Clair de Lune | Chaesoo

By kasooyaa

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Sabes... hay una canción que siento que habla sobre ti. [Short story] More

Capítulo 1 - La Chica en el Piano
Capítulo 2 - Una Canción
Capítulo 4 - ¿Te vas ir?
Capítulo 5 - Si lo siento

Capítulo 3 - Aceptada

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By kasooyaa

Cuando se acostaba boca arriba en su cama no podía dejar de pensar en Rosé. Así de fácil una sonrisa se abría paso por su rostro. Tenía un par de días pensando en la canción que había tocado para ella, además en estos días que se habían encontrado para el conocimiento teórico del piano y la música en general.

La chica era muy tímida, se ponía muy nerviosa cuando Jisoo tocaba sus manos o cuando apropósito recogía el cabello que caía por su rostro para hacerla sonrojar.

Oh, Jisoo disfrutaba eso. Ver sus mejillas sonrojadas mientras disimuladamente mordía su labio. Era una de sus imágenes favoritas para reproducir mientras se quedaba dormida, y justo en un rato la vería. Le tomo unos quince minutos invitarla a su casa para trabajar en el proyecto. Cuando la vio jugando con sus manos y viendo al suelo Jisoo no pudo evitar sentirse de lo más increíble por causar eso. Tenían casi poco más de un mes ensayando, no tenía mente para pensar en cuando los ensayos terminaran y que sería de ellas.

Sacudió su cabeza, y se levantó para empezar a arreglarse.

Una vez estuvo lista salió rápidamente hasta su auto pensando en lo feliz que estaba de ver a Rosé de nuevo.

...

-Mis manos sudan.-dijo ella.

Jimin estaba en su computadora escribiendo algunas cosas mientras sentía a Rosé caminar nerviosamente por su sala- Me pica la ropa.

Estaba nerviosa, no era fácil de asimilar la primera vez que invitaba a alguien a casa, y que ese alguien había aceptado. ¿Por qué había aceptado? Si lo pensaba lógicamente, Jisoo pudo haber dicho que tenían el escenario de la universidad para ellas solas, pero en cambio estuvo muy feliz por su invitación.

-Tranquila, hermanita, Jisoo ya debe estar por llegar.

Y esa afirmación la hizo vibrar como un gato asustado.

Entonces sonó el intercomunicador.

-Buen día, señor Park, la señorita Kim Jisoo ha llegado ¿la hacemos pasar?-preguntó el encargado de seguridad de su casa.

Jimin se levantó rápido para responder.

-Adelante.

Rosé se asomó a la ventana para ver la camioneta negra de Jisoo estacionarse al lado de la de su hermano, bajarse y caminar hasta la puerta. Debía admitir que el suéter rojo le quedaba muy bien.

Incluso casual, todo le quedaba bien.

Entonces Jimin abrió la puerta y Rosé mordió sus mejillas.

-¿Jimin?-escuchó la voz de Jisoo.

¿Se conocían?

Algo que Rosé se crispó.

-Hola, Jisoo.-y le dio un corto abrazo- Bienvenida a la casa de los Park.

La rubia estaba de pie, inerte en la habitación. Viendo la interacción de Jisoo y Jimin.

-¿Eres hermano de..? ¡Roseanne!-conectó su mirada, haciendo que se sobresaltara.

Jisoo fue hacia ella y puso la mano en su hombro para darle un corto beso en la mejilla.

Jimin no pudo ocultar una risita cuando vio que su hermana sonrió y cerró los ojos con fuerza al sentir los labios de la pelinegra acercarse a su mejilla.

-Hola, Soo.-casi susurró- ¿Se conocen?-obviamente ella no lo había olvidado.

Los dos soltaron un par de risas.

-Tuvimos una cita.-soltó Jisoo.

Rosé quedó congelada.

Jimin se estampó a mano en la frente.

-La habitación de Rosie queda hacia allá, es la segunda puerta-dijo Jimin casi echando a Jisoo de la sala.

¡Está chica no tiene un jodido filtro! Quería gritar.

La rubia estaba algo confundida mientras veía a Jisoo ir a su habitación, quedando sola con Jimin en la sala. Lo pudo notar algo incómodo y nervioso, realmente quería evitar un malentendido con su hermana.

-Escucha, Rosie...

-¿Estás saliendo con ella?-preguntó bajito, desviando la mirada.

Jimin suspiró.

-Fue una de las citas a ciegas que organizó mamá.-le aseguró- Lo dijo así porque realmente nos pareció gracioso todo el asunto.

La rubia suspiró, pero no podía evitar sentir un pequeño ardor detrás de sus ojos.

-¿Te gusta?-preguntó ella.

Su hermano hizo una mueca algo confusa.

