El Mejor Amigo De Mi Padre.

Від maarlpzz

978K 43.8K 4.7K

¿Como algo que era incorrecto, algo que estaba mal podía sentirse tan bien? sabíamos que era un error, pero n... Більше

Reparto.
Prólogo.
Capítulo 1.
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11.
Capítulo 12.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Capítulo 17.
Capítulo 18.
Capítulo 19.
Capítulo 20.
Capítulo 21.
Capítulo 22.
Capítulo 23.
Capítulo 24.
Capítulo 25.
Capítulo 26.
Capítulo 27.
Capítulo 28.
Capítulo 29.
Capítulo 30.
Capítulo 31.
Capítulo 32.
Capítulo 33.
Capítulo 34.
Capítulo 35.
Breaking News.
Capítulo 36.
Capítulo 37.
Capítulo 39.
Capítulo 40.
Capítulo 41.
Capítulo 42.
Capítulo 43.
Capítulo 44.
Capítulo 45.
Epílogo.
II.
Extra I.

Capítulo 38.

16.8K 817 147
Від maarlpzz

Capítulo 38| El problema dentro del problema del problema.

Lionel Herrán:

—Vete de mi casa, adultero— es lo primero que dice antes de volver a tomar algo en sus manos y mirarme de forma amenazante.

—¡Tommy, vine a conversar en son de paz!— le grito temeroso y me aparto cuando lo lanza hacia mi sin dudar.

—¡No quiero hablar contigo, embustero!

—¡Te necesito! estoy en problemas y...

—¡¿Quien te dejó entrar?! ¡Voy a despedirlos a todos!

Definitivamente se ha vuelto loco.

—¡Cálmate!— le grito y me cubro la cara cuando uno de sus vaso de whiskey es lanzado en mi dirección— Necesito que me escuches.

—Debiste pensarlo antes de acostarte con mi hija, ¡Con Antonella buen imbécil!— grita enrabiado— ¡Espero y te metan en un asilo cuando te empieces a cagar encima!

Frunzo el ceño y lo señalo, ofendido.

—¿Eso fue lo que te ofendió?— me pregunta burlesco.

—A mi nadie va a meterme en un asilo y si fuera así, tú vendrías conmigo.

Niega.

—Lo tuyo y lo mío ya acabó.

—Parecemos dos colégialas enamoradas— bromeo.

—Enamorado estarás tú de mi, inservible, que solo quieres estar oliéndome el rabo— espeta— vete de mi casa. Ahora, Lionel.

—Necesito tu ayuda, Thomas o iré a la cárcel— y con aquello, logro mi objetivo.

Su frialdad cae, al menos un poco, en donde me deja ver que aún sigo siendo importante para él y la preocupación invade todas sus fracciones.

—¿De que me estás hablando, Leo?— susurra y deja el otro artefacto asesino a un lado— ¿De. que. estas. hablando?— repite.

—Me he casado con Irene.

—A menos de que sea ciego, créeme que lo he notado todo este tiempo, ¿y eso qué?

—Me he casado con ella por que su padre tiene información falsa, pero peligrosa, de mi empresa y no he podido negarme.

Thomas va acercándose hacia mi a paso lento y cuando menos me lo espero, me suelta un puñetazo, tras otro y luego otro que me deja quejándome de dolor. Me cubro la cara y lo aparto de un empujón cuando no le veo las ganas de detenerse.

—¡¿Que fue lo que hiciste?!

—¡¿Que fue lo que hice yo?! ¡ella es quien me tiene manipulado junto a su padre!— le grito, y llevo la mano al golpe que tengo en el labio para darme cuenta de que estoy sangrando.

—Conociéndote, habrás hecho algo antes de, para ganarte la mala voluntad del padre.

Tuerzo los labios y me cruzo de brazos.

—¿Por quien me tomas?

—Por alguien que si se folla a la hija del mejor amigo, podría hacer algo peor, prostituto.

—Ya deja de insultarme— lo vuelvo a empujar.

Se encoge de hombros.

—Cuéntame, cuéntamelo todo, Leo.

(...)

Llego al apartamento de Antonella y antes de pasar por la puerta de entrada, suelto un largo suspiro. Habrán demasiadas preguntas hoy con respecto a donde estaba, por que estoy golpeado y por que, aparte de, tengo un lado de la cara con arañazos.

Me encuentro a Eleanor en las piernas de Nate y a Maxandra en la cocina con Sebastian, pero por ningún lado veo a William y a mi mujer. Frunzo el ceño a medida que me acerco y me aclaro la garganta para llamar la atención.

—¿Donde está Antonella?— es lo primero que pregunto por que es lo único que me interesaba en aquel momento.

