CORAZONES MALDITOS|| Mattheo...

By Mar_Mesa

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Las mentiras envenenaron los corazones de aquellas dos personas malditas. Lu va en su 4to año en Hogwarts. Pa... More

Sinopsis
I
II
III
IV
V
VI
VII
VIII
IX
X
XI
XII
XIII
XIV
XV
XVI
XVII
XVIII
XIX
XX
XXI
XXII
XXIII
XXIV
XXV
XXVI
XXVII
XVIII
XXX
XXXI
XXXII
XXXIII
ALMAS MALDITAS

XXIX

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By Mar_Mesa

Capitulo 29

El baile.

—¿Estás lista?—Me preguntó con entusiasmo Hermione.

Solté un suspiro y salí de vestidor en donde estaba, Hermione me observo con una sonrisa en la cara. Su vestido rosado era muy bello, se parecía al que llevaba puesto solo que el mío era en color celeste.

—Te ves hermosa.—Se acercó.

—Tu igual.—Le devolví la sonrisa.

La tan esperada noche del baile había llegado, por alguna razón todos estaban realmente emocionados. Por mi parte no era el caso, pero me había prometido a mí misma que esta noche la iba a pasar bien, no me iba a preocupar por otras cosas.

Solo quería que fuera una noche tranquila y linda.

Hermione se adelantó a mí y bajo las escaleras para ir con los chicos, vi como todos se le quedaron viendo y con mucha razón. Se veía realmente hermosa.

Relajé los músculos y sacudí un poco las manos. Me sentía un poco nerviosa, nunca había ido a un baile. Era la primera vez.

Me asomé un poco a las escaleras y vi a Hermione charlando con Viktor Krum, su pareja del baile. No podía creer que acepto su invitación, después de todo no creí que fuera su tipo. Aunque la verdad hacían una linda pareja.

Bajé el primer escalón y sentí la mirada de todos. Intenté buscar a Fred con la mirada, cuando lo hice me di cuenta de que estaba charlando con George a espaldas. George miró al frente y me vio, le dio un golpe a su hermano para que se diera vuelta y este lo hizo.

Su rostro cambió por completo, su mirada estaba puesta en mí. Tenía ese brillo que lo caracterizaba, en especial con sus ojos de cachorro que tanto amaba.

Nuestras miradas se encontraron y hasta que no baje el último escalón no se cortó el contacto visual por ningún momento.

—Hola chicos.—Los saludé a ambos con una sonrisa.

—Hola Lu.—Me saludo George.

Observe a Fred y él estaba mirándome de pie a cabezas. Hasta que luego se dignó a hablar, abrió la boca, pero antes de que pudiera su gemelo se le adelantó.

—Cierra la boca quieres, se te cae la baba.—Bromeó George.

Fred le lanzó una mirada asesina y luego de eso se fue para dejarnos solos.

—¿Te he dicho lo bien que te queda el colorado Fred?—Pregunte bromeando, él me sonrió.

Extendió su brazo para que lo tomara de él, hice eso y ambos fuimos caminando juntos cerca de Hermione y Viktor.

—Te vigilo Weasley.—Harry pasó por al lado de nosotros junto con una chica morena.

Rodee los ojos al escucharlo.

—Entendido Potter.—Fred hizo una seña militar y luego de eso me observo con una sonrisa torcida en sus labios.

Intenté que mis mejillas no queden rojas, pero sentía que todas formas lo estaban.

—¿Por qué tú no eres así de protector con Ginny?—Le pregunte, al ver como Ginny estaba tomada de la mano con Neville.

Fred giró la cabeza y los observo por un segundo.

—Confío en Neville.—Volvió a verlos pero con un poco más de desconfianza.—Por ahora…

—Déjalo en paz.—Le advertí.

—Me ofende que creas que le haga algo al pobre.—Se defendió con un tono de víctima.

—Te conozco mejor que nadie y Neville es un buen objetivo para una broma.—Alcé las cejas.

En ese momento fue como si una lamparita se le hubiese prendido arriba de la cabeza. Note como su rostro se tornó pensativo, como si ideas de bromas se le vinieran a la cabeza.

—Hay tantas ideas…—Le di un golpecito en el brazo.—¡Está bien, no le haré nada! Por ahora…

Solté una sonrisa tonta y la música del baile se comenzó a escuchar. Al principio solo un par de parejas comenzaron a bailar en la pista, hasta que luego se incorporaron muchas más.

