Rosé estaba tirada sobre el piano, mientras Jisoo estaba acostada en el piso del escenario. Esta última había decidido tener un ensayo intensivo de cuatro horas para empezar a tener resistencia, así que se presentó dos veces seguidas.
La rubia casi se desmaya en la segunda mitad del show final.
-¿Por qué quieres ensayar tanto, Soo?-se quejaba.
Jisoo en el piso dio un par de carcajadas secando el sudor en su cuerpo. Siendo un poco evidente, Rosé echó un pequeño vistazo al cuerpo de la pelinegra. A pesar de ser otoño Jisoo solo tenía puesto unos joggers grises y un top deportivo que dejaba su reluciente abdomen sorpresivamente marcado a la vista.
-El show dura poco más de dos horas, así que si puedo hacerlo dos veces seré imparable.-dijo aún jadeando.
-Eres obsesiva.-Jisoo se levantó sobre los codos y miró a Rosé.
-Necesitaba un intensivo porque seguimos reduciendo nuestras horas de ensayo para besarnos.-replicó, haciendo que el rostro de Rosé se sonrojara- ¿O me equivoco?
Rosé se echó a reír un poco mientras Jisoo se levantaba y caminaba hacia ella. Se sentó a su lado y besó sus labios.
-Te lo voy a compensar, ¿bien?-le dijo.
La rubia frunció el ceño en desconfianza.
-¿Que me ofreces? Siempre dices algo que sales ganando tu.-y Jisoo dio una carcajada seca.
-A todos les gusta jugar Mario Kart.-se defendió.
Rosé negó.
-Me gustan más los simuladores de pastelerías.-y Jisoo rió- ¡No te burles, Soo!
-Eres muy tierna, mi ángel.-dijo para acariciar su cabello- ¿Vamos por unas hamburguesas?
...
Ver a Rosé devorar la hamburguesa era lo más lindo que había visto en su vida, no daba tiernos mordiscos, ella de verdad se estaba comiendo algo. Jisoo no pudo más y se rió un poco.
Rosé ya se había acostumbrado a su comportamiento ligero y bromista, pero después de un par de semanas aún no tenían una conversación profunda. ¿Quizá será hoy el día?
-Ummm, Rosie.-la rubia alzó la mirada, la expresión de Jisoo había cambiado- Quiero hablarte de algo.
-Bien...-habló con un poco de duda.
-Yo... en un tiempo no voy a tener dinero.-dijo apenada, para la confusión de Rosé- Solo quiero que sepas eso, terminaré la universidad en poco tiempo. Le diré a mis padres que no me haré cargo de la empresa, y con eso me quitarán todo.
Los labios de Rosé se entre abrieron. Había dejando de comer su hamburguesa desde que Jisoo había empezado a hablar.
-¿Estas segura? Digo, son tus padres...
Jisoo negó con algo de tristeza.
-No me perdonarán eso, además, ya sabes que buscan casarme con alguien lo más rápido posible para tener "herederos"-dijo cansada haciendo comillas con sus dedos-. Eso... ¿nos afectará a nosotras? Digo, tengo ahorrado para comprar un apartamento pequeño, de esos como estudio, pero-
-Jisoo.-ella dejó de hablar- No me voy a alejar de ti porque tu familia te desherede.
Nunca ma había visto así, tan encogida como un cachorrito asustado.
-No soy muy buena dando apoyo, pero yo te quiero mucho.-sus mejillas estaban tan rojas que Jisoo pudo sonreír un poco.
-¿Me quieres?-dijo sin poder evitar sonreír.
Rosé asintió.
-No te voy a dejar sola. Puedo prometerlo.-afirmó.
-Ay, Rosie-tomó sus manos-. De verdad haces que mi corazón se derrita.-y besó sus manos- Pero no te preocupes, seré una actriz exitosa y no tendrás que preocuparte por nada.
A esto Rosé frunció un poco el ceño.
Y Jisoo entendió lo que había dicho.
-Ah... yo... no me prestes atención.-intentó excusarse viendo a otro lado- Pensé que podías pasar tiempo en mi apartamento, ¡no creas que va a ser una pocilga!
Y para su sorpresa, Rosé empezó a reír. A reír a carcajadas. Fuertes, que sonaban en todo el restaurante.
Empezó a reír también solo porque el sonido de su risa la estaba elevando a alturas incalculables, era la primera vez que se reía tan fuerte.
Ya quería conocer más a Rosé, ya quería ser causante de todas esas risas. No podía esperar.
...
Bien.