—¿Que carajos te ha pasado?— Eleanor se exalta y se pone de pie de un brinco, los dos se acercan para examinarme.

—¿Donde está ella?— vuelvo a preguntar.

Nate señala hacia las habitaciones.

—Will y ella están hablando— responde a mi pregunta— Ahora dinos que fue lo que te pasó.

Me dejo caer en el sofá y cruzo mis pies para estar más cómodo. Los golpes en el rostro me palpitaban y los arañazos aún me ardían. Pero aquello no fue lo que más me molestó, no, era el hecho de que Antonella estaba en una habitación, sola, hablando con William.

—Necesito que Antonella esté aquí para poder contarlo. Búscala, por favor.

Modales ante todo.

Sebastian y Maxandra salen de la cocina y al verme hacen lo mismo que hicieron los otros dos. El primero me mira con horror y la segunda chilla.

—¡Pareces recién salido de una de las calles más peligrosa de puerto rico, cabrón! — Max me examina de cerca— Tienes golpes un tanto profundos y esos arañazos están muy hinchados, Lionel.

—En el...— balbucea Eleanor— En el baño hay un botiquín, iré a buscarlo.

Antonella llega riendo pero cuando repara en mi, se queda en total silencio y su sonríe decae. Camina apresuradamente hacia mi para acortar el espacio y me coge la cara entre sus cálidas manos. Me quejo un poco por que no es embuste que me duele todo el rostro y ella lo nota, así que se aparta.

—¿Que pasó?— pregunta, afectada.

—Estate tranquila...

—He preguntado qué pasó, Lionel— repite aún más firme.

—Respóndele, gobernado— se me burla Nathaniel en la cara.

Lo ignoro por que temo a que, si le presto mucha atención, lo deje como su padre me ha dejado a mi.

—Tengo que hablar contigo— digo como puedo, observándola con mi ojo bueno y no hinchado.

—Bien, pero eso no acaba de responder a mi pregunta. ¿Lo fuiste a buscar? ¿fuiste a buscar a mi padre?

Cuando asiento, las ganas de golpearme por parte de ella aparecen, y también sé que no lo hace por a como ya voy.

—¿Por qué? ¿para qué?— las lagrimas llegan a sus preciosos ojos y yo intento componerme para llegar a ella, pero soy detenido.

—Mi amor...— me lamento, por que no quiero que se sienta a como lo está ahora. Triste, afectada y sobre todo aterrada.

—No te muevas.

Eleanor llega corriendo con el botiquín pero nadie se acerca a curarme por que no les dejo. Lo primordial para mí ahora es hacerla entender a ella.

—Te dije que no lo fueses a buscar.

—He ido a buscar a tu padre por que necesito su ayuda en un asunto importante y más importante aún, es el hecho de que la madre de Will está de camino para acá.

Las caras de todos, absolutamente todos, caen y las ganas de reír que se me aparecen deberían ser ilegales.

—Repite lo que has dicho— me exige Will.

—También necesito la ayuda de Gisela.

—¿Que es tan malo para que tengas que tráela a ella?— cuestiona él con enojo.

Lo observo con una ceja alzada.

—¿No que tú madre era la mejor? ¿que es lo que me he perdido para que la llames "ella"?— burlesco, le ataco. Pero al ver la seriedad en su rostro— Sigo siendo tu padre por papeles, así que dime que te ha hecho tú madre.

Otro problema dentro del problema del problema.

—Hablemos de ello más tarde, papá— suspira.

—Si es por el tema de Ivonne...

Se ataca cuando le menciono a la esposa.

—¿Que no es tu esposa?— le ataco yo.

—¿Quieres otro precioso decorativo en tu cara?— espeta— Dinos por qué viene mamá.

—Respétame— le señalo amenazante, él se relaja un poco por que con todo y todo, yo seguía siendo una figura de autoridad para él— y a eso iba... tiene que venir por que tengo problemas con Irene.

—¿Que problema mas grande te podría dar esa mujer que no sea casarse contigo?— se burla Nate desde el fondo. La mirada que le doy le obliga a cerrar la boca.

—Están ustedes muy payasitos el dijo de hoy— se ríe Sebastian.

A otro al que ignoro sin molestia alguna.

—Antonella, mi luz...— la miro.

—¿Esos arañazos te los ha hecho ella?— se consterna y tiro de ella para sentarla en mis piernas.

—Así es.

—Es una Zorra.

Río suavemente.

—Necesito contarte algo. Solo a ti.— susurro solo para los dos.

Asiente. Mira a los chicos y luego a mi.

—Vayamos a nuestra habitación.

Gruño, en total desacuerdo y Antonella me lee como a un libro abierto.

—¿Qué pasa?

—Estabas con William en nuestra habitación.