En ese transcurso vi pasar a Val con Cedric, también a Blaise con otra chica de Slytherin y los saludé a ambos.

Luego de unas horas la batería social se me había acabado por completo, Fred me pidió para que bailara con él un rato más, pero le dije que los zapatos me estaban matando y que iba a sentarme un rato. Le dije que siguiera bailando si quisiera, después de todo no iba a permitir que él aburriera por mí.

Me alejé de la pista de baile y vi a Harry y Ron sentados con muy pocos ánimos. Me acerqué a ellos e intenté animarlos.

—¿Cómo están mis fracasados favoritos?—Les pregunte bromeando con una sonrisa.

Ambos me miraron con la peor de las caras.  Me senté al lado de Harry.

—¿No que no ibas a venir?

—Fred me convenció.

Mire hacia la mesa que teníamos al lado y vi un vaso con cerveza, lo tome y luego se lo ofrecí a Ron. Este también lo tomó de un sorbo largo.

—Parezco mi tía tesi con esto puesto.—Volvió a quejarse de su traje.—Y huelo como mi tía tesi.

—¿Que tienes con tu tía tesi eh?—Le quite el vaso de cerveza y le di otro sorbo.

Pero justo en el momento en él estaba tomando esa cerveza, mi mirada fue hacia al frente. Por alguna razón me sentía rara, y no de la misma manera que cuando estás borracha.

Si no más bien, sentía la mirada de alguien puesta. Como si me estuvieran vigilando constantemente.

Me volteé para todos lados intentando encontrar esa mirada, pero claramente había demasiadas personas como para distinguirla.

Hasta que en un pasillo en la oscuridad vi una figura encapuchada. Fruncí el ceño al verla, me sonaba familiar.

—Oye Harry…—Toque su brazo para que este también lo viera.

Señale el pasillo oscuro en donde creí ver esa figura, pero ya no estaba. ¿Se había ido? ¿O solo era mi imaginación haberla visto? Me quedé viendo en esa dirección completamente perpleja.

—¿Qué?

—Nada…—Deje el vaso de cerveza arriba de la mesa.

Tal vez ya había bebido demasiado.

Harry volvió a verme con confusión,

—Viktor fue por una bebida, ¿Quieren acompañarnos?—Hermione se acercó a nosotros y nos sonrió a los tres.

—No, no queremos acompañarlos.—Le respondió Ron, de mal humor.

—¿Cuál es tu problema Ronald?—Rodeo los ojos.

Ron volvió a mirarla con la peor cara y luego de eso se levantó para irse. Hermione se sentó a mi lado para comenzar a hablar.

—¿Y tú que dices? ¿Fred y tú quieren venir?

Abrí la boca para hablar, pero no pude sacar ninguna palabra. Mi mirada fue al frente al ver la misma figura encapuchada, pero esta vez atrás de una columna. Lamentablemente, perdí su rastro, ya que la pista de baile estaba en frente. Las personas bailando hicieron que se perdiera entre la multitud.

Aun así traté de buscarla con la mirada, aunque fue imposible. Hermione se dio cuenta de eso y miro en la misma dirección que yo.

—¿Qué buscas?

—A alguien.

—¿A quién?

—No lo sé…—El rostro de Hermione fue de confusión. Sacudí la cabeza y deje de tratar de buscar a ese “alguien”

Hermione se levantó de mi lado y me tomó de la mano para guiarme un tanto lejos de Harry. Seguía observando a todos lados, me sentía perseguida de alguna manera.

—¿No esperas que venga…?—No terminó su pregunta y la mire extrañada.—Riddle.

¿Por qué tenía que recordarme su existencia?

—No, es solo que me siento…—Sentí un escalofrío pasar por mi cuerpo.—Observada.

—Lu, a veces me preocupas.

—Mejor vamos, le diré a Fred para ir con ustedes.—Cambié de tema.

—Bien, ¿Y dónde está él?

—Eso es lo que también me gustaría saber…

Hermione y Viktor habían ido afuera a tomar un poco de aire, se supone que nos estaban esperando a mí y Fred para ir al lago luego del baile. Las personas se estaban empezando a ir. Buscar a Fred se había vuelto una tarea un tanto difícil, es normal que se pierda en eventos, normalmente si son fiestas.

Sabía que probablemente me costaría demasiado encontrarlo, si es que lo conseguía.