-No de esa manera.-le dijo antes de abrazarla- No te preocupes por eso, Rosie. Me agrada mucho Jisoo, es divertida y realmente pensaba en ser su amigo.

Pasaron unos segundos hasta que Rosé lo entendió y salió de los brazos de Jimin.

-Espero que me estés diciendo la verdad, Minssi.

Y el asintió tranquilo.

-Ve con ella, y trata de entender que si dice algo más es bromeando ¿bien?

Ella asintió cansada y empezó su camino en dirección a su habitación. La puerta estaba entreabierta y Jisoo estaba vocalizando un poco.

Como si lo supiera Jisoo se giró a ella con una sonrisa. Una de esas que parecían iluminar una habitación, y así el peso sobre sus hombros se fue aligerando hasta poner caminar hasta ella.

-¿Lista nuestro ensayo?-Rosé asintió sin decir nada, y Jisoo frunció ligeramente el ceño- ¿Que tienes? Si te sientes mal podemos hacer otra cosa.

Rosé no sabía muy bien cómo responder a eso.

-Estoy bien.-pero Jisoo no estaba muy convencida- ¿Quieres empezar con la canción de siempre?-preguntó dirigiéndose al piano para sentarse en la banca.

Pero Jisoo se cruzó de brazos viéndola confundida. No podía leer su mente, no podía saber que Rosé se estaba sintiendo completamente insegura con ella misma, porque su hermano, en cambio, podía darle a Jisoo más que ella.

El podía... acercarse a ella sin que los demás la juzgaran. Podía tener citas con ella, podía... besarla si quisiera, tomarle la mano y lo que sea que quisieran hacer. Conocía muy bien a Jimin como para saber que Jisoo si le gustaba, pero que no haría nada.

Sin embargo, ese pensamiento no podía dejar su mente por demasiado tiempo. ¿Sentía celos de su hermano? ¿Por ser un chico? ¿Por ser mucho mejor partido que ella? ¿Por ser... normal? Ya era mucho para ella entender las bromas y las metáforas que usaban las personas, sin saber como responder o que es lo correcto para decir, prefería estar callada.

Por eso decidió no hablarle a las chicas, tenía miedo.

La música era su escudo y su espada. Era todo lo que entendía y era lo que la hacía sentir, y la hacía comprender lo que los demás sentían. Leyendo a las personas como si fueran una partitura.

-Rosé.-su nombre en la voz de Jisoo la hizo girarse.

Ella seguía con los brazos cruzados viéndola con un atisbo de preocupación.

-¿Mhm?-la rubia separó su mirada.

-Quiero enseñarte a bailar, así como me estas enseñando a tocar el piano.-soltó.

Roseanne pestañeó un par de veces.

-Unnie...

-Vamos, levántate.-quitó sus manos del piano y la entrelazó con las de ella- Vamos a hacer un intercambio equivalente.

Levantó a Rosé y puso música clásica.

-Estudié baile contemporáneo toda mi vida, mis padres dijeron que me ayudaría con la universidad y me mantendría en forma, son muy superficiales.-e hizo una mueca- Pero será divertido enseñarte un poco, así como tu haces conmigo.

La rubia solo asintió.

-Bien, primero debes saber que el baile es una respuesta a la música-dijo ella-. Así como si me hablas, yo respondo.-Rosé asintió.

Jisoo se había puesto en primera posición y sus brazos trazaban líneas que fluían con la música.

Si me hablas, yo respondo, esa frase se había quedando en su mente.

-Haz lo que yo, tu musicalidad seguramente es muy buena.-y le sonrió.

La ayudó a ponerse en la posición para estudiar su postura. Jisoo la recorrió con la mirada, estudiando sus músculos, cuando sus manos se cerraron en la cintura de la rubia, con sus pies, acomodó los de ella.

La cercanía y el tacto estaban haciendo a Roseanne ponerse algo tímida y tensa, a lo que Jisoo sonrió un poco.

-Relaja estos músculos-tocó su cervical-. Y ahora...-los dedos de Jisoo se aferraban a la espalda de Roseanne- Saca más el pecho.

La respiración en Rosé había empezado a cambiar.

-Cuando bailamos-sus dedos bajaban por su espalda lentamente haciendo que se arqueara hacia adelante- nos convertimos en el lienzo, en el instrumento. Somos la forma de arte, así como le llamas. Debes proyectarlo.

Jisoo dio la vuelta y quedó frente a Rosé.

-Serás mi espejo ¿bien?-pero Rosé estaba demasiado perdida en ella para entender.

La bailarina empezó a moverse trazando formas sencillas con los brazos y explicándole como se llaman esos movimientos. Por un momento Rosé solo puso sonreír, y Jisoo también.

