Marc.
Carta con destinatario:
Lady Adelaine Bonnet De Dassaúlt.
Toda mi vida he visto el sinónimo de amor como la relación que han tenido mis padres con el paso de los años. La manera en la que él venera a mi madre y de la cual me han inculcado que una mujer es el más grande regalo que la vida puede darle a un hombre.
Y aquí estoy, sentado en la que era nuestra casa, solo. Viendo tu pintura la cuál me golpea cada que puede con tus recuerdos que no dejan de llegar.
La primera vez que te recordé fue al oler un ramo de lirios y tú sonrisa invadió mi mente porque lo único que pude pronunciar fueron tres cosas: ella ama los lirios.
Hielos. Agua. Y un listón lila decorando el florero. En ese orden es que sueles acomodar un ramo de lirios antes de ponerlos sobre la mesa de cristal.
La segunda vez estaba a punto de dar una conferencia cuando encontré tu cadena. La cuál de cierta manera, estuvo conmigo todo este tiempo sin que nadie me dijera a quién pertenecía, fue entonces que las anacronias volvieron a llegar, frescas y vividas como si estuvieras aquí.
Sé que has cumplido tu sueño, muñeca. Y estoy más que orgulloso de ello, pero hasta hoy, fue que tuve el valor de leer tu carta. Sin embargo, no soy capaz de pararme frente a ti ya que se que te hice daño y que los medios de comunicación te estuvieron hostigando.
A mí no me interesa la imagen que tuvieran en redes, tú eres la que debe de seguir brillando y no seré quién llegue a manchar eso con mi presencia.
También tengo conocimiento de que haberte mandado esta carta un año y cuatro meses después no justifica nada y que me hace ver cómo un poco hombre.
Estoy feliz de que Scarlett esté cumpliendo sus sueños por igual y que Trevor la oriente en el mundo del automovilismo. La razón para que me estés leyendo, es para que no te tome por sorpresa que dentro de algunos meses seguramente serás llamada para que asistas a una reunión familiar real.
Entiendo que no querrás hablar conmigo o evites incluso ver a mi familia, pero tienes que saber que todos te sigues queriendo y qué Angie está estudiando danza contemporánea ya que descubrió que verdaderamente es su pasión.
La abuela Christine nos ha revelado que la razón por la que nadie dió con tu verdadero paradero es porque ella así lo decidió.
Lo único que te pido, y te ruego, es que sigas enamorada de mí y me des una oportunidad. O al menos, tener la esperanza de que algún día así fue.
Sé que estás en París, pero en todo este tiempo, toda la familia ha tenido prohibido pisar ese lugar porque la reina lo ordeno. Incluso yo. Y dedujeron que fue por tu bienestar y seguridad.
En ocasiones sigo teniendo alguna que otra pequeña laguna mental como consecuencia del accidente, pero ten por seguro, que me esfuerzo todos los días por recordarme lo que algún día fuimos sin que ningún detalle me falte.
Cuídate mucho, muñeca y dale mi saludos a la pequeña piloto.
Te amo más de lo que alguna vez pude recordar.
Firma:
Lord Marcus Spencer II Dassaúlt.