Pero luego de un buen rato buscándolo entre la cantidad de alumnos, me canse y decidí parar de caminar por un rato. Me quite los zapatos y trate de aliviar un poco mis pies.

Me puse de puntitas para tratar de alcanzar ver mejor entre tantas cabezas, lo bueno de que Fred sea alto es que es como un poste de luz que sabes que siempre vas a encontrarlo.

Y en ese momento sentí una mano. Una mano fría que paso por atrás mío y me toco la espalda descubierta que dejaba ver con mi vestido. Mi cuerpo se había tensado, ese escalofrío había vuelto.

Me di la vuelta repentinamente y como era de esperarse no había nadie. El corazón me estaba latiendo fuerte, pero acelero aún más cuando volví a sentir una mano en mi hombro.

Me giré nuevamente asustada.

Una sonrisa tonta por parte de Fred me hizo calmarme un poco.

—Vas a matarme del susto.—Dije mientras mi mano estaba puesta en mi pecho.

Mire a Fred y tenía su traje en la mano, su camisa y maño estaban desabrochados y un poco mal arreglados. Me seguía mirando con esa sonrisa tonta.

—Lulú…—Susurro y puso su brazo en mi hombro.

—¿Sí?

Volvió a sonreír tontamente. Me contagié de su sonrisa al darme cuenta de que estaba verdaderamente ebrio.

—Los Koalas son muy tiernos.

—¿Cuál es tu problema con los Koalas?—Alcé las cejas divertida.

—Que son muy tiernos. 

Volví a sonreír.

—Ven, vamos a bailar.—Me tomo de la mano y trató de guiarme a la pista que estaba casi vacía.

Lo freno y trate de acercarlo a mí. Lo hizo sin mucho esfuerzo.

—Creo que será mejor que vayamos a dormir ¿No crees?

—¿Esto es una invitación a dormir contigo? Porque aceptó.

—No es una invitación, vamos te llevaré a tu cuarto.

Lo tomé del brazo y él lo cruzo por mi hombro abrazándome de la cintura. Lo miré de reojo al poner su mano ahí.

—Ups, Harry va a matarme.—Me miro a los ojos y puso su dedo en mis labios.—Shh, no se lo digas.

Saco su dedo y ambos caminamos hasta llegar afuera del castillo. El aire frío me pego directamente en la cara, comencé a mirar a todos lados para encontrar a Hermione y Viktor, pero no los veía por ningún lado.

—¿Recuerdas cuando le pintamos el pelo de rosado a Snape?—Me preguntó en un tono de ebriedad.

—Sí, lo recuerdo.

—Fue una de las mejores bromas y fue contigo. 

—¿Dónde estará Hermione?—Mire a mi alrededor, varios alumnos estaban saliendo.

Frene un segundo para ver mejor entre los alumnos, Fred se sostuvo de mí y trató de mantenerse parado de alguna forma.

Saco su traje y me lo puso en los hombros para que no pase frío. Cuando lo hizo sentí su mirada directa en mí.

—Nunca te había visto ebrio.—Sonreí al verlo.

—No suelo beber demasiado.

—¿Y hoy porque lo hiciste?

—Supongo que quería olvidar.

—¿Olvidar qué?

—Olvidarte a ti.

Me quedé callada sin saber que responder, solo lo observe a sus ojos brillosos. Su mirada era débil y sincera a la vez.

—Fred…—Me acerqué un poco a él.

—Lo siento, Lu. Tenía que decírtelo algún día.

—Creí que habíamos quedado como amigos.

—Lo sé, pero…—Agachó su cabeza.—Es difícil verte de otra manera.

—Hey…—Levanté su cabeza para que me mirara.— Hay muchas chicas que estoy segura, de que querrán estar contigo.

—¿Así?

—Sí, eres un gran chico. Eres divertido, amable, inteligente y tienes un gran corazón.

—¿Entonces por qué no…?—Su pregunta quedo en el aire. No sabía muy bien como responderla.

—Porque…

Estaba harta de tratar de ocultarlo.

—Estoy enamorada de alguien que probablemente no sea el indicado para mí.—Me miro atentamente.— Yo no pensé las cosas antes de intentarlo contigo, nunca pensé como te podrías a llegar a sentir si te lastimaba.

Mis ojos empezaron a cristalizarse un poco.

—Pero ahora lo entiendo. Entiendo como se siente que te rompan el corazón, y no quiero hacerte eso sabiendo que tú eres unas de las personas que más quiero. 