—Estábamos hablando— asegura, tranquila. Vuelve a ponerse de pie y agarra mi mano para tirar de ella— nosotros iremos a hablar a solas.

—Esperen, ¿voy a perderme el chisme?— se queja Maxandra.

—Lo siento...— se ríe Antonella.

La observo entrar y no miento al decir que toda mi atención va a ese short que me moldea maravillosamente bien el culo. Me relamo los labios, hambriento por toda ella. Inspecciono la habitación para asegurarme de que todo si está como lo dejé y eso me deja tranquilo como a un bebé recién bañado.

Se deja caer en la cama y yo cierro la puerta detrás de mi y me siento junto a donde ella está acostada, con una enorme sonrisa. Una de cuando se van a comer a su presa favorita. Me mira expectante, pero yo estoy muy embelesado detallándola. Me acerco a sus labios y dejo un suave beso que me lleva a terminar chupándole el labio inferior e introduciendo mi lengua dentro de su boca. Me deleito con su espléndido sabor y me noto gruñir cuando su lengua impacta con la mía.

Chupa y mordisquea al igual que yo y aferra sus manos a mi cuello para trepar por mi cuerpo y sentarse a ahorcadas sobre mi. Sonrío contra sus labios cuando una de mis manos se pierde dentro de ese diminuto short y se encuentra con su centro de placer. Antonella jadea, siendo eso música para mis oídos. Mi música favorita.

Pero entonces la muy inoportuna, me agarra de la muñeca y me saca la mano de sus pantalones. Separa mi boca de la suya y me sonríe con inocencia mientras yo debo estarla mirando con consternación.

—¿Por que me separas?— me quejo.

—Por que estamos aquí para hablar— vuelve a besarme, esa vez con menos lujuria. Un beso suave y romántico que como quiera disfruto.

—¿Hablar? hablemos después, mi amor, ahora tienes que preocuparte por algo mayor a eso— alzo mis caderas levemente para que ella sienta el placer de mi entrepierna.

—No— niega y yo suelto un suspiro— quiero hablar.

—Quieres hablar, hablemos— concedo.

—¿Por que fuiste a buscar a mi padre? mira como te ha dejado la cara...

La tranquilizo, tomándola de las mejillas y acariciando levemente. Le sonrío.

—¿Mi cara? es lo de menos, deja que te cuente...

—¿Que fue lo que hiciste?

Frunzo el ceño.

—¿Por que todos creen que fue que yo hice algo?

Enarca una ceja, dejándome entenderlo por mi mismo.

—Me he casado con Irene por que me han obligado— confieso al fin, sintiéndolo como una bocanada de aire fresco.

—¿Como dices?— pregunta estupefacta.

—Su padre hacía negocios con el mío y cuando este murió, pasaron a mi. Pero lo que yo no sabía era que algunos de esos eran ilegales y cuando quise salir, no pude por que el padre de Irene me lo complicó todo.

—¿Y cuando dices que te lo complicó todo te refieres a...?

—Le dije que no estaba de acuerdo por cómo él estaba llevando los negocios, así que lo mejor para mi era irme y hacer los míos propios.

—Y eso no le gustó.

—Así es, no le gustó. Duré dos semanas fuera del negocio, intentando buscar a otros inversores pero todos se negaban a trabajar conmigo y tiempo después supe el por qué. Alejandro Dubois los había amenazado a todos para que no cerraran ningún trato conmigo. Luego, las amenazas fueron dirigidas hacia mi también, empezaron a llegar cosas a la puerta de mi casa que me hacían rabiar, pero yo nunca hacía nada por que sabía que las cosas se podía poner peor.

—¿Cuando empezó a pasar todo esto?

Torcí los labios, haciendo cálculos mentales.

—Cuando empezamos a salir, ¿recuerdas? yo me fui del país y tú te fuiste a la universidad. Ahí fue que nos dejamos de ver.

—¿Te fuiste del país por culpa de ese señor?

—Pensé que podía huir de él, Antonella. Pero tuve que volver, ya que el muy desgraciado me amenazó con algo que nadie se puede meter.

—¿Qué?

—Thomas. Me amenazó con tu padre, con dejarlo en banca rota y con hacerlo ir a la cárcel con un sin fin de papeles falsos.

—¿Por eso regresaste?

Sonrío pícaro y le guiño un ojo.

—Por eso y por que me enteré de que estarías de vuelta, pero claro, no conté con que nos enrollaríamos de nuevo. Pensé que te irías otra vez y no tendría que contarte sobre todo esto.

—¿No imaginabas que estarías así... conmigo?— no lo pregunta afectada ni enojada, es una pregunta curiosa.

—Cuando volviste y tuvimos aquella primera vez tras tu regreso, no, pero ya después cuando de verdad supe que te tenía, sí.