Jugaba con formas, Rosé se dejaba llevar por los movimientos de Jisoo, desde que la vio practicar baile contemporáneo le había gustado mucho. Sentía inexplicables mariposas por estar bailando con ella, así sea a una corta distancia.

Entonces, dejó de moverse cuando la pieza terminó, y empezó otra. Los destellos en los ojos de Jisoo eran más que evidentes.

La chica le había robado el corazón desde que la vio sentada en una banca solitaria leyendo partituras. Sus ojos no podían evitar seguirla cuando la veía en el campus, su corazón no podía dejar de saltar cuando la tenía cerca. Justo como ahora.

Suspiró y dio un par de pasos hasta quedar frente a ella.

Sostuvo sus caderas para acercarla más a ella, cosa que Rosé no tuvo ninguna objeción.

-Tu eres una forma de arte, Rosé.-dijo por lo bajo- Dicen que el arte, para que se considere como tal, debe hacerte sentir algo.

-¿Te hago sentir?-para una persona como Rosé, eso era todo.

Jisoo sonrió.

-Mucho. Tantas cosas diferentes.-guardó un mechón de cabello rubio detrás de su oreja, amaba hacer eso- Tan solo con verte me siento más viva de lo que me he sentido en toda mi vida.

Las mejillas de Rosé se tiñeron de un rosa fuerte, y el rostro de Jisoo también estaba en el mismo camino.

La mano de la pelinegra tomó levemente su mentón. Acercándola más a ella, girandolo un poco a la izquierda. Lentamente, se acercó a dejar un beso en la línea de su mandíbula, luego otro más cerca, y otro justo en la comisura de sus labios.

Ahora, ambas manos estaban en sus mejillas y Rosé subió las suyas para acariciar sus muñecas. Jisoo entendió que no quería quitar sus manos, que solo le estaba dando la seguridad que quería se mantenieran ahí. Sin darse cuenta, sus cuerpos ya estaban juntos, y sus labios, a unos centímetros.

-Hazme sentir, Soo.-susurró- Por favor.

Jisoo le sonrió antes de posar sus labios contra los suyos. Sintió la respiración irregular de Rosé con el beso, fue moviendo sus labios y a la rubia le costaba un poco seguirle el ritmo, hasta que se percató de la canción de fondo. De alguna manera, movió sus labios al compás de los tonos menores, Jisoo le siguió el paso.

No quería dejar de besarla, sus manos ya estaban en su nuca dejándola sin escape. Jisoo tenia tantas ganas de profundizar el beso, pidió permiso lentamente presionandola más hacia ella, y cuando sintió las manos de Roseanne apretar su cintura y esa dulce voz jadear, supo que tenía que detenerse.

Fue bajando la intensidad de sus besos, así como la canción.

Rosé tenía los ojos tan cerrados, que cuando se separaron finalmente, aún los tenía así. Jisoo pasó su dedo índice desde su frente, suavizando su ceño hasta su nariz. Poco a poco, pestañeando, abrió los ojos que estaban más oscuros que de costumbre.

-¿Que sentiste?-murmuró Jisoo, aun con sus manos en la cintura de Rosé.

La rubia aún estaba algo aturdida y emocionada.

-Aceptada.-dijo, y Jisoo frunció el ceño- Me aceptaste, Soo.

En su mente, Jisoo se imaginó el por qué de esa respuesta. Ya tendrían tiempo de hablar de eso. Dieron un paso atrás, y Rosé guió a Jisoo esta su cama para sentarse juntas.

-Me gustas.-confesó la pelinegra- ¿Sabes que significa eso?-el silencio decía que no mucho- Significa que quiero estar aquí contigo, que quiero besarte, que... quiero enamorarme de ti y que tu también lo estés de mi. Eres la persona más linda en el mundo, volverías más brillante el mio si me dejas estar a tu lado.

-Jisoo... tengo algunos problemas. Yo... ya te debes haber dado cuenta.

La mayor suspiró con una sonrisa cansada.

-Me gusta todo de ti, Roseanne.-le dijo- Hablaras más conmigo, lo sé. También me dirás tus inquietudes y preocupaciones. Quiero que me veas como alguien que te quiere, en quien puedes confiar y no te juzgará.-sin darse cuenta, una lágrima estaba corriendo por el rostro de Rosé- Déjame invitarte a salir, dame una oportunidad.

Rosé pestañeó.

No podía creer que Jisoo le estaba pidiendo salir con ella, su corazón estaba tan desbocado.

-Claro que acepto.-y se acercó a darle un besó rápido. Jisoo se echó a reír.

-¡A eso me refiero con confianza!-y la rubia la siguió en sus carcajadas empujando su hombro.

...

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