Hice una pausa y una lágrima corrió mi mejilla.

—Y de verdad me siento mal por todo lo que paso entre nosotros, yo no quería…

—Lu, está bien.—Se acercó y me tomó la mano.

Unas lágrimas más salieron de mis ojos. Fred me acerco a él y me abrazo. Su cuerpo estaba cálido, se sentía bien.

—Te quiero Freddy, mucho. Pero no de la misma manera que tú, lo siento.—Susurré mientras seguía abrazándolo.

—Yo lo siento Lu, me porté como un idiota estando contigo. Sé que no sientes lo mismo que yo y eso está bien, no es tu culpa.—Se separó un poco de mí.

Me miro a los ojos y tomó mi cabeza, se acercó a mí y me dio un tierno beso en la frente.

—También te quiero Lulú.

Ambos soltamos una sonrisa sin dientes. Lo volví a abrazar y él correspondió mi abrazo, nos quedamos así por unos segundos luego de eso nos separamos.

—¿No tienes frío?—Pregunté al verlo tan tranquilo con su camisa, cuando yo me estaba muriendo de frío.

—No, tengo calor.—Dijo con tranquilidad.

Lo miré extrañada. ¿Calor?

Me acerque nuevamente a él, toque su frente y estaba hirviendo de temperatura.

—Fred, estás volando de fiebre.

—Eso explica el porqué veo doble.

—Creo que eso es más bien por el alcohol que llevas.—Me reí.—Vamos, te llevaré a tu cuarto.

***

Lo observé un segundo antes de irme. Estaba durmiendo como un angelito en su cama, le había puesto un paño frío en la frente para que le baje un poco la fiebre. Por suerte, dio resultado y ya no tenía tanta.

No quería irme, quería quedarme a cuidarlo, pero George me había dicho que iba a estar bien y que  mejor me vaya a descansar.

—¿Seguro?

—Ve, el estará bien.

Me dirigí hacia la puerta, cuando salí de ella George me detuvo.

—Gracias por cuidarlo, Lulú.—Me sonrió.

—De nada.—Le devolví la sonrisa.

Cuando salí del pasillo me encontré a Ron por entrar a su cuarto, se notaba que estaba un poco ebrio. Me pareció curioso que haya vuelto solo. 

—¿Y Harry?

—Dijo que iba a ir al lago negro con Cho.

Rodee los ojos al escuchar ese nombre. 

—¿Has visto a Hermione?

—También está con él.—Ahora fue Ron el que rodeo los ojos. 

Supuse que había ido con Viktor.

Ron no dijo nada más y entro a su cuarto de mal humor. Me quedé un segundo en ese pasillo pensando que hacer, luego fui a mi cuarto y busque un abrigo para ponerme. Me dio flojera sacarme el vestido así que me lo deje, me puse unas zapatillas más cómodas que mis zapatos y salí.

Tal vez no tenía la mejor combinación de ropa, pero estaba aburrida así que decidí ir al lago con Hermione y Harry.

Iba caminando sola por las afueras del castillo, la noche era fría y silenciosa a la vez. Cerré el cierre de mi abrigo y me puse la capucha. También puse mis manos en los bolsillos de este, debo decir que el frío me estaba ganando.

Pero de repente sentí unos pasos atrás mío. Me di la vuelta para ver si venía alguien, pero no había nadie.

Frene un segundo y mire a mi alrededor. Sentía esa sensación de estar vigilada, sentía una mirada puesta en mí, pero no veía a nadie a mi alrededor.

Volví a caminar y los pasos otra vez se escucharon.

—¿Hola? ¡Si esto es una broma por parte tuya Fred no es gracioso!—Grite con miedo.

Nadie respondió.

—¿George…?—Comencé a caminar para atrás.

Otra vez nadie respondió.

De repente sentí la mano de alguien tapándome la boca y tomándome por detrás a la fuerza. Traté de gritar y moverme para que me deje, pero no pude.

Unas sombras aparecieron por detrás de unos arbustos. Eran dos personas encapuchadas, iguales a las mismas que había visto en el baile. Tenían una especie de túnica negra larga con capucha y una máscara que no dejaba que viera sus rostros.

Comencé a gritar con mucha más fuerza, pero la mano en mi boca impedía que me escuchen. Los otros dos encapuchados comenzaron a acercarse lentamente hacía mi.