Luce satisfecha de mi respuesta.

—Alejandro también tenía pápales falsos en mi contra, aún los tiene, pero no los usa por que me casé con su hija. Yo no conocía a Irene, pero ella al parecer a mí sí, así que le dijo a su padre lo que quería conmigo y este jugó todas las fichas a su favor. Nos casamos y aquí estamos, hoy fui a hablar con ella para que todo entre los dos terminase bien pero...

—No le gustó— adivina— y tuvo la osadía de arañarte la cara— espeta.

—No te enojes.

—No me enojo, es que no quiero que te toque... de ninguna de las formas.

—Y lo entiendo, Nelly, pero ya está, ¿vale?— la beso.

—Solo por que tu lo dices— asegura— sigue hablando.

—Le pedí el divorcio y se negó a dármelo, me amenazó con su padre y yo muy harto, la amenacé también. Llame a la madre de Will ya cuando me iba y le pedí su ayuda, por que puede ser muy desgraciada pero sabe resolver problemas y luego fui donde tu padre. Me lanzó muchas cosas, hablamos y discutimos, bueno, él discutió y luego le pedí ayuda. Le expliqué todo lo que te he explicado a ti y...

—¿Y ha decidido ayudarte? ¿va hacerlo?

—Lo hará, no nos ha perdonado peor ha dicho que no me soltará y mucho menos ahora.

Antonella chilla de felicidad y empieza a repartir besos por toda mi cara. Luego me mira, sus ojos destellando.

—¿Por que has decidido contarme todo esto?

—Por que eres la mujer a la que amo, mi mujer y he aprendido que si quiero hacer una vida contigo, las mentiras tienen que estar por fuera y los secretos también.

Es inexplicable para mi descubrir cómo se encuentra la sonrisa de Antonella en estos momentos, pero de seguro la mía estaba igual.

—¿Crees que vamos a sobrevivir a la loca Alemana?

Suelto una gran carcajada.

—Más bien la Arpía Alemana— ella también ríe— si sobrevivimos a esto, entonces... sabremos que nuestro amor podría sobrevivir a cualquier cosa.

Se muerde el labio inferior cuando le suelto aquellas palabras.

—Te amo, Lionel, te amo como nunca he amado.

• • •

¡Hola! ¿Les ha gustado? ¡Por fin sabemos por que Lionel se ha casado con Irene! me estaba guardando esto muchísimo (desde que subí el prólogo) xd.

Intenté explicárselos como pude y creo que no me salió tan mal, ¿ustedes que creen? ¿tienen dudas? pregúntenme en los comentarios.

Espero que les esté gustando la pareja de Lionel y Antonella por que la verdad es que los dos son muy monos y si aún no se han dado cuenta, Antonella al lado de Lionel no se ha sentido tensa como aveces con Will y no por que no quería a Will, si no por que siempre estaba atacada y al lado de Lionel siempre está tranquila y necesitando su contacto.

(No lo defiendo, yo soy team Will xd).

Quiero decirles que mil millones de gracias por todo el apoyo que estoy recibiendo, nunca esperé tanto. Sigamos haciendo que la historia crezca, voten, comenten y síganme. 🩷

(Les pido que en los comentarios sean respetuosos, aunque me guste ver como le lanzan maldiciones a Lionel HAHAHA).

En mi perfil estaré subiendo nuevas historias, ¡atentos!, aunque la trama no será como esta les puedo asegurar que será igual de buena, de romántica.

Besitos, gabi. 🌸

Продовжити читання

Вам також сподобається

210K 18.7K 34
Hyunjin es el chico más guapo y coqueto de la preparatoria, Felix es un chico estudioso y el líder del club estudiantil. ¿Podrá Hyunjin lograr que Fé...
251K 12.8K 69
"𝙀𝙡 𝙖𝙢𝙤𝙧 𝙣𝙪𝙣𝙘𝙖 𝙢𝙪𝙚𝙧𝙚 𝙮 𝙡𝙖 𝙫𝙚𝙧𝙙𝙖𝙙 𝙩𝙞𝙚𝙣𝙚 𝙧𝙖𝙯ó𝙣 𝙥𝙤𝙧 𝙦𝙪𝙚 𝙙𝙚𝙟𝙖𝙣 𝙪𝙣𝙖 𝙝𝙪𝙚𝙡𝙡𝙖" "-𝙔 𝙖𝙡 𝙛𝙞𝙣𝙖𝙡 𝙚�...
413K 17K 101
...
Love On Wheels: Amor en Ruedas Від ❄Obi C.❄

Підліткова література

67.3K 4.5K 33
¿Has visto esas películas donde la chica inteligente, menos popular, casi invisible se enamora del chico más guapo y terminan siendo la pareja del añ...