Cerebro estaba por explotar.
Estaba apunto de hacerlo con Rosé.
Era una oración demasiado fuerte que no podía entender del todo.
Pero ahí estaban en su habitación, en medio de su sesión de besos habitual cuando de repente Rosé se subió a horcadas sobre ella y arrojó el suéter que tenia puesto al otro lado de la habitación.
Jisoo no tenía capacidad para negarse, estaba tan emocionada que casi olvida que ya había tenido sexo antes. Pero Rosé era la primera a la que quería de verdad, la única que la hacía desbordar en deseo. Y ahora con ese vaivén de sus caderas la estaba enloqueciendo ¿que le pasaba a esta chica?
-¿Puedo tocarte, Rosie?
Entonces la miró, sin detener el movimiento de sus caderas.
-Pu-puedes intentarlo.-en sus ojos se reflejaban el deseo y los nervios.
Jisoo sabía que debía ser extra cuidadosa, que todo esto podría ser solo Rosé probándose a si misma que puede ser una pareja completa. A regañadientes, Jisoo supo que debía detenerlo en algún momento.
Pero por ahora, no quería rechazarla, pensando en que eso seguramente haría que su confianza se fuera al piso.
Así que lentamente bajo sus manos a su trasero y lo acarició, sus shorts de algodón no dejaban nada para la imaginación, y tampoco al tacto.
-No tienes idea de cuanto quería tocarte-jadeo contra sus labios.
Rosé seguía devorando sus labios y sabía en hacían falta solo unos segundos para que la ropa empezara a molestar. La mente de Jisoo iba demasiado rápido.
Se concentró en sus manos y las medio bajo sus shorts, haciendo que la rubia se sobresaltara.
-Rosie, llegó tu...
Jisoo se iba a morir.
A Rosé pareció que gritaron ¡congelado!
Jimin dejó la pizza en el suelo para ponerse las manos en la cintura. Jisoo lo vio por encima del hombro de Rosé y lentamente retiró las manos de sus nalgas.
-Roseanne.-la rubia regresó a la tierra- Déjame a solas con Jisoo un momento.
La rubia tuvo una expresión de alarma en su rostro yendo hacia su hermano.
-¡No le digas nada! ¡No hagas que deje de verme!-incluso Jisoo frunció el ceño ante eso- ¡Por favor!
Jimin suspiró y la tomó por los hombros intentando calmar el puchero que se había formado en sus labios hinchados.
-Rosé, solo espera en el pasillo.-y miró a Jisoo- Solo eran unos minutos.
Con una mirada de pánico, Rosé miró a Jisoo antes de salir de la habitación.
Jisoo tragó grueso y se levantó de la cama.
-Déjame explicarte.-Jimin se cruzó de brazos, lucia apunto de gritar.
-¿¡Te estás follando a mí hermana!?-gritó.
Y la pelinegra dio un brinco.
-¡Jesús, Jimin, calma!-extendió sus manos hacia el en defensa- ¡No me estoy follando a tu hermana, estoy saliendo con ella!
La respiración del rubio se había puesto muy agitada y Jisoo solo pensaba en como calmarlo.
-Sé lo que puedes estar pensando, pero estamos saliendo. La invité a salir, tenemos citas super lindas y tiernas-le aseguró-. Ella está empezando a confiar en mí desde hace un mes, habla más conmigo, ¡se está abriendo al mundo! Ya no es una niña pequeña.
-Pero es mi hermana.
-No estoy diciendo lo contrario.
Jimin resopló.
-Rosé es una persona muy delicada, Jisoo, tu y yo somos amigos, debiste decírmelo.
Se pasó a mano por el cabello, Jimin y ella había estado desarrollando una amistad desde hace unas semanas. Entre tomar café y encontrarse en cenas donde sus familias sólo llevaban a herederos. Pero lo de Rosé se sentía muy personal.
-Estaba esperando que ella quisiera contarte.-le dijo- No estoy jugando con ella. Me gusta, incluso antes de los ensayos.
-No lo sé, Jisoo...-suspiró- Verlas en... tan... agh.
Jisoo rió un poco.
-Era la primera vez que pasaba algo así.-dijo por lo bajo- Sé que tengo que ir lento con ella. Y aunque no me creas, sabía que debía determe, se estaba presionando a si misma.
Jimin, aunque estaba molesto, de alguna manera se sentía tranquilo de que su hermana estuviera con alguien como Jisoo. Alguien que cuidaría de sus sentimientos.
-Ahora si me disculpas, tengo que averiguar porque piensa que puedo dejar de verla.