Hasta que en un movimiento rápido le pegue una patada en el abdomen al que estaba sosteniéndome. Él se retorció de dolor en el piso y me soltó. Los otros dos me observaron y sin dudarlo comencé a correr en la dirección contraría a ellos.

Ni siquiera sabia a donde estaba yendo solo corría a toda velocidad, mire para atrás y vi que me estaban persiguiendo.

Eso me hizo desesperarme mucho más y corrí aún más rápido en busca de ayuda. Estaba completamente concentrada en correr, que me olvidé de mi vestido largo y me tropecé con él, cayendo al piso.

Cuando traté de levantarme rápidamente otro encapuchado salió de la nada y me tomó de los brazos alzándome.

—¡Suéltame! ¡Ayuda!—Grite, pero me tapó nuevamente la boca.

Me acorralo atrás de un árbol. Sentía como sus manos me tomaban fuertemente de los brazos, seguía intentando gritar. Mis cuerdas vocales estaban desgastadas de tanto gritos fallidos, las lágrimas habían comenzado a correr por mis mejillas.

Pero deje de gritar cuando el enmascarado me quito una lágrima de la mejilla y la acarició suavemente.

Lo miré extrañada, y el volvió a acariciar mi mejilla. Soltó mis brazos y saco lentamente su mano de mi boca. No grite, ni me moví. Me quede completamente paralizada sin saber qué hacer. Mi respiración estaba agitada, entrecortada.

Se alejó un poco de mí, seguía mirándolo con miedo y a la vez confusión.

Otro encapuchado llegó corriendo, entendí que ese era el que me estaba persiguiendo anteriormente. Se acercó a quien creí que era su compañero, pero este le pego un golpe en el abdomen, luego se volvió a pegar otro golpe en el rostro quitándole la mascara y dejándolo inconsciente en el piso.

Los otros dos que también me estaban persiguiendo vieron esto y sacaron sus varitas apuntándolo. Él levantó las manos en forma de rendición, pero cuando uno de estos intento tomarlo le pegó una patada dejándolo en el piso y tomó su varita que quedó tirada.

—¡Expelliarmus!—Le lanzó un hechizo pero lo esquivó.

—¡Crucio!—Contraataco.

Para su suerte logro darle y lastimarlo, también cayó al piso.

De repente y sin darme cuenta, había lastimado, matado y dejado inconsciente a tres personas en el piso. En menos de unos minutos.

Miro a su alrededor y vio que no había nadie más, me miro y se acercó lentamente. Reaccione rápidamente y corrí unos metros para tomar una varita que estaba tirada en el piso.

—¡Aléjate! ¡O juro que no tendré miedo de lastimarte!—Lo amenace mientras lo apuntaba.

—No lo harás.—Por primera vez en todo este tiempo pude escuchar su voz por detrás de esa máscara.

—Yo no estaría tan seguro si fuera tú.

Tiro su varita al piso y se acercó a mí con pasos lentos. Me alejé con nerviosismo y seguí apuntándolo.

—¡Te lo advierto! ¡Un paso más y...

Freno su caminata y quedó a unos metros de mí, luego se quitó la máscara.

Esos ojos cafés me miraban de la misma manera que el primer día que lo vi. Me quedé viéndolo perpleja, él se acercó un poco más e hizo que bajara lentamente la varita. Lo hice, pero aun dudando de acercarme a él.

—Sé que no me lastimarías, Lily.—Siguió acercándose al punto de quedar a unos centímetros.

Tenerlo nuevamente tan cerca, luego de mucho tiempo me hizo sentir esa sensación que solo él puede generar en mí.

Trató de acercarse un poco más, pero cuando lo intentó le di una cachetada.

Se lo merecía.

—Auch.—Se quejó.

Voltio su rostro y volvió a verme, pero otra vez lo golpeé. Tenía que sacar todo mi ira con el de alguna forma.

—Bien, me lo merezco.—Admitió, tocando su rostro.

—¡Eres un hijo de pu-

Tomó mi mano y me acercó a el de un solo movimiento. Nuestros cuerpos quedaron pegados y sin dudarlo tomo mi rostro con sus ambas manos lastimadas para besarme desesperadamente.

Sus labios se juntaron con los míos de una manera desesperada y apasionada a la vez. Luego de unos segundos nos separamos por la falta de aire y el junto su frente con la mía. Nuestras miradas se encontraron entre esas respiraciones agitadas.

—Te extrañé, Lily.


¡Gracias por leer!

Mar.

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