, la tomé por el trasero y la subí encima de mí. No quería apartarla, dejar de besarla y perder lo que estábamos creando, pero la falta de aire hizo que nos separáramos, aunque ella aún permanecía encima de mí.
Luego de un breve momento de separación, Becky me miró intensamente y volvió a besarme con pasión. Cada roce de nuestros labios despertaba una chispa de deseo en mí. Mis manos recorrían su cuerpo, deseando quitar lo que traía encima.
Una de mis manos se adentró por la abertura de su vestido hasta llegar al borde de sus bragas. Becky jadeó y yo estaba ya demasiado húmeda, mi clítoris palpitaba anhelando su toque. Deseaba hacerla mía y llevarla al límite del placer.
Becky se separó de nuestros labios y comenzó a depositar besos sobre el contorno de mi mandíbula, bajando lentamente hacia mi cuello. Sus labios lamiendo y besando dejaron una mordida que hizo que todo mi cuerpo estremeciera de placer.
"ah!, Becky" - gemí, sintiendo cómo el deseo se apoderaba de mí.
Sus labios continuaron recorriendo mis hombros, dejando más mordidas que casi me hicieron llegar al orgasmo sin siquiera tocarme como deseaba. Mientras tanto, mi mano exploraba su zona sensible por encima de sus bragas, y un gemido escapó de los labios de Becky. Nuestros jadeos y gemidos resonaban en la sala, creando una sinfonía de placer compartido.
De repente, nos separamos abruptamente al escuchar que alguien ingresaba a la sala. Nos recompusimos al instante, tratando de disimular lo que acababa de ocurrir.
"Nam, ¿por qué mierda siempre tienes que interrumpir?" - protesté molesta.
"Siento interrumpir, pero Becky... Alexandra... está ebria y casi a punto de caerse" - explicó Nam.
"¿Qué? Pero ella no bebe" - menciono Becky.
"no lo se..." - susurró Nam
"Lo siento, Freen... Yo... ¿Podemos hablar mañana?" - preguntó Becky, disculpándose por la situación.
"Te espero en casa" - respondí con una sonrisa.
Becky sonrió y salió apresuradamente de la sala. Había sido un torbellino de emociones, pero aún así mantenía mi sonrisa. Todo estaba bien. Sentí la mirada de Nam sobre mí.
"Las amo, pero en verdad no las entiendo. Me vuelven loca" - confeso refiriéndome a la complejidad de nuestra relación.
"Hoy estoy feliz, Nam. Incluso te perdono por interrumpir. Es hora de irnos a casa", dije, dejando atrás la situación.
Cuando salimos de la sala, busqué a Becky con la mirada, pero al parecer se había retirado con Alexandra. Hoy ni siquiera eso podría molestarme. Estaba feliz.
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POV ALEXANDRA
Crecer en una familia aristocrática había sido un privilegio, pero también una carga para mí. Desde niña, me sentí atrapada en un mundo de expectativas y tradiciones que no siempre coincidían con mis propios deseos y aspiraciones. Siempre me presionaban para seguir el camino trazado por generaciones pasadas, incluyendo un matrimonio que antes me emocionaba, pero que ahora ya no deseaba.
A pesar de tener una carrera que me emocionaba y amaba, siempre terminaba atrapada en este mundo de soberbia y rigidez.
"¿Dónde están los inversores, Alizee?" - salí de mis pensamientos y solté la mano de Alizee. Llevábamos más de 10 minutos caminando sin rumbo.
"No lo sé, solo quería pasar un momento contigo" - respondió Alizee.
"Bien, me largo", dije, sintiendo la frustración acumulada.
Espera, Alizee tomó mi mano para detenerme.
"Alex, creo que es momento de formalizar el compromiso. Sabes que es inevitable" - dijo con seguridad en su voz.
Habíamos llegado a una terraza del hotel, necesitaba un poco de aire, estaba al borde del colapso.
"¿Quién crees que eres para organizar mi vida y decirme qué hacer? Te recuerdo que lo de nosotras terminó hace años" - le respondí, tratando de contener mi frustración.
"¿A qué juegas, Alexandra? Sabes que ella no es digna de ti. Esa niña a quien tanto amas y adoras es poca cosa. Vienes de una familia que te dio todo, ¿cómo puedes conformarte con alguien que no puede ofrecerte lo mismo?" - insistió Alizee.
"No me importa lo que pienses, no me importa lo que piensen los demás. Deja tus estupideces, Alizee" - exclamé, sintiendo una mezcla de ira y tristeza.
"Basta", dije con determinación y comencé a caminar, alejándome de Alizee. Estaba harta de que mi padre y otras personas organizaran mi vida.
Busqué a Beck por todas partes, pero no la veía. A lo lejos, pude visualizar a Nam, pero Freen no estaba a su lado. Mi corazón se aceleró, solo me faltaba un lugar por buscar: las salas de proyección que estaban en un largo pasillo.
Llegué a una sala y pude escuchar la voz de Becky. Estaba con Freen. Estaba bien si interrumpía, pero decidí quedarme en silencio y escuchar. Pronto, un silencio abrumador se apoderó del lugar, un silencio que revelaba lo que estaba sucediendo. No deseaba seguir escuchando, todo estaba claro. Caminé rápidamente y tomé varios vasos de whisky.
El alcohol nunca me había favorecido, así que pronto comencé a sentirme mareada, pero seguí bebiendo más. Deseaba ahogar la idea de perder a Becky.
No sé cuánto tiempo pasó, pero sentí los brazos de Becky, quien me ayudaba a estar de pie. El camino en el ascensor fue un mareo constante, pero finalmente llegamos al último piso. Becky solicitó un taxi y en poco tiempo estábamos de vuelta en nuestro hotel.
Becky me acomodó en la cama, quitó mis tacones y el vestido. Ella se acostó a mi lado, y yo me recosté en su pecho, aferrándome a su piel, a su aroma, a su forma de besarme. No quería perderla, no quería que saliera de mi vida. Estaba tan enamorada de ella que era imposible imaginarla fuera de mi vida.
"Beck" - susurré, y ella acarició mi cabello.
"¿Sucede algo? Debes dormir, sabes que no debes tomar alcohol" - me recordó con su voz suave.
"¿Te casarías conmigo?" - pregunté, rompiendo el silencio. La tensión se hizo presente, era abrumadora. Quería ser egoísta, quería que ella se quedara a mi lado. ¿Por qué era tan difícil soltarla?
Estaba bien si solo se quedaba por no hacerme sentir mal, Queria ser egoísta por una vez en mi vida. No quería perderla, no podía permitirlo. Deseaba desesperadamente tener una vida a su lado. Me preguntaba por qué me aferré a alguien que no me pertenecía, que no estaba destinada a ser mía, pero estaba aferrada a cualquier esperanza.
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📝NOTA📝
Gracias por ser pacientes, poco a poco voy actualizando
gracias por leer amo sus comentarios me sigo inspirando
gracias por sus sugerencias y aportaciones
gracias por votar ❤️❤️❤️😊🥲