Iba a pasar por el lado Jimin, hasta que el la detuvo, para arrastrarla a sus brazos.
-Cuida de Rosie.-dijo contra ella- No soportaría verla mal, tendría que matarte.
Jisoo se separó un poco del abrazo.
-Soy su fiel protectora, no te preocupes por eso.
Jimin sonrió un poco.
-Y por favor, no follen en la casa, al menos pongan seguro.-dijo Jimin con su sello fruncido- No podía soportar tampoco escuchar algo.
La pelinegra rió un poco y salió de la habitación, para su sorpresa no estaba en el pasillo. Así que fue hasta la sala y tampoco la vio. Entonces, escuchó unos gimoteos provenientes de la cocina. A pasos lentos asomó su cabeza, para ver a Rosé con los codos en la isla y sus manos enterradas en su cabello, sollozando sin control.
Rosé nunca lloraba, pensó.
-Hey, ángel.-Jisoo se acercó de inmediato para acariciar su espalda- ¿Que sucede?
Ella subió la mirada tan rápido, ver su rostro rojo y húmedo de las lágrimas le rompió el corazón.
-Rosie...
-¿Te vas a ir? Dímelo así lloro por eso de una vez.-sollozó.
Esas palabras la habían descolocado.
-¿De que hablas, Rosie? ¿A donde me voy a ir?-la rubia seguía llorando, no podía hablar- Por favor, Rosie, mi ángel, dime qué pasó...
Después de gimotear un par de veces y limpiar sus lágrimas con el borde de su top, estaba un poco más tranquila.
-En la universidad-su voz sonaba tan rota-. Una chica estaba hablando de nosotras, ella dijo... que ustedes l-lo hacían a diario, y que yo... no te daría lo necesario. Que me dejarías de ver, que no saldrías más conmigo porque... porque... estoy defectuosa.
Jisoo sabía quién exactamente podría haber hecho ese comentario, la confusión que tenía de pronto se transformó en ira, pero no debía demostralo aún.
-No te dejaré.-afirmó, incluso sonando un poco molesta- Quiero que me escuches, Roseanne, nada de lo que digan las personas sobre nosotras importa. Tu eres lo más importante para mí en el mundo, te quiero exactamente como eres, quiero que seas mi novia, no está en mis planes dejarte. No eres defectuosa, eres hermosa, ya basta de llorar, por favor.
Jisoo, después de decir todo lo que dijo, estaba al borde de las lágrimas también. No podía entender como alguien quisiera hacerle daño a esta chica.
Y así, Rosé empezó a dejar de llorar.
-Si.
-¿uhm?-se confundió Jisoo.
-Que si.-repitio- Dijiste algo.
Jisoo retrocedió la cinta, y tuvo un pequeño espasmo cuando recordó las palabras que usó. Salieron sin pensarlas, pero no es como si no haría de todas formas.
Así que dejó caer sus hombros y sonrió.
-¿Entonces si quieres ser mi novia?-preguntó Jisoo con un toque de diversión en su voz.
Rosé asintió enérgicamente.
-Voy a ponerte unas condiciones.-Rosé levantó una ceja- La primera es que debemos besarnos un minuto de seis veces al día, dos de ellas, que sean besos profundos-ella se rió-. La segunda es que no le vas a prestar atención a lo que dicen las chicas tontas, y la tercera, es que estés muy segura de lo increíblemente irresistible que eres.
Jisoo se cruzó de brazos y Rosé la vio divertida.
-Yo tengo una.-dijo ella.
-¿Ah si?-la rubia asintió.
-Cada vez que hables con una chica ten los ojos cerrados.
-¡Roseanne!-y ella se encogió de brazos- ¿Que te dije de la inseguridad? Ven.
La tomó de la mano y la llevó a un espejo. Se puso detrás de ella y dejó que se viera por completo. Ella aún tenía solo el short de algodón y una blusa de tiras. Una visión tan sexy que sus ojos no la creían.
-¿Estas viendo a la chica en el espejo, Rosie?-ella asintió- Es muy hermosa. Su rostro es tan dulce, parece un ángel. Mi ángel. Su cuerpo, parece que Dios lo hizo a mano y lo dejo en la tierra para maravillarme. Pero lo más importante-Jisoo acarició su cabello-, es que es una persona tan linda. Hay tanto en ti, mi ángel, que no dejes que la gente tonta te lo quite, ¿si?
Finalmente, Rosé se giró, y besó a Jisoo.
-Gracias.
...
Muack, comenten y voten o lloro.